NI IDEA

…de qué estoy escribiendo. ¿Canon, what if, semi-AU? ¿Humor, romance, drama? ¿Eremika, Rivetra, crack? ¿Relaciones, traiciones, inversiones? Colección de one-shots de todo tipo, cual cajón de sastre. ¡El espectáculo debe continuar! Inspirado en "Momentos" de Chica Plutonio. NI IDEA 1 - CIERRA LOS OJOS: final extendido de "Encuentro Fortuito"; sutil Eremika; el poder de una bufanda.


NOTA DEL AUTOR – Muchas autoras, a las que sigo y admiro, han decidido recopilar varios one-shots, de temática más o menos diversa, en una sola colección.

Es una gran idea, para que el fuego de la inspiración no se apague; un riesgo que puede darse, con los capítulos más extensos que requiere un long-fic. No siempre se tienen energías y fuerzas suficientes, para escribir todo lo que uno quisiera; y es mejor escribir algo, por poco que sea, que nada en absoluto.

Mi agradecimiento va especialmente para Chica Plutonio, autora de "Momentos"; sus one-shots, junto con las reviews e impresiones que fuimos intercambiando, han alimentado el fuego de esta inspiración concreta… ¡además de darme la idea para la primera "Ni Idea"!

A veces, una buena manera de empezar, es hacerlo por el final; y en este caso, por el final alternativo/extendido de "Encuentro Fortuito" (uno de mis one-shots), que tenía guardado desde hace tiempo. Creo que éste es el mejor momento, para compartirlo con vosotros; naturalmente, antes de publicarlo, me he asegurado de sacarle brillo. "Cierra los ojos" puede leerse por sí sólo, aunque quizás os interese como complemento del original.

Y para evitar que esta nota sea más larga que la historia en sí, voy terminando ya, con varios avisos que siempre me gusta incluir:

* En caso de discrepancia entre el manga y el anime (por ejemplo en las descripciones), tiendo a seguir el manga.

* Os recomiendo que os paséis por el Cuartel General de Trost, ¡el mejor foro en español de SnK! Allí encontraréis un montón de cosas interesantes.

* Agradeceré vuestras reviews, como guía y motivación para continuar por este camino; suelo responder con bastante detalle por mensaje privado.

* Podéis hacer sugerencias, ¡naturalmente! Aunque no garantizo que todas y cada una de ellas vayan a ver la luz.

Y ahora sí…

¡Que comience el espectáculo!


NI IDEA 1 – CIERRA LOS OJOS

Publicado el 4 de noviembre de 2015, con una extensión de 1.015 palabras.


Eren siguió avanzando lentamente, poco a poco, hasta quedar a medio metro de Mikasa; cuarenta centímetros, treinta… Podía sentir suavemente sobre su piel el cálido aliento de ella, escapando de aquellos labios entreabiertos.

Había algo distinto, en los brillantes ojos oscuros de la muchacha… Sorpresa. Como si no se esperase aquella reacción; como si le desconcertara que fuese él, por una vez, quien tratara de serenar los ánimos.

Una parte de Eren casi volvió a encenderse, con gran ira, al darse cuenta de que a Mikasa le costaba creer que él fuese capaz de hacer algo así… pero se tranquilizó enseguida. No tuvo más remedio, al recordar todas las veces en las que había hecho exactamente lo contrario; esa desconfianza, acumulada durante años, no se podía borrar de golpe. Además, era preferible el desconcierto por algo bueno, al sufrimiento que había empañado aquellos ojos negros, tan sólo un momento antes.

Dio otro paso más, muy corto. Veinte centímetros. Prácticamente, la misma altura: él no tenía que agachar la cabeza, ni ella levantarla; cada uno, con los ojos atrapados en los del otro… como si nada pudiera separarlos en ese instante.

Eren y Mikasa estaban tan cerca, que cada uno podía sentir sobre su piel la respiración del otro; el aliento de los contrarios, atraídos a pesar de todo. El chico oía los latidos apresurados de un corazón; el suyo, o el de ella… seguramente ambos.

Mikasa tragó saliva, nerviosa. Eren hizo lo mismo, confundido, sin saber cómo continuar desde ahí.

"¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer?"

Hacía calor, más de lo que debería incluso en un día tan agradable; y una vez más, él no podía saber si esa calidez emanaba de su propio cuerpo, o del cuerpo de ella. Su pecho subía y bajaba, con respiraciones cada vez más agitadas; la tensión iba en aumento, abrumadora…

Y entonces lo supo. Justo en ese momento.

Era demasiado. No aguantó más.

Cerró los ojos. Derrotado.

"Lo siento."

No lo dijo en voz alta.

"Lo siento… no puedo, no así, no de repente…"

Ni siquiera en su interior fue capaz de encontrar palabras, para explicarse lo que pasaba, aunque sí era consciente de lo que sentía en ese momento: rabia, impotencia… por no haberlo visto antes; por no haber podido o querido darse cuenta, hasta que ya fue demasiado tarde.

Por haber desperdiciado de aquella manera su última oportunidad.

Porque él, Eren Yeager, el "idiota suicida" que no se detenía ante nada ni nadie, era incapaz de recorrer aquellos últimos centímetros… para poder estar junto a ella.

Quizás, en el fondo, no era digno. Quizás, en realidad, las dudas siempre habían estado ahí; y en el peor momento posible, le habían asaltado con fuerzas renovadas, paralizándole, haciendo realidad sus peores temores y transformándole en un inútil, incapaz de…

Y de repente ocurrió.

Desapareció toda su autocompasión.

Porque al final, fue ella quien se movió hacia él.

Porque al final, fue ella quien se atrevió a hacer…

…lo que él no se había atrevido a hacer antes.

Eren pudo sentir el suave tacto de la bufanda alrededor de su cuello.

Mikasa no se la colocó descuidadamente, como él se la había colocado a ella hacía ya casi cinco años; sus movimientos fueron rápidos y precisos, con aquella fuerza increíblemente delicada que siempre presidía sus acciones.

Durante unos breves segundos, sintió a Mikasa cerca de él, con una intensidad desconocida hasta entonces; y por un momento, Eren creyó que el fuego que rugía en su interior, desbordaría los límites de su cuerpo, haciendo arder el mundo entero.

Después oyó unos pasos que se alejaban.

Cuando pudo abrir al fin los ojos, vio que ella se marchaba hacia los barracones, sin decir nada.

Pero la había visto sonreír.

No recordaba haberla visto sonreír antes de aquella manera. No recordaba haber visto sonreír a nadie de aquella manera.

De algún modo, la alegría de Mikasa se reflejó en Eren; o más bien, la felicidad que sintió de repente en su interior, brotó al mismo tiempo que la de ella… como si ambos estuviesen conectados por un lazo invisible, de cuya existencia sólo ahora se daba cuenta.

Siguió mirándola, mientras se alejaba; tranquila, pero animada, con los negros cabellos ondeando al viento. Su cuerpo indestructible parecía brillar con luz propia.

Ella se alejó, pero él supo que volverían a encontrarse. Pronto.

Eren tomó la bufanda entre sus dedos; no pudo evitar acercársela a la nariz. Inspiró levemente; y entonces sonrió.

Olía a Mikasa.

Le resultaba difícil describirlo, pero… era ella; con los años, había hecho suya aquella bufanda.

La muchacha se perdió de vista entre los árboles, pero eso a él no le importó. Aún compartirían varios meses de instrucción, los dos juntos; idea que tampoco le resultaba ya molesta.

Eren supo que tendría que ser fuerte; mucho más. No había renunciado (nunca lo haría) a matar a todos los titanes, pero ahora no se trataba sólo de eso; ahora también se trataba de hacerse más fuerte… para ser digno de ella.

El joven seguía sonriendo; no con ferocidad, como tantas otras veces, sino relajado. Al menos, por fin se había dado cuenta de la existencia del enigma; incluso estaba empezando a resolverlo.

Eren siguió los pasos de Mikasa, lentamente; la alcanzaría en el camino, o en el comedor. Volverían a verse pronto; y al pensar en ello, quizás por primera vez en su vida, no sintió irritación sino todo lo contrario.

En realidad, aún no estaba seguro de lo que pasaba, o de lo que pasaría; de lo que debería esperar él de ella, o ella de él. Había tantas incógnitas en el aire, que se sentía aterrado… pero no lo cambiaría por nada del mundo.

Increíblemente, también se sentía tranquilo y relajado; contento, feliz. Intuía que, avanzando por aquella senda misteriosa, encontraría mucho más; y no solo.

Los dos tendrían tiempo para averiguarlo todo; para encontrar las respuestas y descubrir hasta dónde les llevaba aquel camino… juntos.

"Colocaré esta bufanda alrededor de tu cuello… Mikasa."

Eren volvió a acariciarla con sus dedos.

"Tantas veces como haga falta."