Buenas, he aquí mi primera historia de esta pareja, he decidido incursionar en este anime, a pesar de que no muchos lo ven porque adoro a este par, y más aún cuando los ponen juntitos. Soy una gran fan de este Manga.

Declaimer: Este anime/manga no es mío, si no de su autora Akira Amano.

Aclaraciones: Sin duda no me ha quedado fiel a las características del anime/manga, pero he hecho todo lo posible, dejando lo menos OC a los personajes. La historia se basa en el regreso de los muchachos después de la Arca del Futuro, hay varias cosas sacadas del manga por los que a las personas que no están al día puede que pillen Spoiler, así que cuidado.

Los Titulos serán escritos en Italiano y la tradución quedara en la eleccion de capitulos. Bueno entenderan más adelante.

Parejas: Hibari/Tsuna (1927) y mención de Yamamoto/Gokudera (8059) Posibles modificaciones a medida que avance la historia.


L'apparenza inganna.

----- Objetivo 1 -----

.

.

Después de tanto tiempo fuera de casa, era - un sin duda - un alivio para esos jóvenes volver a su tiempo, a pesar de la serie de inconvenientes que tuvieron a la hora de regresar, sí, sin duda una serie de inconvenientes.

Al parecer los cálculos de Irie Shoichi no habían sido del todo acertados, ya que al volver, cada uno había aparecido en un lugar diferente de Japón. Tsuna había aparecido en una de las playas de Okinawa. Gokureda en medio de un crucero. Yamamoto en el lago Kawaguchi que estaba a los pies del monte Fûji. Chrome; la que tuvo mayor "suerte", apareció en Tokio, eso sí, en el techo del rascacielos más alto de la ciudad. Hibari había aparecido en Hokkaido en las cercanías del lago Mashu. Ryohei en las costas de Jodogahama. Lambo e I-Pin junto a Haru y Kyoko habían aparecido en Nagoya, mientras que Reborn en Osaka.

Las caras de inconformidad de algunos no esperaron a ser mostradas, ninguno tuvo problemas a la hora de regresar a su ciudad, a excepción de Tsuna, pero se podría suponer que era algo normal en su caso, pero al final gracias a la ayuda de Dino todos pudieron regresar sanos y a salvo.

La rutina que había sido dañada por la serie de sucesos había regresado por fin a la normalidad, muchos no habían prestado atención a la desaparición de los jóvenes, pero eso tampoco les importaba, estaban agradecidos de volver a sus hogares. Hibari no había tardado nada en volver las cosas a la "normalidad" después de su breve ausencia, mientras que Ryohei había regresado a su rutina extrema con el boxeo. Yamamoto con algo de nostalgia se habían reintegrado al club de Béisbol, a pesar de que en términos reales nunca se había ido, Gokureda como siempre seguía ignorando a todos y ayudando a Tsuna, como buena mano derecha. Kyoko y Haru tuvieron que decir pequeñas mentiras blancas, pero todo había quedado en orden. Tsuna por otra parte, seguía con su rutina diaria, "Perdedor Tsuna", sonrió con cierta nostalgia cuando alguien le llamó así el primer día, a pesar de todo lo que habían pasado, para el resto de la gente seguía siendo el patético joven bueno para nada y en cierto modo eso le dolía.

Ahora con algo de cansancio había subido a la sotea del colegio, había logrado escapar de sus amigos, no es que no quisiera estar con ellos, pero hace algún tiempo había tenido ganas de meditar los últimos sucesos con calma, pero al estar rodeado de gente y pensamientos externos no lo había conseguido.

Abrió la puerta con cansancio, el sol le dio en toda la cara por lo cual tuvo que cerrar los ojos, cerró la puerta una vez su vista se normalizó, con lentitud se acercó a la maya de protección.

El reciente viaje al futuro habían causado en él una serie de dudas, al parecer su yo en el futuro había aceptado su papel dentro de la mafia; cosa que aún no le tenía conforme, les había expuesto a peligros, había sido un alivio saber que no había muerto, pero temía que un enemigo aún más peligroso que Byakuran apareciera.

Sintió un pesado escalofrío recorrerle, se abrasó así mismo meditabundo, ¿Habían conseguido cambiar el futuro con sus acciones? ¿Existía ahora un futuro para los Arcobaleno y para su "familia"?

- un futuro – susurró a la nada, posó su vista sobre la gente que estaba en el patio a esa hora, muchos de los clubes realizaban sus actividades en ese momento. Apartó su vista algo desanimado, le habría gustado pertenecer a alguno y ser al menos alguien necesitado, pero como el "Perdedor Tsuna" eso era imposible. Decidió mejor apoyarse en una de las paredes cerca de la entrada, había algo de sombra la cual le permitía huir del sol.

"Huir del sol" rio ante eso, porque en realidad siempre estaba como escapando de Ryohei, siempre con eso de que se uniera al club de boxeo, pero como era de esperarse, eso no era algo para él.

Cada uno de los climas que les fueron designados a sus guardianes habían sido más que acertados, a excepción de si mismo claro está. Para él, el cielo era algo demasiado basto y hermoso, todo lo contrario a lo que era él. Abraso sus piernas cansado, quizás no debería meditar tanto las cosas, ya que su personalidad pesimista comenzaba a salir a flote, quizás sólo debería descansar en ese silencio que hace tanto no tenía, sí, era mejor descansar un momento.

Poco a poco y sin que se diera cuenta comenzó a quedarse dormido.

Por otro lado en la parte más alta de la sotea; en el techo de la entrada a esta, un joven de cabellos negros y mirada afilaba comenzaba a despertar de su siesta, bostezo perezoso, los días así siempre le aburrían, nunca había alguien cerca a quien pudiera morder hasta la muerte.

- Hibari, Hibari – la pequeña ave a quien había "adoptado" no tardó en aparecer y posarse sobre su cabeza. Volvió a bostezar cansado. Se recostó una vez más, fijo su vista en las pocas nubes que cubrían el cielo. La pequeña ave elevó brevemente el vuelo para permitirle al moreno recostarse para luego posarse en el pie de su pierna derecha, la cual tenía cruzada sobre la izquierda.

- qué día tan aburrido – dijo despacio.

- Hibari – el ave emprendió el vuelo, cosa que extraño al moreno, esa ave siempre que le veía despierto se le acercaba, vio como esta bajaba a la entrada del lugar, con curiosidad; rara en él, decidió por fin levantarse, además, ya era hora que hiciera una de sus rondas. Se estiró un poco para despertar todos sus músculos, después saltó al nivel inferior. Elevó una ceja ante el espectáculo que aquel herbívoro dejaba ver.

- Sawada Tsunayoshi – el nombrado no reacción, vio como Hibird se posaba sobre la cabeza del chico castaño, cosa que le extraño; su pequeño compañero no tendía a acercase a la gente.

- Hibari, Hibari – el chico de cabellos negros se arrodillo para apreciar bien el rostro del otro chico, siempre le había llamado la atención ese muchacho.

Para él, Sawada Tsunayoshi era un completo misterio, a veces era un herbívoro que era maltratado por todos y en otras ocasiones era un herbívoro capaz de pelear y defenderse. Aunque un herbívoro siempre será un herbívoro. Él era distinto a la mayoría.

Por otro lado, un bebé vestido de traje y con un peculiar sombreo, había llegado a la sotea, le había dado tiempo a su estudiante para que descansará, pero ya era hora de regresar, pero la singular escena que encontró le dejó intrigado.

Sabía muy bien que Hibari no era de la clase de sujetos que se queda viendo a otros a menos que algo este pasando por su mente, y sabía que para el guardián de la Nube, Tsuna resultaba un espécimen extraño, pero nunca creyó que fuera a tal grado de causar en él una intriga tangible. No pudo evitar formar una sonrisa en su cara, tal parecía que las cosas se iban a poner interesante.

- Si vas a golpearlo deberías hacerlo luego – habló por fin el infante.

- Oh, el bebé – sonrió de costado el moreno, no tardo en erguirse y sacar una de sus tofas - ¿Quieres pelear? –

- hoy no estoy de ánimo – dijo simple el niño.

-Mmm… - con algo de desanimo el moreno bajo el arma.

- siempre mostrando una pose patética Tsuna – dijo el niño.

- … – el pelinegro había emprendido su marcha hacia la salida del lugar.

- Hibari un momento – el pequeño se acercó para luego extenderle un sobre, el otro chico lo tomó con cierta duda.

- ¿De qué se trata? –

- tú yo de diez años en el futuro me lo dio para ti –

- pensé que no podíamos decir o tener nada de esa época a excepción de las cajas –

- oh bueno, técnicamente me dijo que no te diría nada del futuro, debe ser interesante ¿no?... que trates de hablarte a ti mismo… debe ser importante – sin más palabras el moreno guardo el sobre.

- supongo –

- puedo pedirte un favor – el moreno le vio con interés, era raro que el bebé solicitara un favor, en especial a él quien siempre trataba de tener una pelea.

- sería interesante que me debieras algo – Reborn sonrió antes las palabras del joven.

- puedes llevar a Tsuna a un lugar donde pueda descansar en paz – el moreno alzó una ceja ante la petición para luego posar su vista en aquel herbívoro que dormía sin percatarse de nada.

- mandaré a alguien del comité por él – dijo al tiempo que se volteaba.

- no – el bebé sonrió – preferiría que le lleves tú –

- tientas tu suerte bebé –

- lo sé – Sin decir otra palabra Hibari caminó hacía Tsuna, pasó una mano bajo sus rodillas y la otras la posó tras su espalda y con facilidad lo alzó. Hibird alzó el vuelo para luego posarse en la cabeza de Hibari.

- lo dejaré en la habitación del comité de disciplina si decides ir por él – sin esperar respuesta el joven salió del lugar, Reborn por otro lado miró el cielo, en su rostro cierta diversión se pudo apreciar.

- Las nubes son distantes… a excepción con el cielo –

Hibari caminaba bastante molesto por los pasillos desiertos del colegio, no era para él ningún agrado tener que cargar a un herbívoro como ese. Pero si quería que el bebé le debiera algo tendría que aguantarse las horribles ganas de morder hasta la muerte al sujeto que dormía calmadamente en sus brazos.

Con un poco de dificultad logró abrir la puerta de la oficina, hecho un vistazo a la habitación, al parecer todos los miembros del comité se encontraban en clases, mejor para él, no tenía ningún deseo que le vieran cargando a otra persona. Acomodó el cuerpo durmiente de Tsuna sobre uno de los sillones del lugar, el chico parecía tener un sueño realmente pesado porque no se había despertado en todo el trayecto. Hibird decidió tomar una siesta junto al otro chico, así que fue a acomodarse en la cabeza de éste.

Hibari por otro lado fue a sentarse frente al escritorio que había en la habitación, sacó algunos papeles para comenzar a revisarlos, con aburrimiento posó su cabeza en una de sus manos. Pasaron alrededor de unos diez minutos donde sólo el silencio reinó, irritado bajo los documentos, el tener la presencia de alguien le incomodaba, no estaba acostumbrado a compartir su precioso espacio con alguien más. Pero a diferencia de otras ocasiones, el que ese niño estuviera allí no le desagradaba, sino más bien que le distraía.

Se recargó en el respaldo de su asiento para fijar su vista en el techo, no tenía nada en concreto por el cual pensar, pero necesitaba distraer su mente de alguna manera, había observado mucho a ese chico en la época futura como para hacerlo en esta. Recordó la singular carta que su otro yo le había dejado, procedió a sentarse un poco mejor para luego sacar la carta. Ésta estaba en un sobre delgado, no había ningún escrito en el exterior, con cuidado - nato en él -procedió a sacar el contenido. Pudo reconocer su letra con facilidad. A pesar de todo tenía cierta curiosidad por saber que era aquello tan importante que tenía que decirse.

Pero el contenido de esa carta le extraño de sobremanera. En aquel papel sólo resaltaba una palabra, una que dejaba en evidencia que había sido escrita por él.

"CROCE"

No comprendía, ¿por qué su yo de hace diez años le dejaba una carta con aquello? Para él, era una palabra vacía que para nada le servía, pero conociéndose, puede que aquella simple palabra pudiera significar algo de gran magnitud para su vida.

- mmm… - el singular suspiro del castaño dejó notar que estaba próximo a despertar. Sin apuro comenzó a guardar la carta, debería esperar a otro momento para descifrarla.

Fijo su vista sobre el ocupante del sillón, no estaba seguro de que pensar, pero él no se caracterizaba por no hacer nada antes sus dudas, tendría que saber qué era ese acertijo y quien era Sawada Tsunayoshi, porque estaba seguro que esa simple palabra estaba en Italiano, la lengua originaria de todos sus problemas y los del castaño.

- ¡¡Décimo!! – elevó los ojos molesto, al parecer la tropa de debiluchos se acercaba. Se colocó de pie lentamente para luego encaminarse a la salida, mejor estar lejos de aquellos incordios - ¡¡¡Décimo!!! – cuando estaba a punto de abrir la puerta esta se abrió antes, Gokudera acelerado trato de ingresar, pero sólo recibió un golpe que lo mandó al otro lado del corredor, Hibari estaba más que molesto.

- Gokudera – se acercó el chico fanático del béisbol para auxiliarlo con su típica sonrisa - te advertí que no entraras así… jajaja –

- si sigues gritando te morderé hasta la muerte –

- Hibari maldito – habló por fin el peliblanco mientras se sobaba la cabeza producto del golpe.

- hey, no se pongan a pelear ahora – intercedió el chico más alto – sólo venimos por Tsuna, el pequeñín nos dijo que estaba acá –

- ¿Hibari-san? – una voz suave y adormilada viniendo del interior llamó la atención de los presentes - ¿Yamamoto? ¿Gokudera-kun? – Tsuna por fin había despertado y miraba todo su alrededor confundido, pero cuando reparó en la presencia del moreno y el lugar donde se encontraba se asusto – Hiiii, ¿Po-Porque estoy aquí? –

- El Bebé – fue la escueta respuesta del moreno, Tsuna juraba que le iba a dar un ataque, ¿acaso Reborn quería que Hibari-san le matara?

- Tsuna, haz estado desaparecido toda la hora, el pequeñín nos dijo que te habías dormido en la sotea, pero que te encontraríamos acá… ¿no es divertido? –

- no, claro que no – pensó el castaño, llevó su vista hacía el moreno quien le lanzó una mirada aniquilante - si se puede decir así - cosa que le puso los cabellos de punta.

- e-esto, Hibari-san… perdón por las molestias… - habló todo cortado el chico.

- no tiene porque disculparse Décimo, su deber mínimo; como su guardián, es protegerle – habló enojado el peliblanco.

- lárguense de una vez… hacen que pierda la paciencia – habló enojado Hibari – y tú – se dirigió a Gokudera – yo no soy el guardián de nadie, otra palabra más y te mataré – el mencionado sudo frio ante las palabras del otro muchacho.

- ya nos vamos… - dijo de forma presurosa el castaño.

- jajaja… regresemos al salón antes que termine el descanso – comentó Yamamoto.

- de acuerdo – ambos jóvenes; el guardián de la lluvia y de la tormenta, comenzaron a caminar, Tsuna comenzó a alejarse, pero se detuvo y se volteo a ver al otro chico.

- Hi-Hibari-san, no sé si te interese, pero haremos una fiesta de celebración mañana en casa de Yamamoto, por haber regresado a salvo del futuro… sería bueno que vengas, ya sabes… fue una dura batalla… y eh… - el moreno le miró indiferente, mientras que el castaño aún no entendía el porqué hacía eso, estaba más que claro que el pelinegro no aceptaría y que incluso querría golpearle por la sola sugerencia, pero en cierta forma, sólo quería tenerles a todos juntos para poder creer que todos habían regresado de aquel espeluznante futuro en el cual les tocó pelear.

- no me interesa… - fueron las escuetas palabras del otro muchacho. Se esperaba aquella respuesta, pero hubiera deseado que hubiera sido lo contrario.

- entiendo… si cambias de opinión, la reunión será a las cinco… nos vemos Hibari-san –

- no me gustan las manadas – pensó para sí para luego irse por el lado contrario al que se dirigía Tsuna.

El día comenzó a avanzar de manera lenta, pronto el día que en un principio se había apreciado soleado se cubrió de nubes de lluvia, las cuales amenazaban con soltara su carga. Tsuna miraba algo distraído por la ventana de su salón, sentía que aquella clase no terminaría nunca. Fijó su vista en su cuaderno, eran prácticamente nada los apuntes que había tomado, giró su vista hacía Yamamoto, éste dormía plácidamente sobre su pupitre, divertido giró esta vez su vista hacía Gokudera quien observaba la clase en total y absoluto aburrimiento, quizás demasiado fácil para él.

- … Si ocupan esta fórmula les será más fácil solucionar este tipo de enunciados, en cambio, para estos otros deberán… - y así las aburridas palabras del profesor no dejaban de resonar por el lugar.

- psss… Tsuna… - extrañado comenzó a buscar el origen del ruido – pss… Tsunaa – otra vez aquello, sin saber por qué, dirigió su vista a la ventana otra vez, alarmado pudo ver a Lambo en uno de los arboles.

- ¿¡Lambo!? – pensó asustado, debería estar en casa y no… colgado de uno de los arboles de la escuela.

- Tsuna ayuda… - pidió en susurró y con los ojos llorosos, conocía bien la personalidad de ese infante, por lo que se le hizo sumamente raro que le pidiera ayuda casi en susurros, siendo que él era el boche con patas. Miró en todas direcciones preocupado, tenía que encontrar la forma de salir del salón.

- Tsuna – lloró nuevamente el niño, algunos comenzaron a girar su vista ya que también habían comenzado a oír el llamado de alguien, pero no entendía bien las palabras. El castaño al fijar su vista nuevamente en Lambo pudo ver que el árbol donde se encontraba estaba siendo sacudido de manera constante, haciendo que este se sujetara fuertemente a el.

- Pro-Profesor… - llamó algo inseguro.

- ¿Qué sucede Sawada? – preguntó irritado, no le gustaba que le interrumpieran en mitad de sus explicaciones.

- e-eh… es que… tengo que salir un minuto – sus amigos; los despiertos, le miraron extrañado.

- no puedes – y se giró nuevamente hacia el pizarrón.

- es importante que salga – aclaró.

- ¿y qué es tan importante? – preguntó con prepotencia, cosa que asusto al castaño.

- el no tiene porque darle explicaciones, es libre de irse – habló desafiante Gokudera.

- guarda silencio Gokudera-kun – habló molesto el maestro.

- viejo decrepito – dijo lo suficientemente alto para que el maestro le oyera.

- quieres que te suspendan jovencito –

- inténtelo si es que puede – la sola mirada del peliblanco amedrento al profesor.

- ¡Sawada! – habló enojado – sal a lo que tengas que hacer, pero no vuelvas a mi clase – y sin más se volteo, Tsuna suspiró cansado, ya tenía problemas una vez más, sin pensar más en eso tomó sus cosas y salió del salón.

¿Qué rayos estaba haciendo Lambo en la escuela? Y por sobre todo ¿Por qué estaba colgando de una rama? Se dio más prisa, después de todas las cosas que habían pasado y lo tanto que Lambo había extrañado a su madre, había comenzado a considerarlo como su hermano pequeño. Bajo las escaleras de dos en dos, esperaba no caerse en el proceso, después de bajar el piso correspondiente se dirigió a una de las salidas, a paso rápido llegó al patio que daba frente a su salón, se quedo quieto ante lo que veía, una camada de perros estaba rodeando el árbol donde Lambo se había refugiado, todos enojados y mañosos, ¿qué tontería habría hecho el enano ahora? Y lo peor era que él no podía hacer nada, es verdad que tenía su forma Híper, pero era una exageración utilizarla con unos simples animales, además que estaba en medio de la escuela.

- ¡Tsuna! – el llanto asustado de Lambo le hizo reaccionar, tenía que sacar a Lambo de ahí si no quería que se hiciera daño. El problema era ¿cómo?, necesitaba una distracción, al pensar en eso comenzó a hurguetear en su bolsa, sabía que había guardado algo del almuerzo – aquí está… - respiró hondo y fijo su vista algo temerosa en los canes, que quizás eran alrededor de 6 o 7 – pe-perritos… - llamó vacilante, estos no lo tomaron en cuenta – Perritos – habló más fuerte, sobre si cayó la mirada de todos los animales, levantó lo que tenía en su mano derecha, un sándwich de carne, lo meneo en el aire para mostrarlo - ¿lo quieren?... pues vayan por el – no tenía el brazo de Yamamoto, pero lo lanzó a una distancia suficiente para ver como los perros corrían tras el alimento, con rapidez se acercó al árbol – rápido Lambo ¡Salta! – sin dudarlo un segundo el Bovino se tiró en los brazos del mayor, apenas lo sintió se dio a la fuga.

- Tsunaaaa – lloró asustado.

- Tranquilo Lambo – trató de calmarlo – ¿pero cómo rayos hiciste que esos perros te persiguieran? –

- Lambo-san no hizo nada malo, sólo fue al patio y vio un perro feo y trato de echarlo – era estúpido preguntarle a él, era obvio que le inventaría alguna cosa heroica.

- Grrrr… - un gruñido cercano le indicó que el distractor había durado poco. Tenía que perderlos y rápido, con rapidez se dirigió a la parte posterior de la escuela.

- Aaahh… porque a mí – lloriqueo.

Desde la sotea el pequeño Arcobaleno observaba todo, meneo la cabeza, al parecer Tsuna nunca aprendería, parecía que si no estaba en su modo híper seguía siendo un cobarde. Se podía catalogar que aquel chico poseía una doble personalidad, bueno, quizás ese era el encanto que llamaba a la gente a estar de su parte. Incluso el lograr que Mokuro este de su lado, aunque éste no quiera admitirlo, el lograr medianamente una influencia en Hibari, obtener la confianza de Lanchia, haber logrado que Spanner cambiara de bando, aunque fue más su curiosas lo que le hizo irse a su lado.

Bien, hoy no estaba de humor para ayudar a Tsuna con la bala de la última voluntad, se dio media vuelta para ir a descansar un momento, después ya le enseñaría un par de lecciones a su alumno.

Por otro lado Tsuna seguía corriendo.

- Hiiii no quiero que me muerda – lloriqueó asustado.

- buuuaa… mamma – lloraba por su parte Lambo. En su carrera desesperada el castaño no se fijó por donde iba, por lo que chocó con el enrejado de las canchas, cayó sentado en el piso, el golpe le había dolido, pero no había tiempo para quejas, apurado se puso de pie, pero tarde se dio cuenta de que había quedando acorralado.

- Grrrr… - el rugido de los perros; los cuales ya les habían dado alcance, les hizo sudar frio.

- esto es malo, muy malo – dijo asustado Tsuna.

- ¡¡SAWADA!! OH! ESTAS JUGANDO EXTREMAMENTE CON PERROS – el ferviente grito de Ryohei le hizo sobresaltar, el chico llegó de un salto a su lado, ya que estaba al otro lado de la reja – déjame jugar al extremo contigo –

- Onii-san esto… no es… - trataba de hablar Tsuna.

- ¡¡Décimo!! –

- ¡Tsuna! –

- salvados – lloriqueo de forma aliviada el castaño.

- ¿son tuyos Tsuna?, jajajaja que entretenido, no sabía que tuvieras tantos perros –

- no seas idiota, de seguro quieren atacar al Décimo – habló exasperado del peliblanco ganándose junto a Ryohei al tiempo que sacaba sus bombas.

- ¡¡Lambo-san los defenderá con su grandeza Guiajajajaja!! –

- hace un momento estaba llorando aterrado – pensó cansado el castaño.

- GRRRR – los perros se veían cada vez más molestos, ellos sólo querían comerse a ese enano que olía tan dulce.

- Los perros no están permitidos en la escuela –

- Hiiii – más problemas. Hibari los miraba enojado desde el otro extremo de la reja, del mismo lugar por donde el guardián del sol había aparecido.

- Hibari-teme, no son nuestros, quieren atacar al Décimo – mirada fría para Gokudera y Tsuna.

- no me interesa, están causando alboroto en la escuela… lo que significa… que tendré que morderlos hasta la muerte –

- HIIII – se alejó lo más posible de la reja, ya que el moreno saltó a donde estaban ellos listo para golpearlos.

- ¡Tsuna! – lloró Lambo.

- Cállate vaca estúpida –

- ¡¡al extremo!! –

- jajajaja… -

- GRRR – mucho ruido, demasiado boche, eso estaba haciendo que Hibari se enfadara aún más. Distraído por todo, el castaño quedó un poco alejado de la protección de sus amigos, cosa que aprovechó uno de los perros al ver que el traía lo que tanto habían perseguido.

- ¡¡Tsuna!! – el grito de Yamamoto le advirtió del movimiento del can, pudo ver al perro saltar hacia ellos, el castaño alarmado sólo atino a proteger a Lambo con su cuerpo y cerrar los ojos con fuerza. Pero no sintió nada, sólo el quejido del perro al ser golpeado, lentamente abrió sus ojos aún asustado, frente a él pudo ver la espalda de Hibari quien miraba molesto los perros.

- Después me encargare de ustedes, estos perros son peligrosos para la seguridad de los alumnos – como siempre dando prioridad a la seguridad de la escuela.

- Tsk, habrá que deshacerse de ellos – habló molesto Gokudera.

- ¡¡Entrenamiento al Extremo!! –

- esperen… – habló Tsuna algo inseguro – e-ellos sólo deben tener hambre… n-no creo necesario lastimarlos por algo así… -

- Pero trataron de lastimarlo Décimo –

- de-debe ser… – habló con una sonrisa culpable al tiempo que desviaba la vista – porque Lambo tiene muchas manchas de comida y dulces en el pelo –

- ¡¡Vaca estúpida!! ¿Es que no te bañas? –

- cállate idiota, Lambo-san es muy limpio – dijo indignado.

- te matare –

- calma, calma – lo detuvo Yamamoto.

- Los morderé hasta la muerte si no se callan – dijo arto el moreno, los presentes se callaron automáticamente ante el tono de éste – no me interesa si están hambrientos o heridos, están en el patio del colegio y eso está prohibido… así que me desharé de ellos – sin esperar las replicas de los demás procedió a espantar a los perros, porque después de todo, el guardián de la Nube parecía simpatizar con los animales.

El problema había sido resuelto por Hibari una vez más, éste se fue del lugar sin decir palabra, al tiempo que dos chicos gruñían ante el pedante comportamiento del chico, Yamamoto dijo divertido que era la primera vez que veía coincidir en opiniones a Gokudera y a Ryohei.

- Mamá ya llegamos – se anunció el castaño una vez que llegaron a su casa.

- ¡¡Mamma!! – Lambo saltó de los brazos de Tsuna para dirigirse a la cocina.

- Lambo-chan ¿dónde estabas? Me tenias preocupada… bienvenido Tsu-kun – saludó a su hijo cuando le vio entrar a la cocina.

- Lambo fue a la escuela – hablaba al tiempo que se sentaba – ahh… no tiene remedio, le he dicho muchas veces que no vaya –

- es tú culpa por mimarlo tanto –

- ¡Reborn! – Exclamó molesto el castaño - ¿Dónde rayos te habías metido? –

- tenía que resolver algunos asuntos… -

- ¿Asuntos? – por alguna razón aquello no le gustaba.

- Mamma ¿no crees que Lambo debería tomar un baño? – habló el bebe del sombrero.

- es verdad, hoy te toca baño Lambo-chan – así ambos salieron de la cocina.

- el haber sacado a mi mamá supone que es algo importante – suspiro el chico.

- hay una citación desde Italia, deberás ir dentro de dos meses, se ha convocado a una junta para presentarte a ti y a tus guardianes a las familias pertenecientes a los Vongola y a las familias aliadas –

- Hiiii… ¡estás loco! Ya te dije que no quiero ser parte de la mafia –

- me sorprende que aún digas eso… deberías asumir ya que estas en la mafia – el castaño soltó un suspiro.

- por más que me niegue me harás ir – dijo cansado, apoyó su cabeza en sus brazos los cuales estaban sobre la mesa – lo difícil será llevar a todos mis guardianes –

- Gokudera y Yamamoto no son de cuidado, en cuanto a Ryohei se cómo convencerlo, Lambo irá a donde lo lleves… pero Hibari y Mokuro son el problema, en especial Mokuro, no creo que las familias estén felices de que él sea un guardián –

- lo sé, pero no importa… mi padre fue quien lo eligió y a demostrado estar, de cierta forma, de nuestra parte –

- he hablado sobre el asunto que me encargaste con el Noveno – al oír eso el chico se sentó bien nuevamente.

- ¿y? –

- dice que es factible, pero para que sea posible, debes aceptar de forma absoluta ser el Décimo Vongola y tomar toda la responsabilidad de sus actos –

- ya veo… - suspiró el castaño.

- ¿Aún piensas hacerlo? –

- no deseo que Mokuro permanezca por 10 años en aquella prisión, de alguna forma tengo que agradecerle el que nos haya ayudado –

- … - el bebé lo miró unos segundos – el Mokuro que nos ayudó en el futuro no es éste Mokuro, estás arriesgando muchas cosas al querer liberarlo… no sólo eso, muchas familias se pondrán en tu contra –

- Dino-san y Tú siempre me han dicho que debo proteger a mi familia por sobre todas las cosas, Mokuro es parte de mi Familia, así mismo lo son los miembros de Kokuyo – el bebé sonrió.

- Serás un buen jefe –

- ni me lo recuerdes… supongo que no queda otra opción… - pronto el chico comenzó a llorar – ahhh… no quiero ser de la mafia… quiero una vida tranquila… -

- mañana hablaremos con los demás –

- de acuerdo – dijo sin ánimo.

- aún queda una prueba Tsuna, pero esta vez será para tus guardianes – pensó para sí el Arcobaleno al tiempo que salía del lugar.

Continuará…


Espero que la historia les haya interesado, he hecho este capítulo con mucho cariño, sus opiniones y sugerencias son bien recibidas.

Por si acaso para los que no se percataron donde estaba la traducción del titulo; "L'apparenza inganna" significa "Las Apariencias Engañan".

La historia según mi perspectiva ira lento ya que deben darse las ocasiones para que ellos comiencen a conocerse y a entenderse, y por sobre todo entender aquello que les está pasando.

Quizás el Tsuna de esta historia les parezca algo más maduro, pero es natural que lo haga después de las cosas por las cuales ha pasado.

Bien, nos leemos en el próximo capitulo, espero que me dejen sus opiniones o los morderé hasta la muerte. (XD)

Atentamente: Kiky Usui