Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.

Basado en un prompt del blog serving-inspiration en Tumblr que dice: Would you stop doing that? People are beginning to stare!

No pude evitar pensar en Tamaki.

MiriTama. Relación no establecida.


Contacto.

Era una extraña costumbre que compartían entre ellos dos. Lo hacían únicamente cuando estaban solos.

Había empezado como un accidente provocado por el de cabello dorado y cuando éste se percató de lo que causaba en él le propuso hacerlo una segunda vez, después una tercera y así sucesivamente hasta que fue algo de todos los días.

Al principio eran cinco minutos, después diez, luego treinta. Gastaban media hora en ese inusitado ritual antes de salir rumbo a la academia. Pero cual droga pronto le parece insuficiente y sin decir nada el más alto le permite tener más.

Tal vez demasiado.

Es más de lo que puede tolerar. Aquél inusual rito dejó de ser un secreto, ya no era algo que ambos conocían y eso hacía un desastre de él.

—Mirio, ¿podrías dejar de hacer esto? —le pide y con un tono más agudo y parcialmente quebrado continúa —La gente está empezando a mirar.

Al mayor le toma unos minutos responderle y por poco ha creído que no le ha escuchado.

—Te lo estás imaginando —le responde y siguen su camino.

No puede estar en más desacuerdo con él. Mientras caminan ve a las personas que van en sentido contrario al de ellos y no puede evitar notar que sus miradas bajan a sus manos, las cuales están entrelazadas en el espacio que hay entre ellos. Son dos chicos adolescentes yendo a la escuela tomados de la mano.

No puede ser normal.

Está seguro de que incluso bisbisean sobre lo vergonzoso que es y lo raros que son. Son demasiado grandes para seguir tomándose de la mano como un par de niños, sumándole el hecho de que ambos son hombres ¿qué tan común es ver a dos hombres tomados de la mano? No lo es, así de simple.

Sin embargo a pesar de que el escrutinio y los prejuicios de los transeúntes son aplastantes para su persona no consigue apartar su mano.

Tomar la mano del chico le calma, no logra desaparecer su ansiedad pero la controla por un breve período de tiempo. Cuando Togata se percató de eso le ofreció hacerlo —sin dejarle negarse— antes de ir a clases. No tenía mucho contacto con él y el repentino ritual de tomarse de la mano le pareció excesivo e innecesario, pero más temprano que tarde llegó a ofuscarse con el acto.

—Mirio, —repite —en verdad, están mirando.

De repente el chico permeable se detiene y cuando lo imita, éste alza el agarre que mantienen hasta la altura de sus rostros y le sonríe ampliamente.

—Déjalos entonces, —se sonroja tras sus palabras y saber que en su pálida piel se hará evidente hace que le ardan las orejas —no pareces realmente preocupado por eso.

No entiende a qué se refiere pero cuando ve su propia mano frente a sus ojos advierte que en realidad su pulso no está acelerado, sus manos no están sudando y su temperatura corporal es más elevada de lo normal; sus dedos están ligeramente colorados y no típicamente lívidos.

El más alto le sonríe otra vez y le hace continuar el camino hacia U.A.

Mira al blondo de reojo y se pregunta si es consciente de sus mentiras, no ha podido negarse a continuar con esto porque sinceramente le gusta y que haya sido él quien propuso seguir haciéndolo le oprimió el pecho hasta sofocarle.

No quiere ser egoísta y por el momento deberá conformarse con sólo tomarle de la mano, hasta que eso deje de ser suficiente.