No me pertenece KHR
-¡Hiie!, no te me acerques-él dijo mientras se alejaba del hombre alto rubio que lo quiso abrazar.
-Mi Tsuna-el hombre dijo mientras se quitaba el palo de la escoba roto de su cabeza-eres tan cruel yo solo quería abrazarte-el en sus ojos tenia lagrimas de mimo.
-Usted puede quedarse con sus abrazos yo no los necesito-dijo el adolescente de dieseis años con un florero en sus manos, que no dudaría en usarlo.
Ustedes se preguntaran ¿Qué está pasando?, bueno lo que pasa es que en la residencia Sawada está presentando un drama mejor que el Titanic mientras se hunde.
El único hijo de los Sawada adolescente de dieseis años, segundo año de preparatoria que sufre androfobia. Si, usted ha leído bien androfobia temor a los hombre, fobia que sufre desde los cinco años de edad.
¿Por qué Tsuna sufre esta fobia?
Si de culpables se trata, se encuentran dos ¿Quiénes? Sus padres.
Nana Sawada una mujer con espíritu alegre cuando ella descubrió que estaba embarazada estallo de felicidad, los meses pasaron cuando el doctor le dijo que podían hacerle la ecografía para saber el sexo de su bebe ella se negó. Ella aseguro que ella tendría una linda bebe; instinto de mama, ella dijo. ¡Oh mal!, su instinto fallo épicamente ella pario un lindo bebe.
Pero eso no justifica que Tsunayoshi sexo masculino le tenga miedo a su mismo género. No señores y señoras. Su padre con un puesto importante en una compañía en Italia les dejo después de una semana de nacido porque él no podía quedarse mas.
Él le propuso a su mujer ir con él a Italia pero la mujer se negó. Ella no dejaría su patria la verdad es que la mujer no era muy aficionada a los aviones, así que ella se quedó en Namimori Japón. Pero eso tampoco justifica el ¿Por qué? ¿Cierto?
Cuando Iemitsu Sawada jefe de familia regreso cinco años después a Japón para el cumpleaños de su hijo. El esperaba un chico fuerte, que jugara algún deporte, que fuera el jefe del kindergarten ¡pero no!, lo que encontró fue una linda niña con cabello revoltoso con cintas rosadas en su lindo cabello color marrón rojizo, con vestido rosa de volantes muy hermoso cabe recalcar.
Nana madre de Tsu-chan como ella le decía al niño, lo vestía como una niña ¿Por qué?, bueno ella solo había comprado cosas para mujer porque su intuición de madre le había dicho que ella tendría una linda niña.
Tsu-chan era tan pequeña más baja del promedio que debe tener un niño de cinco años, su cuerpo delgado, su nariz de botón y sus grandes ojos color caramelo que gritaban inocencia no ayudaban mucho que digamos, su madre gritaba algo como un "Kya" cuando miraba a su bebe con ropa de niña, que la hacía salir corriendo por mas ropa de ¡Niña!
Su padre casi se da un tiro al ver a su primogénito vestido así de hecho el niño se comportaba muy femenino, y el hombre rubio con barba de tres días todas sus alarmas se habían encendidos que tendría que hacer algo al respecto.
El tomo a su hijo para enseñarle el mundo de los machos, como debía ser ¿no? Pero a veces los métodos que se usan no son los más adecuados. Eso debió pensar el hombre de treinta y picos años cuando según el enderezaría a su hijo.
La mujer muy alegre acepto darle a su preciada "princesita" a su esposo. El hombre llevo a su lindo hijo que había vivido sus cinco años de vida entre encajes y cintas de colores pasteles a un lugar donde entrenaban chicos de su edad sumo ¡sumo!, el moreno cuando vio a esos niños que doblaban su aspecto él quiso huir pero su padre no lo dejo.
Tirándolo al terreno del enemigo Tsuna quedó atascado entre cuerpos prácticamente desnudos, con sus pieles sudorosas, y aspecto rudo. El moreno se desmayó después de su primer encuentro. Su padre jamás se daría por vencido el moriría en el campo de batalla luchando.
A sí que entre dos semanas el pobre niño de cinco de años creo una fobia al tener hombre cerca de un metro de distancia, también creando una fuerza inhumana que podía levantar un cuerpo el tripe de peso de el a los cinco años él era uno de los niños más fuerte de la zona.
El cometido se había cumplido ¿no?, el problema surgió cuando el rubio estúpido padre quiso darle un abrazo a su lindo moreno que se había vuelto fuertísimo que podía levantar a esos niños luchadores de sumo y tirarlo a una distancia de cinco metros. El recibió una fractura en su nariz por un fuerte puñetazo que le dio su adorable Tsu-kun.
Su padre muy triste se regresó a Italia su hijo no lo podía ver porque terminaba vomitando, o dándole goles o tirándole cosas al azar sus vacaciones habían terminado y no podía quedarse más con su adorable familia.
Los años pasaron con el moreno creciendo obviamente él no se quedaría niño para siempre. Nana no se le quitó la maña de vestir a su hijo como niña según ella es un desperdicio que Tsu-chan siendo tan adorable desperdiciara su belleza como niño.
A sí que el chico creció como chica. Su madre hasta tuvo la desfachatez de inscribir a su hijo a una escuela privada que solo asistían mujeres.
Tsuna no es que le guste el travestimos, no, ¡jamás! Tampoco es homosexual como los estereotipos sociales creerían si ven al moreno vestido como una chica. No, que va el chico le gusta una compañera de clase Kyoko Sasawaga una de las ídolo de la escuela.
Si de ídolo hablamos Tsuna es una de ella, la chica castaña se destacaba en el deporte había ganado muchos trofeos para la escuela, aunque en lo académico es un desastre. Otra de la ídolo era Haru Miura una chica bastante imperativa, con una creatividad increíble.
El único deporte que Tsuna no era bueno era en la natación, ella decía que sabía nadar. Era verdad Tsuna no sabe nadar el por lo menor mantendría un poquito de dignidad al no ponerse nunca pero nunca y cuando se dice nunca es nunca un traje de baño de chica. Es un milagro que el después de tantos años no haya sido descubierto, lo más seguro que lo tacharían como pervertido.
Toda la escuela donde el asiste lo conoce muy bien por la fobia que tiene Tsuna contra los hombre, en primer año Tsuna se quedó dormida en una de las clases de matemática, el profesor la tomo del brazo zarandeándola un poco para que ella despertara; si despertó pero al ver al guapo profesor de matemáticas que muchas de las estudiantes estaban enamoradas, él le lanzo un golpe en el plexo solar dejando al pobre hombre sin aire por varios minutos.
Tsuna a veces sentía mal por mentir, él es un chico rodeado de chicas ¿Qué diría Kyoko?, seguro lo despreciaría y no tendría oportunidad con ella. Qué triste es la vida a veces.
-Vamos Tsuna solo un pequeño abrazo-él dijo mientras daba pasos de bebe en dirección a su querido hijo.
-No-él dijo mientras movía el florero que tenía, su arma que no dudaría usarla para romperlo en la cabeza de su padre.
Su padre suspiro con resinación no podía más su hijo no lo aceptaba aunque una vez se vistió de mujer, su hijo se dio cuenta y termino con un ojo morado. Su padre entonces se dejó caer al piso y volvió a ver a su hijo con cara seria.
-Tsuna vas cambiar de escuela-él dijo mientras se rascaba la barba-una escuela en Italia.
Su hijo abrió sus ojos como platos, abrió su boca y el la cerro como si fuera un pez fuera del agua mientras la información se procesaba-No voy- él dijo mientras volteaba su cara hacia un lado haciendo mohín. Su padre al ver su expresión nada masculina el no dejaría que su hijo siga siendo tan afeminado según él.
-Ya está decidido-él dijo mientras se levantaba del piso.
-¡No puedo dejar a mamá sola!-el grito mientras buscaba a su madre para ayuda-padre idiota-el término de decir cuando encontró a su madre que no había dicho nada todavía. Como una buena madre salió al rescate. Corrección. Ella llego donde su hijo pellizcándole las mejillas por hablarle de esa manera a su padre ella no lo perdonaría.
-Es una escuela mixta, usted sabe mujeres y hombres-el mintió la verdad es que la escuela donde matriculo a su hijo era de solo hombre-puede hacer amigos con chicas y chicos. También podrás vestirte como chico.
Tsuna se lo pensó un momento mientras jugaba con el dobladillo de su falda de su uniforme estilo marinero. Podía dejar de usar esos ridículos vestidos color rosa que su madre lo obligaba usar.-Esta bien acepto-él dijo-pero tengo de ir de compras no tengo nada de hombre-él dijo mientras miraba a su madre que estaba perdida en admirar los músculos de su esposo.
-¡Vamos!-el padre rubio dijo con entusiasmo.
-¡Solo!-grito el chico mientras salía de su casa.
El chico se fue a una tienda departamental se fue a la área de hombres para elegir sus cosas ya que los últimos años era su madre la que compraba su ropa. Nunca pensó que comprar un par de boxers le traería a su vida tanta felicidad, no le importaba las miradas que le daban señoras que miraban a una linda castaña comprar boxers negros con lágrimas en sus ojos.
Iemitsu se pellizco el puente de la nariz, con cansancio, logro convencer a su hijo ir a Italia lo difícil seria cuando él llegue y vea una población estudiantil de solo hombres.
Una de esas tantas noches italianas Iemitsu había salido a tomar unos tragos con su jefe Timoteo Di Vongola después de varios tragos el dejo correr su contenido de su corazón como aguas de rio que corre hacia el mar. Él le conto la situación de su hijo y le mostro algunas fotos que Nana le había enviado donde se miraba una chica morena.
Timoteo le dio unas palmaditas en la espalda como un padre que conforta a su hijo, le sugerido porque no traía a Italia para que entrara a la Academia Vongola una escuela de solo para hombres tal vez podía curar su miedo a los hombres. El hombre lloro dramáticamente por la brillante idea que le daba el anciano.
Tsuna y su padre se despidieron de su madre y esposa en el aeropuerto con lágrimas en sus ojos Nana le dijo a su hijo que lo extrañaría esas tardes de té que solían tener. Tsuna se negó sentarse junto a su padre y cualquier hombre.
Ellos llegaron a Italia Tsuna le brillaron los ojos él podía caminar con ropa de hombre, aunque les tenga miedo no significaba que él no quisiera ser un hombre bueno técnicamente él siempre ha sido un hombre porque tiene "eso" ahí abajo ustedes saben ¿no?
Después de una hora de viaje en carro Tsuna por supuesto en los asientos de atrás jamás se sentaría junto a un hombre aunque ese hombre sea su padre; llegaron a un edificio de Arquitectura Renacentista Tsuna nunca había visto un edificio tan grande y hermoso.
Ellos se bajaron del automóvil y entraron Tsuna se le hizo muy raro que los pocos estudiantes que se habían encontrado eran hombres ¿Dónde estaban las mujeres? Él no le puso mucha mente después la vería. Si claro después.
-Adelante-una voz gruesa pero gentil se escuchó amortiguada por las puertas.
Un hombre de cabeza roja más rosada con un tatuaje en forma de llama en su cara entro a la oficina donde estaba rotulada "Director"-¿Qué pasa G?-dijo el hombre que tenía en su escritorio una montaña de papel.
-Iemitsu y su hijo acaban de llegar- el director que es el nieto de Timoteo ya sabía de la situación del hijo de Iemitsu por eso había hecho una excepción para que el joven entrara a medio año escolar.
-Yo! Giotto-dijo el hombre mientras entraba a la oficina del director. Giotto levanto su mirada de los papeles para ver el hombre rubio pero había entrado ¿solo?
-¿Dónde está tu hijo?- dijo el mientras dejaba sobre la mesa la pluma que tenía en sus manos.
-Bueno, veras- él dijo mientras se rascaba la parte posterior de cuello-él está-pero no pudo terminar cuando fue interrumpido por G.
-Yo lo voy a traer adentro-él se ofreció amablemente.
El rubio padre de Tsuna duro unos segundos para entender lo que significaba traer al chico adentro de la oficina lo más probable que haya contacto físico nada recomendable-¡No!- el grito pero era demasiado tarde G salió volando estrellándose contra el escritorio donde estaba colocada una placa que decía "Dic. Giotto Di Vongola" los ojos de Giotto se abrieron de la sorpresa, mientras el otro rubio suspiro por la nariz.
-Por eso dije que no, mi hijo tiene una fuerza increíble si hombre se le acerca el no dudara en atacar-él dijo mientras se daba vuelta para tratar de tráelo adentro al chico.
Giotto por otro lado quitaba a G de su escritorio como si fuera un mosquito molesto pegado en el parabrisas, según lo que su abuelo le había dicho el chico lo vestían de niña pero como se vería un chico musculoso con vestido una imagen cruzo por su mente e hizo una mueca de horror. Él se esperaba un chico musculoso para que pueda tener esa fuerza monstruosa lo que no espero fue un adolescente de un metro cincuenta y ocho aproximadamente, cuerpo delgado, ojos grandes de color caramelos lleno de inocencia.
El chico entro con su cuerpo rígido a la oficina, Giotto le sonrió pero él no recibió nada a cambio si no que retrocedieras unos pasos hacia atrás, su padre lo detuvo recibiendo una llave luego tumbado al piso. Giotto hizo una nota mental no tocar al chico él no quiere recibir algunos moretones.
G despertó después de estar inconsciente por unos largos minutos-¡Tu maldito mocoso!-él dijo mientras se levantaba y comenzaba a caminar en dirección al chico. Tsuna saco un lapicero de a saber de dónde que utilizaría como arma no dudaría enterrarlo en el corazón del hombre tatuado.
-G, cálmate-dijo el rubio directo, sería una molestia limpiar la sangre color carmesí derramada en su oficina así que no muchas gracias. G chasqueo la lengua viendo el chico con ganas de darle una buena zarandeada.
Ellos hablaron de la escuela cuando se fundó, cosas que de verdad no le interesaban al moreno pero no tenía opción de quedarse escuchando.
-¿Dónde están las chicas?-el pregunto interrumpiendo el discurso del director.
-¡Nos tenemos que ir!-grito el padre rubio-todavía tenemos que ir a casa para dejar tus cosas- él dijo mientras agarraba la muñeca de su hijo grave error, el hombre era cabeza hueca o era masoquista recibió otro golpe bien dado en sus partes nobles pero aun así él no se detuvo y saco de la oficina a su preciado hijo.
El rubio y el pelirrojo se quedaron viendo como el padre recibió golpes de su propio hijo sin piedad. Se preguntaron por qué habría preguntado por chicas cuando la academia es solo de hombres. Como sea ellos siguieron con sus trabajos respetivos.
La mañana de lunes había llegado con un Tsuna con vestimenta de hombre, el uniforme de la academia le quedaba muy bien según lo que le había dicho su padre. Salieron del apartamento un edificio de arquitectura moderna muy elegante, ellos se dirigieron a la academia.
El padre de Tsuna le había dicho a su hijo que lo pasaría recogiendo cuando terminaran las clases eso sería como a las cuatro de la tarde si él no podía entonces una mujer llamada Oregano vendría por él.
Tsuna respiro profundo una, dos y tres veces antes de entrar, por los pasillo se encontró a una cantidad de hombres y ninguna mujer eso era muy sospechoso. Él ya tenía el horario de clases y el aula donde recibiría sus clases dado el primer día que se encontró con el director.
Tsuna entro al aula encontró un pupitre vacío, puso sus cosas y se sentó él ya se empezaba a sentir mal, su estómago daba vueltas sus ganas de vomitar estaba empeorando cada minuto que pasa el aire apestaba a testosterona. Era la primera vez que estaba con tantos hombres no incluimos su primera experiencia con luchadores de sumo.
Un estudiante susurro a otro ese es el chico nuevo, el otro estudiante dijo se ve muy débil.
Otro estudiante estaba tramando como jugar con el nuevo, como quitarle su dinero, y muchas cosas malas. Pobre Tsuna o mejor dicho pobre alma que lo más seguro que terminaría en el hospital con unos cuantos huesos rotos.
Un chico de cabello negro de ojos color ámbar miraba al chico pequeño que se miraba adorable su instinto de protección surgió como lava de volcán. Mientras otro chico de cabello plateado lo miraba como si fuera una plaga odiaba los tipos débiles y el moreno gritaba por todos sus poros, frágil.
El chico de cabello negro se puso de pie para caminar donde el moreno para presentarse.
-Yo!- dijo el chico- ¿eres el nuevo?- no era obvio bueno el chico parecía que no tenía alguna pregunta inteligente para señalar lo obvio. El moreno no contesto nada él estaba tomando un color verde en su cara que preocupo al chico más alto.
-¿Te sientes bien?-el pregunto mientras colocaba su mano en el hombro del pequeño moreno grave error el moreno se vomito encima de él y después se desmayó.
El estudiante alto su nombre es Yamamoto Takeshi estudiante becado con una beca de deporte. El rio nerviosamente mientras miraba el chico desmayado y con el olor repúgnate a vomito que se extendía por el aire.
Cuando Tsuna despertó estaba en la enfermería, solo o eso era lo que creía enseguida apareció el rubio director.
-Despertaste-dijo mientras mantenía una distancia prudente-¿Te sientes mejor?-el pregunto mientras miraba fijamente a su nuevo alumno.
-Si-el susurro.
-¿Crees que es posible regresar a clases?- el pregunto mientras se colocaba sus lentes para ver en que aula asistía y que materia estaban recibiendo en ese momento. El moreno asintió, el director le dijo que lo acompañaría al aula, ellos caminaron por los pasillos vacíos guardando su distancia.
El director abrió la puerta y todos los estudiantes volvieron su cabeza a la entrada viendo entrar al rubio director.
-Reborn, lo siento por interrumpir su clase vengo a dejar a un estudiante que acaba de ingresar hoy- él dijo mientras hacía señal para que chico entrara. Pasos lentos dio mostrando su cabellos castaños largos recogido por una cola de caballo. Todos lo reconocieron era el chico que vomito a la estrella del equipo de baseball.
El director le susurro algo al profesor de matemática, luego despidiéndose con la mano de Tsuna- Siéntate- él dijo mientras tomaba el libro de su escritorio- si vuelves a llegar tarde prometo un doloroso castigo-dijo el hombre con unas extrañas patillas rizadas.
Tsuna camino en dirección a su pupitre, se sentó delicadamente era como ver una dama de los años veinte. Muchos ya estaban planeando como intimidar al estudiante nuevo incluyendo a Reborn.
Las clases habían terminado nadie todavía se le había acercado al adolescente ni Yamamoto que había llegado para tomar la última clase del día. La campana sonó y Tsuna sintió que su alma ya estaba a salvo.
El abrió la puerta de la clase cuando encontró un tumulto de gente en el pasillo un chico de cabello negro de ojos azul metalico peleaba con otro chico de cabello largo color índigo con peinado de forma de fruta tropical.
Él pudo ver al chico que había vomitado en la mañana con una sonrisa observando el combate como si fuera lo más normal del mundo, pudo ver a un chico de cabello plateado maldiciendo por estar en su camino, otro de cabello blanco gritando "extremo". Un chico de cabello blanco que llevaba a su boca malvaviscos sonriendo como un zorro, un pelirrojo que se acurrucaba en una esquina lleno de curitas en su rostro y dedos de la mano.
El opto por seguir el ejemplo del chico de cabello rojo se acurruco en otra esquina mientras recitaba: estoy en el infierno, estoy en el infierno…
Para ser sinceros el infierno era mejor que donde fue a parar empezando con caníbales que muerden hasta la muerte, piñas pervertidas, freak del baseball, boxeadores extremos entre mucho más, una gama de personalidades únicas.
¿Podrá Tsuna curar su fobia o saldrá peor como entro?
Padre estúpido ¿Dónde me has metido? Ese fue el último pensamiento de Tsuna antes de salir corriendo como maratonista hacia la salida.
