Disclaimers: los personajes no me pertenecen…si no….
Oo. Enfermedad .oO
- Belleza, quiero decirte algo -dijo el chico en tono serio, tanto que asusto a la chica. Los ojos celestes de ella se posaron en los rasgos de él. Tan serio. Y no la miraba.
- Dime, Sai-kun -dijo la chica, sentada a un lado de él. Movía sus piernas, nerviosa. Detestaba que Sai se pusiera serio, de la nada.
- Creo que estoy enfermo -puntualizo el chico, mirando el suelo.
- ¿Por qué crees eso Sai-kun? ¿Qué síntomas tienes? -dijo la chica preocupada por su amigo. Su rostro preocupado recorría con la mirada a Sai, intentando descubrir algo malo.
- Pues mira, mi corazón palpita muy fuerte, parece que se va a salir... - tomó aire, aún seriamente-. Siento mariposas en el estomago, a veces me pongo colorado y no sé qué pueda significar.
Ella ya sabia a qué se refería, pero decidió seguirle el juego. De todas formas, ¿qué tan lejos podía llegar él? Era cuestión de averiguar.
- Que extraño... A mi también me pasa -dijo la chica en tono divertido, pero fingiendo un tanto malestar. Quería ver qué hacía Sai.
- ¿En serio? Entonces me contagiaste -puntualizo el chico, con un tono de voz entre dolido y divertido.
- Pues eso creo, pero es normal no te preocupes -dijo la chica haciendo soniditos graciosos, intentando soportar la risa.
- ¿Y se quita? -pregunto el chico, con cara de preocupación. Ino no sabía si fingía o no, pero le dio ternura su cara de aflicción.
- Pues la verdad no se si se quite, todo depende si la persona quiere curarse...-
- ¿Y si no quieres curarte? –Preguntó, como si fuera un niño de 5 años-. Es que esta extraña enfermedad me hace sentir muy bien -dijo el chico, con inocencia incluida. - Aunque se supone que las enfermedades son malas, ¿no?-
- Te entiendo –dijo Ino, en una risa-, yo también la tengo y me encanta tenerla.-
- ¿Y cómo se llama? -preguntó el chico.
- La enfermedad es simple, se llama amor -dijo la chica viendo a Sai fijamente para ver su reacción, con una diminuta sonrisa en sus labios.
- ¿Y es peligrosa? -preguntó el chico, con susto.
- No, si se está con otra persona que también la tenga...
Se quedó pensando por un momento, mientras Ino lo miraba atónita y expectante. A cada rato, la miraba a ella para luego volver a mirar al suelo. Lo estaba pensando mucho. Ino estaba atónita y un tanto nerviosa.
- Entonces, ¿si estoy contigo no me pasará nada? –dijo con esperanza en la voz. Ino lo miró fijo y asombrada.
- Yo creo que no –dijo pensando la rubia-. Haríamos como una especie de equilibrio natural.
- ¿Y se toma alguna medicina? –dijo, un tanto nervioso. Pareciera que el artista le temía a las medicinas.
- Si –dijo viendo la cara de asco del artista y soportando al risa-. Esa medicina se llama beso –finalizó, sonriente.
- ¿Beso? Y, ¿cómo se toma? –dijo similar a un niño pequeño.
- Así… -se acercó a el y lo besó en sus labios. Se sentían tibios al roce e Ino guardó en la memoria su sabor.
Se separaron, con un sonrojo de parte de la rubia y una mueca de inocencia de parte del azabache.
- ¿Y tiene horario para tomarla? –dijo, como niño pequeño. Ino sonrió.
- No y esa es la gran ventaja, no hay hora para tomarla –dijo, guiñándole un ojo y levantando su dedo índice.
- Ah, bueno -se acercó a ella y la besó con delicadeza y cariño.
Y es que Sai a veces puede ser tan inocente...
...pero siempre estará Ino que lo puede instruir.
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Adoro este fic!! Uno de mis favoritos ya llevaba como dos meses guardado y lo encontré, gracias Kami-cute!! Tk!!
