Disclaimer: Todos los derechos de The Vampire Diaries a S.J. Smith y Warner.

Línea temporal: La serie porque no leo los libros. Cuarta temporada, episodio cuatro. Más o menos.


DEMASIADO FÁCIL

Capítulo Único

Ella era una tonta sin remedio. Siempre se había enamorado demasiado fácil. Unas palabras bonitas, una buena actuación y ella acababa prendada del nuevo chico en turno. A veces se cansaba de ser así, de tener poca dignidad frente a los hombres y entregarles todo lo que tenía tan rápido como un suspiro. Pero ella era así, estaba en su naturaleza. No de vampiro, sino como humana.

Rebekah estaba cansada de ser la dama solitaria que acompañaba a Niklaus. De jugar con hombres un rato y acabar comiéndoselos después porque su vida errante no le permitía quedarse con ninguno de ellos, su condición inmortal tampoco. Ahora, en el siglo veintiuno, Rebekah jugaba a ser humana. A ir al instituto, a hacer fiestas bomba y a tratar de calmar su soledad con personas obligadas por sus poderes de vampiro, odiando a su hermano y al resto de las personas que la rodeaban, a excepción de uno.

Matt…

Rebekah continuaba pensando en Matt como un chico dulce, alguien con quien le gustaría estar. No sexo, no conversaciones vacías, tampoco promesas que se podrían romper. Una buena charla, sin prejuicios, sin miradas llenas de odio, y tal vez un abrazo. Era todo lo que pedía ella. Un amor limpio, uno del tipo que no había disfrutado nunca antes. Pero Matt le odiaba, estaba molesto con ella y no quería verla. Ya ni siquiera le agradaba y Rebekah dudaba ahora que alguna vez lo hubiera hecho.

Tal vez ella no debió haberlos tirado del puente, esperando que muriera Elena y de paso él. Después de todo, ahora su hermano se había revelado contra ella, no tenía nadie en quien confiar, y era por Nik por quien había hecho todo. Parecía injusto. Completamente injusto. Había perdido su nueva chance para amar por culpa de ese bastardo, una oportunidad que jamás regresaría.

Aunque, tal vez, había sido lo mejor. Quizá también fue lo mejor que Niklaus y Stefan la acorralaran, que la durmieran con la daga clavada en el vientre. Así podría dormir cien años, tal vez más, si tenía suerte. Así, cuando despertara, Matt ya no estaría allí, estaría muerto y ella no se vería patética rogándole su perdón, pidiendo su compañía, arrastrándose por sus palabras, necesitando una mirada. Dejaría de hacerle regalos caros porque no puede demostrar limpiamente sus sentimientos y su pesar.

Y, por sobre todas las cosas, no entregaría su corazón demasiado fácil a un hombre que seguro la desecharía como todos los demás.


No sé ustedes, pero yo amo a Rebekah y a Matt. Sonmi nueva pareja favorita de TODO Vampire Diaries. A ver si me animo a escribir más de ellos :3

¡Besos embarrados de Nutella para todos!

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Di NO al PLAGIO.