Así que aquí estoy... esta historia la publiqué en wattpad y decidí darle una oportunidad en esta plataforma. Espero les guste. The Scientist es la canción que me inspiró. Porque simplemente no podía sacarme de la cabeza la imagen de Kara en el lugar de Chris Martin.

Descargo de Responsabilidad: Supergirl no me pertenece. Solo las ganas de que Supercorp se convierta en canon.

Me he acercado a ti. A decirte que lo siento, no sabes lo encantadora que eres. Tenía que encontrarte, decirte que te necesito. Decirte que te separé de los demás.

(The Scientist) Coldplay

The Scientist:

Otro día, otra noche…

Internamente se preguntaba si quizás esto se convertiría en un "para siempre" . El simple pensamiento hizo que su estómago cayera y que la grieta en su pecho se abriera un poco más.

No podía perderla. No a ella...

- Si sigues así, temo que el televisor se desintegre de un momento a otro -

Lo que intentó ser una broma por parte de su hermana, solo sirvió para hacerla desviar su mirada del punto fijo en el que sin darse cuenta había permanecido durante el transcurso de la última hora.

Sus ojos azules, que por lo general siempre parecían brillar, en ese momento, luciendo apagados, se posaron con desgano en el rostro de Alex.

- Aún no te ha hablado - dedujo la agente brindándole un mirada compasiva.

No iba a negar que de cierta manera se sentía un poco culpable por cómo se dieron las cosas. Al final de cuentas, fue ella quien detuvo a Kara, cuando su hermana rendida le dijo que ya no podía seguir ocultando su identidad a Lena y que se lo diría.

"Una noche más" le había sugerido pensando que no pasaría nada.

Y si bien el orden de los factores no altera el producto, y la joven Luthor de todas maneras ya lo sabía. no dejaba de pensar en que quizás, si la joven CEO lo escuchaba de la boca de la propia Kara, tal vez, solo… tal vez su pequeña hermana no estaría en el limbo en el cual se encontraba.

- ¿Porque no la llamas tu? - sugirió colocando una mano sobre el hombro de la rubia. No se sorprendió que tal como había sucedido durante los últimos días, Kara se mostró incómoda ante el contacto irguiéndose en su posición. Como si el simple hecho de mencionar a Lena, aun sin nombrarla directamente fuera el equivalente a un choque de electricidad.

- Me dijo que necesitaba tiempo para pensar - murmuró subiendo los pies al sillón para así poder abrazar sus rodillas un acto reflejo producto del recuerdo de la última vez que había visto a su amiga. Odiaba que Alex la conociera tanto como para deducir que su mal se debía a una pelinegra de ojos verdes.

- Le diste dos semanas, creo que es tiempo suficiente - razonó la mujer, Alex no soportaba ver el estado de su hermana. Si bien Lena tenía sus motivos suficientes para enfadarse con el resto del grupo, incluso para no volver a dirigirles la palabra. Eso no podía ser aplicado a Kara.

Kara que siempre creyó en ella, que siempre estuvo de su lado incluso cuando las pruebas apuntaban a que debía hacer todo lo contrario.

No entendía.

- Si ella no te perdona, ella se lo pierde - dijo con desinterés y amor.

Kara sabía que su hermana no era una gran fan de Lena, siempre se manejó con cautela en lo que a los Luthor hacía referencia. Sin embargo y aunque en la superficie hubieran alcanzado un equilibrio. Estaba claro que el bando de Alex siempre sería al lado de Kara.

Pero tanto como amaba a Alex, la idea de que hubiera bandos para elegir solo hacía más real una ruptura, y eso era precisamente lo que despertaba los temores de la joven kryptoniana.

Lena no había hecho nada, no tenía culpa de nada, excepto de haber creído en ella.

Se levantó del sillón exasperada. Mientras caminaba de un lado a otro ante la mirada perpleja de Alex, sintió que el departamento comenzaba a encogerse.

- ¿De verdad Alex? - preguntó con ironía - Dime, ¿que se pierde Lena? ¿personas a las que consideraba amigos que le metieron en su cara? ¿A mi, que no he hecho más que engañarla, que le prometí que siempre estaría con ella, que no la lastimaría? No veo donde pierde - La ira burbujeaba en su interior, el silencio por parte de Lena era ensordecedor, había tratado de mostrar calma frente a todos y lo había intentado con todas sus fuerzas.

Pero tenía miedo. Un miedo que jamás había experimentado, ni estando frente a la muerte, ni perdiendo a Mon-El, ni siquiera cuando vio su planeta desaparecer estando sola dentro de una cápsula vagando por el espacio para acabar en una zona fantasma.

Nada se comparaba con el miedo que le provocaba la posibilidad de que Lena no la quisiera en su vida.

- La única que pierde aquí soy yo - susurró de espaldas.

- Kara… - Alex abandonó su lugar en el sillón, quiso acercarse, decirle que todo estaría bien. Pero los hombros caídos y la mano de la rubia pidiendo silenciosamente que no avanzara se lo impidieron.

- Quiero estar sola. Por favor -

- Kara… - insistió la agente ante la súplica.

- ¡¿No lo entiendes Alex?! - gritó con frustración - No puedo perderla. Estoy aterrada, no quiero ni siquiera considerar esa posibilidad, y sin embargo, está allí, riéndose en mi cara. Clavando dagas en mi corazón -

Alex se encontró sorprendida ante el exabrupto. Después de un momento inclinó su cabeza estudiando a su hermana, había algo en todo el asunto que se estaba perdiendo, incluso pareciera que la propia Kara se lo perdía.

Cruzando los brazos, aguardó un instante. Dejando que toda la situación verdaderamente se hundiera en ella.

Miró a Kara, caminando descalza, en pijamas, su cabello recogido en una descuidada coleta. Estudió el departamento, desorden, era un cumplido para el estado en que se encontraba, observó la comida sin tocar en la mesa.

Todo indicaba, que allí vivía alguien a quien su pareja acababa de dejar.

- Como no lo vi antes - dijo manteniendo una conversación con ella misma, sin embargo la frase no pasó desapercibida para alguien con super audición.

- ¿Que cosa? - preguntó Kara.

¿Se lo tenía que decir? ¿Era mejor que la dejara averiguarlo sola? por obvias razones se dijo que era mejor no dejar las cosas para después.

- Kara, ¿te has preguntado porque esto te tiene tan mal? -

La rubia frunció su ceño sin entender.

- Quiero decir. Te vi sufrir por la pérdida de Mon-El. Y fue definitivamente una pérdida. Pero
"esto" - dijo enfatizando las palabras señalando a su alrededor - es otro nivel -

- ¿A qué te refieres? - inquirió sin ganas de seguir la conversación no tenía cabeza para pensar o deducir los acertijos de Alex.

- ¿Que a qué me refiero? - preguntó con incredulidad - Kara, no sabes ni siquiera cuál va a ser la respuesta de Lena, y ya estás hecha un desastre, mira a tu alrededor, pareciera que estás atravesando un ruptura amorosa y no el enojo de una amiga -

- No. No es eso - intentó contradecirla.

- ¿Ah no? -

- No, es mi amiga - "es mi amiga" repitió en su cabeza. Aunque la palabra le sonaba rara.

- ¿Puedes darme tu telefono? -

- ¿Para que? -

La agente no le explicó, miró hacia la mesa y vio el aparato descansando entre cajas de pizzas frías y olvidadas.

Lo tomó ignorando las protestas por parte de Kara.

- Si desbloqueo la pantalla, ¿con que me voy a encontrar? - dijo desafiante.

- No conoces la clave - refutó Kara con sus manos en la cadera.

Alex sonrió.

Pulsó un botón y la pantalla se iluminó, con una sonrisa más grande deslizó sus dedos un par de veces.

- Tal como lo pensé - dijo exhibiendo la pantalla ante una Kara perpleja.

- ¿Como supiste? -

- Te conozco - respondió despreocupada - y así como sabía tu contraseña, sabía que lo primero que aparecería al ser desbloqueada, sería una foto de Lena -

Quería negarlo. Decirle que era solo porque… porque… ni ella sabía porqué. Tal vez fuera porque la distancia era enorme a pesar de estar en la misma ciudad, que tal vez se debía a que extrañaba ver sus ojos, perderse en esa mirada verde capaz de hacer sentir su alma completamente desnuda. Que extrañaba sentir su piel, el aroma que desprendía su cabello.

Buscó en su mente ingeniar una respuesta convincente, no tanto para Alex, como para ella, porque ante la perspectiva revelada. Su corazón se saltó un latido, para luego arrancar una carrera desbocada.

Muy a su pesar, lo único que pudo hacer fue abrir y cerrar su boca sin emitir sonido alguno.

- Ahora, voy a repetir la pregunta de hace un momento - Alex le habló con calma, porque tanto para Kara como para ella ese descubrimiento era digno de tratar con pinzas.

- ¿Te has preguntado porque te afecta tanto? ¿Realmente te lo has preguntado? -

Una bocina de auto se escuchó en las afueras, un señor gritó un insulto mientras las ruedas de un vehículo rechinaba en la acera, el episodio de Buffy continuaba siendo reproducido en el televisor. A pesar de todo eso Kara pudo escuchar su corazón..

- Tengo que hablar con Lena - dijo con determinación.

Alex sonrió satisfecha.

- Pero primero - advirtió antes de que la rubia escapara por el balcón - tienes que darte una ducha - dijo haciendo una mueca.

… … …

- Esto es… ¡Hola Lena!, perdón por la hora… No, no - sacudió su cabeza inconforme con el tono de su voz.

Por decima tercera vez.

Fue mermando la velocidad con la que iba hasta quedar suspendida en el aire. El complejo de departamentos donde Lena vivía ya estaba cerca, incluso podía escuchar su corazón. Y por el ritmo de los latidos estaba despierta.

- Lena… ¿Como estas? sé que me pediste tiempo… pero yo, quería decirte que… No, no aghhh - negó una vez más - Vamos Kara tu puedes. ¿Que tan dificil puede ser decirle a tu mejor amiga que te diste cuenta de que estas enamorada de ella?- se preguntó mientras alisaba su pulcra camisa celeste - Claro siempre y cuando logres ganarte su perdón, o que por lo menos te abra la puerta -

Volvió a retomar el rumbo rogando porque la joven CEO le diera una oportunidad.

Estando ya cerca, podía vislumbrar la azotea del ático, una voz en la acera llamó su atención.

- Esa sería la última, las maletas irán en el Jet - Era el inconfundible acento de Lena - Gracias - dijo de manera educada pero fría.

- A usted señorita Luthor, no se preocupe, todo estará en su piso a la hora de su llegada - dijo casi solemne una voz varonil.

- Lo sé - fue la corta respuesta por parte de la pelinegra.

Kara arrugó su ceño analizando lo que acababa de escuchar. El piso de Lena era al que ella se estaba dirigiendo. Bueno seguramente estaba plagada de propiedades, pensó. Pero, ¿acaso Lena se estaba mudando?

"¡No!" gritó una voz en su interior -Tal vez solo se trata de un viaje de negocios - se auto respondió intentando apagar la alarma de pánico que se había encendido en su cabeza.

Escuchó el ruido que hizo de la puerta del camión al ser cerrada, escuchó el ruido del motor al ser encendido y escuchó el timbre del ascensor al abrirse las puertas.

Sin perder más tiempo aterrizó sus pies en el balcón. Inspeccionó una vez más su atuendo acomodándose las gafas como cada vez que estaba nerviosa.

Respiró hondo, una, dos, tres veces.

- Oh Rao... - dijo caminando de un lado a otro - Ahora, si pudieras ayudarme aquí… -

- ¿Manteniendo una conversación intergalactica? -

Su andar se detuvo de manera abrupta al escuchar la voz de Lena detrás suyo. Podría haber degustado el sonido, de no ser por la nota de sarcasmo.

"Aquí vamos" pensó.

Lentamente se volvió para enfrentar a la pelinegra.

Ahí estaba. Lena Luthor, en todo su esplendor, incluso con su ceja elevada. A la luz de la luna le resultó el ser más hermoso. Y se lamentó por no haberlo notado antes. O no hacerlo de la forma que en ese momento lo hacía.

- Hola - dijo con timidez. Lena siempre tenía la facilidad de hacerla cohibirse. Bueno, a todo el mundo. Un rasgo peculiar en los genes Luthor.

- Estaba a punto de llamarte - Lena respondió cruzada de brazos, su postura le recordó a Kara el día que se conocieron. Erguida, imperturbable. Era la misma Lena Luthor recién llegada a National City.

Todo era igual. O casi.

Sus ojos eran distintos. En su mirada brillaba la ausencia de entusiasmo, no había adrenalina, ni la expectación que vio el dia que junto a Clark fueron a investigarla.

- Que bueno - Kara intentó sonar animada, sin embargo algo le decía que esa llamada no era con los fines que tanto esperaba.

De pronto, la punta de sus zapatos le parecieron interesantes. Así que sus ojos decidieron quedarse allí

- Pero, ya que estás aquí, me facilitas las cosas - dijo con voz contenida.

"Está tratando de ocultar sus emociones" pensó Kara con tristeza.

- Lena yo… - quiso comenzar, luchó por recordar todos los diálogos que había ensayado en su cabeza, sin embargo,no lograba poner en palabras nada.

- ¿Quieres pasar? - preguntó de pronto amable, casi haciendo surgir esperanza en la rubia que decidió abandonar los adornos en el suelo para mirar el rostro de la mujer que amaba. - No es como si tuviera donde puedas sentarte pero para alguien como tu, estar de pie por un par de minutos no será problema. ¿No? -

El comentario se sintió como una bofetada. Pero Kara estaba decidida a aceptarla, se dio cuenta de que estaba dispuesta a aceptar cualquier insulto, golpe, lo que fuera que proviniera de parte de la joven, porque consideraba que era lo mínimo que podía hacer por ella.

Dibujando una sonrisa en su rostro avanzó al interior del lugar seguida de cerca por Lena. Agradeció poder sentir su perfume. De cierta manera calmó un poco sus nervios.

Sin embargo, estando dentro y mirando al rededor del departamento entendió a lo que se refería con estar de pie...

- ¿Qué pasó con tus muebles? - preguntó volviéndose hacia la pelinegra quien mantenía imperturbable sus facciones.

¿Porque no puedo leer la mente? bufó en su interior.

Lena siguió avanzando hasta llegar a la cocina como si Kara no hubiera preguntado nada. Entonces Kara recordó el camión, el jet, los muebles…

- No te vas… - dijo haciendo su camino hacia donde Lena se servía whisky.

- ¿Quieres servirte algo? - ofreció y la calma que mostraba el CEO comenzaba a desesperar a Kara.

La isla de la cocina que las separaba, se sentía como si fuera una muralla.

"Tal vez es eso lo que pretende" susurró una voz en su cabeza.

- Lena… -

Llevándose el vaso a la boca bebió parsimoniosamente. Kara intentó no detenerse a observar como la garganta de Lena se movía a medida que el líquido hacía su recorrido.

Lena abandonó el vaso sobre la mesa, lo observó durante un instante largo, como si buscara algo. Luego, lentamente fijó su mirada en los ojos de Kara.

- He decidido mudarme - dijo como si comentase el clima.

- ¡No! - Kara contrarrestó de inmediato, escucharon un crujido e inmediatamente las mejillas de la kryptoniana adquirieron una tonalidad rosada al ver que había puesto demasiada fuerza en su agarre sobre la loza e inconscientemente la había agrietado - Mira, sé que estás enojada, incluso decepcionada. Si quisieras arrojarme con algo, lo entendería -

Kara vio un destello en los ojos verdes, incluso la más mínima de las sonrisas alcanzó a notar en los labios rojos.

- ¿Quieres hacerlo verdad? - insistió, rodeó la isla hasta estar a dos pasos de distancia del cuerpo de Lena. - hazlo - dijo y su voz salió como una súplica.

- Como si fuera a dolerte cualquier cosa que te arrojara - ironizó descansando su cadera en la encimera.

Kara no pudo soportar estar tan cerca y no poder tocarla.

Buscó con sus manos tomar las manos de Lena sonrió ligeramente al notar que la joven no la rechazaba.

- El dolor que me provoca tu ausencia no se compara a cualquier dolor físico. Cualquiera es soportable. Cualquiera. Estar lejos de ti. No… -

Lena intentó desviar su mirada, Kara sentía los latidos de su propio corazón en los oídos.

- ¿Que quieres Kara? ¿ah? - dijo escapando del agarre y poniendo distancia entre ambas.

Distancia que Kara se encargó de borrar.

- Lo puedo arreglar Lena, sé que ahora parece mal, que parece difícil. Incluso no me vas a creer si te digo que lo hice por tu bien. Pero es la verdad. Jamás me hubiera perdonado que algo te pasara por mi culpa, por saber quien soy. Lena yo t... -

- ¿Tu que? ¿me querías proteger? No Kara, creeme, el que me vaya es lo mejor - refutó dando la espalda.

- Nada es mejor si no estás - dijo estirando su mano con cautela para colocarla sobre el hombro. Lena parecía tan desprotegida a pesar de su empeño en mostrar lo contrario.

Kara siempre quería ser un consuelo para ella, siempre quiso protegerla. De no ser por lo obstinada que era la mujer, la hubiera puesto en una caja de cristal cada vez que el peligro a su alrededor se hacía presente.

Y siempre se encontraba en las batallas pensando. "Rao, tengo que volver con Lena. Quedé en ir a comer. Lena querrá donas"

No podía imaginarse una vida sin la cabellera negra frente a sus ojos. Así que en vez de colocar su mano, se acercó un poco más y envolvió sus brazos alrededor del cuerpo fragil.

Esperaba ciertamente la resistencia por parte de la joven Luthor, sin embargo, la morena se dejó hacer. Kara sintió como una electricidad que no había sentido nunca le recorría el cuerpo entero. Sonrió al notar lo natural que se sentía.

- Daría todo, absolutamente todo por borrar tu dolor - murmuró sobre el hombro blanco como la porcelana - No sabes lo importante que eres para mí Lena -

Sintió como la joven es sus brazos respiraba profundo. Tuvo miedo de que se apartara. Para su tranquilidad no lo hizo, por el contrario se acomodó más en su pecho.

Estuvieron así durante un par de minutos donde la quietud era predominante en el apartamento.

Kara se preguntó si ese sería el momento ideal para confesar sus sentimientos.

- La primera vez que me sentí insuficiente fue cuando Lillian me miró a los ojos - Lena habló meditabunda. Kara a pesar de no poder verla, podía imaginar el tono que adquirieron sus ojos como cada vez que su mente evocaba los recuerdos de su niñez. Pacientemente esperó a que su interlocutora continuará.

- Lionel me había dicho que me encantaría la casa - rió con sorna - pero al llegar, los ojos de Lillian me dijeron que yo no era lo que aparentemente esperaba. Obvio no pasó mucho tiempo para que lo pusiera en palabras. Lionel... con él sentí lo mismo, sentía que no alcanzaba lo que yo era para retenerlo. No importaba lo que hiciera, él no podía darme más de cinco minutos de su tiempo -

Los brazos fuertes de Kara afianzaron su agarre en clara muestra de apoyo, pero continuó en silencio.

- Luego estaba Lex - dijo sin poder ocultar el dolor al nombrarlo - creí que con él era distinto, siempre me había apoyado, en mis noches de insomnio me enseñó a jugar ajedrez. Siempre decía "No importa Lee, no hacen falta, yo estoy orgulloso de ti" "siempre estaré para ti" "somos tu y yo Lee, solos contra el mundo" -

Kara sintió algo tibio sobre su mano seguido de Lena llevando una mano a la mejilla. Entendió que lloraba.

Quería hacer algo, decir algo. Pero también quería saber, a que quería llegar.

- De nuevo me equivoqué. Mi amor de hermana, mi casi idolatría por su persona, no alcanzaron. No pude salvarlo de su locura -

- Lena tu no... -

- Déjame terminar Kara - pidió recompuesta.

Kara quería decirle que nada de eso era su culpa. Que si alguien era inocente en todo, esa era ella.

- Perdón - dijo en cambio, disculpándose no solo por la interrupción, pedía perdón por todos los que hicieron sentir de esa manera a alguien tan maravilloso como lo era la mujer que abrazaba y no quería soltar..

- Sabes me pasé toda mi niñez, adolescencia y juventud, intentando alcanzar las expectativas que otros ponían en mi, o las que yo interpretaba que tenían sobre mí. Siempre teniendo que revalidar que era digna de llevar el apellido Luthor, y luego que sería capaz de sacarlo del lodo en el que se encontraba. Siempre tratando de ser digna del amor que alguien me pudiera dar. Pasé tanto tiempo así, que me perdí a mi misma. La monotonía, las personas, el tiempo, todo se convirtió en algo totalmente abstracto - Kara sintió que el cuerpo de Lena se removía del suyo. Su primer impulso fue retenerla en ese lugar, hasta que entendió que la joven solo buscaba girar su posición para mirarla a la cara. Su boca hizo una mueca al notar la tristeza en los ojos esmeralda.

- Hasta que te conocí -

Kara tembló ante el tono de voz. El miedo nuevamente apareció y le hizo replantear, qué tan trascendental había sido el hecho de haberse conocido.

- Cuando te vi, fue… despertar - continuó Lena ajena a todo el enjambre de pensamientos con los que estaba luchando la rubia - Hablar contigo, me dio una inyección de energía que no sabía que necesitaba, como si cada uno de mis sentidos se revitalizaron, fue extraño, fue sorpresivo, y casi aterrador -

Un sonrisa carente de emoción se dibujó en su boca al notar el ceño fruncido de Kara.

- En poco tiempo me volví completamente adicta a tu persona - confesó en voz baja pero con firmeza.

En cámara lenta, Lena elevó su mano y con el dedo índice acarició la arruga que se había formado alisando con la más delicada de la caricias.

Kara no pudo más que rendirse al tacto.

"¿eso quiere decir que ella también me ama?" "Oh! Rao, que ciega fui"

Kara la miró con adoración. Sentía las dos palabras que había ido a decir colgando de la punta de su lengua.

- Tu, con tu sencillez, con tu torpeza, con tus ojos y tu sonrisa - mientras hablaba su dedo siguió dando caricias fugaces al rostro de la joven rubia - Me hiciste llegar a pensar, que no necesitaba esforzarme para que estuvieras conmigo, para que me quisieras… Por más que mi personalidad dañada intentaba empujarte lejos, tu siempre regresabas. E internamente le agradecí al universo que lo hicieras. Creí que al fin había encontrado un hogar… -

- No hables en pasado Lena - suplicó y no le importó hacerlo, todo en la joven indicaba que se estaba despidiendo y no quería escuchar lo que seguía a continuación.

- No fui suficiente Kara. Para ti, para tus amigos. Una vez más mis limitaciones quedaron en evidencia -

Kara cerró sus ojos lamentando escuchar el dolor que se impregnaba en cada palabra que salía de los labios rojos.

- Eso no es así -

- ¿No?- preguntó retórica - ¿Como es? - exigió esta vez soltándose de los brazos de Kara - Porque como se ve, es que no fui lo suficientemente confiable para ti, que durante tres años. ¡TRES!. no pudiste decirme quien eres verdaderamente. Ni hablar de tu grupo selecto de amigos que por obvias razones no les alcancé a demostrar lo suficiente para que lado estuve peleando todo este maldito tiempo. ¡DIME KARA! DEJA DE MIRARME Y TRATA DE JUSTIFICAR ESTE MALDITO DOLOR QUE ME PROVOCÓ ENTERARME POR ALGUIEN MÁS QUE SOLO ESTUVE HACIENDO EL PAPEL DE ESTÚPIDA! -

Con una velocidad que hasta la misma Kara se sorprendió, Lena tomó el vaso en el que se había servido whisky y lo arrojó contra la pared haciéndolo estallar en mil pedazos.

Ambas miraron estupefactas los vidrios desparramados.

Su instinto hizo a Kara precipitarse para recoger los pedazos.

- Dejalo Kara. Solo vete... -

- No…-

- ¡Vete! -

- No -

- Solo, vete… por favor... -

Kara abandonó los vidrios nuevamente en el suelo, con un suspiro se irguió y con determinación caminó hasta quedar nuevamente justo frente a Lena.

Sus ojos azules se trabaron firmes en los verdes mar.

- No voy a irme, no pienso alejarme. Te oculté quien era, es verdad. Pero, no por que no seas suficiente. Tu no solo eres suficiente para mi. Tu Lena Luthor. Lo eres todo. ¿Ok?. Todo… -

Lena intentó negar con su cabeza, pero Kara fue más rápida tomándola entre sus manos.

- Si tengo que disculparme, lo haré por siempre. Si tengo que esforzarme cada día para ganarme tu perdón lo haré con gusto. Por que tu lo vales Lena. Y yo… yo -

- No lo digas - Lena la interrumpió colocando su mano sobre los labios de Kara.

- Es lo que siento - Habló sobre los dedos fríos, sin embargo suaves - Te amo… -

Las palabras quedaron colgando en el aire.

Si bien no era el escenario, ni tampoco la forma en que Kara lo había visualizado mentalmente, sintió que de sus hombros se quitaba un peso enorme.

- Te amo - repitió saboreando las palabras mientras quitaba de su boca la mano de Lena quien agachó su mirada.

- No lo haces - afirmó de manera estoica.

- Si lo hago - reafirmó Kara

- Eso quieres pensar, pero no es así -

- No… - las manos de Kara volvieron a tomar el rostro de Lena, quería hacerle entender que sus sentimientos eran verdaderos, que el amor que le estaba declarando era lo más verídico que existía en su vida.

- Te sientes culpable, Kara. Y está bien. Si necesitas mi perdón. Lo tienes. Pero no digas que me amas, cuando ambas sabemos que no es cierto -

Kara comenzaba a frustrarse ante la necedad de la pelinegra.

Por un momento guardó silencio para así ordenar su cabeza. No pasó desapercibida la mirada herida que rápidamente fue reemplazada por una máscara de satisfacción en los ojos de verdes.

La misma mirada que ponía cada vez que creía que tenía la razón.

- Estos días que no supe de ti. Que me pediste tiempo, que guardaste silencio. Yo experimenté el dolor más grande. Nunca imaginé vivir algo así. Sentía angustia cada vez que revisaba mi telefono, y no había ni un mensaje, ni una llamada. Luchaba con el impulso de irrumpir en tu oficina y pedirte que habláramos. No lo entendía. O tal vez fui demasiado humana para darme cuenta -

Su mirada se volvieron dulces, sus pulgares comenzaron a trazar círculos en la piel suave. Sonrió al notar que Lena se relajaba.

- La primera vez que te vi, fue como mirar el sol. Me sentí cálida, me sentí flotar, como cada vez que vuelo tan alto que mis energías se revitalizan al máximo. Lo primero que pensé fue "Rao, que hermosa es… la maldad no puede existir en ella" . No te tuve por dos semanas y sentía que la oscuridad se cernía sobre mí. No me digas que no te amo. Si siento que agonizo cada vez que la idea de no verte más me pasa por la cabeza -

- Kara… -

- Por favor Lena, entiendo que estés enojada, entiendo que de un día para otro no me voy a ganar tu perdón. Incluso entiendo si mis sentimientos no son correspondidos. Pero, sé que lo puedo arreglar. Si me dejas. Lo podemos arreglar -

El aliento que se escapó de un suspiro por parte de Lena sopló sobre su cara. No supo bien quién se acercó a quien. Simplemente fue consciente de sus ojos cerrados y de la tibieza que sentían sus labios al unirse a los de Lena.

Fue suave, casto. Pero suficiente para saber que no querría besar ningún otros labios.

Sus ojos apenas se abrieron, buscando algún indicio en Lena de que se había sobrepasado. En efecto Lena ya la estaba mirando. Pero no dijo nada.

Ninguna lo hizo.

Tal vez las palabras ya sobraban. tal vez las palabras no solucionaban nada después de todo.

Sus bocas volvieron a unirse. Está vez, animandose a explorar más. Un perfecto baile sincronizado.

Kara hundió sus dedos en los cabellos negros maravillandose en lo suave que se sentían, mientras sintió que las manos de Lena se aferraban a su cintura atrayéndola más. La cercanía de sus cuerpos le provocó un escalofrío que le recorrió el cuerpo entero. Encendiendo al mismo tiempo un fuego interno.

De pronto sintió que no tenía suficiente.

Lena tenía el gusto de la miel, sus labios se podían comparar a un dia de sol, a una mañana perezosa, a su comida favorita.

Las respiraciones comenzaron a hacerse más pesadas, y el lugar cambió de temperatura.

Empeorando cuando la lengua de Lena se paseó por su labio inferior buscando un permiso que Kara no tenía fuerzas ni ganas de negarle.

Experimentando una valentía que no sabía que poseía empujó a Lena hasta que su cuerpo quedó atrapado entre la isla y Kara. Con un simple movimiento Lena estaba sobre la encimera con las piernas alrededor de su cintura con sus manos detrás del cuello de Kara haciendo aún más profundo el beso, si es que eso era posible. Mientras las manos de Kara vagaban con ansias sobre sus costados.

Había algo intoxicante en tocar a Lena de esa manera. Se sentía mareada, y sus rodillas se convirtieron en gelatina. Tuvo que inclinarse más sobre el cuerpo de la pelinegra quien soltó un gemido al sentir la presión en cierta zona en particular.

El sonido no hizo más que encender más el fuego que se había construido en la joven de cabellos rubios.

La necesidad de aire hizo que Lena abandonara su boca, pero no así su cuerpo. Con las piernas aún firmes en su agarre, fue dejando rastros de besos sobre la mandíbula hasta esconder su cara en el cuello de Kara.

Kara estaba perdida en las sensaciones, tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando Lena tiraba de su camisa ya desprendida.

- Lena… - su voz le resultó extraña, ya que salió más como un gemido. Sin embargo no se sintió avergonzada. No cuando Lena estaba pasando sus dedos por su abdomen delineando cada línea en el.

- Lena - llamó una vez más cuando las manos de la joven Luthor bordearon el botón de sus pantalones.

Lena por su lado seguía concentrada en lo que hacía. Y no parecía tener intenciones de detenerse. Sin embargo y por mucho que Kara estuviera alucinando con lo que estaba sucediendo. Sabía que debía detenerse.

- Lena por favor… - dijo luchando con el impulso de mantener la boca cerrada o por lo menos ocupar en besar los labios de Lena otra vez.

Lena se alejó lo suficiente para clavar sus ojos en los de Kara. Kara tragó profundo ante lo penetrante que le resultaron los ojos verdes, si bien aún se podían ver rastros de dolor, el deseo predominaba.

- Kara - dijo con voz profunda paseando su dedo por los labios de la rubia. - Podemos, podemos simplemente hacer de cuenta, que acabas de declararme tu amor, algo con lo que he soñado Dios sabe por cuánto tiempo. Y que todo lo demás no importa. Solo tu y yo. Ahora…-

¿Podía negarle eso? había ido al lugar esperando que le arrojara con lo que encontrara incluso con el temor de escuchar las palabra te odio, y sin embargo los golpes estaban siendo cambiado por besos y caricias. Y una confesión explícita de amor…

Por su puesto que no podía negarle nada.

Ante su mutismo, Lena comenzó a aflojar su agarre. Kara no dejó que se alejara demasiado.

- Puedo… - dijo mirándola a los ojos y besándola hasta perder la razón.

… … …

Ese bien podría haber ser el mejor día de su vida. Y no por su trabajo, o por salvar al mundo.

No.

Ese día, que en realidad solo fue la continuación del anterior puesto que no había dormido nada.

Comenzó con el sol iluminando la piel blanca y suave de Lena quien descansaba sobre su pecho desnudo. Comenzó con caricias descuidadas, y besos perezosos.

De solo pensarlo y recordarlo, sentía sus mejillas arder.

Querría haberse quedado a desayunar, pero la hora se lo impidió. Sin embargo se despidieron con la promesa de almorzar juntas.

Y es lo que la llevó a pasar por el puesto de comidas que a Lena le gustaba y ordenar para ambas. Pasar por un puesto de flores y comprar plumerias.

Sentía que el sol volvía a brillar. Tal vez las cosas no serían como antes, quizás llevaría tiempo reconstruir muchas cosas. Pero Lena la amaba, y eso era suficiente.

Rio al pensar en la cara que pondría Alex cuando se lo contara.

Iba tan inmersa en sus pensamientos que las puertas del ascensor la sorprendieron al abrirse y revelarle que ya se encontraba en la oficina de Lena.

Miró la puerta que la separaba y suspiró al pensar que atravesandola podría volver a sentir los labios rojos junto a los de ella.

- Disculpe - una voz varonil la detuvo.

Kara lo observó sin reconocerlo.

- Vengo a ver a Lena - le anunció con un poco de prisa, no quería sonar mal educada pero, el joven la estaba retrasando.

- ¿A quien? - respondió extrañado.

- Lena, Lena Luthor - aclaró evitando poner los ojos en blanco. ¿Podía estar más perdido ese muchacho?

- Creo que esta confundida. Le pido por favor que si no tiene cita, se retire -

Eso fue suficiente, como muchas otras veces había hecho. Evitó al joven y avanzó hasta abrir la puerta.

Ciertamente se quedó totalmente paralizada ante lo que encontró.

- ¿Que sucede aquí?¿Joshua? -

- Lo siento señora Lillian. No pude detenerla -

- ¿Que…? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Lena?- preguntó consternada.

La mujer la miró detrás del escritorio.

- No sé a quién me dirijo. Pero si es por mi hija por quien preguntas. Ella se encuentra en el mismo lugar de donde me habló la última vez. Y eso es confidencial. Señorita… -

Kara no esperó más, abandonó las bolsas allí mismo y salió corriendo.

Se dijo que estaba en una pesadilla. que en cualquier momento iba a despertar y Lena estaría en sus brazos. O en el peor de los casos Kara estaría en su departamento en su sillón rodeada de caja de pizza.

En menos tiempo del que usualmente utilizaba, llegó a la DEO. Y no necesitó más confirmación que la mirada que todos le dieron.

- ¡ALEX! - gritó con desesperación.

Su hermana no tardó en hacer acto de presencia.

En su rostro había culpa.

- Espera - dijo Kara extendiendo su mano antes de que su hermana avanzará con clara intención de abrazarla. - ¿Dónde está? - no hacía falta decir el nombre.

- Lo siento Kara. Llegué tarde -

- ¿Qué quieres decir con tarde? - miles de escenario pasaron por su cabeza durante los segundos que Alex tardó en responder.

- Me pidió que le borrara la memoria. A ella, y a todos los que la conocieron en National City - J´onn terminó por responder y romper el corazón de la superhéroe.

### #### ###

Me encanta Supercorp! son awwww Es la primera vez que publico sobre esta pareja espero sus comentarios, y saber su opinión, si lo dejo aquí o merece continuación.

Gracias por leer!