Summary: Amu es una huérfana que fue abandonada en un pobre orfanatorio desde pequeña. El tiempo pasa y nada es como lo era antes. Drogas, alcohol, sexo, depresión. Un joven está dispuesto a arrebatar todo eso de la vida de la dulce chica. Ikuto/Amu AU~
Nota:
Este fanfic tal vez tenga contenido de lo mencionado en el summary, si sus ojos son demasiado sensibles, les pido, por favor, que le hagan clic en el botón de Atrás y lean uno más de su agrado. Gracias~
(~: Amu'sPov)
Protect Me
Sollozó la pequeña niña de cabellos rosados antes de ser obligada a entrar.
─Vamos Amu-chan, debes de entrar
─¡No! ¡Quiero a mamá y a papá!
Y con eso, sonrió la joven de ojos dorados y sopló sus diez y siete velas encendidas sobre el pastel de chocolate. Toda la demás gente alrededor aplaudió y abrazaron a la joven.
─Amu-chan─ nombró una joven ya madura, sonriente ─¿Qué has pedido? ─
─A,a,a─ jugó Amu con su dedo señalándola ─Si te digo, no se hará realidad─
La joven rió ─Oh cierto, cierto─
Con este día yo ya había cumplido, no sé, ¿catorce años? Estando aquí y seis años enamorada de él. Recuerdo muy bien como fue el primer día en que ingresé aquí, yo llorando y pataleando mientras una mujer muy odiosa no dejaba de decirme que entrara, pero todo había ya resultado muy bien, tenía varios amigos/as de diversas edades, mis dos mejores amigas eran Nadeshiko Fujisaki y Utau Hoshina, la primera tenía un mejor amigo lo cual he estado enamorada desde hace seis años Tadase Hotori y aún así, Nadeshiko supo desde un principio quien me gustó y era claro, su mejor amigo, ésta siempre quiso juntarnos discretamente pero Tadase nunca lo llegó a entender o simplemente nunca le interesó.
Otro amigo con quien estaba yo muy encariñada era Kukkai Soma, supe que éste era mi primer mejor amigo hombre y podría llegar a ser el único. Y debo de admitir que he tenido varios otros, pero estos tres mencionados fueron los que más me he llegado a encariñar.
─Amu-chan─ dijo Kukkai acercándose a mi con un regalo en sus manos ─Feliz cumpleaños─
─Kukkai-kun─ susurré sonriéndole ─Gracias─
─¿Eh? ─ preguntó Yaya entrando a la escena ─¡¿Por qué todos continúan diciéndole Amu-chan!? ─ gritó Yaya con cara de curiosidad ─¡Ya es mayor! ─
Todos rieron. ─Para nosotros siempre será nuestra pequeña cabeza rosa─ respondió la mujer encargada de la limpieza
Varios amigos míos se me acercaban a entregar pequeños regalos, claro, éramos pobres y apenas nos alcanzaba para un par de juguetes. Los cumpleaños en los orfanatos eran muy pobres pero estos se celebraban de una manera muy cariñosa todos reunidos, aunque de todas maneras, en un año más podría irme de este orfanato por ser mayor de edad pero no podría dejar atrás a todos mis amigos, a mi vida, no, no podría.
La fiesta abajo había ya terminado y todos subimos a nuestros respectivos cuartos, yo compartía pieza con Nadeshiko y muchas veces nos visitaba Tadase, claro, por Nadeshiko. Al momento de subir, Nadeshiko y nos sentamos juntas en una cama y comenzábamos a reír emocionadas, íbamos a salir ella, Tadase y yo al centro, pero todo gracias al dinero que me había dado Utau, que ésta tenía ya mucho recolectado gracias a su hermano, quien también estuvo en este orfanatorio pero por mayor de edad salió y tenía ya un trabajo como violinista, éste su gran pasión era la música que componía con su fiel acompañante el violín y a manera en que conseguía dinero, le daba la mitad a su hermana pequeña por si las dudas.
Lamentaba no invitar a Utau, pero el plan aquí era que Tadase-kun me notara y, afortunadamente, Utau comprendía. Al dar mediodía, Nadeshiko y yo nos preparamos lo mejor que pudimos y salimos del orfanato junto con Tadase-kun listos para ir al centro comercial.
Llegamos e hicimos las mil y un cosas que pudimos hacer ahí y después tuvimos la idea de ir a comer helados, los de Tadase y Nadeshiko ya estaban listos, pero faltaba el mío, y mientras tanto nada. Tadase no me había notado en lo absoluto y ni me había felicitado por mi décimo séptimo cumpleaños, pero Nadeshiko, como mi mejor amiga, iba a recordárselo a producir algún efecto en él.
─Sabes Tadase, Amu-chan cumplió hoy diez y siete, ¿no la felicitarás?
─Oh si, claro, está bien─ respondió un poco atontado Tadase ─¿Alguna otra cosa más? ─ preguntó Tadase
─¿Eh? ¿A qué te refieres? ─ preguntó Nadeshiko confusa
─Nada…es sólo que…─ dijo Tadase bajando la mirada ─Desde siempre me estás mencionando algo de Amu, a Amu se le cae su primer diente, Amu ya puede decir ésa palabra difícil, Amu ya puede treparse los arboles, Amu sabe cantar muy bien, bla bla bla─ completó de una manera muy molesta
─¿Pero de qué hablas? ─ preguntó Nadeshiko un tanto sorprendida
─Sé que le gusto a Amu y no sé si me he dado a entender pero, no me interesa─ contestó Tadase fríamente ─Así que puedes parar con eso─
─Eres un descarado─ respondió finalmente Nadeshiko yéndose de ahí
─Oh Nadeshiko, ya me entregaron mi helado─ le comenté con una risita a Nadeshiko
─Bueno, podemos ir a comerlo en otra parte─ respondió Nadeshiko agarrándome de la muñeca y llevándome a otro lado
Fuimos hacia la fuente que se encontraba en medio de todo el centro comercial y nos sentamos en unas bancas cerca de ello. Después, me explicó lo sucedido.
─Lo siento, Amu-chan─ dijo Nadeshiko sobando mi espalda
─No, no es tu culpa, Nadeshiko─ respondí, tratando de aguantarme las lágrimas
─Amu-chan, puedes llorar, no tienes que tragarte las lágrimas─
Y con eso, solté las llaves. Reventé en el llanto y bajé la mirada, me ahogaba con mi llanto en los momentos en querer decirle algo a Nadeshiko.
─E-Es sólo…─ no terminaba ─Que han pasado ya se-seis años─ continué llorando
─Lo sé, lo sé─ decía Nadeshiko lamentada
─¿Po-Podemos regresar? ─ pregunté con los ojos llorosos, mirándola
─¿Segura?
Cabeceé ─No estoy del mejor humor como para estar aquí, perdón, Nadeshiko─
─Oh no, está bien Amu-chan, total, es tu día
Regresamos al orfanato y regresamos a nuestra pieza, me la pasé llorando toda la tarde, nada ni nadie me detenía, sentía que tal vez llorando podía sacar todo el amor, desilusión, tristeza que traía conmigo. Sonó mi puerta.
─¿Amu-chaaan? ─ tocaba
─Uh, es Nadeshiko, ¿Quién es? ─ preguntó un poco nerviosa por mi estado, sin abrir la puerta
─Habla Utau─ contestó
─Uhm, Amu no está disponible─ respondió improvisando Nadeshiko
─¿Utau? ─ pregunté dejando de sollozar por un momento
─¿Uh?, ¿Quieres ir con ella? ─ me preguntó Nadeshiko
─Um, necesito estar un poco alejada de …recuerdos de Tadase─ respondí bajando la mirada
Nadeshiko entendió y cabeceó, dejó entrar a Utau y salió por un momento.
─Amu-chan, ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? ─ preguntaba con preocupación Utau
─Es sólo que─ no terminé ─El chico que pensaba que era mi príncipe no resultó serlo─
Utau me miró con tristeza ─Ne, Amu-chan, iba a salir con Ikuto, mi hermano, y me pregunté si quisieras acompañarme, tú sabes, como es tu día─
Enjugué mis lágrimas y traté de respirar tranquilamente. Después de un momento de pensar si tendría la fuerza suficiente para salir de nuevo, acepté, pero por solo un momento.
─Estaría bien─ respondí con una sonrisa pobre ─Por un momento, supongo, ¿no? ─
Utau sonrió y me jaló hacia la puerta, quien nos esperaba afuera Ikuto. Debía de admitir que nunca había tenido la oportunidad de haberle hablado o de sólo verlo, estaba un tanto asombrada, y aún más por que éste tenía una motocicleta esperándonos también.
─G-Genial─ susurré con un sonrojo
─Lo sé, también adoro la motocicleta─ respondió Utau con ojos brillosos
Cabeceé, a pesar de que no me haya referido a ello. Se nos acercó y se quitó el casco y nos dirigió la palabra.
─¿Y ésta? ─ preguntó levantando el ceño
─¿Eh? ─ dejé escapar rápidamente de mi boca, dejando mis ojos totalmente circulares en blanco.
─Oh, es mi mejor amiga, Amu─ respondió Utau jalándome hacia el móvil
Mientras yo admiraba la motocicleta junto con Utau, sentía como una mirada penetrante me clavaba la espalda.
─Sorprendente─ dije, ahora sí refiriéndome al móvil
Utau sacó otro casco y se lo colocó y se sentó en la motocicleta, lista para ir.
─Ikuto─ nombró Utau ─Dale tu casco a Amu-chan─ ordenó Utau
─Ya, ya─ dijo Ikuto cerrando los ojos y dejando escapar un suspiro ─No hacía falta que lo dijeras─ respondió, entregándome el casco, me sonrojé
Me coloqué el casco y vi que Ikuto ya se había subido también, delante de donde estaba Utau, teniendo el control del móvil. No tenía idea de dónde estaría yo y me sentí un poco fuera de lugar. Antes de que pudiese arrepentirme de estar ahí, Utau me habló.
─Amu, siéntate detrás de mí─ me ayudó Utau
Acepté y me senté detrás de ella, al momento vi que Utau se agarró de la cintura de Ikuto y yo no le vi alguna necesidad de hacer lo mismo con la de Utau, hasta que arrancó. Empezó de la manera más brusca así que rápidamente me sujeté de la cintura de Utau, las coletas de ésta me abofeteaban en mi cara, causando una insignificante molestia. Estábamos ya cerca de la luz amarilla, ya preparada por estar en rojo, y noté como Ikuto de reojo me miró, sentí un escalofrío a través de mí y escuché el grito de Utau.
─¡Ikuto! ¡Luz roja!
Ikuto volvió su vista al frente y frenó repentinamente.
─Tonto, pon más atención al camino─ comentó Utau
─Si, si─ respondió ronco sin interés alguno
Suspiré en el alivio de que ya había parado, por un momento. No pude evitar sentir unos nervios de punta hasta llegar al camino, a pesar de que adoraba la motocicleta, simplemente no era lo mío. Llegamos, y era el parque. Bajamos del móvil y dejamos los cascos también y nos dirigimos a un café al aire libre, nos sentamos en una mesa con tres asientos.
─Ne, Utau, aún tengo dinero sobrante de lo que me has prestado─ dije tímidamente
─¿Dinero prestado? ─ preguntó Ikuto mirando a Utau de reojo
Utau sacó una risita nerviosa ─Es por su cumpleaños, Ikuto─ respondió tapando su rostro con el menú
Ikuto había cerrado los ojos pero al momento de oír 'cumpleaños´ abrió el ojo derecho ─¿Ah, si? ─ preguntó. Cabeceé. Volvió a preguntar
─¿Cuántos? ─ preguntó, con más interés abriendo ambos ojos y acercándoseme en la mesa con los brazos cruzados sobre ello
─D-Diez y siete…─ respondí sonrojándome
Antes de que Ikuto pudiese decir algo, la mesera se presentó y nos entrego el menú de los especiales postres que había en ese día, Utau y yo nos negamos pero Ikuto habló.
─Yo sí─ respondió buscando en el menú ─Uhm, un pedazo de pastel de chocolate estaría bien─
─¿Ah? ¿Comerás eso? ─ preguntó Utau haciendo pucheros de la envidia
─No─ respondió levantándose de su asiento
─¿Eh? ¿Cómo de que no? ¿Y a dónde vas? ─ invadió Utau de preguntas a Ikuto
─Vuelvo─ respondió
Y con eso, Ikuto se levantó de su silla y caminó a otro lado. Utau y yo nos quedamos mirando preguntándonos a donde se había ido.
─Y entonces, ¿Cómo estás? ─ preguntó Utau con un rastro de preocupación
Negué con la cabeza ─Estoy tratando de olvidarlo, nada más─ bajando la mirada
─¿Quién era? ─ preguntó directamente Utau
Me sentí incomoda por un momento por la pregunta tan repentina, pero al final me resigné.
─Tadase─ respondí
─¿Tadase Hotori? ─ preguntó Utau sorprendida ─¿Qué acaso no sabes que está enamorado de tu amiga Nadeshiko? ─
Con eso, sentía que el cielo, el mundo, todo, comenzó a caer a pedazos sobre mí y que caía más bajo. Mi respiración fue un poco dificultosa y sentía que las nuevas lágrimas estaban por aproximarse, quería salir corriendo y volver a mi pieza, a mi cama y continuar sollozando hasta quedar dormida. No. No lo haría, tenía que tener compostura alta, Ikuto estaría o no sé si ya se había ido.
─Uhm, ¿Dónde has escuchado eso? ─ pregunté toda masoquista yo por saber
─He escuchado a todos sus amigos en el pasillo decir eso─ me respondió con el ceño fruncido
Y al tomar un respiro para decir algo, Ikuto había llegado, al igual que el pedido.
─Oye, ¿A dónde te has metido tú? ─ preguntó en modo regañada Utau a Ikuto
─He ido por un par de estos─ respondió sacando una bolsa con dos velas, uno con forma de siete y el otro de uno.
Ikuto colocó las velas sobre el pedazo de pastel, y de una manera totalmente genial, sacó su encendedor y sacó una llama y la colocó sobre las velas, dejándolas así encendidas sobre el pastel. Me acercó el pedazo de pastel y con una sonrisa, dijo
─Feliz cumpleaños, Amu─
Me sonrojé y susurré un 'gracias´. Comencé a tomar pedazos pequeños del pedazo, al igual que Utau. La tarde fue sorprendentemente divertida, y Tadase no invadía mi cabeza esta vez. Ya eran alrededor de las ocho y media tal vez y ya se estaba oscureciendo.
─Se está haciendo tarde─ comentó Ikuto mirando el cielo vagamente ─Vamos─
Utau y yo cabeceamos. Los tres nos subimos al móvil y en el camino, comenzó a lloviznar. Utau y yo dejábamos soltar unos chillidos no tan altos como respuesta al sentir gotas de lluvia en nuestro rostro, Ikuto tomó más velocidad al igual que la lluvia. Después de que Utau me había comentado lo que decían los amigos de Tadase en el pasillo, no se volvió a mencionar ese asqueroso nombre ni nada que tuviese que ver con ello. Estaba aliviada, porque estando con Ikuto me hacía olvidarlo. Me sonreí a mi misma.
El móvil paró, y fue porque ya habíamos llegado al orfanato, nos bajamos Utau y yo y nos quitamos los cascos, como despedida, ya que Ikuto le veía pocas veces a su hermana, le dio un beso en la frente y Utau hizo pucheros en la vergüenza. Tuve que admitir que me sentía un poco fuera de lugar e Ikuto luego me despeinó la cabeza y sonrió y con eso, se fue. Desde ese momento supe que a Ikuto lo vería como el hermano mayor que nunca tuve.
Utau y yo reíamos conforme nos dirigíamos a nuestras piezas, al momento de separarnos, bajé la mirada cosa que recordé que compartía pieza con la chica de los sueños de Tadase. Utau lo notó y ofreció dormir en su pieza con ella. Ésta no había tenido otro acompañante de cuarto desde que Ikuto se había ido del orfanato, y era porque ella no aceptaba compartir pieza con otra persona.
Acepté. Era triste, pero no quería pasar la noche en la mismo cuarto que Nadeshiko, perdón Nadeshiko. Y con eso, ambas nos fuimos a la pieza solitaria de Utau. Ésta me prestó unas ropas con qué dormir aparte de que la ropa que traía ya puesta estaba toda empapada.
Nos metimos a bañar, nos secamos el cabello y nos pusimos nuestras pijamas. Nos sentamos las dos en una cama y comenzamos a platicar de diversas cosas.
Después de lo sucedido con Tadase, sentía eso había cambiado todo mi en torno, sentía que yo no había vivido catorce años en ese orfanato, que nunca compartí risas en este lugar, que nunca tuve la oportunidad de ser feliz, y no, nada de eso era cierto, pero después de perder seis años de mi vida tirándolos a la basura en vano, lo veía todo así. Era decepcionante, aunque curiosamente, yo me había resignado desde el primer momento en que lo vi y me enamoré de él. Mi primer sueño en este lugar fue conocer a mis padres y ese nunca cambiará, pero a medida del paso, comencé a tener el segundo y último, que Tadase me quisiera. Que ilusa soy.
Las dos quedamos dormidas en la misma cama. Pero en la media noche, sentí como una lágrima salada recorrió por mi mejilla hasta caer en la colcha de la cama.
Al despertar, el sol me invadió el rostro, causándome un terrible dolor en los ojos, quería regresarme a la cama y volví a cerrar los ojos. Luego, el chillido de Utau me despertó.
─¡Amu, Amu, Amu! ¡Mira lo que me he encontrado! ─
Bueno, tomates? Flores? Escupitajos? Besos? Joajoajoa (xD) Elijan~ uds. Deciden si continuo o no. Gracias~
