PROLOGO:

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Hace ya unos cuantos años, en el patio de una gigante mansión, se encontraban 5 niños charlando animadamente sentados en el césped.

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-¡hay que prometerlo! –Dijo en voz alta un castaño alto- ¡el que no cumpla tendrá que tragarse mil agujas y juro que si no lo hace se las hare tragar de veras! –advirtio alterado apoyando sus dos manos sobre sus rodillas.

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- ¿M-mil? Eso… es mucho incluso… para mí- comento un pelinegro mientras se encogía de hombros.

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- Creo que el aire de allá arriba te está afectando fufuf~ -lo provoco el rubio, haciendo referencia a su altura-.

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-¿HEE? ¿QUE DIJISTE? ¡TU LO PEDISTE ENANO!- exclamo irritado, pues nadie parecía tomar enserio sus ideas. Antes de que el castaño se le tirara encima agito sus dos brazos para que lo dejara continuar

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- ¡ESPERA! Déjame terminar! ¡Tu idea me gusta!… de cierta forma está bien. Así a nadie se le ocurrirá romper con nuestra promesa. – al decir esto todos asintieron-

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-Hmpf, realmente me parece absurda esa idea- añadió otro pelinegro que al ver que sus compañeros iban a protestar levanto el dedo índice de su mano derecha indicando que continuaría- Pero… si ustedes se quedan más tranquilos así, lo jurare. Yo no tengo intensiones de romper con nuestra promesa, somos una familia, rara tal vez pero la somos. Ahora se agrando, tenemos un integrante más pero no significa que sea menos importante, ninguno de nosotros lo es y no sé por qué les cuesta tanto meterse esa idea en la cabeza pero así es –dijo ya exasperado pasándose la mano por la cabeza para luego mirarlos fijamente. Lo que vio fue básicamente a todos los integrantes de su familia sonrojados y mirando para diferentes direcciones, otros ya estaban con los ojos aguados intentando contener sus lágrimas.

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Mientras el rubio intentaba hacerse el fuerte, mirando para otro lado en el cálido silencio que se había formado en ese momento, miro hacia su derecha se sorprendió y estallo en un grito.

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-¡Azusa deja de estar apretándote las vendas! ¡te seguirás lastimando! – se acerco mas a el y le quito sus manos de las vendas.

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-Pero… Kou… es que… me hizo feliz eso y… quise contárselo a Justin… - aclaro el pelinegro encogiéndose de hombros. Kou se detuvo, volvió a su lugar y el silencio volvió a hacerse presente hasta que el castaño lo rompió.

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-¡Tsk! ¡Deberías de decírnoslo a nosotros que estamos en frente de ti! –dijo algo molesto Yuma para luego murmurar en un susurro- No nos gusta que te lastimes.

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Todos sabían que al que más le costaba integrar el concepto de familia, en su cabeza, era Azusa. Que pedía muy seguido que lo lastimasen, ya que el lastimarlo para el era una muestra de cariño que lo hacía sentir vivo.

Para terminar con ese silencio incomodo, que volvió a formarse, Ruki tomo la palabra.

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-Bien, después hablaremos de eso, otra vez. Ahora, Yuma ¿no fuiste tú el que trajo ese asunto del juramento y eso? Hazlo entonces – ordeno prácticamente.

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-Ah, ¡si! – salió de su ensimismamiento y se levanto ante la atenta mirada de todos- TSK! Ustedes también levántense! –después de unos cuantos suspiros todos se levantaron con la mirada clavada en el castaño – Ah! Hmpf… Eh… Esto…

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-No sabes que decir,¿ verdad? – afirmo Ruki mientras rodaba los ojos.

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-¡Claro que sí! – Comento exasperado para luego calmarse- solo que… así solo no me sale….

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Antes que el castaño continuara, el quinto integrante del grupo extendió su mano al centro mientras todos lo miraban curioso.

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-De alguna forma hay que empezar, ¿verdad? – miro a Yuma alentándolo, con una sonrisa, a que siguiera con lo que comenzó. Yuma le devolvió la sonrisa y también llevo su mano derecha al centro, poniéndola arriba de la del quinto integrante, haciendo que todos repitieran su acción. Después coloco su mano izquierda en el pecho, cosa que los otros también imitaron, se aclaro la garganta, miro seguro a esas cuatro personas que eran como una familia para él y entonces hablo.

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Hoy… en esta noche, bajo la luna llena, juramos que pase lo que pase nunca nos separaremos. Y si alguna vez lo hiciéramos, regresaremos cueste lo que cueste, no importa que, siempre seguiremos siendo familia. ¿Entendido? – Todos asintieron contestando ¡si! Fuerte y alto sonrientes. Y para terminar Yuma dio un agregado mas…- y al bastardo que se le ocurra romper con nuestra promesa… lo buscare donde quiera que este. No importa cuánto huya lo encontrare, lo arrastrare de nuevo a la casa, lo sentare en el piso y delante de todos le hare tragar mil agujas por cabron rompe promesas – Advirtió dando una mirada asesina a los integrantes del grupo- ¿Quedo claro? -esto último lo dijo poniendo un poco mas de presión sobre la mano que estaba debajo de la suya.

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Después del corto silencio que se hizo, algunos rodaron los ojos y otros simplemente sonriendo volviendo a confirmar su respuesta "¡SI!".

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Así termino el sueño del ídolo del momento, provocando que se despertara sobresaltado y dejándole en el pecho una sensación bastante nostálgica. Eso había pasado hace ya mucho tiempo. Se levanto y se quedo sentado unos momentos mirando un punto fijo de la pared mientras se desperezaba. Al terminar, bajo los brazos y en un susurro que parecía más un suspiro dijo:

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-¿Al final serás tú, la persona que tendrá que tragarse mil agujas?

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Editado: 30/04/16

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Espero les haya gustado minna-san, es una historia que no se separa mucho de la original. Me gustara saber que opinan hasta el momento dejandome sus reviews del capitulo. ¡Muchas gracias por hacerse un tiempo y leer mi historia! ¡Nos leemos luego!