Capítulo 1 – Bajo la lluvia… nuestro encuentro
Blaise no era un chico que fuera ligando con cualquiera que se le cruzara por delante, menos con cualquier mago que estuviera bueno o tuviera los galeones suficientes, por algo era un Zabini, pero aun así había mantenido una relación de meses con Draco, su mejor amigo y hermano.
Ese día, había sido un día muy ajetreado, había estado en reuniones todo el día viendo las empresas de su padre y cerrando tratos con diversos magos para mejorar las empresas Zabini, y todo lo tuvo que ver él, ya que su madre estaba en Italia y ni por si acaso se dejaría ver en Inglaterra
-Qué día más asqueroso… - iba diciendo el castaño mientras entraba a un bar muggles, al primero que encontró ya que afuera llovía torrencialmente – y pensar que un faltan reuniones y preparar todo para la entrada a la escuela – dijo el sin ánimos, apenas entro y se cerró la puerta vio en la barra una cabeza pelirroja, que llamo su atención - ¿Qué haces aquí tan solo? – Blaise se acercó a Ron y se sentó al lado de él, -Piérdete Zabini – dijo el pelirrojo -¿Por qué tan agresivo?, yo solo te preguntaba algo y tú me respondes así, ¿Dónde quedaron tus modales? -Se fueron de paseo… -Blaise se encontraba fascinado, hace un tiempo luego de haber terminado con Draco se había dado cuenta que ese pelirrojo que tenía al frente, le encantaba, sobre todo su pelo rojo tan Gryffindor y sus ojos, cual mar, le fascinaban - Pero Weasley… - Blaise lo miro y vio en sus ojos la tristeza, cosa que le llamo la atención y lo perturbo ya que hasta donde el sabia el chico frente a él estaba de novio con ese ratón de biblioteca, cosa que le dolía mucho y verlo con ese semblante solo quería decir una cosa – que paso Weasley?... -Nada… -… -... – Blaise se sentó a su lado y lo miro -Zabini porque no te vas con Malfoy y me dejas en paz, a tu novio no le haría gracia que estés molestando a otros – dijo Ron tomando su baso para dar un gran sorbo -El italiano lo miro sorprendido por las palabras y volvió su mirada al frente – Hablas, pensé que ese ratón te había sacado la lengua -Deja de hablar de ella, ella ya no es tema de conversación – dijo el pelirrojo en tono bajo -… cantinero! Me trae la mismo que está tomando él y de paso me deja la botella! – dijo el castaño luego de mirar a Ron y de escuchar lo que este dijo y la expresión de su rostro -Ron lo miro y luego sonrió – ¿me acompañaras? Quiero ver si resistes esto – dijo el pelirrojo levantando su vaso. El cantinero le trajo un vaso a Blaise y la botella, una botella de vodka -Vodka!... esto no es nada en comparación con el FireWisky – dijo el castaño mientras se servía un vaso y tomaba un sorbo – esta fuerte – dijo el castaño mientras apretaba los ojos, por el ardor en su garganta -Te lo dije – dijo el pelirrojo riéndose – ¿y pretendes quedarte aquí? – pregunto Ron mirándolo -Sí, te hare compañía ya cerré el trato por hoy, así que no necesito estar sobrio ni hoy ni mañana Ron lo miraba y a pesar de que hubiese preferido mil veces estar solo, la compañía del chico ese no le molestaba era divertido ver su cara cada vez que tomaba un sorbo de vodka.
Después de un buen rato y de que se tomaran entre los dos una botella y media de vodka fue Ron el primero en caer borracho, y ya era hora de volver a casa y como Blaise era el más sobrio de los dos no le quedó otra alternativa que ser él que los apareciera en casa, -Ron vamos debemos volver – decía el castaño tratando de que el pelirrojo reaccionara, ya que este estaba con la cabeza entre las manos y alegando entre estas – Ron -¿Por qué a mí? Yo la quería – dijo el chico entre sus brazos, sollozando -¿Ron? – Blaise toco su hombro y este se levantó de golpe y se tiró encima y comenzó a llorar -¡Yo la quiero! ¡Y me traiciono! ¡Nos íbamos a casar y tiro todo a la basura! – en ese minuto el llanto del chico era un llanto desgarrador tanto para el cantinero que presenciaba la escena, como para Blaise que tenía entre sus brazos a ese Ron roto, y que de alguna manera él se encargaría de levantar y de reparar. Por eso lo abrazo y contuvo no solo su cuerpo sino que también sus lágrimas y su dolor, prometiéndose que nunca más ese chico lloraría
