Summary: 2 chicas, una canadiense y la otra italiana, que por azares del destino terminan en La Push, siendo amigas inseparables y que por "accidente" descubren el secreto "mejor" guardado en La Push, sin imaginar que terminarían envueltas en este, debido a dos chicos que son sus almas gemelas.

Desclaimer: Seth y Jacob son de SM. Los Maury y las Minutti son míos. O al menos del producto de mi imaginación. La trama también es mía, soñé algo parecido y mi amiga Sailor Moon me ayudó a escribirla.

N/A: Este fic me decidí a escribirlo porque me animaron varias personas. Te dije Vale que te iba a dedicar algo que escribiera, este te lo dedico, por apoyarme y darme ánimos, también a Sailor Moon, por ser mí apoyo y quien me ayuda a escribirlo. Es mi primer fic de más de 1 capítulo, por favor, toda opinión es bien recibida. No duden en dejar un Review con su crítica.

Ahora sí. Aquí el prefacio.

Catherin POV:

Estábamos Lessa y yo en ese bosque, estaba segura de que había visto algo, no era un animal común, era un animal grandísimo.

Y, claro, Lessa no me iba a dejar ir a averiguar que era yo sola. Ella no era capaz de eso. Así que ahora, por mí, estábamos ahí, medio perdidas, buscando algo que, de seguro, había sido producto de mi gran imaginación.

-¡Aaaaaahhhhhhh!-ese era el grito de mi mejor amiga

-¿Qué, qué paso?- pregunte con voz que apenas escondía el miedo que sentía.

-Cathy… ve hacia allá- dijo apenas con voz

Voltee, pero no me arrepentí. Sabía que lo que había visto era cierto. Dos ¿Lobos? Sí, eso era, estaban allí, parados, a unos 10 metros de distancia.

Alessandra POV:

Ahí estábamos, en ese bosque que no me agradaba nada. Paradas buscando animales que Cathy había visto. Me había ofrecido ir sola, pero no la dejé, obvio que no, es mi mejor amiga, aunque estuviera loca.

Sentía que alguien nos observaba, así que gire la cabeza en la dirección que sentía la mirada que estaba en nosotras con un peso casi físico.

No hubiera volteado, pensé llena de pánico. ¿Por Qué? Porque había 2 lobos de tamaño mutante justo detrás nuestro. Había en ellos un aire de sabiduría, sobre todo en sus ojos. Sus ojos tenían esa luz de curiosidad de un humano.

Por el pánico, no me había movido de mi lugar, pero el lobo de color arena (había uno arena y uno rojo) dio un paso en nuestra dirección. No pude reprimir el grito que proferí.

-¿Qué, qué paso?- dijo Cathy, con voz nerviosa

-Cathy… ve hacia allá- dije intentando que mi voz tuviera sonido alguno.

Volteo y sus ojos se abrieron como platos. Ahora, en ese momento sabía que estaba considerando el saber que no estaba loca.

Lo único que me importaba a mí, era que no nos hicieran nada.