Fic: "Las increíbles aventuras de la caballero Jedi Leia Skywalker y su amigo, el espía rebelde"

Nota de la Autora: Bueno este fic es uno de los inventos que salen de mi loca imaginación... esta situado desde el final del episodio III: "La Venganza de los Sith" en adelante. Hay algunos personajes de las precuelas que están vivos en este fanfiction, como Shmi y Padme; Hay otros del UE que aparecen antes de lo que aparecen en los libros. Ojalá que no se aburran con él... bueno basta ya de hablar tanto y empecemos con el fic... xD!!!!

Los Cambios:

Si bien estamos acostumbrados a ver a Leia Organa como la princesa, en este fic aparece como una chica que viene del humilde planeta Tatooine y que es criada por su abuela, Shmi (Decidí dejarla viva... es que ella me causa mucha admiración y piedad hacia su persona, pero digamos que solo fue torturada y que gracias a la oportuna acción de Anakin, se salvó. Aquí, Anakin se pasa al lado oscuro por la razón de que cree que Padme murió en un atentado separatista. Además de allí viene el otro cambio notorio que es su apellido, ya que al ser criada por Shmi, por razones obvias, Leia conserva el apellido Skywalker.)

Luke va a ser criado por Padme, en Naboo. El primero se considera un naboo. Padme no muere en Polis Massa dando a luz, sino que muere en Alderaan, en lo que nosotros conocemos como la destruccion de Alderaan.

Mara Jade no es la mano del emperador como habitualmente se le acostumbra a ver, en realidad, en este fic escapó de la estrella de la muerte y se dedica a ser mesera de Mos Eisley hasta que consigue dinero para comprarse una nave y largarse de Tatooine y hacer una prometedora carrera como contrabandista.

Aclarados los puntos, comencemos el fic!!!!!

Capítulo 1: La vida entre Tatoo I y Tatoo II

Dieciocho años después de que Padme Amidala dejara a Leia Skywalker con su abuela, en un planeta muy, pero muy lejano, llamado Tatooine, donde el sol y las tormentas de arena reinan en un ambiente hostil, pero soportable para sus habitantes, que estaban acostumbrados al calor sofocante de aquellas tierras, donde las carreras de pod eran la máxima entretención y el dominio de los hutts era cada vez mayor, vivía una chica muy hermosa de rasgos bastante llamativos y un carácter muy fuerte, llamada Leia Skywalker. Para algunos era una de las mujeres más lindas de ése planeta¿Y como no serlo? Ella era menuda, bajita, de piel muy blanca (un rasgo poco común, considerando el clima en ese planeta y donde la gente por lo general era bronceada), ojos marrones con un perenne brillo de insolencia en ellos y pelo castaño oscuro brillante, una belleza heredada de su madre biológica, la fallecida ex-senadora y reina de Naboo Padmé Amidala (N/A: Padme muere cuando Luke tenía 12 años y por lógica, Leia también los tenía.). La muchacha tenía un carácter muy fuerte, heredado –por una parte- de su padre, el ex-caballero Jedi Anakin Skywalker y ahora conocido como el lord sith Darth Vader. Y por otro lado, acrecentado por la dura vida que allí se vivía. Lo cierto era que muchos hombres no se le acercaban por su carácter explosivo, ya que ante cualquier insinuación, ella saltaba a la defensiva.

Pero si había alguien para quien Leia guardaba su cariño era para su abuela, Shmi. Probablemente, era esta última quien mejor la conocía y que a la vez era su amiga y madre, y cómo no, si desde que la muchacha tenía uso de razón, había crecido viendo a la ex-esclava como su madre y era Shmi quien a veces ablandaba un poco el duro corazón de la muchacha veinteañera. Ella era quien la cuidaba, la mimaba, la hacía reír cuando estaba furiosa por cualquier motivo o la que la consolaba cuando estaba triste. Shmi decía a menudo y con cierta nostalgia que Leia, había heredado el carácter fuerte de su Ani, su niño pequeño al que creía muerto en las guerras Clon.

Era la hora de almuerzo y la muchacha en estos minutos se dirigía hacia su casa desde su trabajo, en la cantina de Mos Eisley. La chica usaba su viejo speeder para llegar rápido a su casa, para almorzar y alcanzar a descansar un poco. En cuanto se bajó del speeder, oyó unos murmullos de unos tipos que venían a lo lejos...

-¿Verdad que está guapa la Skywalker? –oyó que decía uno de los desconocidos.

-Está bien guapa, la verdad –contestaba el otro- Pero no se te ocurra insinuarle algo o decirle que está guapa.

-¿Por qué? –quiso saber el primero.

-Mira, te voy a contar algo que me dijeron en la cantina el otro día–empezó el otro, con un dejo de impaciencia- ¿tú conoces a ese contrabandista corelliano presumido?

-¿El que le debe a Jabba¿El que anda con el wookiee para arriba y abajo? –dijo preguntando el primero- ¿Qué tiene que ver con la Skywalker?

-Según lo que me han dicho, parece que trató de hacerse el listo con ella –contó el otro- y no lo culpo, con lo hermosa que está...

-¿Pero que le hizo a ese tipo? –dijo el primero, ahora perdiendo éste la paciencia.

-Tal parece que le dio una muy buena paliza la Skywalker –decía el otro entre cuchicheos- Creo que el tipo quedó con un ojo morado. Así que ándate con cuidado con ella si no quieres tener problemas.

-Está bien, pero vamos a tener que dejarla hasta aquí la conversa, por que ella viene hacia acá –dijo el primero con un tono un poco temeroso del explosivo carácter de la morocha- No me gustaría tener problemas con ella y mucho menos terminar con un ojo morado como el de ese contrabandista corelliano.

-De acuerdo, yo también me largo de aquí –dijo el otro. Diciendo esto, los dos se largaron lo más rápido que pudieron, cosa de no incomodar y/o molestar a Leia.

"Estos dos... menos mal que no estaban cerca de mí... les habría partido la cara de haber estado cerca de mí, igual que ese contrabandista corelliano... como se atreve... sinvergüenza, estúpido ése..." -iba pensando furiosamente la muchacha y a la vez caminando con violencia hacia la puerta de su casa.

..::Flash Back:..

En la cantina de Mos Eisley, normalmente se podían encontrar a los peores sinvergüenzas bebiendo tragos, fumando o hablando puras tonterías de borracho. Generalmente era el punto donde la escoria de la galaxia se reunía: delincuentes comunes, contrabandistas, cazarrecompensas, presumidos pilotos espaciales, alguno que otro curioso alienígena de por allí, otros más ocupados cerrando sus sucios negocios o mujeres desesperadas armando escándalo y buscando a sus maridos borrachos. En ese lugar trabajaba Leia Skywalker, más conocida como "Leia, la tusken" por su hostil trato hacia los tipos que trataban de propasarse con ella. Pero esa mañana, un contrabandista corelliano, llamado Han Solo, quiso ir más allá de lo que podía ir. Pero no se imaginaba lo que le iba a pasar...

-Ésta no pasa de esta noche, Chewie –aseguró sonriendo el corelliano, mostrando sus blancos dientes mientras la chica iba en dirección hacia ellos con un par de cervezas en una bandeja de aluminio- Ésta es como todas, se hacen las que no quieren nada con uno, pero al final... –volvió a sonreír con más ganas, ensanchando su petulante sonrisa- igual caen rendidas en los en los brazos de uno. No se resisten a un tipo tan guapo como yo, no pueden, simplemente no pueden, es que soy tan irresistible... –cortó la frase por que le había dado un ataque de risa.

-¿Y como lo piensas hacer? –preguntó el wookiee en su idioma- Por que tal parece que ella es más dura que cualquiera de las otras que has tenido, con excepción de la Tharen. Ella le podría hacer el peso.

-¿Sabes con quien estás hablando? –preguntó Han medio serio cuando ya hubo calmado su ataque de risa, apuntándose con el pulgar- Estás hablando con Han Solo, el tipo más guapo de la galaxia y el más exitoso con las mujeres... ellas simplemente me adoran, Chewie –dijo la última frase con un dejo de petulancia y apoyando sus piernas en la mesa, como creyéndose el jefe de algo.

-Si tan solo pudiera ir un par de días a Kashyyyk, a ver a mi Mallatobuck... –dijo Chewbacca nostálgico.

-¿Y para qué quieres ir allá? –preguntó sorprendido Han- Oye, hay que vivir la vida, -golpeó la mesa- no encerrarse en esas tonterías de... –carraspeó y se aclaró la voz para adoptar un tono chillón de mujer- "mi gran amor" o eso de que "no puedo vivir sin ti"...

-...Pero es que tú la vives como si tuvieras diez –lo interrumpió Chewie- Yo no soy igual que tú, además tú nunca te has enamorado de verdad. Parece que lo tuyo es "una vida que no es bien vivida, no es vida".

-Por supuesto que no es vida si no se vive con ganas. Además, yo sí me he enamorado –saltó Han un poco molesto- Lo que pasa es soy enamoradizo y como no se puede andar con dos mujeres a la vez... –se interrumpió el mismo y luego agregó con impaciencia- Mira, la vida hay que vivirla, en toda su extensión, no se si me explico...

-Y los enamoramientos te duran dos días, claro, si te vives enamorando de los traseros –bromeó Chewie con ironía descarnada.

-Está bien, está bien, lo admito, me encantan las mujeres y me declaro un mujeriego –admitió rápidamente y luego cambió a un tono de voz más quisquilloso- Pero... ¿Tú que harías si te plantan una linda hembra wookiee con lo suyo bien puesto?

-Nada, por que no hay nada más lindo que mi Mallatobuck... ¡Y eso que te consideré! –afirmó Chewbacca riendo guturalmente.

-Gracias por tu honestidad, Chewie –dijo Han con sarcasmo, luego, el corelliano volteó su cabeza para ver que Leia ya había llegado con el par de cervezas y luego agregó mirando a Chewie- Mira a quien tenemos aquí, la linda y tierna Leia Skywalker, la más tusken más bella de Tatooine para muchos y para mí también.

-Quita tus pies de la mesa, tarado.–dijo ella con aspereza- Aquí tienes, imbécil –dijo poniendo las botellas con dureza sobre la mesa.

-Hey, pero... ¿Por qué a la agresión verbal? –se burló el contrabandista, mirando a Leia de pies a cabeza y quitando lentamente las piernas de la mesa, como de quien tiene flojera en hacerlo- ¿Te pesa el bikini de fierro o que?

-No me pesa nada, idiota –dijo Leia en tono amenazante- Métete en tus asuntos, sinvergüenza. Además, para tu información, el bikini no es de fierro, es de bronce, ignorante.

-Entonces¿por que estás de tan mal humor? –preguntó Han como si no entendiera nada de lo que estaba pasando- Te diré algo: hay que admitir que pese a que tienes un muy mal carácter, estás... –dejó inacabada la frase para buscar la palabra exacta mientras miraba atentamente otra vez con cara de idiota a Leia de pies a cabeza y formaba una figura femenina con las manos- demasiado guapísima... y eso que soy un hombre exigente.

-Ahora soy yo la que te va a decir algo¡NO ME MOLESTES! –dijo Leia gritando como histérica- Y de una vez te lo digo, tú me das lo mismo, no me interesas, jamás tendría algo contigo ni aunque fueras el último hombre de la galaxia, si no quieres que...

-¿Que¿me golpearás como a los otros? –dijo Han riéndose de las rabietas momentáneas de Leia, y luego preguntó con sarcasmo- Oye, a propósito¿Por qué andan las meseras con esos bikinis de fierro¿O es que no les cae el dinero suficiente vendiendo tragos, que ahora pusieron a la venta a las meseras? Por que de ser así... ¡Yo pagaría por estar contigo!. Además, tú no puedes resistirte a un tipo tan atractivo y con un gran carisma como yo... -sonrió con ganas y se apuntó con el pulgar- y no te vendría nada de mal en que lo reconocieras... –suspiró y luego tomó aire- seríamos tan felices...

-Estás queriendo decir que yo soy una p... –chilló airada la chica mientras el corelliano se reía con más ganas. Luego la chica arrojó la bandeja de aluminio encima de la cabeza del contrabandista y después le puso un buen puñete en el ojo para que ése estúpido contrabandista se diera cuenta de quien era Leia Skywalker, pensó ella.

-¡Ayyyyyyyy! –gimió el hombre todo adolorido y apoyado en la silla en la que estaba sentado; en ese instante se sobaba el ojo golpeado- Eso dolió... ¿Por qué has hecho eso¿Cuál es tu problema?

-¿Y te atreves a preguntar cuál es mi problema? Eso es para que te des cuenta de quien soy yo –gritó Leia furiosa- Ahora, si no les importa, me largo de aquí. –se fue con paso decidido y lo más rápido que pudo hacia la barra a atender otro pedido.

-Menos mal que no pasaba de esta noche –dijo Chewbacca riendo- y que tú eras Han Solo, el tipo más guapo de la galaxia y el más exitoso con las mujeres.

-Cierra el hocico, peludo con patas –dijo Han quejándose de su dolor físico- No ves que tengo mi orgullo herido... ¡y tú encima te burlas de mí! Esto es el colmo... mujeres... ¡Quien las necesita!

-Tú recién le estabas rogando a Leia que poco menos que pasara la noche contigo –dijo Chewie- Además, tu estabas dispuesto a pagarle, aunque no sé de donde, con la deuda de Jabba, no se puede ir despilfarrando el dinero en mujeres...

-Gracias por tu apoyo –lo cortó Han irónico- solamente un gran amigo como tú me apoya de esa manera.

Después del incidente con Leia, un Twi´lek que trabajaba para Jabba el Hutt se acercaron al contrabandista con la excusa de la deuda que el corelliano mantenía con su jefe. Como Han estaba entre furioso por la discusión con la morena y adolorido por el golpe en el ojo, se descargó con el Twi´lek.

.. :: Fin del Flash Back : ..

Estaba la chica entrando a la humilde granja de humedad en la que vivía en su planeta natal (N/A: Cuando digo «planeta natal » se refiere a los planetas en donde los personajes se crían y no el lugar físico en donde nacen, en este caso Tatooine.) y parecía que ella trataba de aparentar tranquilidad para no preocupar a su abuela. Pero al parecer le estaba costando demasiado, iba muy metida en lo que le había dicho ese tipo...

"Yo no soy ninguna p..." –iba pensando mientras entraba a la puerta. Al entrar, se aseguró de dejar bien cerrada la puerta. Mientras hacía eso, alguien la miraba atentamente, con una sonrisa bondadosa en la cara.

-Buenas tardes, Leia –decía una dulce voz de una mujer- ¿Cómo te fue hoy?

-Mal, abue, mal –dijo Leia con una cara de cómo de a quien le pasa eso todos los días, algo rutinario- Le volví a pegar a un tipo.

-Se te nota –decía Shmi con una sonrisa, ya que conocía bien el carácter de su nieta y luego agregó- Cuando le pegas a alguien siempre traes esa cara... –se interrumpió a si misma- Eres tan parecida a mi Ani... –dijo esta última frase como si se hubiera perdido en sus más profundos recuerdos.

-No te pongas así –le rogó la muchacha viendo que Shmi se ponía a llorar- Yo sé que en alguna parte está... en alguna... –dijo Leia como si ella sintiera que de verdad estaba vivo aunque ella no supiera en donde estaba ahora.

-Él murió, mi niña –decía Shmi resignada- ¿Tú crees que en más de veinte años la gente no da señales de vida? No. Tu padre habría venido hasta aquí, el se preocupaba por mí, me salvó de una muerte segura en manos de los Tusken Raiders, me habría llevado a otra parte lejos de aquí. –bajó la vista hacia el suelo- Cuando era un niño, me prometió que me liberaría...

-Te digo algo –dijo Leia en tono alegre para cambiar de tema. Shmi se limitó a mirarla secándose las lágrimas- Cuando tenga un hijo varón... ¿sabes como le voy a poner?

-¿Como? –preguntó un poco más calmada Shmi y con un atisbo de sonrisa en los labios.

-Le voy a poner Anakin –dijo Leia con una sonrisa- ¿Qué te parece?

-Es un lindo nombre para un niño que seguramente será tan guapo como su madre –dijo Shmi sonriendo- Pero... ¿Y si es una niña?

-¿Y quien te dice que solo tendré uno? –dijo Leia riendo y luego se puso un poco más seria- No. Cuando encuentre a un hombre decente en este planeta y me case, me encargaré de tener, por lo menos, tres hijos. –volvió a sonreir- Aunque si es niña, obligaré a mi supuesto marido a ponerle Shmi. Tú mejor que nadie sabes de lo que soy capaz, cuando me propongo algo.

-Si tú lo dices... ven, que ya está listo el almuerzo –dijo Shmi- me imagino que estarás hambrienta y que querrás descansar un poco.

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Al otro día, en la cantina de Mos Eisley, Leia Skywalker se encontraba trabajando como todos los días. Mientras limpiaba una mesa, creyó que se le había ido el aire de los pulmones. Había entrado un tipo. Pero no cualquier tipo. Era rubio y muy apuesto. En su expresión, derrochaba vitalidad y energía, algo no muy común en la aburrida gente de Tatooine. Ella se apresuró para terminar lo que estaba haciendo para ir a atender al joven rubio con un entusiasmo pocas veces visto en ella.

-¿Quieres servirte algo, guapo? –Preguntó Leia con una sonrisa al acercarse al hombre rubio.

-Me encantaría –dijo devolviéndole la sonrisa- ¿Qué sirven de bueno aquí?

-Lo que quieras –respondió Leia con una expresión agradable en la cara- Hay whisky, cervezas, ron... sólo lo que quieras.

-En ese caso traeme una buena cerveza –dijo el hombre guiñándole un ojo a la chica.- O mejor trae dos y considérate mi invitada.

-Consideralo hecho –dijo y se alejó con una sonrisa radiante.

Al otro lado del bar, se encontraba el presumido corelliano del día anterior. En su cara llevaba un gran moretón en el ojo y encima de su cabeza llevaba un gran chichón producto de los golpes que le había propinado la bella mesera de la cantina. Al lado suyo se encontraba su fiel compañero wookiee tratando de no reírse del aspecto deteriorado de su amigo corelliano...