El demonio apareció desde el plano astral en la rama de un árbol cercano a la casa de Filia. Era un día de primavera, el aire que le revolvia los cabellos color violeta era ya cálido. Aquel dia sin razón aparente, sus musculos no estaban contraidos por la tensión continua, se sentía relajado; entornó la vista, podia ver a lo lejos a la multitud que compraba en el mercado de la plaza del pueblo. A continuación, apoyó la espalda contra el tronco y cerrando los ojos empezó a divagar en los acontecimientos ocurridos durante su larga vida.

Unas voces le despertaron, sin abrir los ojos supo por la energía que percibía que se trataba de Filia, que probablemente saludaba a algún vecino de camino a casa después de hacer algunas compras.

Filia había cambiado su indumentaria desde la batalla contra Estrella Oscura, vestía una túnica blanca bastante holgada que llegaba hasta el suelo y que ceñía con un cinturón negro que marcaba un poco sus formas, también se había deshecho de la capa, gorro y antiguos amuletos de sacerdotisa del Gran Dragón de Fuego. Su pelo lucia igual. Nada en su aspecto dejaba entrever su vida pasada.

Filia pasó caminando al lado del árbol cargando una cesta llena de fruta sin girar la cabeza hacia dónde Zeros se encontraba.

Zeros abrió los ojos y la observó en silencio mientras pasaba, cuando desapareció de su vista entornó los ojos, cogió su báculo y de un salto aterrizó en el suelo encaminándose a la tienda de Filia.

Cuando entró por la puerta Filia estaba organizando los jarrones de un expositor, él se quedó apoyado en el marco de la puerta esperando hasta que ella se girara y se diera cuenta de su

presencia.

Pero no fue así.

Hola- dijo Filia en tono casi imperceptible sin girarse y sin dejar de ordenar los jarrones. Hacia mucho tiempo que había notado su energía oscura.

Ah, hola...¿qué Filia, como te va el negocio?.

...-Filia se quedó callada antes de responder, después dijo en tono cansado- podría ir mejor.

Eso es porque casi toda la cerámica que haces es de color rosa o blanco, no me extraña que la gente no la compre, je,je!- bromeó Zeros.

Filia no se inmutó, su rostro estaba sombrío mientras limpiaba las manchas de un viejo jarrón blanco.

Y esos jarrones de ahí son realmente feos, eh! ¿pero que veo? Pero no me extraña que sean tan feos, si tienen dragones pintados, realmente horribles, si- asintiendo al mismo tiempo que se acercaba a observar uno más de cerca poniendo cara de espanto- pero... mirando más de cerca creo que quien ha pintado esto es muy bueno, ha logrado captar lo espantosos que son los reptiles, je!- rió Zeros.

Filia se giró y le miró fijamente, su expresión no era de rabia ni de enfado, era como si le mirara y no le mirara al mismo tiempo, como si detrás de él hubiera alguien más. A Zeros se le congeló la sonrisa en la boca. No lograba a comprender...¿qué pasaba?. Tampoco lograba interceptar ninguna energia proveniente de ella, ni siquiera positiva.

Al final Filia contestó apartando la mirada cabizbaja:

Es cerámica oriental, cuidado, es cara.-y dirigió sus pasos hacia el pasillo que unía el local con su casa dejándolo solo en la tienda vacía.

Zeros adoptó una postura sombría, y confundido desapareció.

Al día siguiente Filia se encontraba en la cocina cuidando del huevo del pequeño Valgarv arropándolo bien en su capazo para que no perdiera calor. Presentía que su nacimiento estaba cerca. Después se sentó en una silla a tomar el té y a ojear un viejo libro.

De improviso Zeros apareció.

¿Qué Filia, me invitas a un té?- dijo en tono alegre.

Tú mismo.-el tono sombrio de Filia que parecia no inmutarse ante la presencia del demonio no había cambiado nada desde el otro día.

Zeros se sirvió un té y se sentó en una silla mientras saboreaba cada sorbo que daba.

Veo que el té se te da mejor que hacer jarrones- bromeó Zeros.

Filia no contestó, ni siquiera levantó la vista del libro ante la observación de Zeros.

Y por lo menos mi taza es marrón; no es blanca, ni rosa, ni tiene horribles dragones con los ojos fuera de las orbitas grabados.- rió Zeros- ¿ no te parece?.

Si...-musitó Filia pasando una hoja del libro, como absorta en su lectura.

Zeros abrió de par sus grandes ojos de demonio color amatista y con expresión seria la observó durante unos segundos. ¿Qué le pasaba a Filia?.¿Por qué no le contestaba ante sus provocaciones? Siempre solía hacerlo, era fácil hacerla rabiar y absorver luego sus energias negativas. Zeros pensó en mantener la calma.

¿Sabes Filia?, pensaba que los dragones eran raros y ariscos pero a medida que te voy conociendo mas creo que tu eres la dragona más extraña y con más mal humor de todos con los que me he topado, por no mencionar tu mal gusto con la cerámica.- dijo Zeros sarcasticamente y con expresión burlona, cambiando en seguida hacia una expresión desafiante clavando la mirada en Filia para esperar su reacción después del dardo caliente que le había lanzado.

Ya...- dijo Filia tomando un sorbo de té.

La mirada de Zeros se oscureció, se sentía rabioso, su respiración se acceleraba cada vez más. No aguantaba más su indiferencia, algo muy fuerte le estaba pinchando en el cuerpo, algo que no había sentido antes. Su alma de demonio le comenzó a nublar la mente, tenía ganas de hacerle daño, de...pero ¿quién se creia que era ella para tratarle así?. La podría matar si quisiera...

Filia sintió una energia negativa muy fuerte a su lado y por un momento temió por ella y por el pequeño Valgarv, pero logró mantener la compostura aunque se le estaba nublando la vista y no lograba entender lo que leía.

Zeros bruscamente se levantó de la silla tirándola al suelo y se giró de espaldas a Filia. Dejó pasar un par de minutos hasta que pudo controlarse y aclarar su mente, pero algo seguía punzándolo, le dolía de verdad.

- ¿QUÉ PASA FILIA?- preguntó furioso poniéndose a la vista de ella y agarrando con fuerza su báculo.

Filia se sobresaltó en la silla y por primera vez lo miró de forma intensa , la respiración la tenía entrecortada, parecia que algo luchaba por salir de su interior, pero no dijo nada.

Ante el silencio de Filia, Zeros no parecía calmarse. Filia se estremeció ante la mirada oscura del demonio.

VOY A HACERTE UNA PREGUNTA Y QUIERO QUE ME CONTESTES CON LA VERDAD.- dijo el demonio mirándola fijamente- ¿QUIERES QUE ME VAYA?.- a continuación bajo la cabeza hacia el suelo en espera de la contestación, eso clavado le estaba doliendo más y más. No sabía si había sido demasiado claro con la pregunta pero sabía lo que conllevaba el tipo de respuesta que podría recibir.

Filia se levantó de la silla y caminó hacia él. A menos de un metro de donde el demonio se encontraba se paró.

Si- dijo claramente aunque con la voz rota y haciendo esfuerzos por no llorar.

Zeros se quedó clavado en el sitio, necesitaba tiempo para asimilar lo que estaba escuchando.

Filia no aguantó más la presión y entre lagrimas gritó:

SI, ZEROS, QUIERO QUE TE VAYAS, DESAPARECE DE MI VIDA. ESTOY CANSADA DE SER DESPRECIADA POR TI. DE TUS IDAS Y VENIDAS. DE VIVIR SIEMPRE CONFUNDIDA. DE ESPERAR. ESTÚPIDO DEMONIO,¿NO VES QUE ME ESTÁS HACIENDO DAÑO?.SI ME DEJARAS PODRÍA REHACER MI VIDA. MALDITO SEAS.

Filia se marchó llorando escaleras arriba hacia la habitación, le dolia mucho haber dicho todo eso pero por fin se habia atrevido a ser sincera con él. Aunque consciente de sus sentimientos sabía que era lo mejor para ella y para Valgarv mantener al demonio fuera de su vida.

Sentía que no podía seguir esperando a que él apareciera en algunos casos después de meses de ausencia y no recibir por parte de él el mínimo afecto, sólo juegos. ¿Y si alguna vez venía con la intención de matar a Valgarv? Si Zellas se lo ordenaba él seguro lo haría.

A ella le dolería no verle durante un tiempo pero se repondría, estaba segura de ello, era fuerte.

Al mismo tiempo Zeros tenía el rostro contraído de dolor, estaba herido, también su orgullo.

Se desvaneció en medio de una nube negra.