¡Ay no me vayan a matar, pero mi otro fan fic era tan complicado que decidí dejarlo para después! Espero este sea mejor.
Cualquier cosita, mis amores, ya saben que con un comentario pueden consultar todo lo que quieran. Responderé rápido, ¡lo prometo!
Disclaimer: JK es la dueña y señora de Severus, Hermione y el resto de los personajes de la saga. Yo simplemente soy su fiel sirviente, que los utiliza en sus locuras llamadas fan fics xD.
Prólogo: La época negra de Gran Bretaña
"Tres semanas tras la muerte de Lord Voldemort y ya tenemos un nuevo ministro de magia".
Apenas Hermione bajó el ejemplar matutino del Profeta que estaba leyendo aquella mañana en San Mungo, se llevó un gran susto al encontrarse con un abundante ramo de flores y el pálido rostro de Severus Snape, con una expresión de incomodidad poco habitual en él.
– Señorita Granger, necesito su ayuda. – ni siquiera le dio tiempo de saludar, lo dijo tan rápido que le dio la impresión de que lo había estado ensayando con antelación. – Soy el nuevo ministro de magia y necesito su ayuda para acabar con toda esta farsa.
Parpadeó un par de veces, genuinamente confundida y preguntándose si tal vez se trataba de una visión, tras las múltiples contusiones que había recibido durante la batalla de Hogwarts y el tiempo que había permanecido inconsciente en aquella cama.
¿Severus Snape pidiendo ayuda? ¿Y precisamente a ella?
Además…
¿Ministro de magia?
Nota: Cortito, pues los dejo con el suspenso :B. Quiero que adivinen la razón por la que Severus Snape es ministro de magia y cómo podría Hermione Granger, ayudarlo a salir de ese embrollo en el que está metido C:
