Capitulo 1: Laughing Jack (Parte 1)

Era una fría noche en Londres cuando se encontró el cuerpo ensangrentado y torturado de una niña llamada Margareth Blair, la pequeña estaba clavada en la pared en un grotesco espectáculo. Cerca de ahí estaba una Shinigami para recolectar el alma de esa niña, ella odiaba recolectar las almas de los niños ya que los veía como hermosas e inocentes almas que nunca conocieron odio o maldad; después que el cuerpo de la desafortunada niña fuera llevado a Sconland Yard, ella espero que no hubiera nadie para recolectar su alma. Como la niña había muerto joven sus recuerdos serian pocos pero era felices aunque no tenía muchos amigos, las Shinigami sonrió al ver sus recuerdos hasta que pareció él; un payaso en blanco y negro con la nariz de cono que sonreía mucho, era él quien la había matado y torturado como si todo fuera parte de un juego macabro, fue ese ser despreciable quien la mató y ella lo odio por eso.

En otro punto de la ciudad se encontraba Grell Suttcliff quien limpiaba su guadaña cuando una extraña criatura se le acerco a él: era alto, tenía el cabello negro mate hasta los hombros, piel blanca como el papel, nariz de cono en blanco y negro, usaba medias a rayas, tenia mangas a rayas, ojos de un color nebuloso, garras negras, pantalones negros sujetados por tirantes del mismo color, dientes afilados y algo parecido a plumas en sus hombros. El extraño payaso se acerco a Grell y tomo entre sus manos el cabello del shinigami pelirrojo, este se ruborizo y adopto una postura de doncella tímida ya que aunque era un payaso extraño y espeluznante tenía un rostro hermoso y varonil.

—Me gusta mucho tu cabello – dijo el payaso

—Te gusta~? – pregunto como si fuera una colegiala

—Si, es tan rojo y brillante

—Ho~!...gracias, y eso que no he ido a la peluquería~

—Me recuerda al mío

—He?

—Mi cabello…era tan rojo y brillante

El payaso soltó el pelo de Grell y se retiro, este le pidió que se quedara ya que le gustaba lo que le decía pero el payaso le dijo que no tenía interés en un tipo tan raro como él además estaba muy viejo para jugar con él, Grell se ofendió muchísimo y comenzó a reclamarle por llamarla vieja, que era el que no tenía interés en él y que él se lo perdía pero aquel payaso no le importo ya que quería como "amiguitos" a los niños y no a los adultos. Aquel payaso solo le importaba encontrar otro nuevo amiguito para jugar.

…..

En la mansión Phantomhive a Ciel le llego la carta de la reina, después de dos semanas del asesinato de esa niña.

Mi querido niño:

Estoy sumamente preocupada, en todos los barrios de Londres

Ha habido una ola de horribles asesinatos de niños. La gente no sabe

Nada y ni ha visto nada; los asesinatos han ocurrido dentro de las casas

Y lo único que se encontró fueron muchos dulces cerca de los cuerpos

Aunque la policía hace lo mejor posible en encontrar al asesino pero

No han tenido éxito, por eso te pido que encuentres a ese asesino

Por los pobres niños que fueron sus víctimas y las familias que temen

Perder a sus hijos.

Atentamente

La reina Victoria de Reino Unido

Después de leer la carta entro Sebastián y Ciel le dijo que irían a Sconland Yard y partieron para hayá. En la comisaria todo estaba patas para arriba con el caso más monstruoso de la historia londinense hasta lo consideraban peor que el caso de Jack el destripador; Ciel aprovecho para saber los nombres de las 12 víctimas y de entrevistar a las familias de las víctimas, esa fue la parte más difícil ya que estaban destrozados por la muerte de sus hijos pero todos estaban de acuerdo con algo: que todos los niños eran solitarios y tuvieron un amigo imaginario llamado laughring Jack y que era un payaso, era solo un amigo imaginario pero era muy extraño que todas las victimas tuvieran un amigo imaginario como ese. De repente un policía llego con la noticia que se había encontrado el cuerpo de una nueva víctima del asesino de niños.

La víctima era un niño gitano llamado Nazlo Hillich y como las otras víctimas había sido torturado y cerca de su cuerpo estaba lleno de dulces, sin embargo, el cuerpo fue encontrado en la calle y el niño tenía signos de haber corrido como si estuviera huyendo de alguien; los padres dijeron lo mismo que los otros niños: era solitario y tenía un amigo imaginario llamado Laughring Jack y que era un payaso; era mucho para ser una coincidencia, por lo que Ciel le ordeno a Sebastián investigar.

Mientras Ciel examinaba la escena del crimen cuando una figura lo roso, claramente era una chica quien dejo caer un pañuelo cuando iba a buscar a la dueña, Abberline se le acerco para saludarlo.

—Hola Ciel, como estas? – le pregunto con una sonrisa jovial

—Bien… gracias

—Y que estas haciendo?

—Investigando las muertes – dijo algo irritado

—Y te estoy interrumpiendo?

—Si

—Perdón je,je,je,je~

Por suerte para Ciel la dueña del pañuelo andaba cerca. Ella estaba en una esquina dándole pan a los pobres, era una muchacha de su edad bastante bonita: tenía una larga cabellera ondulada color castaño miel, ojos azul verdosos, piel blanca, mejillas sonrosadas y pestañas largas; vestía un vestido floreado y usaba un sombrero negro. La chica se dio cuenta que Ciel la estaba mirando por lo que volteo a verlo, le sonrió a modo de saludo y volvió con lo que estaba haciendo; Ciel se sonrojo ante esto y se limito a devolverle su pañuelo.

—Disculpe señorita, se le cayó su pañuelo

—No es mío

—Qué?!

—Que no es mío, yo no tengo un pañuelo de ese color

—Lo siento, al parecer la he interrumpido

—No se preocupe, aun que no se su nombre

—Soy Ciel Phantomhive

—Mucho gusto, Ciel Phantomhive. Me llamo Pamela West

En eso el hermano menor de la señorita West, Phillip West, estaba por hacer un nuevo amigo. Como cada sábado él, su hermana Pamela y su padre iban a darles comida a los pobres pero el pequeño niño se puso a jugar y se separo de su familia, llegando a un callejón donde se sintió atraído por una música de circo tocada por un acordeón que hizo que se adentrara aun más en el callejón donde se encontró un extraño payaso en blanco y negro; aquel payaso sonreía mucho y se balanceaba en una gran pelota mientras tiraba confeti multicolor por todos lados. El pequeño Phillip estaba asombrado de ver al payaso pero no se asusto como cualquier otro pero por alguna razón aquel payaso le causaba mucha confianza a pesar que el niño odiaba a los extraños.

—Venga uno, vengan todos! Sean grandes o pequeños para ver al mejor payaso! El uno, el único. yo!

—Quien eres?

—Me alegro de que lo preguntes. Me llamo Laughing Jack y soy un payaso mágico

—Un payaso mágico? De verdad?

—Claro que sí! Quieres que seamos los mejores amigos~ …o…no quieres ser amigo de un payaso sin colores – finalizo con un tono triste

—Claro que quiero! Yo siempre quise un amigo con quien jugar…. Es que no me agradan los hijos de los amigos de mi papá

—Pues esta dicho! Seremos los mejores amigos del mundo!

—Si! – exclamo feliz el niño – oh! Por cierto me llamo Phillip West

—Está bien y yo te llamare Kido~ – dijo dándole dulces

El pequeño Phillip estaba muy contento de tener un nuevo amigo, desde la muerte de su madre que se había vuelto un niño solitario y aun más con la sobreprotección de su padre quien después de perder a su esposa cuidaba a sus hijos como si fueran oro al punto de no dejarlos ni respirar; fue desde entonces que nada en la familia West volvió a hacer lo mismo. De repente Laughing Jack se tuvo que esconder desapareciendo rápidamente ya que alguien más había aparecido en ese callejón y se trataba de Sebastián, el mayordomo de la mansión Phantomhive, cuando el pequeño Phillip lo vio sintió mucha desconfianza ya que desde la muerte de su madre veía con malos ojos a los desconocidos.

—Que hace aquí solo pequeño amo?

—No hablo con extraños!

—Eso está muy bien pero no es bueno que este solo aquí

—Ya me voy

—Espere pequeño amo, yo lo acompaño

El pequeño Phillip no quiso ir con Sebastián y este tuvo que convencerlo mejor (se lo llevo a arrastrándolo) a donde se encontraba Ciel hablando con la señorita West, quien le contaba sobre las obras benéficas de su padre cuando Sebastián apareció con Phillip tomado de la mano. El niño intento soltarse hasta mordiendo pero cuando Sebastián lo soltó este le dio una patada y fue a abrazar a su hermana, Ciel no entendía nada ¿Quién era ese niño?¿y qué hacia Sebastián trayéndolo arrastrándolo hasta aquí?

—Lo siento señor pero mi hermanito no le gustan los extraños – se disculpo Pamela

—Entiendo, mi lady – contesto sobándose la pierna donde lo pateo el niño

—Quien es este niño, Pamela? – pregunto Ciel

—Es mi hermanito Phillip

—Pamela, Phillip! Aquí están! Los he estado buscando! – en eso apareció el padre de los chicos, el marqués de West – donde estaban?

—Lo siento papá…yo….

—La culpa es mía, yo la detuve porque pensé que había perdido algo y comenzamos a conversar – se disculpo Ciel

—Entiendo – luego se dirigió a sus hijos – vámonos niños

El marqués se fue con sus hijos dejando a Ciel y a Sebastián solos, en eso Sebastián le dio a su joven amo una carpeta con dibujos de las victimas en donde todos habían una especie de payaso en blanco y negro; en todo los dibujos el payaso estaba dibujado con dulces, haciendo malabares y tirando confetis de colores. En ese momento Ciel entendió que Laughing Jack no era un amigo imaginario sino un hombre, un hombre trastornado y enfermo que estaba matando niños inocentes, y por alguna razón comenzaba a sospechar del Marqués de West por lo que le ordeno a Sebastián investigarlo; sin embargo, Ciel estaba muy equivocado ya que Laughing Jack no era un ser humano y lo estaba mirando muy enojado ya que le querían quitar a su amiguito y arruinar sus planes, pero si eso pretendía ese pequeño gruñón entonces no se las pondría tan fáciles.

Al llegar a la mansión Sebastián ya tenía información sobre el marqués West y de su familia. Resulta que son dueños de una gran industria de fundidoras y de construcciones, que el marqués hacia obras benéficas para los pobres y necesitados, que antes vivía en Liverpool pero se mudo a Londres hace 7 años pero lo que más sorprendía fue lo que pasó a la marquesa de West.

—La esposa del Marqués de West murió hace 7 años y 2 meses después el marqués se mudo a Londres con sus hijos

—Como murió la marquesa de West?

—Fue asesinada

—Qué?!

—Fue encontrada en medio de la calle con la ropa hecha tirones, la columna hecha añicos, el cráneo partido y con claros signos de haber sido atacada. Nunca encontraron al asesino

—El marqués fue sospechoso? – pregunto viendo la foto de la marquesa que se parecía mucho a Pamela

—No, estaba destrozado por lo que no fue considerado sospechoso

Ciel no siguió preguntando y le ordeno a Sebastián tener listo el carruaje ya que irían a la mansión West. Cuando Sebastián salió del despacho, Ciel susurro:"lo siento Pamela".

….

En la mansión West. Phillip y Laughing Jack jugaban y se metían en problemas, el payaso le daba dulces al niño y le enseñaba trucos de magia. Ambos jugaban a mil y un cosas y también hablaban, Laughing Jack le contaba sobre muchas historias y Phillip le conto sobre su madre aunque el niño pensaba que había muerto de fiebre ya que su padre le oculto como murió; el payaso siempre consolaba a su pequeño amigo sacándole una sonrisa cuando el niño se ponía a llorar cuando era regañado por hablar solo. Mientras Phillip y Laughing Jack jugaban a los piratas pasaron por el salón de estar donde estaba Pamela cuidando de unos canarios.

—Quien es ella, Kido? – pregunto Laughing Jack

—Es mi hermana Pamela está cuidando de los canarios de mamá

—Es linda

—Si, papá dice que se parece a mamá…. Yo era muy pequeño y no me acuerdo de cómo era

—Como se llamaba tu mamá, Kido?

—Se llamaba Débora, Débora West

En eso llego Ciel pidiendo hablar con el marqués de West quien lo recibió en su despacho, Phillip y Laughing Jack se asomaron para poder escuchar la conversación, todo por petición del payaso ya que todo era parte de sus planes y Ciel ni la familia de Phillip encajaban en sus planes. El marqués West no le agradaba Ciel ya que sentía que había algo extraño y siniestro en él, y el marqués iba a proteger a sus hijos, que era todo lo que le quedaba después que su amada Débora murió, y los iba a proteger de todo mal o cualquiera que no le inspirara confianza. Al principio hablaron de cosas hasta llegar a lo que Ciel vino.

—Conoce el caso del asesino de niños?

—Si, es algo horrible, yo tengo un hijo de esa edad pero ¿Por qué me pregunta eso?

—Solo simple curiosidad pero en realidad vine para encargarle a su compañía la construcción de una nueva tienda para mi compañía

—Pues en ese caso no era necesario venir hasta aquí

—Prefiero hacer las cosas personalmente – dijo con una sonrisa

—Entiendo, conde Phantomhive

—Tengo entendido que es viudo

—Si, lo soy

—Y que su esposa murió asesinada en la calle

—Como sabes eso?!

Para mala suerte Phillip había escuchado todo y no podía creer, el niño siempre había creído que su madre había muerto de fiebre pero en realidad murió asesinada por un loco ¿Por qué nunca le dijeron la verdad?¿quién podría querer matar a su madre? Cuando las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, Ciel y el marqués West se dieron cuenta que Phillip estaba ahí y había escuchado toda la conversación, el niño salió corriendo hacia su cuarto ignorando a su hermana quien le preguntaba que le estaba pasando, para encerrarse en su habitación a llorar y no abrirle la puerta a nadie; el marqués West culpo de esto a Ciel y lo hecho de su casa, Pamela no quiso ni mirarlo. Antes de irse Ciel le dijo a Sebastián que mantuviera vigilada a la familia West pero Sebastián se distrajo un poco con el gato persa de la familia.

En su cuarto. Phillip no paraba de llorar al descubrir la verdad sobre lo que le paso a su madre, a su lado estaba Laughing Jack quien lo consolaba y le daba dulces para que se sintiera mejor.

—Porque?...porque me lo ocultaron? No entiendo, ella era mi madre! – dijo Phillip entre lagrimas

—Eso es muy injusto Kido, ellos te mintieron

—Tú crees que Pamela también lo sabía?

—Si Kido. Todos te han mentido y te han excluido de las decisiones de la familia

—Porque?

—Porque son egoístas y quieren tenerte en un mundo de mentiras tejidas por tu papá

—No! no! no es culpa de mi padre, ni de Pamela!... es de ese Conde Phantomhive! ….es su culpa! Lo odio!

—Tranquilo Kido, te prometo que yo me encargo de él

Laughing Jack abrazo al niño hasta que se tranquilizo y se quedo dormido, y el payaso aprovecho para deshacerse de los extraños que rondaban por ahí.

Mientras Sebastián recorría la casa de los West para investigar al marques West aun que no encontraba nada que incriminara al marques aunque lo que más le importaba al mayordomo demonio era que la familia también tenían un gato siamés, un gato bosque noruego, un gato maltes, un gato azul ruso y un gato himalayan; el mayordomo estaba fascinado con esos gatos finos, sin embargo, no duraría. Ante los ojos del mayordomo demonio uno de los brazos de Laughing Jack se estiro como una serpiente y con una gran agilidad atrapo a cada uno de los gatos, envolviéndolos para inmovilizarlos y los apretó hasta la muerte, después de matar al último gato se escucho una risa burlona; Sebastián estaba furioso y fue tras aquel ser que había matado a esos hermosos gatos frente a él pero no pudo encontrarlo ya que ese ser era muy rápido y parecía teletransportarse de un lugar a otro mientras la risa se hacía más estridente hasta el mayordomo de la mansión Phantomhive se rindió y volvió a la mansión pero estaba decidido a matar a ese ser por matar a esos gatos. Al regresar a la mansión le conto todo a Ciel y que pensaba que Laughing Jack no era un ser humano sino un ser maligno pero Ciel seguía incrédulo.

—Hablaste con Pamela? – pregunto Ciel

—Si

—Que te dijo?

—Que no quiere saber nada de usted

—….. – Ciel se frustro mucho al oír esto

—Disculpe joven amo pero parece que está interesado en Lady Pamela – dijo Sebastián burlescamente

—Cállate! Y mejor tráeme el té!

—Yes, my lord

Esa tarde transcurrió normal y tranquila hasta la hora de dormir. Cuando Ciel se quedo dormido soñó que estaba en una especie de parque de atracciones muy macabro y gris, recorrió el interminable camino de tiendas de campañas vacías, aquel lugar tenía un horrible aspecto en blanco y negro aparte cosas como los peluches de las tiendas de juego, los caballitos del carrusel, etc. Tenían una sonrisa enferma y sentía como si lo estuvieran mirando aun que era la única persona en ese lugar, Ciel camino más rápido a causa de esa sensación; de repente el joven conde Phantomhive se sintió atraído por una versión macabra y grotesca de la canción "Pop goes the weasel" y siguió esa música hasta llegar a una carpa de circo completamente negra cuya única luz provenía de adentro, al entrar vio que estaba lleno de niños horriblemente desfigurados y mutilados: algunos tenían cortes por todo su cuerpo, otros estaban gravemente quemados, algunos tenían partes del cuerpo amputadas, otros no tenían cara, algunos no tenian ojos ni nariz y otros estaban en todas esas condiciones juntas; entre esos niños, Ciel pudo reconocer a las 12 víctimas. Y en el centro del escenario estaba aquel payaso que aparecía en los dibujos de las víctimas, ese debía ser Laughing Jack.

—Venga uno, vengan todos! Sean grandes o pequeños para ver al mejor payaso! El uno, el único! Yo, Laughing Jack!

De repente Laughing Jack clavo su nebulosa mirada en Ciel.

—Hola! pequeño gruñón ¿te estás divirtiendo?

—Laughing Jack – susurro al verlo

—Veo que me conoces y como me conoces te diré que me estoy cansando de tu presencia en mi camino

—Que me importa!

—Te tendría que importar, veras no me gustan los niños entrometidos y malcriados como tú

—Acaso crees que me asustas? Soy el perro guardián de la reina! No me asustan los adefesios infrahumanos como tú!

—Fufufufu ~ El niño fue criado por lobos y luego se los comió ~

—Que dijiste?!

—Solo te diré que no impedirás que consiga lo que quiero y que vuelva a ser mío!

Antes que Ciel le respondiera, esos niños se le tiraron encima, lo envolviéron, dejándolo inmovilizado, arañando su carne y acostándolo violentamente en el piso para desgarrarle la carne; mientras los niños lo destrozaban todo lo que podía escuchar era la horrible y bizarra risa de Laughing Jack. Ciel se despertó de golpe bañado en sudor, después de tranquilizarse noto que todos los juguetes de la nueva temporada de su compañía se le situaron de cara por todo su cuarto; el joven conde comprendió que ese payaso no era humano y que era más peligroso de lo que pensaba.

Esa misma mañana Ciel fue a buscar al Marqués de West ya que aunque el marqués no era Laughing Jack, ese payaso tenía malas intenciones con esa familia.

—Qué crees que sea Laughing Jack, Sebastián? – le pregunto Ciel

—Un asesino infame – contesto al recordar como mato a esos gatos

—No me refería a eso!

—Yo pienso eso

—Me refiero si es un demonio

—No lo es, si lo fuera ya me hubiera dado cuenta

—Y que crees que sea?

—Confieso que me siento desconcertado, no sé que es y es la primera vez que veo una criatura de su calaña

Ciel estaba realmente frustrado de no entender lo que estaba pasando ¿Qué rayos estaba pasando en Londres? De repente vio al Marqués West en una cafetería con unos amigos, por lo que Ciel bajo del carruaje para hablar con él. El marqués parecía ya no estar enojado con él por meterse en asuntos familiares y sobre todo que por su culpa Phillip supiera la horrible muerte de su madre, y le saludo muy cortésmente pero también se extraño cuando le pidió hablar con él.

—Laughing Jack, a escuchado ese nombre?

—Laughing Jack? Es el nombre del amigo imaginario de Phillip

—No es un amigo imaginario

—Qué? Qué tontería es esta?

—En el caso del asesino de niños todas las víctimas tenían un amigo imaginario con ese nombre

—Esto es muy difícil de creer, es solo un amigo imaginario!

—Usted me dijo que protegería a sus hijos de todo mal, entonces protéjalos de esto!

—Buenas tardes, conde Phantomhive

Fue lo único que le dijo el marqués antes de retirarse, cuando Ciel y Sebastián iban a volver a subir al carruaje vieron a Laughing Jack quien tenía muchos globos en una mano y los saludaba con una sonrisa sínica. Ambos fueron tras de él pero tomaron caminos distintos guiados por del infernal payaso: Sebastián por las calles de Londres y Ciel a la biblioteca de Londres donde Laughing Jack se encontraba y no paraba de provocar a Ciel.

—Cielito ¿Por qué estas corriendo en la biblioteca? Eso está mal

—Cállate y aparece! – dijo con pistola en mano

—Qué es eso que tienes en la mano? Es una pistola? Te puedes lastimar Cielito

—Que aparezcas!

De golpe apareció Laughing Jack en el segundo piso de la biblioteca con un globo de color azul en su mano.

—Aquí estoy Cielito! Quieres un globo? No? ¡PUES TOMA MUCHOS!

Del cielo de la biblioteca empezaron a caer miles de globos de colores que al caer reventaban lentamente en sangre pero lo más horrible era que parecían tener carne,pequeños huesos y algo que parecía vilis adentro, además al reventarse daban unos chillidos desgarradores que parecían ser de niños pequeños, cuando uno de esos globos le reventó en la cara a Ciel este se horrorizo e intento salir de ahí.

—Eso Ciel! Vete! Estas muy grande para jugar conmigo! Todos esos policías y ese mayordomo están muy grandes para jugar conmigo! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

De repente Ciel choco con Pamela pero ella tenía algo diferente, se veía distinta como más maliciosa, su sonrisa parecía algo maquiavélica, el azul verdoso de sus ojos estaba algo opaco y su vestimenta era gris; sin embargo, al verla se tranquilizo y aun más cuando ella acaricio suavemente sus mejillas. Ambos se sentaron para que Ciel se tranquilizara y Pamela no dejaba de mirarlo con esos ojos que parecían maquiavélicos mientras esbozaba una sonrisa fría pero Ciel parecía no notar esto.

—Estas mejor? – pregunto Pamela

—Si, gracias Pamela

—Que te paso?

—Es una larga historia pero es mejor que no la sepas

—Tiene que ver con Laughing Jack – dijo de manera intrigante

—Como te enteraste? De lo dijo tu padre?

—Eso no importa

Con esas palabras Pamela lo abrazo y Ciel se dejo abrazar por ella hasta que por el reflejo de unos vidrios pudo ver su espalda, y el brazo que le rodeaba la espalda no era el blanco y fino brazo de Pamela West sino un brazo largo, con rayas en blanco y negro, y largas garras negras; fue tanta la impresión que Ciel soltó bruscamente a Pamela pero a quien vio no era a la chica West sino a Laughing Jack quien se reía de él con mucha picardía.

—Abrázame pequeño gruñón! JAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Ciel no pudo con el asco y terror que le causo ese acontecimiento que salió corriendo de la biblioteca mientras escuchaba la horrible risa del payaso.

Por otra parte en la mansión West. El pequeño Phillip y Laughing Jack jugaban con los juguetes del niño, el payaso sentía que Ciel y Sebastián ya estaban fuera de combate y podía seguir dando riendas sueltas a su plan además Phillip era distinto a sus anteriores amiguitos y tal vez de él podía conseguir lo que estaba buscando pero primero debía ganarse por completo al niño y para eso necesitaba tiempo.

—Tú me quieres, Kido?

—Si te quiero, Laughing Jack. Eres mi mejor amigo

—Y yo te quiero a ti, Kido

—Porque me preguntaste eso?

—Por nada, solo quería saber qué harías por mí como yo por ti

—Yo haría mucho por ti porque eres mi mejor amigo

—Lo sé Kido, lo sé

El payaso acaricio la cabeza del niño y continuaron jugando, sin saber que Pamela los miraba por el rabillo de la puerta. Ella tenía la sospecha que Laughing Jack no era un simple amigo imaginario ya que desde que ese "amigo imaginario" llego a ella le habían pasado cosas extrañas, sin embargo, lo que Pamela no sabía era que Laughing Jack tenía planes para ella.

…...

CONTINUARA