Fanfic giroxnatsu

Era una mañana de las ultimas del invierno, cuando ya la fina capa de nieve se empieza a fundir y el sol calienta un poco más; y no solo por la proximidad del dia de san Valentín. Natsumi se estaba preparando para las clases terminando su desayuno y dirigiendo una furtiva mirada a la caseta color granate que acampaba en su jardín, preguntándose como podría permanecer su dueño dentro con ese frio matutino.

Habian pasado ya casi cinco años desde que se puso esa caseta por primera vez en el jardín, ahora tenia ya diecinueve años y era casi toda una mujer; cuantas cosas habían pasado en todo este tiempo. Pero lo que más le preocupaba era la proximidad de elegir universidad y de si la aceptarían en la universidad cercana a su casa para no dejar a su hermano solo en casa. Aunque solo era una palabra relativa en su casa claro.

Cuando por fin la casa parecía solitaria, el rojo soldado se levanto al fin con su rutina cumplimentada, ya que no tenia mucho que hacer en esos días. A veces miraba nostálgico su álbum de fotos con recuerdos de guerras pasadas y de su niñez cuando aún era feliz en el seno familiar y no le habían pasado tantos problemas, problemas que no habían encontrado solución a pesar de los años. Pero lo que más tiempo abarcaba su memoria era su amor platónico, Natsumi, cada día tenia mas claro que jamás la tendría para si mismo pero con tal de que fuera realmente feliz, y sus ojos se lo confirmaran la dejaría ir por mucho dolor que le supusiera.

Pasaba la mañana con la rutina de siempre, una reunión que no acababa con buen pie y un plan absurdo del que no estaba de acuerdo en absoluto y con un presupuesto desorbitado que acabaría en fracaso. Giroro tenia muy asumido en su interior que si no habían conquistado Pokopen aún era solamente porque no querían en el fondo, aunque sabía que el dia llegaría, tarde o temprano.

Keroro: bueno chicos, ya que no nos ponemos de acuerdo queda zanjada la reunion, mañana venid más frescos y con ideas nuevas que el almacen se nos está quedando pequeño con tanto trasto inútil.

Kururu: mis trastos no son inútiles, jefe. Si no saben darle el uso adecuado no es mi problema. Mis artilugios son de calidad.-dijo con cara siniestra.

Kero: kero, esto tranquilo Kururu machote, no queria decir eso…. – lo decía sin saber donde meterse.

Giroro: bah, paso, Keroro cuando acabes con esta pantomima a la que llamas reunión ven a verme a mi caseta por favor. –se marcho dejando un halo de curiosidad tras de sí.

Tamama: Mi sargento que le pasa al caporal?

Kero: pues no tengo ni rana idea.

Kuru: será que esta nervioso por el dia de san Valentin ku ku ku kuuu…

Kero: keeeero kerori, si es eso podemos hacer un plan para que se le bajen los humos de super militar que tiene.

Tama: buen plan mi sargentoo pero ya sabe como se las gasta el caporal.

Kuru: yo no se nada, ese tío es una mala bestia ya tuve suficiente la ultims vez. Kuuu ku ku kuku.

Mois: Osea quien bien te quiere….

Kero: bueno queda oficialmente acabada la reunión. Hasta mañana mis ranas.

Mois: Tio keroro ten cuidado si?

Kero: tranquila doña Mois, por mucho que él diga soy su superior.

Al medio día todavía estaban Keroro y Giroro encerrados en la caseta, ante la expectación de toda la tropa que espiaba a escondidas.

Kero: Giroro, no estoy de acuerdo con lo que dices.

Giro: me da igual, además por una semana os las podeis apañar sin mi perfectamente. Total para el caso que me hacen no se notara la diferencia…

Kero: pero y si algo nos ataca… o… se nos ocurre un planazo para invadir… además que vas a cultivar boniatos?

Giro: no es de tu incumbencia, además desde que estoy aquí no he cogido vacaciones salvo aquellos dos días de recolecta. Tengo mis derechos como militar.

Kero: tu tono de voz no me gusta, además estás diciendo de salir de Pokopén, como superior tuyo… tengo derecho a saber tus motivos.

Giro: no me provoques Keroro, y como me sigas… esta vez no seré tan flexible.

Kero: Esperaré hasta la noche, para que me presentes un informe o te denegare el permiso. – y con esto cerró tras de sí la tienda.

Keroro se puso enseguida con sus quehaceres diarios, bastante enfadado por como su subordinado lo trataba según él.

Kero: qué se cree ese tío, soy su superior, no puede hablarme así. Y encima amenazándome, quien se cree que es, por mis ancas que….

Fuyuki: sargento ya estoy en casa, ¿que estas murmurando?

Kero: ¿yo? Nada don Fuyuki cosas de la invasión.

Fuyuki: pues para no ser nada te veo bastante enfadado.

Kero: don Fuyukiii… - dijo medio lloroso- vera es que Giroro…

Fuyuki: ¿Giroro? – entonces le explico la conversación.- Y por eso tanto drama? Tiene derecho a esas vacaciones Sargento. A parte de ser tu subordinado no olvides que es tu amigo también.

Kero: si fuera mi amigo no me hablaría así.

Natsumi: ya estoy aquí! ¿Qué pasa Fuyuki?

Fuyu: nada el sargento que tuvo una pelea con Giroro.

Nats: ¿pelea? Porqué? – después de la charla opino igual que Fuyuki, aunque igualmente le intrigaba el motivo de sus vacaciones.

Con esto ya era casi de noche y Natsumi tenía preparada la cena.

Nats: Fuyuki! Ranucha! La comida está en la mesa. – se acerco a la fogata encendida en el jardín.- oye Giroro, ¿por qué no entras y cenas con nosotros? Así puedes hacer las paces con Keroro.

Giro: Natsumi, no puedo hacer las paces porque es absurdo. Simplemente he pedido vacaciones, una simple semana. Y no puedo postergarla porque tengo cosas que hacer. Si él no quiere entenderlo no puedo hacer nada.

Nats: si tan importante es para ti Giroro, seguro que lo entiende. Para eso se supone que son amigos ¿no? – Natsumi le sonrió cálidamente haciendo sonrojarse al caporal.

Giro: está bien si insistes tanto…. Entraré.

Fuyuki: Caporal, me alegra que cenes con nosotros.

Kero: pues a mí no. SI no fuera por la exquisita comida de doña Natsumi se me quitaba el hambre.

Natsumi: Pero hombre, ¿vas a seguir enfadado con él?

Giro: déjalo Natsumi, siempre ha sido un cabezota.

Kero: yo seré un cabezota, pero tú eres un desconfiado desde siempre.

Giro: LA desconfianza salva vidas en el campo de batalla. Parece mentira que seas tú el que lo dice Keroro.

Kero: deja ya el rollo militar machote, yo sé la verdadera razón de tu desconfianza.

Giro: Natsumi, Fuyuki, gracias por la cena, pero con este elemento no puedo compartir la mesa.

Kero: Disculpadme a mí también señores, pero con don te-restriego-que-soy-un-súper-militar no ceno.

Diciendo esto los dos se fueron de la mesa.

Fuyuki: vaya… parece que esto es serio…

Nats: si, bastante.

Dororo: Buenas mis señores.

Nats: hola Dororo si buscas a Keroro esta en su cuarto.

Doro: no busco a mi líder, vengo a ver a maese Giroro. ¿no ha partido aun no?

Nats: No, está en el jardín. ¿Tú sabes a donde va?

Doro: A sí es. Disculpadme. – salió al jardín. – Maese Giroro, os traigo lo que me pedisteis.

Giro: Gracias Dororo; `pensé que hasta mañana no lo traerías.

Doro: pensé que cuanto antes mejor seria. Maese Giroro… peligroso es vuestro cometido… seguro que no quereis que un servidor os acompañe?

Giro: no te preocupes Dororo, eres un buen amigo… no le digas a ninguno de la tropa mi cometido. Para ellos estoy de vacaciones.

Doro: pero y si os pasa algo?

Giro: si no vuelvo en cinco días, cuéntaselo todo; pero que no vayan. No es necesario más derramamiento de sangre.

Doro: sois un buen soldado, tarde es ya, parto presto a mi morada. Os deseo toda la suerte que necesitéis, velare por vos.

Giro: Gracias Dororo. Me hará falta.

No se percataron de que una polizón estaba espiando la conversación, y en cuanto se quedó solo. Apareció la silueta alumbrada por la lumbre de la fogata.

Nats: Así, que vas a arriesgar tu vida, en una especie de misión suicida secreta y no pensabas contármelo…

Giro: Na.. Natsumi. ¿Lo has oído todo?

Nats: lo suficiente. No dejare que te vayas a jugarte la vida.

G: agradezco tu preocupación pero no puedes hacer nada. La comandancia me ha reclamado para esta misión.

N: pues llévame contigo. Según tú soy una guerrera temible para muchos enemigos.

G: pero no tienes experiencia en suelo desconocido, ni en combate de guerra. Yo llevo entrenándome para esto desde que pude andar. Además, no te dejo ir. Debes proteger esta casa en mi ausencia.

N: esta bien… pero vuelve. Sino ire a buscarte.

G: cuidate.

Cuando subió Natsumi a su cuarto le seguía picando el gusanillo de la curiosidad, y cuando lo vió preparando las cosas para el viaje no dudó en coger la súper armadura e infiltrarse en la nave, no sin antes dejarle una nota a su madre que en todos estos años conocía muy bien sus capacidades como guerrera. Nada más ver la nave que había cogido para su viaje supo que iba en serio pues era de armamento pesado; y Kururu parecía saber su cometido cuando le aconsejó sobre llevarse algún cachivache de los suyos.

Cuando se hizo de día a primera hora, abrió los ojos, y pudo ver la silueta del ávido guerrero poniendo todo en marcha para despegar; y se imagino sin despegarse mucho de la realidad a todos mirando desde abajo su despegue entre la despedida, el enfado y la curiosidad.

Miró su reloj de muñeca y cuando eran las doce, hora pokopense, ya estaban en mitad del espacio. Tenia decidido salir cuando escucho una trasferencia por radio.

¿?: aquí la comandancia de Keron, identifíquese.

G: Aquí Red Skull, acercándose al objetivo. En dos horas llegare a destino.

¿?: Muy bien Red Skull, le pasamos un informe con la situación actual. Ya sabe su cometido. Contamos con usted, es nuestra última baza.

G: No se preocupe señor, no hare lo mejor posible, señor.

¿?: Nunca hemos dudado de usted, ni de su familia. Su palabra es suficiente. Una cosa más… no olvide el objetivo por nada, que no se repita lo de la otra vez.

G: …- como si un recuerdo lejano le nublara la mente apretó los puños y asintió- no se preocupe señor.

¿?: muy bien corto y cambio.

Se quedo pensativo un rato, ante el evidente mal recuerdo que le ocupo la mente, pero dando un puñetazo sobre el reposabrazos se repuso dispuesto a leer el informe. Cuando notó una presencia.

G: ¿Quién anda ahí? – sacó un arma y apunto a donde se encontraba ella agazapada.

Nats: no, no me dispares, Giro…

G: Na.. Natsumi! Pero en que estabas pensando! Que diablos haces aquí?

Nats: tenia curiosidad…

G: esto no es como lo de los boniatos… y ahora no puedo dar la vuelta… te das cuenta de lo que has hecho?

Nats: vine para ayudarte, acéptalo eres bastante impulsivo y no piensas antes de actuar. Te ayudaré.

G: no! Esto es de vida o muerte. No puedo protegerte ahí fuera. No eres consciente de la situación. Tú no me conoces realmente. No has visto como soy en una guerra. – "y no quiero que lo sepas" pensó.

Nats: sé que me arriesgo la vida viniendo pero se supone que somos amigos, hemos convivido cinco años de nuestras vidas, y no me vengas con el rollo de que somos enemigos naturales.

G: esta bien. Ya no puedo dar marcha atrás. AL menos veo que has traído la armadura.

Nats: si quitas ese tono resignado ya seria perfecto.

G: esta bien, este es nuestro cometido. Nos mandan a un asteroide artificial que amenaza estrellarse contra Keron, el asteroide está tripulado por una raza enemiga muy peligrosa y han muerto muchos de los nuestros ya intentando detenerlo. Si el fracasáramos Keron seria destruido totalmente. Pero el asteroide no está solo. Esta rodeado de varias naves nodrizas con armamento bastante avanzado. No suelen tener mucha precisión pero con las ayudas tecnológicas no les hace falta. No tienen compasión y si les das tregua te mataran sin dudarlo. Hay que entrar a matar y destruir el asteroide.

Nats: ¿entrar a matar?

G: no hay que mostrarles compasión. Sino sí que no tendremos ocasión de volver a casa.- le miro más serio que nunca mostrando el gris de sus ojos, y asustando un poco a Natsumi por su decisión pero demostrándole que no había más opción.

Nats: esta bien, Giroro, yo vine yo me lo busqué. Luchare tan duro como pueda. Te cubriré las espaldas te lo prometo.

G: simplemente hazme caso y confía en mí por favor. – ella asintió a la vez que se estremecía entre el miedo y una rara admiración.

En lo que faltaba de viaje se dedico a mirar por la ventana mientras él reparaba cuidadosamente las fotos y los planos que le habían mandado. Ella no sabía si arrepentirse por haber ido con él, si alegrarse o si ponerse a llorar; pero no era momento de lamentarse tenía que armarse de valor. Aunque ella todavía se preguntaba si solamente era la curiosidad la que la había conducido a seguirle; o si había algo más…