todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer
Sin Apariencias
Prologo
¿Como podía ser posible que se fijara en mi? ¿No alguien como él? No éramos del "mismo mundo". ¿Cómo era que se fijó en mí? No estaba segura.
Mi primer novio había sido un compañero de la secundaria, en mi último año, él estaba enamorado de mi mejor amiga, pero "se dio cuenta" de que en realidad la que le gustaba era yo, o tal vez porque ella lo rechazo, yo sentía cosas por él también así que comenzamos a salir.
Resulto ser un fiasco, ¿por que? Porque… veamos… nunca jugaba al fútbol en el descanso, ahora lo hacía; cuando salíamos en grupo, por alguna razón nunca quedábamos solos, insistía en acompañarme a la parada de colectivo y luego se iba a acompañar a mis amigas, no podía permitir que fueran solas, claro ¿y yo qué?; luego le comento que lo sentía apartado, que si sentía incomodo podíamos ir más lento, como si ya estuviéramos yendo demasiado rápido, solo eran besos y no me consideraba agobiante, darle espacio o si prefería que dejáramos nuestra relación en amistad, lo que me partió, "bueno" eso fue lo que obtuve, ¿"bueno" a qué? ¿A lo primero o a lo segundo? Ni se molesto en decirme, tome mis cosas y me fui, tampoco me siguió. Al día siguiente se cambio de pupitre para no estar cerca de mí, ni que yo hubiera tenido la culpa. Pero así me sentía, ¿Qué había sido lo que dije? ¿tan agobiante había sido? ¿había hecho algo mal?
Mi segundo novio fue en mis comienzos de la facultad, salimos a una noche maravillosa a un club conocido, fuimos con varios amigos más, una salida en grupo. Bailamos a más no poder, siempre sentí que me comprendía, éramos muy parecidos y esa noche se me declaro, me pidió ser su novia, nos besamos y seguimos bailando.
Me encantaba salir con él, me regalaba rosas, me invitaba a comer, incluso me dijo "Te amo", pero yo todavía no podía decirlo. Aun así de encantador, nunca vino a casa, siempre se negaba, que tenía que hacer un trabajo, que debía viajar al campo de sus padres, sabía que tenía problemas en la familia pero no quería contarme, nuestras casa quedaban en una punta de la ciudad y en la otra, la distancia nos estaba separando, sus problemas también, no sabía cómo ayudar a nuestra relación, se lo dije, pero no ayudo.
Otra vez me encontraba sola y dudando de mí, ¿tanto no había podido confiar en mi? ¿Acaso no me amaba como para contarme? ¿Había otra? Por mis estudios no podía acompañarlo muy seguido a los club, como solía hacer él, y siendo tan guapo tal vez había encontrado a alguien mejor que a una aburrida estudiante de literatura.
Si, eso era yo, la clásica amiga de todos y nunca una buena amante. "La chica aburrida de los libros", y con el tiempo así lo preferí, ellos no me juzgaban, se abrían ante mi para mostrarme sus maravillas, mundos nuevos, romances perfectos, aventura, drama, finales felices, cuentos de hadas. Se convirtieron en mi, un forma de vivir.
