North Forks High School

Ese instituto acabaría con mi vida, pero no me importaba si de esa forma podría descubrir el porqué mataron a mi mejor amigo. Aunque tuviera que pagar con mi sangre, nunca mejor dicho, le vengaría. [Vamp] [E/B] [OOC]

Disclaimer: Todo propiedad de Meyer, solo juego con sus personajes.

[Flash Back]

"Por favor, créeme, permaneceré a tu lado siempre, aunque tú no me veas. Estaré siempre a tu lado, Bella"-Dijo él, aguantándose el pecho con una mano.

"No… no digas eso, vas a salir de esta por favor, vas a salir de esta Jacob, volveremos a saltar por el acantilado, volveremos a pasearnos en moto, te lo juro Jacob, no te vayas por favor…" Le rogué intentando que me hiciese caso, que luchara para poder seguir adelante.

"Bella, Bella, Bella… mi preciosa Bella, te juro que cuidaré de ti, no me importa donde valla, siempre cuidaré de ti, siempre serás mi hermana pequeña" Dijo mientras iba cerrando lentamente los ojos. "Se fuerte por mí, Bella"

"¡No! ¡No Jacob! ¡Se fuerte" ¡No dejes que te pierda! ¡Sigue conmigo! ¡Jacob! ¡Jacob! ¡Jake!-Dije sin poder aguantar las lágrimas.

"No me dejes Jake… no me dejes" Dije, abrazándome en su pecho, mientras él con un último esfuerzo me dio un pequeño beso en la frente, regalándome su último segundo de vida. Rodeados en nuestra pequeña burbuja personal, mientras la Carpa se llevaba a mi mejor amigo.

"Bella, papá dice que quiere hablar con nosotros" Comentó mi hermano Emmet "¿Has estado llorando? Por favor Bella, tienes que superarlo, ha pasado un año, ese maldito que le pego un tiro está en la cárcel, por favor Bella, me duele mucho no poder verte sonreír" Dijo Emm abrazándome demasiado fuerte.

Se fuerte por él. Repetí en mi interior. Me levante del sillón donde estaba sentada y le respondí el abrazo a mi hermano. Él tiene que estar orgulloso de mí.

Me dirigí de la mano de mi hermano a ver a mi padre. Él había estado trabajando en el caso de Jacob, al final pudo encarcelar al maldito hijo de puta que se había llevado a mi mejor amigo.

Mi padre era una persona muy fuerte, había tenido que cuidar a dos hijos completamente solo ya que mi madre le abandonó a él y a nosotros cuando yo tenía dos años y Emmet cinco. Había sabido llevar un hogar dulce, algo completamente contradictorio de su trabajo. Mi padre era un agente privado, se dedicaba a investigar bandas de narcotraficantes o a sicarios. Últimamente ha estado muy concentrado en el caso de Jacob y eso le ha llevado a no ganar mucho dinero. Por eso espero que le den pronto un buen caso.

"¿Qué es lo que quieres papa?"- Le dijo Emmet, cundo entramos en su despacho.

"Pues verás, hijo, sé que no ha sido un buen año, así qué me han dado una nueva oferta para un trabajo" Dijo él esperanzado.

"Eso es genial, papá. ¿De qué va esta vez? ¿De una banda? ¿Unos robos?" Le pregunté

"No, nada de eso" Contestó el divertido. "Es alto secreto, no os voy a poder decir nada mas, solo que nos mudamos a Forks"- Dijo el tajantemente.

"¡¿Nos mudamos?!" Dijo mi hermano con ese vozarrón que tiene. "¿Cuándo? ¿Porqué?"

Yo estaba intentando asimilar la cuestión, nos mudábamos, supongo que no era tan malo, todo lo que se refiere a la reserva de la Push me hace recordar a Jacob. Solo me molesta la idea de no poder ir a visitar su tumba, pero Forks no estaba nada lejos de la reserva de la Push, así que no es que me importara mucho.

"Bien, voy a explicarlo" Dijo él y con un suspiro comenzó a hablar por los codos. "Haber, supongo que todos habéis oído hablar del nuevo internado que se ha abierto para los residente de Forks, está pasando la ciudad, mucha gente me ha dicho que el internado y todas sus instalaciones está muy bien, aunque ambiente, valla, me dijeron que sus hijos cambiaron un poco cuando volvieron en vacaciones" Dijo él divagando en sus cavilaciones "Pero, bueno, el tema es que una persona anónima está dispuesto a pagarme un gran cantidad de dinero si logro sacar por que están pasado cosas tan raras en Forks"

"¿Qué cosas? ¡O sea, que no llevas al centro de huracán! ¡Quieres que no maten, es eso! ¡He acertado papá!"-Vociferó de nuevo Emmet.

"Por dios hijo, deja de ser tan dramático" Gritó mi padre. "Yo me quedaré en la ciudad de Forks, os quedareis un año de nada en el internado. ¿Qué puede salir mal?"

"¿Qué cosas raras están pasando en Forks, papá?"- Le pregunte un poco asustada.

"Bueno, digamos que eso es lo que no os puedo contar, el hombre que me va a pagar no quiere que nadie se entera de absolutamente nada"- Dijo el mirando hacia el suelo.

"¿No crees que es raro?"- Dijo Emmet mirando hacia todos lados como si los estuvieran investigando.

"¡Que cosas dices! ¡No va a pasar nada! ¡Ahora a dormir!"- Dijo cerrando el tema.

"Son las cinco de la tarde, Charlie"- Dijo Emmet con los ojos entrecerrados.

"Bueno, me da igual"- Dijo él rápidamente y se marcho a toda velocidad.

[…]

Supongo que el tiempo pasaba demasiado rápido cuando te haces una meta a llegar. Los últimos días mi meta ha sido este día, el día en el que iba a entrar en el internado. Íbamos a llegar una semana más tarde por problemas de mi padre en encontrar un piso en Forks.

Finalmente estaba preparando las últimas cosas de mi neceser, tenía una maleta realmente enorme en la que había metido toda la ropa, me habían dicho que Emmet y yo teníamos que recibir el uniforme en el internado, realmente no me hace ni pizca de gracia lo de llevar el uniforme, sobre todo por cómo había visto a las chicas del internado de vez en cuando que Jacob y yo salíamos de paseo por Forks, los domingos, los alumnos del internado pueden salir y darse una vuelta. Todas las chicas llevaban una falda parecida a un cinturón, una camisa blanca escotada y una chaqueta roja con el logo del instituto.

Recuerdo que Jake se reía de ellas y ellos y los llamaba los pañuelitos, ya que casi todos llevaban bufandas, pañuelos o palestinas aunque estuviéramos en verano. Todos se veían muy pálidos y ojerosos. Iban muy descocados, como si estuvieran borrachos y en cambio otros iban desesperados con ojos llorosos… Era un poco terrorífico pensar que me convertiría en uno de ellos, aunque me dijera a mi misma que eso no pasara.

Mi padre me pitó desde la gran Chevrolet de color negro que tenía, mi hermano ya estaba dentro gritándome y yo bajé rápidamente cerrando detrás de mi todo mi pasado y esperando cerrar la brecha abierta que seguía sangrando.

[…]

Mi padre aparcó en el parking del internado, nos dio dos besos a cada uno y una vez que nos indicó donde estaba la conserjería se marchó. Mi hermano y yo nos quedamos unos dos minutos parados en la puerta de entrada. Me alegré de tenerlo conmigo. Él agarró mi mano y tiró de mi.

Entramos en la conserjería donde una bella mujer de ojos caramelos nos atendió. Nos dio el uniforme, que como suponía era de color rojo con falda. Nos dio los horarios y las indicaciones, nos asigno dos habitaciones, las dos estaban cerca las una de las otras.

"Podéis entrar en el instituto en la hora del almuerzo, así empezáis a relacionaros. Es segundo almuerzo es a las dos de la tarde, en el salón principal"- Dijo ella sonriéndonos.

"Bien, muchas gracias" Dijo Emmet devolviéndole la sonrisa.

Cuando salimos de la conserjería era el primer descanso, la gente comía en el segundo así que todas las personas estaban paseando por él internado, había dos clases de uniformes, unos tenían el uniforme de color ojos y otros de color negro. No identifique una distinción entre los alumnos de color negro o los alumnos de color rojo, aunque los de color negro pareciesen más atléticos, más altos, más… ¿guapos?

Me deje de tonterías y me dirigí hacia las escaleras principales mientras mi hermano me dijo que iba a beber algo por ahí, no me cabreé. Mi hermano podía ser muy buen hermano, protector y demás, pero cuando se trata de esos detallitos que te pueden poner triste él es un completo desastre.

Notaba la mirada de todo el alumnado clavada en mi espalda, muchos alumnos que iban vestidos de negro me sonrieron y saludaron mientras yo me ponía el mp4 intentado olvidar sus ojos, de color carbón.

Subí a mi cuarto, la habitación 210, preguntándome cuantos alumnos debía haber en el internado. Escuchando The Veronicas abrí la puerta de mi nueva "casa".

Al parecer, para mi desgracia, la habitación se compartía con dos personas, una de ellas tenía el dichoso uniforme negro y otra tenía el uniforme rojo. Una rubia platino despampanante salió del cuarto de baño, vestida con una camisa blanca entre abierta y una falda de color negro. El negro le daba a su piel un aspecto mucho más blanco e intimidante. Al verme se dirigió hacia mí, éramos mas o menos de la misma estatura, las dos mediamos sobre uno setenta y algo, pero su aspecto de perfección me intimido muchísimo. Tenía los ojos de color negro carbón, con destellos rojizos.

Me intento sonreís en una mueca que solo representaba superioridad.

"Mi nombre es Rosalie, ¿tú eres?" Dijo mientras levanto una mano y tomo la mía en un gesto de saludo.

"Soy Isabella Swan, pero puedes llamarme Bella" Le dije, intentando no parecer asustada.

"Jessica, nuestra otra compañera ha salido, volverá dentro de un rato" Comentó ella sin mucho interés.

"Puedes ducharte y ponerte el uniforme, después Jessica puede ayudarte a ordenar el equipaje, yo vengo dentro de un rato"- Siguió ella.

"Sí, bueno, encantada de conocerte" Le sonreí.

Ella hizo un saludo y se dirigió hacia la salida.

El baño caliente me ayudo a aclarar las cosas, mi compañera no parecía muy simpática aun que no mala, todavía no había conocido a mi otra compañera pero estaba interesada en saber si esta sería más simpática.

Salí de la bañera y me puse el uniforme, se me quedaba completamente bien, me sorprendí porque creía que se me quedaría fatal o algo así. La falda no era mu corta, me llegaba a la mitad del muslo y la chaqueta se quedaba ceñida a mi cintura. Me puse una cinta de color rojo que me había comprado especialmente para el uniforme y salí fuera del baño.

Jessica (supongo que era ella) estaba sentada viendo la televisión y al lado suyo había una chica de pelo negro carbón y ojos azules tapados por una gafas.

"Hola" Dije dando el primer paso "Tú debes de ser Jessica yo soy Bella, encantada"

"Hola, si soy yo, ella es Ángela"

"Hola, Bella" Dijo Ángela.

Jessica se dio la vuelta y se acercó para saludarme, al igual que Rosalie era pálida pero el blanco de la piel de Rosalie era de un blanco cremoso y saludable, su blanco era uno enfermo, era una palidez horrible que ocultaba su belleza, tenía los ojos grandes y el pelo de color miel, Ángela en cambio era también pálida aunque no tanto como Jessica.

Jessica se quedo un poco parada cuando me vio y con recelo me saludo.

Se volvió a sentar y un minuto se fue cerrando la puerta con un porrazo, me senté al lado de Ángela a la cual le había caído bien o eso parecía. Estuvimos hablando de nuestros gustos y más tarde le pregunté por el comportamiento de su amiga, ella me dijo que se sentía un poco intimidada.

No pregunté mas y al rato Ángela se fue y me dijo que me guardaría un sitio en el comedor, aunque después se calló de golpe y se fue con un "luego hablamos".

Bajé las escaleras y me fui lentamente hacia el comedor.

Me quedé en la puerta durante un minuto esperando a mi hermano el cual no llegó. Con toda mi fuerza de voluntad abrí la puerta y la escena que se me presento me dejo atónita.

Grité e intente correr hacía la salida del internado pero antes de dar dos pasos ya me habían tapado la boca con una mano.

Solo recuerdo antes de desmayarme unos ojos rojos como la sangre.

Bien, espero que les guste, es una idea que tenía en mente si es bien acogida la seguiré si no… bueno ya veremos. Un beso.

Cler Cullen