La oscuridad de la noche se acurrucaba en cada rincón del lugar,el frío le recorría los huesos como la más indeseada caricia y podía sentirse ahogarse entre las penumbras.
Antes de darse cuenta se encontraba frente a un espejo y en el se le era reflejado algo más que su rostro.
Newt no lo sabía en aquel momento pero lo que miraba a través del espejo era el deseo más grande de su corazón, uno que no se permitía pensar.
Había huido aterrorizado de allí, sin mirar atrás y con el pensamiento de nunca volver a pisar el suelo donde aguardaba el reflejo más oscuro de si si mismo.
Ahora,sin embargo, mirando entre las llamas azules a los ojos llenos de miedo de aquellos que lo habían mirado como menos durante tanto tiempo y con el peso posesivo del brazo de Gellert alrededor de su cintura sabía que su deseo sería cumplido.
