Y A LA OTRA COSTA ME HE MARCHADO

Vanessa Smith (pov)

Era un hermoso día en las playas de L.A., el cielo estaba despejado se podía ver el reflejo de las luces de la ciudad en el agua; en encantan lugares como estos, cálidos y calurosos, alegran mi humos. Estaba terminando mi turno en la cafetería cerca de la playa, era un lugar muy concurrido, aunque no me gusta hablar mucho si me gusta conocer a nuevas personas; hace 6 meses que nos mudamos aquí, tan solo estábamos de pasada, siempre lo estábamos.

-hoy nos dejas-Sharon, mi compañera de trabajo, dijo tristemente

-si-le conteste sin mirarla, fingí estar concentrada en preparar un capuchino; no me gusta las despedidas, nunca me gustaron pero siempre cada un par de meses lo hago, pero no importa cuanta veces lo haga no logro acostumbrarme. Escuche su suspiro y no pude evitar mirarla de reojo; era hermosa, aunque ella no lo creía así, su peso y sus anteojos era algo que la acomplejaba, no se porque no se veía como realmente era, su sonrisa y mirada debe derretir hasta el corazón más duro; por su expresión realmente me iba a extrañar tanto como yo a ella..

-hey! Por que esa cara?- trate de alegrarla, aunque creo que intentaba alegrarme a mi misma- desde ahora vas a tener más propina a tu favor, uno menos para compartirla-le sonreí, pero ella me miró incrédula.- que dije?

-vamos! Este lugar tiene más clientela gracias a ti-no entendí a lo que se refería- la cantidad de chicos que se babean por ti y tan solo vienen para verte, y eso que siempre tienes ropa que te cubre toda, con la propina que dejan tengo suficiente dinero para pagarme toda mi carrera en Harvard- y nos reímos de su ocurrencia.

Lo cierto es que no luzco mal, muchos piensan que parezco una modelo, e incluso algún tipo de diosa; no lo creo y además mi cuerpo tiene demasiadas marcas como para ignorarlas, por eso siempre me visto sin mostrar un centímetro de mi piel, aunque Francis siempre me repite " que soy la cosa más hermosa de este mundo", son sus palabras no las mías. Mi piel es muy pálida, tengo ojos color chocolate que combina con mi pelo ondulado de color bronce rara mezcla ¿ no?. El reloj ya marcaba que me faltaban 15 minutos para que Francis viniese a recogerme, hoy nos íbamos de la ciudad, creo que también del estado, pero no lo sabíamos, jamás planeábamos mucho esas cosas, nuestro refrán es "donde nos lleve la carretera"; iba a extrañar a Sharon y mis otras compañeras de trabajo, pero no la mirada de los demás la gente queda anonada ante mi presencia, piensan que soy demasiado hermosa para ser real, exageran pero ocasiona que me sonroje(en serio, me pongo como un tomate) por la atención que recibo.

Lleve los cafés a la mesa que se encontraba cerca de la puerta de salida, estaba ocupada por tres chicos, no debían de tener más de 17 años, llevaban chaquetas de algún equipo de su colegio.

-aquí tienen, dos capuchinos y una café negro-puse las tazas enfrente de ellos, uno de los chicos, que tenía el cabello de color rojo le susurro a otro "te dije que era hermosa", trate de no sonrojarme pero no lo logre, tengo muy buen oído, aunque a veces me gustaría no escuchar ciertas cosas- desean algo más?-trate de mantener mi compostura. Otro , que hasta se podría considerar guapo, tenía el pelo negro con ojos azules, pero nada se le compara en hermosura a Francis, el es mi adonis personal, aclaro su garganta antes de hablarme, podía sentir como su corazón palpitaba rápidamente, creo que estaba nervioso.

-no , gracias- me sonrío- hace mucho que trabaja aquí?

-no-respondí rápidamente, tan solo mantenía conversación con los clientes para no mostrarme ruda y por la propina, aunque no me gusta comprarme nada pero Francis come mucho, y cuando digo mucho me refiero a que come lo suficiente para alimentar a 15 personas, no es broma.

-y a que colegio vas?-continuo el tercer muchacho, que llevaba anteojos y estaba rapado e los costados de su cabeza.

-a ninguno, termino hace algún tiempo-mire hacia la calle, no soy buena mintiendo y como siempre he aprendido a no mirar a los rostros de las personas cuando lo hago se darían cuenta fácilmente.

-que raro, no pareces más de 18 años-prosiguió el chico-¿Cuántos años tienes?

-19 años- seguí sin quitar mi vista de la calle-mi compañera va a continuar atendiéndolos- ellos se alarmaron- mi turno esta por terminar.

-espera -me dijo el chico pelirrojo, antes de que me fuera-cual es tu nombre?- estaba por contestarlo cuando voz me llamo, era como una canción para mis oídos.

-Vanessa-me gire y era él, el hombre más hermoso que Dios a creado, Francis, mi Francis. Se encontraba en la puerta esperando, y gracias a la luces de la ciudad pude admirar lo hermoso que es, su piel oscura, su cabello corto que tan solo deseas poner tus manos y hundir tus dedos, y una sonrisa donde uno no sabe si murió y fue directamente al cielo-tenemos que irnos- sonreí y asentí. Los muchachos y todos los presentes del local se quedaron impresionados al verlo, Francis causa eso en la gente, alguno incluso le tienen miedo, su estatura y musculatura es algo sorprendente, tomo mis cosas y me despedí de mis compañeras, con Sharon nos abrazamos fuertemente y solté algunas lagrimas traicioneras.

-ese es Francis?-me dijo mirándolo de reojo, se notaba que tenía pánico de el y la cicatriz que tiene aun costado de su frente no ayudaba.

-si el es mi Francis-y me sonroje, pude ver como el se rió, el también tiene un excelente oído-fue un gusto haberte conocido Sharon

-no el placer fue mío, Nessie- y nos despedimos

Espero que les guste esta nueva historia mía, va a ver distintos cambios de punto de vista a lo largo del relato. Los próximos capítulos van a ser más extensos.

Los personajes no me pertenecen, algunos que aparecerán en el futuro si son de mi autoría.