Disclaimer: los personajes de Katekyo Hitman Reborn no me pertenecen, son propiedad de Amano Akira–sama cuanto quisiera yo que me pertenecieran pero que se le va hacer y los nuevos personajes que aparezcan son de mi autoría. Este fanfiction es sin fines de lucro y exclusivamente para la diversión de la autora y posibles lectores espero que los disfruten
Aclaraciones
"Letra cursiva" – puede ser muchas cosas como sarcasmo, recuerdos, etc.
‹‹Letra cursiva›› – pensamientos
:::::::: Cambio de escenario
( ) Ciertas aclaraciones
Primera Arco: Guardianes
Objetivo 1
Una nueva historia
"Solo le faltaba un poco más para alcanzar aquel libro, se estiro lo más que pudo logrando su cometido, una vez lo tuvo en sus manos sus ojos brillaron de felicidad, se acomodó en el suelo mientras pasaba las páginas y fue que encontró unas fotos lo miro con curiosidad al no saber de quienes se trataban, se levantó del suelo con una solo cosa en la mente encontrar a la persona que le diría quienes eran aquellas personas, camino por los pasillos mientras lo buscaba por cada habitación, se detuvo unos momentos pensando en donde se podría encontrar aquella persona, sonrió al encontrar la respuesta, corrió con todas sus fuerzas hacia aquella habitación.
– Papá, papá – entro gritando – ¿quiénes son estas personas? – pregunto el pequeño de diez años, de cabellos castaños claros mientras subía a las piernas de un hombre de cabellos negros el cual sostenía un libro, que lo dejo en su escritorio para ayudar al pequeño a subirse y sostener aquella foto que le mostraba.
Una sonrisa seformó en su rostro al ver la foto que señalaba el pequeño – creí que todas sus fotos se habían quedado en Italia – susurro para sí mismo, confundiendo un poco al pequeño niño, el miro su rostro confundido provocando de soltar una pequeña risa – él es tu tatarabuelo, pequeño Shun – le respondió.
– ¿Mi tatabuelo? – Pregunto con duda, la mala pronunciación del pequeño hizo reír a su padre –y ¿quién es la persona que está a su lado? – señalo a una mujer de cabellos castaños – papá ¿Quiénes son estos hombres al lado de mi abuelo? – su curiosidad era cada vez mayor al ver aquellos rostros al lado de su abuelo.
Su padre lo pensó unos momentos antes de contestarle – ella es tu tatarabuela y ellos son los guardianes de tu tatarabuelo – respondió con tranquilidad.
– ¿Guardianes? – dijo con curiosidad la cual crecía con cada palabra de su padre.
El hombre sabía muy bien que su hijo era muy curioso y no lo dejaría de molestar hasta que le contestara todas sus preguntas, no tenía opción solo podría decirle la verdad sobre su origen – hijo déjame contarte la historia de nuestra familia, la familia Vongola – empezó a relatar el pelinegro."
Abrió sus ojos, suspiro – ‹‹otra vez aquel sueño››– lo medito por unos momentos – ‹‹mejor dicho recuerdo››– cuantas veces había estado recordando aquello desde el aniversario de la muerte de su padre, el ultimo recuerdo que tenia de él"la familia Vongola" después de que su padre le contara toda aquella historia, como todo niño había creído que era cierto, pero con la muerte de su padre dejo todos esos pensamientos infantiles, debía madurar y cuidar de su madre al ser el hombre de la casa, así con el tiempo se había olvidado de aquel relato pero, el recuerdo (que creía que había olvidado) empezó a molestarle, además de sentirse vigiladoúltimamente, algo dentro de él le advertía de aquello, fue entonces que apareció aquel chico de cabellos rojizos.
"Caminaba tranquilamente por las calles, se había levantado más antes de lo habitual tenía el presentimiento de que ese día pasaría algo que no le agradaría mucho, decidió estar atento ante cualquier movimiento a su alrededor ya que esa sensación siempre tenía razón cuando le advertía de alguna cosa, por el momento creía que lo mejor sería ir a su preparatoria y entrenar un poco.
No camino por mucho cuando se percató de que alguien lo estaba siguiendo como en los últimos días, se detuvo y miro detrás suyo, no había nadie, suspiro al ver que alguien se escondía en una esquina lo cual era evidente al ver un pequeño pedazo del zapato del sujeto, se fue acercando sigilosamente lo mejor era enfrentarlo – sabes, eres pésimo siguiendo a las personas y escondiéndote – le dijo, sorprendiendo al chico el cual dio un pequeño salto alejándose de él, lo cual provoco que se cayera al suelo.
– ¿C-como supo que lo seguía?– le pregunto el joven de cabellos rojizos y mirada verde.
– No eres muy bueno ocultándote, era fácil saber que desde hace una semana estuviste vigilándome – le respondió tranquilamente.
– P-pero – no dijo nada, como seguía en el suelo se sentó un poco para meditar lo que diría – ‹‹es muy bueno, nunca dude de las capacidades de Sawada-sama››–pensó.
Shun lo miro por unos segundos, antes de dar media vuelta – ‹‹me pregunto por qué motivo me estuvo siguiendo, bueno no importa››– eran sus pensamientos antes de retomar su camino, lo que noto el otro joven, el cual se levantó rápidamente de su sitio para interponerse en su camino.
Shun levanto una ceja al ver la acción del pelirrojo – ¡espere! – se puso nervioso no sabía que es lo que diría pero al ver las intenciones del otro hablo de inmediato – mi nombre es Rhys Pacione, Sawada-sama – se presentó con mucho respeto.
– ¿Cómo sabes mi nombre? – pregunto con cierta desconfianza, al escuchar su nombre y ver sus rasgos físicos se dio cuenta de que era un extranjero, lo cual era más raro ¿Cómo un extranjero podría saber su nombre?
– Etto, pues es muy fácil usted es Sawada Shun–sama el futuro capo de la familia Vongola – respondió con orgullo y alegría.
Shun abrió sus ojos en sorpresa – ¿de que estas hablando? – Pregunto, aquello no podía ser cierto, las historias que le contaba su padre no podían ser verdaderas, todo debía ser una cruel broma ¿ya que aquella familia no debía existir?– ¿Por qué motivo has estado siguiéndome? – le exigió saber, tratando de ignorar aquel asunto de la familia.
El pelirrojo lo miro un poco confundido – creí que Sawada-sama sabría sobre la familia, esto es extraño – hablo en italiano, luego recordó el motivo por el cual estaba ahí, sujeto su mochila y empezó a buscar entre sus cosas, confundiendo más a Shun –¡aquí están! – Grito en victoria al encontrar el objeto, una pequeña caja – aquí tiene Sawada-sama – se lo entrego.
Shun agarro el objeto y lo miro detenidamente, sin saber de qué se podría tratar, miro al chico delante de él, el cual lo miraba expectante a que abriera la caja, no perdía nada con hacerlo así que lo hizo, pudiendo ver unos extraños anillos, dejándolo más confundido de lo que ya estaba – ‹‹ ¿unos anillos?››– fueron sus pensamientos, para después cerrar la caja y volver a entregárselo al pelirrojo y retomar su camino.
Rhys se quedó quieto al ver las acciones del castaño, uno, dos, tres segundos pasaron hasta que reaccionara, tomo su mochila y empezó a correr para alcanzar al joven – ¡Sawada-sama espere! – le grito al visualizarlo.
Shun giro su cabeza al escuchar su nombre, no podía ser ese chico lo estaba siguiendo otra vez, se detuvo una vez más, tendría que terminar con aquel asunto – podrías dejar de seguirme, no sé porque me entregas aquellos anillos pero yo no los quiero.
– P-pero, Sawada-sama yo vine desde Italia para entregarle los anillos Vongola – trataba de explicarle.
Y ahí estaba otra vez aquel nombre – Pacione…
– Puede llamarme Rhys, Sawada-sama – lo interrumpió.
– Rhys – vio la alegría del pelirrojo al ser llamado por su nombre – lo siento si viniste desde tan lejos para entregarme aquello – señalo la caja que contenía los anillos – pero no los quiero, ni siquiera sé porque me los das – replico el joven castaño – y deja de llamarme Sawada-sama, es incómodo – agrego.
– Pero no puedo llamarlo de otra manera ya que usted será el quindigesimo Vongola – dijo Rhys – y los anillos le pertenecen Sawada-sama – agrego con seriedad.
– ¿Quindigesimo Vongola?, lo siento no sé de qué hablas y realmente no quiero saberlo – hablo antes de ver la hora de su reloj – se me hará tarde debo irme – y se marchó."
Debía admitir que el pequeño era muy insistente, no le quedo de otra que escuchar lo que tenía que decirle, no lo negaría se sorprendió de que todo lo que le conto su padre de pequeño había sido cierto, que su familia fuera parte de la mafia parecía no ser cierto pero ver la seriedad en los ojos del pelirrojo supo que le estaba siendo totalmente sincero, si volvía analizar las cosas, sabía que todos los herederos (los hijos de un tío que ni siquiera sabía que existía) habían sido aniquilados por una familia enemiga dejándolo a él como última alternativa al ser el único con la sangre de Primo Vongola, lo cual lo convertía en el quindigesimo Vongola, su tío le había mandado los anillos para que empezara a buscar a sus guardianes y así una vez termine sus estudios viajara a Italia para su futuro entrenamiento como capo de la familia.
Todavía recuerda el rostro que puso Rhys cuando se negó.
"– lo siento, pero no deseo ser parte de la mafia – dijo con tranquilidad sin dejar de ver el libro que sostenía.
– ¡QUE! Pero Shun-sama – Shun lo había convencido de que lo llamara por su nombre aunque seguía con el prefijo de sama lo que le incomodaba un poco – no puede negarse.
Dejo de ver su libro para verlo, parecía que aquel pequeño no aceptaría una negación – Rhys este es mi último año en la preparatoria, debo prepárame para los exámenes de la universidad no puedo hacerme cargo de una familia mafiosa ‹‹además no tengo mucho interés en aquello››
– Shun–sama no necesita preocuparse por eso, podría ir a una universidad de Italia – declaro el pelirrojo, Shun suspiro una vez más como podría convencerlo."
Desde ese día Rhys se quedó a vivir en su casa, ya que no tenía ningún lugar a donde ir, aun no podía creer que mandaran aun pequeño niño de 14 años a buscarlos, en que estaría pensando su supuesto tío, miro su escritorio donde estaba la caja que contenía los anillos, lo miro detenidamente tenía el escudo de la familia Vongola, lo abrió y volvió a ver los siete anillos – si mal no recuerdo, este es el anillo de lluvia, tormenta, sol, rayo, nube, niebla y el cielo – señalo cada anillo pero al tocar el anillo del cielo un pequeño destello apareció, mostrando la imagen de un hombre, lo cual duro solo unos segundos – eso fue extraño – susurro, no supo porque motivo pero ese díadecidió llevar los anillos en su mochila.
Como todos los días Rhys lo acompañaba en el camino a su preparatoria ya que no tenía nada que hacer – ya te lo dije, no pienso convertirme en un mafioso – volvió a repetirle por quinta vez esa mañana – y mucho menos ser el jefe – y volvían a la misma discusión de todas las mañanas.
– Y por qué no Shun–sama – se quejó el pelirrojo – Shun–sama es increíble, lo vi en sus prácticas de club – dijo emocionado con estrellitas en sus ojos al recordarlo.
Shun abrió sus ojos en sorpresa además de que un pequeño sonrojo se asomara a sus mejillas – m-me viste – fue lo único que dijo antes de chocar contra un poste – ¡itai! – se quejó por el golpe que se había dado en la cabeza, su lado torpe volvía aparecer.
– ¿Shun–sama se encuentra bien? – se preocupó Rhys al verlo frotarse la parte afectada.
– Hace tiempo que no me pasa esto – susurro para sí mismo, recordando su niñez donde realmente era muy torpe – estoy bien no te preocupes, Rhys si te quedaras en Japón lo mejor es que empieces a buscar una secundaria, no puedes estar sin hacer nada – con esas palabras vio cómo se deprimía, quería preguntarle pero se asustó cuando escucho el sonido de las campanas de su preparatoria indicando que las clases ya empezarían – debo irme o llegare tarde, nos vemos después Rhys – se despidió antes de salir corriendo.
Rhys lo vio marcharse –si no logro convencerle, deberé marcharme – dijo con tristeza el joven pelirrojo, para después dirigirse a la casa de la familia Sawada pero al notar algo extraño decidió ir a otro sitio.
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– Encontré al futuro capo Vongola, ¿Qué es lo que quiere que haga con él? – un hombre de cabellos azabaches vestido de una forma sospechosa miraba por unos binoculares a Shun.
– Es la última persona que queda, sin él será el fin de Vongola – escucho la voz de su jefe a través del teléfono – aun no despertó sus poderes, tampoco tiene los anillos, acaba con el de inmediato – fueron sus órdenes antes de cortar la llamada.
– Como usted ordene – dijo con una sonrisa.
– Al fin te encontré – el hombre volteo al escuchar la voz de aquella persona.
– El chico que siempre esta con Sawada Shun, ¿no sabes que es peligroso que hables con extraños pequeño? – le dijo con burla.
– ¿Por qué motivo estas vigilando a Shun–sama? – le exigió saber, su mirada esmeralda no era la misma de siempre, esta era más seria demostraba amenaza y muerte.
– Parece que el niño tiene agallas, no puedo creer que Vongola mande a niños para acabar con sus enemigos.
– Estaba en lo cierto perteneces a la familia Guacetti – declaro con cierta furia al ver el tatuaje en su mano derecha – no permitiré que lastimes a Shun–sama – lo amenazo.
– Quiero ver que me detengas – le provoco, no debía subestimar al pequeño, se alisto parecía que se divertiría un poco antes de completar su misión.
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Por qué motivo no podía prestar atención a sus clases, seria porque aun recordaba la expresión que puso Rhys cuando menciono que debía ir a una secundaria, no debía ser por otro motivo, desde que Rhys llego a su vida debía admitir que le molesto con el hecho de que lo molestara con todo el asunto de la familia Vongola, acaso no podía entender que él no tenía ningún interés en eso, y lo peor era que a cada momento lo llamaba Shun–sama era incomodo, pero con el paso de los días le fue tomando cariño él no tenía hermanos y empezó a ver a Rhys como uno, pensando en el pelirrojo tuvo un extraño presentimiento.
Y no pasaron ni unos segundos después de ese pensamiento cuando se escuchó el ruido de una enorme explosión cerca de la preparatoria, todos los alumnos se pusieron de pie viendo las ventanas para ver si podían ver alguna cosa, Shun se preocupó un poco y el nombre del pelirrojo vino a su cabeza, sin pensarlo mucho salió rápido del salón, sin importarle los grito de su maestro.
Corrió lo más rápido llegando al lugar de donde había provenido la explosión encontrando una casa en ruinas pero ya no había nada, miro por todos lados buscando alguna pista pero nada, entonces fue cuando esa sensación le indicaba donde debía ir, no lo pensó mucho e hizo caso a su intuición, corrió por unas calles más llegando a un parque.
– Eres más fuerte de lo que imaginaba – escucho la voz de una persona corrió hacia el lugar de donde provenía encontrándose con la imagen de unas personas que sostenían a Rhys por los brazos, se encontraba lastimado, un hombre enfrente de él y muchas más personas a su lado.
– ¡Rhys! – grito sorprendiendo a todo el mundo, que dirigió su vista hacia él.
– Shun–sama – fue lo único que pudo pronunciar el joven pelirrojo.
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Empezó a pelear con todas sus fuerza, pero sus golpes eran esquivados por ese sujeto, odiaba aquello, su enojo estaba evitando que usara todas sus fuerzas si su maestro lo viera estaba seguro que lo golpearía pero nunca le perdonaría que hablara mal de Shun, se detuvo respiro profundo para tranquilizarse antes de volver al ataque.
El hombre sonrió cuando lo vio detenerse – ‹‹esto será másfácil››– había una sonrisa en su rostro, pero esta desapareció cuando vio el cambio en la mirada de su enemigo y en unos segundo sin que se percatara este había aparecido a su lado dándole un golpe en el abdomen provocando que este saliera volando hacia la pared – ¿Cuál es tu nombre? – le pregunto una vez se limpió la sangre que salía de su boca después de aquel golpe.
– Rhys Paccione – fue lo único que dijo antes de darle una patada que fue bloqueada por su brazo.
– ‹‹ así que es el alumno de ese sujeto, esto no será tan sencillo como pensé››– pensó – aquí se termina el juego – dijo antes de salir por la ventana confundiéndolo un poco pero al ver a su alrededor todos esos explosivos supo que es lo que pasaría corrió lo más rápido antes de saltar por la ventana, justo a tiempo ya que el edificio exploto.
– Rayos – vio que estaba rodeado, debía alejarse sino la preparatoria de Shun estaría en peligro, empezó a golpear a cualquiera que se interpusiera en su camino, llego a un parque, al ver detrás de él vio a esas personas, debía acabar con ellos, empezó a dar golpes noqueando a la mayoría pero se estaba cansando, y no pudo prever el golpe que le dieron en la cabeza con una barra, aquel descuido provoco que los otros empezaran a golpearlo, en el rostro y todo el cuerpo, ya en el suelo, sabía que debía tener algunas costillas rotas además de su mano derecha, dos hombre lo levantaron para llevarlo arrastrando donde ese sujeto.
– Eres más fuerte de lo que imaginaba – lo escucho decir, debía liberarse y evitar que trataran de asesinar a Shun, lo único que lo aliviaba es que estaban lejos.
– ¡Rhys! – escucho un grito sorprendiéndolo y a todos los presentes, rápidamente levanto el rostro para dirigir su mirada hacia el lugar de origen.
– Shun–sama – fue lo único que pudo pronunciar el joven pelirrojo – ¡váyase! – le suplico con todas sus fuerzas.
El joven castaño no escucho sus suplicas estaba furioso, empezó a acercarse a él mientras golpeaba a los sujetos, con una velocidad increíble los dejaba fuera de batalla, era lo menos que se podía esperar del presidente del club karate, pero no era lo suficiente ya que eran demasiadas personas, siendo una pelea injusta dos hombres lo sujetaron de sus brazos para después golpearlo en la cara y el abdomen provocando que escupiera sangre.
Un hombre azabache se acercó para agarrarlo de los cabellos, provocando que las personas que lo sujetaban lo soltaran – pero si es el Quindigesimo Vongola – sonrió antes de darle una patada que lo mando volando contra unos árboles.
– ¡Shun–sama! – grito Rhys – ¡maldito! – con las fuerzas que le quedaba se liberó para ir hacia el azabache luchando con todas sus fuerzas, en ese momento no le importo sus heridas.
Shun abrió los ojos se había desmayado por unos segundos, levanto la mirada y vio como Rhys luchaba con esa persona a pesar de estar herido – debo ayudarlo – se dijo pero por más que trataba de levantarse su cuerpo no reaccionaba – porque soy tan débil – se dijo entre lágrimas sin percatarse que su bolsillo empezaba a brillar.
– ‹‹ Porque quieres ayudarlo››– escucho una voz dentro de su cabeza – ¿porque?... porque es mi amigo – respondió con decisión.
– ‹‹Entonces tienes la voluntad de proteger a tus seres queridos››– levanto la mirada para encontrarse con la imagen de un hombre de cabellos castaños vestido de traje – ‹‹tienes la voluntad de aceptar tu legado››
Shun lo miro con decisión en sus ojos – si lo tengo – dijo con decisión a la vez que unas llamas empezaban a salir de su frente, vio como la imagen de aquel hombre iba desapareciendo con una sonrisa en su rostro para después ver el anillo del cielo en su lugar ¿Cómo llego esto aquí? Se preguntó pero no era el momento de pensarlo sujeto el anillo con todas sus fuerzas – ‹‹tu puedes hacerlo Shun››– escucho la voz de aquella persona, se levantó con dificultad, pero no le importo debía salvar a Rhys, vio como en sus manos habían unos guantes azules, los cuales eran cubiertos por unas llamas, impulsándose con estas se acercó rápidamente donde el azabache para darle un poderoso golpe mandándolo lejos, agarro a Rhys para dejarlo a salvo debajo de un árbol – quédate aquí – hablo y el pelirrojo vio sus ojos llenos de determinación, antes de marcharse para empezar a luchar con las personas.
Rhys solo lo veía con asombro – ‹‹yo siempre supe de Shun–sama es increíble››– pensó – ‹‹aun soy muy débil, desearía poder ayudarlo››– le costaba respirar – ‹‹no te angusties, también podrás ayudarlo ya que eres una persona EXTREMA Rhys››– miro a sus lados para saber de dóndeprovenía aquella voz, no había nadie y fue cuando vio el anillo del sol brillando aun lado de él.
Al ver a todos inconscientes supo que eran más débiles de lo que había imaginado solo ganaban por la cantidad, fue junto a Rhys, élsabía que aunque había mandado lejos al azabache no lo había derrotado y en cualquier momento volvería y ya no tenía fuerzas para seguir luchando, debían esconderse con lo poco de fuerza ayudo al pelirrojo a pararse e ir caminando hacia un hospital.
Al despertar lo único que vio fue el techo de un sitio desconocido para él, se levantó miro todo el lugar dándose cuenta de que se encontraba en un hospital, ¿cómo había llegado ahí?, cierto lo recordaba había llegado con Rhys pero se desmayó en la recepción, vio que a su lado se encontraba la caja que contenía los anillos lo tomo y saco el del cielo lo coloco delante de élmirándolo atentamente, recordando a la persona que había visto – por razón me parecía tan conocido tu rostro – sonrió el recordar la foto de su niñez.
– Shun–sama despertó – vio la puerta, encontrándose con la mirada preocupada y llorosa de un joven pelirrojo cubierto en vendajes – y-yo… creí que no despertaría – lloraba el joven una vez se colocó a su lado.
– Lo siento, no quise preocuparte – le sonriómientras le acariciaba la cabeza para confortarlo – ¿Cuántos días estaba inconsciente? – pregunto.
– Por tres días – seguía llorando, el castaño se sorprendió tanto tiempo llevaba dormido, su madre lo mataría, bueno estar tanto tiempo durmiendo le dio la oportunidad de pensar mejor las cosas y que es lo que haría – oye Rhys, he tomado una decisión – el pelirrojo se había calmado un poco para después mirarlo atentamente – creo que es tiempo que empiece a buscar a mis guardianes – le dijo mientras miraba fijamente la caja en sus manos.
Rhys se sorprendió un poco por el cambio de decisión pero el aceptaría cualquier cosa que Shun digiera – Rhys ¿serias mi guardián del sol? – le pregunto mirándolo a los ojos con una sonrisa mientras le entregaba el anillo del guardián del sol, no sabía por qué pero estaba seguro de que aquel anillo le pertenecía al pequeño.
El pelirrojo se sorprendió en un principio por la propuesta, miro atentamente el anillo – si es lo que Shun–sama quiere, será un honor para mí – le respondió con alegría aceptando el anillo.
– Entonces está decidido, hay que buscar a los demás.
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Italia
– Eres muy impulsiva – dijo un joven rubio mientras miraba los cuerpos de unos hombres inconscientes en el suelo.
– Y tú eres muy tranquilo – le respondió con enojo una joven de cabellos rubios cortos y una mirada violeta – además terminamos el trabajo no sé de qué te quejas – agrego.
– No te enojes, solo me preocupo por ti – respondiócon tranquilidad el mismo joven que se parecía a ella. Los dos rubios salían de aquel callejón para ir a dejar el pedido de su trabajo, mientras una tenía una sonrisa en el rostro y el otro se mostraba indiferente.
China
– ¡rayos! Será más difícil escapar de lo que pensé – se dijo a sí mismo un joven de cabellos negros con mechones blancos, escondido en un edificio abandonado, miro a todos lados, asegurándose que aquellas personas no lo siguieran, fue cuando escucho los fuertes ruidos de los rayos y trueno – no puede ser – no podía creer la mala suerte que tenía.
Japón
– ¿Quién ese tipo? – le susurro a su acompañante, mientras señalaba a una persona.
– No te acerques, es muy raro además de ser muy agresivo, él fue quien acabo con toda aquella pandilla – comento su compañero sorprendiéndole.
– Es enserio, entonces debe ser muy fuerte – agrego el otro, mientras se alejaban lo más lejos del joven de cabellos plateados.
El peli plateado había escuchado todo, no le tomo importancia, le gustaba estar solo, miro el cielo – odio al cielo – dijo con una sonrisa siniestra en su rostro al sentir que algo cambiaria en su vida, una cosa que lo emocionaba de sobremanera.
Italia
– Joven amo se encuentra bien – le pregunto por segunda vez molestando al joven de cabellos celestes.
– Estoy muy bien, ahora puedes retirarte – le respondió sin mirarlo, estaba más atento al libro que tenia ya que le llamaba mucho la atención su contenido, el hombre obedeció y lo dejo solo – parece que el cielo ya tomo su decisión – dijo mirando el cielo con una sonrisa en el rostro.
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Estaría unos días más en el hospital, era molestoso, según le había dicho Rhys debía viajar a Italia para encontrarse con su tío y darle su respuesta, ya no habría vuelta atrás una vez que se encontraran – Sawada Tsunayoshi, el décimo Vongola – sonrió al recordar el nombre de su tatarabuelo, la persona que vio ese día en el parque la que lo había ayudado – ‹‹eres una persona muy misteriosa tatarabuelo›› – eran sus pensamientos sin saber que en la azotea la imagen de aquella persona se encontraba ahí junto a la silueta de otras seis personas.
– ‹‹es el comienzo de una nueva historia›› – dijo al voltear vio a seis sujetos, les sonrió antes de que ellos desaparecieran dejándolo unos momentos solo para después también desaparecer.
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Notas del autor
¡Saludos a todas!
Y ¿qué tal me quedo?, bueno esta historia la escribí para un concurso en un fandom donde el reto era que hiciéramos una historia del quinceavo Vongola de como era su vida o como se convirtió en el quinceavo o como son sus aventuras, bueno la cuestión es de que cuando lo termine a la fecha limite el reto se cerró por que no habían muchas personas inscritas así que lo deje ahí en mi computadora donde el polvo lo cubría hasta hace poco donde mientras hacia los capítulos de mis otras historias lo encontré y lo volví a leer me daba un poco de pena dejarlo ahí así que decidí publicarlo, y también a los ánimos de mi querida amiga suno-chan (muchas gracias por el apoyo amiga) y aquí me tienen publicándolo, bueno como decía en un principio está hecho para ser solo este capítulo pero dependiendo de su aceptación en las lectoras pues puede que escriba más capítulos, solo si tiene un buen apoyo y si eso sucediera pues me da pena decirlo pero necesitaría su ayuda como verán me faltan los guardianes de Sawada Shun excepto el sol ya que ese lugar lo acepto Rhys pero como verán existen otras cinco personas en la historia donde no se dio a conocer sus nombres puede que ellos sean los guardianes o pertenezcan al grupo de varia eso dependería de que lugar les gustaría para sus OCs también pueden hacer que sus personajes sean familiares de algunos de los personas del anime como nietos de los guardianes de Tsuna o de Enma incluso de varia pero ese dependería de ustedes y porque no lo hago yo pues ya tengo a tantos personajes en mi cabeza que esta ya no puede crear más, sin más que decirle me despido.
¡Muchas gracias a todas! Por leer mí historia y no olviden comentar así poder saber si les gusto o no además de que me encanta leer sus reviews.
Y a las que quieran participar mándenme un mensaje y yo les diré los datos que necesito si es que la historia continua.
