A de apertura (Caleo)
Calypso observaba el amanecer de las afueras de la ciudad desde su habitación. Era un día despejado, aunque había algunas nubes que gracias a la luz del sol tenían bonitos color que contrastaban con los del cielo.
Leo, que hasta hace un momento dormía en la cama de al lado, la abrazaba ahora desde atrás.
- Bonito amanecer –murmuro en su oreja, sonriendo.
- Precioso.
Se quedaron unos instantes mirando como el sol iluminaba el parque de enfrente y la vida en la ciudad comenzaba a despertar.
Hoy era un día especial. Por fin, después de tantos esfuerzos lo habían conseguido. Garaje de Leo y Calypso: Reparación de coches y monstruos mecánicos abría hoy. Llevaban muchísimo esperándolo.
Cuando Calypso llego junto a Leo a Nueva York, era todo una broma. Bromeaban sobre ello casi todas las veces que se veían. Poco a poco se volvió en un sueño. Un alocado sueño que querían cumplir.
Y por fin hoy se hacía realidad. Habían pedido ayuda a los hermanos de Leo, y como no, a sus amigos, Jason, Piper, etc. La verdad es que habían contribuido bastante. Habían echado una mano al recaudar el dinero para que pudieran empezar y luego habían ayudado a traer las cosas para montar el garaje. Jason incluso les había dado la idea de mudarse a un piso que había encima de su taller.
Así que allí estaban un mes después. Dentro de unas horas abrirían las puertas. Habían repartido folletos, todo estaba impecable y Calypso había conseguido que Leo se levantara temprano.
Calypso preparo un desayuno especial y por fin bajaron a terminar de comprobarlo todo. Las maquinas estaban en su punto, las frutas y verduras eran frescas; todo estaba en su sitio.
A las ocho en punto se colocaron ante las puertas de su negocio. Mientras se daban un beso dieron la vuelta al cartel.
Aquel día cumplieron su sueño.
