N/A: Dije que LO haría, y aquí está. Mamita, ¡que viva el SLASH por sobre todas las cosas! 30 veces Ron/Draco. Hasta me mareo de pensarlo, ARGGG.
Y como van a ser drabbles (muy MUY excepcionalmente one-shots) no voy a tardar eternamente como otras veces... (y no me excuso, que conste xDD)
Disclaimer: Harry Potter no me pertenece. JKR es una *djfñad**dfaif* y nos privó de lo que yo voy a intentar retratar aquí. Lo que, por supuesto, no es mío, porque sino no habría ni un maldito personaje heterosexual.
1. Intriga
Draco Malfoy – la verdad sea dicha – nunca se había caracterizado por pensar demasiado. El mundo era como era por una serie de circunstancias – las cuales no le interesaban lo más mínimo, seamos claros – y estaba bien así. ¿Qué necesidad tenían todos esos revolucionarios, traidores a la sangre, de alterar lo histórica, tradicional y justamente establecido?
Draco Malfoy nunca se cuestionaba nada. Vivía en una completa seguridad, una completa calma que le permitía disfrutar de la vida a su propio modo. Un modo un tanto egoísta, de acuerdo. Pero recordemos, si Draco no era precisamente un ilustrado, tampoco tendría lógica que hubiera defendido valores como la bondad, la empatía o la generosidad. Su modo de vida no incluía esos términos únicamente aptos para pusilánimes o, en su defecto, amantes de los muggles.
Draco Malfoy era el tipo de chico que podía permitirse todos esos vicios, esos pecados capitales que a otros asustaban. Y a pesar de su falta de cuestionamientos, su inteligencia estaba completamente al servicio de sardónicas crueldades que le hacían sentir especialmente orgulloso.
Él, que nunca malgastaba su tiempo en cavilaciones fútiles, se sorprendió aquella noche intentando entender, por primera y no última vez, el mundo en el que se encontraba. Y no lograba encontrar una explicación satisfactoria. Desde su mesa de Slytherin, a un extremo del comedor, observaba con la mirada perdida aquellas cabezas escandalosamente rojizas. Y se sentía perdido. ¿Qué satisfacción extraña encontraría una familia de sangre pura, capaz de perpetuar con su extensa prole el linaje legítimo, en su relación con muggles y sangre sucia? ¿Qué morbo – totalmente oculto para él – hallaban en sus acciones, insulsas y carentes de cualquier tipo de elegancia?
La confusión le mordía el cerebro y le provocaba dolor de cabeza. Algo tan evidente, que sus padres tan sencilla y elocuentemente le habían enseñado desde sus primeros recuerdos, no podía ser rechazado por deducciones tan absurdas como la 'igualdad'. Ser igual era un término demasiado estamental, complejo e íntimo como para otorgarse a quienes, por pura naturaleza, no lo merecían.
La primera vez que pensaba por sí mismo, dedicando sus cuestionamientos a los Weasley. Los sucios, ruidosos, mugrosos, pobretones, horrendos Weasley. Y no supo por qué, pero llegó a la conclusión de que pensar tanto no estaba bien. Nada bien.
N/A: Y que conste que no digo que Draco sea tonto, sino que no piensa por sí mismo. Lo cual -no me peguéis- es totalmente canon.
(Bueno, tonto no, pero mezquino sí xDD)
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