Este es el primero de una serie de Drabbles que escribiré para la comunidad "Mision Insana" y, por supueto, para ustedes.

Espero que lo disfruten y me dejen sus opiniones.

¡Todo es de Rowling y de la Warner!

---

Todo era blanco, no podía ver nada la niebla impedía a Draco avanzar con seguridad y lo hacían dudar cada 5 pasos ¿Era la dirección correcta?, si tan solo pudiera escucharla una vez más. Un escalofrío recorrió su cuerpo, no, en realidad no quería volver a escuchar ese desgarrador grito de mujer.

¿En donde estaba? Parecía su casa, el recibidor de su casa, en el breve momento en que la niebla dejó de ser tan espesa pudo ver el enorme y elegante espejo que decoraba el vestíbulo.

Draco volvió a quedarse inmóvil, con la sangre helada, allí estaba de nuevo, no tenía duda era ella y la estaban torturando, ÉL la estaba lastimando. Tenia que darse prisa, evitarlo, encontrarlo, era su cumpla, nunca de ella. ¡El comedor! Las voces venían del comedor.

Los gritos se escuchaban cada vez más cerca y la niebla parecía quedarse atrás. Lo primero que vio fue su blanquísima mano, después la vio a ella, a su madre, tirada en el piso probablemente inconsciente porque apenas respiraba, tenía su rubio cabello revuelto y a través de el pudo verle la cara, más pálida que de costumbre.

- ¿Vez Draco?, Esto pasa cuando mis ordenes no son cumplidas, cuando a mis seguidores les falta el coraje y la obediencia que deberían mostrarme – a Draco se le escapó el poco color que le quedaba, la voz de Voldemort sonaba peligrosamente suave – Es una lástima derramar sangre mágica, ¡AVADAKEDABRA!

Draco despertó de golpe, sudoroso y temblando, en medio de un revoltijo de sabanas que le costó trabajo distinguir, cuando consiguió calmarse volvió a recostarse y se quedó mirando largo rato el techo de tela de su cama controlando su respiración.

Estaba en Hogwarts, en su sala común y por primera vez fue consciente de lo grave que era su situación.

- Tengo que matarlo – susurró.