Hoy era mi primer día en la Universidad, y no podía estar más nerviosa. Llegué ayer a la Residencia Universitaria, y es bastante raro oír a tanta gente haciendo ruido. Hace una semana que empezaron las clases, y ya todo el mundo se conoce, por lo que me toca ponerme al día. Quiero empezar con buen pie, por lo que esta semana intentare llevarme bien con la gente de mi clase. En la primera hora me siento en la segunda fila, e inmediatamente se sienta a mi lado una chica morena muy alta.

- ¡Hola! - Me saluda.

-Buenos días- Le contesto.

- ¿Acabas de llegar? No me suena haberte visto antes.

-Sí, esta es mi primera clase. ¿Me he perdido mucho? - La verdad es que ese es un tema que me preocupa bastante.

-Sólo unas cuantas clases. Al menos no te has perdido ninguna práctica, que son las importantes. Si quieres puedo pasarte los apuntes que he cogido para que no te falte nada. –Esta chica cada vez me cae mejor.

- ¡Claro! Muchas gracias, en serio- Le agradezco al instante.

-No hay de qué. Si yo estuviera en tu lugar me gustaría que alguien lo hiciese por mi. – Me dice sonriendo- ¿Ya sabes en qué grupo estas?

¿Grupo?

- ¿Grupo? –Mi cara debe haber sido graciosa, pues se ríe.

-Sí, como somos muchos nos dividen en grupos de prácticas. Va por apellido, y yo estoy en el segundo. Me llamo Anya Danvers.

-Yo soy Lexa Woods, así que seguramente esté en el último…

-Oh, ya veo. Una pena. –Sí que lo era- Encantada Lexa. - Me dice dándome la mano.

-Igualmente- Le sonrío.

-Ah, no te he presentado. Esta chica que está a mi lado se llama Luna, también es de mi grupo. –Me dice señalando a una chica con el pelo rojo y muy rizo. – Luna, esta es Lexa, acaba de llegar.

Nos damos la mano y nos sonreímos.

-Encantada Lexa. ¿Eres de aquí? –Me pregunta.

-Oh, no. Vivo en la residencia de la Universidad.

- ¿En serio? - Me dicen las dos a la vez.

-Sí- Respondo un poco cohibida por esa reacción.

- ¡Nosotras también! –Dice esta vez Luna. –Esto es genial, podemos ir y volver juntas de clase.

-Sí, nos veremos muy a menudo. - Aporta Anya con una sonrisa.

-Genial. – Les digo yo.

En ese momento llegó el profesor, por lo que le atendimos en silencio, pero al final de la clase quedamos en ir por la tarde a una cafetería para hablar y conocernos mejor. Me cayeron muy bien, y creo que seremos grandes amigas. Cuando ya se empezaba a poner el sol volvimos juntas a la residencia, y nos despedimos hasta el día siguiente.

En cuanto llegué a mi nueva habitación me tiré en la cama y me eché a reír. El día no pudo haber ido mejor, muy al contrario de lo que pensé que sería. Miré a mi alrededor, viendo una habitación muy vacía, con las paredes y estanterías desnudas, esperando ser llenadas con cosas y momentos de esta nueva etapa de mi vida. Sólo espero que en esta pueda ser feliz de verdad, y libre, me encantaría ser por fin libre.

¡Hola! Esta es mi primera historia, así que espero que os guste y tengáis paciencia conmigo (soy un desastre a la hora de actualizar). Muchas gracias por leer a quién lo haya hecho (si es que hay alguien) y todos los comentarios son bien recibidos

"Los 100" y sus personajes no me pertenecen, lo único que si lo hace es la trama.