NOTA DE AUTOR

Hola a todos, bueno esta es la primera historia que escibo asi que me gustaria que me dierais vuestra opinion ya sea buena o mala para poder mejorar.

Esta historia esta escrita desde el punto de vista de Oihana Gonzalez Ateara , una joven que vive en España y que pronto descubrira que hay magia en sus venas lo que le obligara a visitar LaPush en busca de respuestas. Ya no os cuento mas jeje.

La mayoria de los personajes son de stephenie meyer , el resto es mio. Espero que os guste

Los pensamientos estan entre "comillas"


PROLOGO

Hace ya casi dos semanas de aquel fatídico accidente. El tiempo ha pasado muy despacio, demasiado despacio… y estando como están las cosas ahora he tenido que replantearme mi vida, mi pasado, mi presente y lo que esperaba de futuro. Quizás esto sea un castigo por algo que he hecho, pero por mucho que busco en mi mente no encuentro nada. Sé que he cometido errores. Sé que he hecho tonterías, sobre todo el los últimos dos años, pero nada tan grave como para merecer esta condena.

Después de todo este tiempo intentando encontrarle una explicación me siento perdida, no sé quien soy pero sé que es lo que soy, ¡UN MOSTRUO! Tampoco sé si merezco seguir con vida o no, si en lo que yo me he convertido tiene algún remedio o no, lo único que se es que lo voy a averiguar, recorreré toda la tierra si es necesario, buscare en cada rincón desolado de este maldito planeta si es necesario y si es necesario me quitare del medio para evitar males mayores.

No soy una persona que se rinde con facilidad. Lucharé, buscaré e intentaré hacer todo lo que sea necesario, pero también soy una persona valiente y se que llegado el momento, cuando ya no queden más salidas ni más respuestas, seré capaz de dar el último paso. No condenaré a nadie a sufrir por mi culpa. No dañaré a nadie si puedo evitarlo. Y lo evitaré si no tengo más opción.

Observo mi mano. Aun no se han detenido los temblores. Paso los dedos por el pelo en un intento desesperado por calmar los nervios, aun que nada funciona. Giro la cabeza para mirar la puerta del quirofano, a la espera que alguna noticia. Pero no hay respuestas, ni información que calme mi alma.

Apoyo la cabeza en la fría pared y cierro los ojos con fuerza, esperando que las imágenes de culpa desaparezca, pero lo único que consigo es que vayan más rápido y con más intensidad, desgarrando parte de mi corazón.