Notas al final del capítulo.


¡Todo eѕ cυlpa de Hanjι-ѕan!

Experimento #371: Hormonas felinas.

Una fuerte explosión proveniente de la parte subterránea del castillo retumbó a lo largo del edificio, haciendo que el polvo se levantara cual maremoto y engullera cada área visible. Dos altas figuras podían apreciarse en la densa nube de suciedad y algo de escombro en la que se envolvía el pobre cuarto, ambas tosían fuertemente debido al ambiente y el hecho de que prácticamente estaban asfixiándose.

—N-No puedo respirar… ugh. —Tosió la personas mientras cubría su boca con una de sus manos y con la otra abanicaba a su alrededor para que así se despejara el aire.

—Yo t-tampoco, vamos a morir…—Como si se tratara de una broma la otra comenzó a reír, aunque su risa se volvió un fuerte tosido debido a que había aspirado algo de polvo.

—Por favor no diga eso, Hanji-san…

—Solo era una broma, Eren. —Carcajeó la castaña, caminando hacia puerta del lugar en el que estaban para abrirla y dejar que la habitación se ventilara.

Eren limpió un par de lágrimas que amenazaban con derramarse de sus orbes, el escozor le obligaba a entrecerrarlos o de otra manera, temía quedarse ciego. Lentamente la suciedad fue disipándose, haciendo del lugar más soportable para respirar. Se restregó ligeramente los ojos y parpadeó un par de veces para acostumbrarse al polvo. Volteó el rostro en busca de la excéntrica mujer solo para encontrarla viéndole fijamente con un muy, pero muy extraño brillo en los ojos.

—… ¿Hanji-san? —

—…—

Seguía viéndole fijamente sin decir palabra alguna. El muchacho tocó su rostro en busca de algo fuera de lugar pero no encontró nada y eso solo hizo que se pusiera aún más nervioso de lo ya estaba. Sintió como el sudor recorría su nuca, el aire sintiéndose más pesado de un momento a otro. ¿Acaso había hecho algo malo? No, imposible. Había hecho todo sus labores del día, a menos que… Oh dios, a menos de que Hanji-san se hubiera enterado de alguna fuente desconocida de que él se había comido las galletas de Petra. Estaban tan deliciosas que no lo pudo evitar, aún seguía teniendo pesadillas sobre aquellas galletas y su maldito relleno cremoso.

— ¡Y-YO NO QUERÍA! LE JURO QUE NO FUE MI INTENCIÓN, SOLAMENTE PASÓ Y CAÍ EN LA TENTACIÓN, ESTABAN TAN RICAS. POR FAVOR NO LE DIGA AL SARGENTO LEVI. —Se tiró de rodillas y juntó ambas manos en posición de clemencia, tratando vagamente de pedirle a Hanji que guardara el secreto.

—Eren.

—VOLVERÉ A COCINAR OTRAS Y ME ENCARGARÉ PERSONALMENTE DE NO COMERLAS, ES MÁS, COCINARÉ PARA TODOS, HASTA PARA EL CARA DE CABALLO DE JEAN, SOLO NO LE DIGA AL SARGENTO LEVI.

—Eren. —Le llamó otra vez.

—LA ÚLTIMA VEZ QUE HICE ALGO MALO, ME OBLIGÓ LIMPIAR TODO EL PRIMER PISO CON UN CEPILLO DE DIENTES Y DESPUÉS ME LLEVÓ A SU HABITACIÓN PARA CASTIG-…

— ¡EREN!

El nombrado calló abruptamente al darse cuenta de que había hablado de más, su rostro se enrojeció casi al instante coloreando inclusivamente sus orejas y parte de su cuello. Tosió falsamente seguido de una risa nerviosa, evitando hacer contacto visual con la líder de escuadrón.

—No diga nada de esto…—Bajó la cabeza avergonzadamente.

—No puedo creer que haya funcionado. —Chilló de emoción, dando un par de zancadas para así quedar delante del muchacho que aún seguía en el suelo.

— ¿Eh?

— ¡Te ves tan adorable!

—No entiendo nada. —Eren ladeó la cabeza hacia un lado sin comprender a lo que se refería Hanji.

—Ah, es verdad, no puedes verte. Espera aquí, no te muevas.

Caminando lejos de Eren, Hanji rebuscó y rebuscó en un armario por el objeto deseado. Pasaron un par de minutos antes de que pudiera dar con él. Era un espejo de mano, o al menos eso era lo que veía Eren.

—Aquí, mira. —La sonrisa de Hanji se ensanchó al colocar el espejo en las manos temblorosas del castaño.

Eren miró extrañado el objeto que ahora sostenía, lo único que veía era su reflejo, nada fuera de lo ordinario, todo estaba en su lu-…

Qué rayos.

Soltando el espejo, el muchacho dejó salir un pequeño grito de sorpresa. Llevó ambas manos a su cabeza y fue ahí cuando lo sintió, dos pequeñas protuberancias suaves al tacto y muy receptivas. Siguió palpándolas e inclusive haló de una de ellas, gruñendo de dolor. Le había dolido, sintió el jalón, estaban pegadas a su cabeza.

Aparentemente su expresión era digna de una postal, y la risa de Hanji solo lo confirmó.

— ¿H-H-Hanji-san? —Tartamudeó con horror el pobre chico mientras seguía tocando su cabeza.

—Oh Eren, deja de tomarle tanta atención a ese par de orejas, ¡También tienes una cola! —Rápidamente se colocó detrás de Eren y tomó entre sus manos una alargada y esponjosa cola marrón, tirando de ella y ganándose un maullido de sorpresa.

Un puto maullido.

Avergonzado, Eren se cubrió la boca en un intento por evitar que más sonidos salieran de esta. Giró su cabeza por sobre su hombro lo más que su cuello le permitió y vio con estupefacción como una cola asomaba por entre sus pantalones.

— ¿¡PERO QUÉ ES LO QUE PASÓ!?

—No grites tanto, ¿Qué clase de reacción es esa, hm? —Bromeó la científica, jaló nuevamente de la cola y haciendo que Eren maullara otra vez.

— ¡D-DEJE DE HACER ESO! —El rostro carmín de Eren contrastaba completamente con su voz temblorosa. Con un rápido movimiento se dio la vuelta, quedando sentado frente a Hanji mientras tomaba su cola posesivamente, temiendo que volvieran a tirar de ella. Sus orejas hacia atrás demostrando el temor en todo su cuerpo.

—Aparentemente el suero que tomaste reaccionó diferentemente en tu cuerpo, se supone que te daría la destreza y agilidad de un gato. Pero tampoco es tan malo, ¿Ne? Aunque creo que mezclar ADN de animales no fue tan maravillosa idea. —Susurró esto último, adoptando una pose pensadora.

— ¿¡No es tan malo!? ¡No puedo salir viéndome así!

— ¡Pero te ves tan adorable!

Y en efecto, Eren se vería adorable.

Aunque él estuviera al borde de un paro cardíaco.

Un par de orejas de gato reposaban sobre su cabeza, se veían suaves al tacto y lo eran, dándole un aspecto tierno. Su cola por otra parte, era un tanto más esponjosa y larga, moviéndose de un lado a otro por el nerviosismo que tenía. Todo esto del mismo color que su cabello castaño. Pero no solo eso había cambiado, ahora sus ojos ya no eran un brillante color turquesa, sino más bien un penetrante color oro con las pupilas rasgadas.

—Además, a Levi le gustará. —Sonrió ampliamente al recordar a cierto enano gruñón.

—Levi… como pude haberlo olvidado. S-Si el sargento Levi se entera de esto entonces yo-…

— ¿Si me entero de qué?

La habitación cayó en un profundo silencio apenas una tercera voz se hizo presente. Inclinándose en el marco de la puerta estaba el sargento Levi, cruzado de brazos y portando una expresión indescifrable en el rostro. Sus fríos orbes plateados escanearon la habitación en busca de cierto mocoso de cabello castaño.

—Escuché una explosión proveniente de aquí, aunque no creo haber sido el único en haberla escuchado. Casi destruye el jodido castillo. —Esto último fue dirigido a Hanji, quien solo le sonrió apenadamente. — ¿Qué mierda estás haciendo? Y más importante, ¿Dónde está Eren? —Arrugó el entrecejo con irritación, caminando al interior de la habitación.

—Solamente estaba jugando un poco con tu novio, espero que no te moleste. ¿Eren? Oh, pero si él está justamente aquí. —Hanji salió del campo de visión de Levi para que así pudiera ver a su objetivo.

Apenas Hanji se quitó del camino y el azabache puso sus ojos en la figura temblorosa en el piso, la habitación se volvió pesada. Ahí estaba Eren, sentado en el piso, con una expresión totalmente aterrada en el rostro y lo más extraño, con un par de orejas de gato en la cabeza y una cola en sus manos.

— ¿C-Cómo está, sargento? —Trató de sonreír, pero lo único que logró fue una mueca torcida. Sentía la penetrante mirada de Levi recorrer su cuerpo de arriba y abajo, durando más en las obvias partes fuera de lugar. Un escalofrío recorrió su espalda y tuvo que morder su labio inferior para que ningún sonido vergonzoso fuera a escapar.

—Hanji. Tienes cinco minutos para explicarme que fue lo que pasó aquí antes de que te corte el cuello con una de mis navajas. —Exclamó tajantemente sin siquiera dignarse a verla.

—Te dije que haría un par de experimentos con él, nada nuevo. Las hormonas de Eren reaccionaron diferente de lo planeado y ¡Boom! Aquí estamos. Aunque si me lo preguntas, se ve adorable. —Se acercó felizmente al muchacho, ignorando la mirada asesina de cierto sargento sobre ella.

—No me importa cómo, pero antes de que termine el día quiero ver a Eren vuelto a la normalidad, ¿Me escuchas, cuatro ojos?

—Si si si, lo que digas. —Movió una de sus manos en un amago de decirle que se callara. Se colocó de cuclillas a un lado de Eren y comenzó a acariciarlo suavemente detrás de una de sus orejas gatunas. —Me encantaría poder estudiar el porqué de su reacción pero se lo mucho que te disgusta que jueguen con tus cosas, Levi.

La sensación hizo que la piel del castaño se erizara. Los dedos de Hanji en su oreja se sentían extrañamente… bien, demasiado bien. Sin querer, sus párpados se fueron cerrando lentamente y se inclinó hacia la caricia. La mano libre de la científica acariciaba su barbilla, tal y como lo harían con un gato. Fue ahí cuando hizo lo impensable, sintió como su garganta temblaba y para cuando se dio cuenta, ya estaba ronroneando contentamente. Un ligero sonrojo se apoderó de sus mejillas pero no podía hacer nada, estaba disfrutando en demasía de la atención que estaba recibiendo.

—Pero que cosita tan adorable que eres, Eren. —Dijo maravillada al ver como Eren se derretía entre sus manos. Moldeó la oreja con suma delicadeza, disfrutando de su textura. La mano que acariciaba la barbilla del chico, ahora acariciaba con suavidad su mejilla.

Ambos parecían estar en su mundo, hasta que un golpe en la cabeza sacó a Hanji de sus casillas, mandándola de boca al suelo. Eren abrió abruptamente los ojos al escuchar el golpe seco y soltó un maullido al verse jalado bruscamente del suelo para ser colocado a un lado de Levi, quien rodeó su cintura fuertemente con un solo brazo.

—Si tienes tiempo de estar tonteando, entonces tendrás tiempo de buscar una solución a este problema. —Siseó no muy amablemente, viendo como Hanji se levantaba lentamente del suelo y tallaba su nariz.

—Me sigue sorprendiendo lo mucho que cambias cuando se trata de Eren, ¿Cuánto tiempo ha pasado ya? ¿Uno, dos años? —Respondió ignorando el tono de voz usado contra ella.

—Espérame en mi oficina. —Le ordenó a Eren, soltando su cintura y viendo como el castaño asentía para después murmurar un bajo "con permiso" e irse de ahí.

—E-Espera, Eren. Si me dejas sola no sé de qué es capaz Levi. —Hanji extendió una de sus manos hacia la figura de Eren, tratando de que no se fuera.

El sargento le observó irse hasta que ya no fue visible en su campo de visión. Dándose la vuelta para encarar a Hanji.

—Puedo arreglar esto, de verdad, solamente no me mates. —Habló rápidamente, colocando ambos brazos delante suya como una defensa.

—Tres años.

— ¿Eh?

—Ya han pasado tres años.

Hanji bajó sus brazos y observó la expresión del sargento. No estaba enojado, simplemente fastidiado.

—Ya veo.

Hacía tres años que esos dos estaban juntos, que rápido pasaba el tiempo.

—Solo quiero que busques la forma de regresar a Eren a como estaba. No quiero que ande así a la vista de todos, no será objeto de burla.

En el fondo, la científica sabía que esta no era la verdadera razón. Lo más probable es que después de haber visto la reacción de Eren ante sus caricias, pensó que cualquiera podría hacerle lo mismo y aprovecharse de eso.

Levi era una persona muy egoísta.

—Haré lo que pueda, no te preocupes. —Sonrió amablemente.

—Hm. —Fue la única respuesta que recibió.

Dando a entender lo que quería, Levi sintió que ya era hora de irse, de todas formas tenía que ir a ver a Eren, lo más probable era que ese idiota estuviera desordenando su oficina. Se dio la media vuelta dispuesto a salir de ahí, pero fue detenido antes de salir por la puerta.

— ¡Levi, espera! —Hanji trotó hacia él y tomó su mano, colocando algo en ella.

Levi bajó la mirada y observó lo que le había dado.

Una planta.

Era un tallo alargado con hojas anchas de color verde, las hojas salían de distintas partes del tallo y tenían una textura rugosa.

— ¿Qué es esto?

—Es solo un pequeño regalo, ya puedes irte.

Alzó una ceja al ver lo sospechoso de la actitud de la castaña más no dijo nada, no quería saber en qué mierdas estaba metida. Sin más atrasos, salió de ahí, viendo una vez más la extraña planta y colocándola en el bolsillo de su chaqueta con un suspiro.

Al llegar a su oficina se sorprendió de ver a Eren sentado tranquilamente en el sofá de ahí, jugando con su cola y mordiéndola de vez en cuando. El sargento tosió para hacerse notar, lo que causó que el chico saltara en su lugar y por ende soltara su cola, miró a la persona dueña del ruido y su rostro se encendió rápidamente.

—S-Sargento, perdón, no lo vi ahí.

—Estamos solos, no hay necesidad de tanta formalidad. —Tres años juntos y el chico aún se ponía nervioso cuando estaban solos.

—Lo siento, uhm ¿Hanji-san te dijo algo sobre esto? —Preguntó viendo como el azabache tomaba asiento a lado de él en el sofá.

—Dijo que haría lo posible. De todas formas si no lo hace le arrancaré los ojos. —Dijo como si fuera lo más normal del mundo.

—E-Eso es algo exagerado.

— ¿Tú crees?

—Un poco…

Levi miraba fijamente a su amante, quien estaba demasiado perdido viendo como su cola se movía como para notar la mano que se acercaba a su quijada. Unos dedos cálidos se posaron sobre la piel de su quijada y comenzaron a acariciarle con suavidad. Aquel escalofrío volvió a recorrer su espalda, pero de una forma más placentera.

— ¿Levi?

—Silencio.

La mano de Levi subió hasta el cabello de Eren, acariciándolo y palpándolo tal y como Hanji había hecho antes. De nueva cuenta, los ojos de Eren empezaron a entrecerrarse y el ya conocido ronroneó se hizo presente otra vez. El mayor miraba con entretenimiento la forma en la que Eren se dejaba llevar por el toque, gradualmente fue retractando su mano haciendo que Eren se acercara más a él en un intento por no perder la calidez que emanaba de la mano de su sargento.

Una vez lo suficientemente cerca, Levi pudo acariciar el orejas de Eren, sorprendiéndose por la suavidad de estas. El ronroneó era tranquilizante, significando que tanto él como el chico, estaban disfrutando del tiempo compartido. Eventualmente, Eren terminó sentado a horcajadas sobre las piernas de Levi, dejándose acariciar perezosamente.

Fue ahí cuando sintió el golpe, un extraño aroma colándose por sus fosas nasales. Abrió los ojos, y comenzó a oler el cuello de Levi, quien extrañado, había dejado de acariciarle. Por su parte, Eren seguía oliendo el cuello de este, pasando a su chaqueta, que, apenas olió, soltó un maullido quebrado.

Su cuerpo tembló y se aferró fuertemente a los hombros del mayor, sintió su cuerpo arder extrañamente y sin poder evitarlo, siguió soltando maullidos de distintos tonos.

—Eren, ¿Qué pasa? —Preguntó extrañado, observando el abrupto cambio de su pareja.

—N-No lo sé, mi cuerpo… me arde… nya, nngh…—Sus caderas se frotaban involuntariamente contra la entrepierna de Levi, arrancándole gemidos roncos. Su rostro enterrado en la chaqueta del mismo, aspirando codiciosamente el aroma afrodisíaco que provenía del bolsillo.

Tratando de buscar explicación al comportamiento de Eren, la mente nublada del azabache recordó a Hanji dándole una planta. ¿Acaso era eso? Pero joder, ¿Qué clase de puta planta le había dado para poner a Eren así de caliente? No era como si se quejara.

Queriendo probar su punto, abrió su bolsillo lo suficiente como para que la planta ya no estuviera reprimida entre la tela. Y estaba en lo correcto, apenas Eren sintió el aroma de las hojas, jadeó fuertemente y estampó sus labios rudamente contra los del contrario.

Sus dientes chocaron dolorosamente por la fuerza, más Levi no tuvo tiempo de quejarse. Los labios del menor besaban y estiraban los suyos, una lengua traviesa haciendo acto de presencia y lamiendo su labio inferior. Soltando un gruñido ronco y deshaciéndose de su autocontrol, Levi abrió su boca y tomó la lengua de Eren entre sus labios, succionándola y provocando que el chico gimiera altamente. El beso se tornó fogoso y necesitado, un hilo de saliva escurría por la comisura de Eren, cuyos gemidos eran asesinados dentro del beso. Sus manos subieron hasta el cabello del mayor, aferrándose a este y desordenándolo a su antojo.

Por su parte, Levi posaba una de sus manos en la cintura de Eren, meciéndolo hacia delante y atrás para así generar más deliciosa fricción entre ambos. La otra mano jalaba y acariciaba la cola de Eren, sonriendo ladinamente dentro del beso por los gemidos obscenos que esto generaba.

Queriéndose aprovechar de la situación, la mano que estaba en la cintura del chico abandonó su posición y se dirigió al cinturón de su pantalón. Lo deshizo con desesperación, bajándolo lo suficiente como para liberar su doloroso miembro erecto. Todo esto sin dejar de atender los labios necesitados de Eren, el cual ignoraba lo que estaba a punto de pasar.

En un movimiento sucio, el sargento quitó una de las hojas de la planta y la llevó hasta su erección, pasándola por toda la extensión sin olvidar ningún centímetro. Satisfecho con el resultado, separó su rostro del de Eren y observó con excitación el rostro enrojecido de su pareja, sus atrayentes labios carnosos, ahora hinchados por la intensidad de los besos y sus ojos exóticamente dorados con la pupila rasgada debido a la lujuria.

— ¿Tienes hambre? —Preguntó con sorna al ver como el menor inclinaba su rostro en busca de otro beso, solo para ser rechazado.

— ¿Hambre? —Respondió de mala manera al verse negado otro beso. —Quiero otro beso. —Murmuró frunciendo sus labios infantilmente.

—Primero tienes que comer, y tengo justo lo necesario para ti. —La voz ronca de Levi envió choques eléctricos a todo el cuerpo de Eren.

El mayor le tomó de las caderas y con suavidad fue quitándolo de sus piernas, Eren se deslizó de su regazo hasta quedar de rodillas entre las piernas del otro. Su mirada fue atrapada por el imponente falo que se erguía con orgullo frente a él. Sus orbes se ensancharon y sus pupilas se dilataron ante la apetitosa vista.

Pero nada se comparó al sentir el olor que provenía del miembro de su amante. Era el mismo que había sentido antes, y esto hizo que algo dentro de él se activara. Pareciese que otra persona controlara su cuerpo y sus impulsos, por lo que sin pensarlo dos veces, bajó más el pantalón de Levi y acercó su rostro hasta su erección.

La olfateó unos segundos, soltando un par de maullidos necesitados y empezó a frotar su mejilla contra este. Notó como unas gotas de pre-seminal se acumulaban en la punta e instintivamente las lamió.

Levi se tensó al sentir la lengua rasposa de Eren lametear la punta de la cabeza de su pene, era una sensación diferente, una mezcla entre placer y dolor. Y le estaba volviendo loco.

Eren presionó la gruesa cabeza en su boca, manteniendo su mirada arriba, enfocada en Levi. Sus miradas se sostuvieron mientras la lengua del castaño rodeaba la punta codiciosamente.

Los ojos de Levi se cerraron y tiró de su cabeza hacia atrás, su cuerpo tensándose y sus nudillos volviéndose blancos mientras sus manos apretaban fuertemente el material del sillón.

Aprovechándose de la forma en la que las caderas de Levi se desplazaban hacia su persona, Eren lamió un largo tramo hacia abajo y tomó los testículos de su amante entre sus labios, succionándolos gentilmente. Una de sus manos masturbando el hinchado miembro de Levi de arriba abajo.

Cuando escuchó a Levi gruñir, Eren se enderezó, tomando toda la longitud en su boca. Con sus caderas embistiendo, las manos del azabache dejaron de apretar el sillón para deslizarse en el cabello del muchacho. Acariciando sus suaves orejas. Estaba tan perdido en el mar de sensaciones que no había notado como la cola de Eren se habían enroscado en una de sus piernas.

Eren movía su cabeza de arriba abajo, dejando que la cabeza saliera de sus labios para luego tomarla nuevamente, cada vez más profundo. Cerró sus ojos y se perdió a sí mismo en la sensación de Levi golpeando la parte posterior de su garganta, su quijada ardía mientras era estirada para que así sus dientes no rasparan la piel sensible que envolvía el falo del mayor.

Escuchó la respiración de Levi entrecortarse y sus manos apretar con dureza su cabello, sosteniendo la cabeza del menor mientras sus caderas embestían contra la boca de Eren. Gruñendo, se arqueó en el sillón, y Eren sintió un líquido caliente dispararse en su garganta. Se concentró en respirar a través de su nariz, a su vez que succionaba y tragaba toda la semilla derramada de Levi.

Sintiendo como Levi se desplomaba en el sillón, Eren se alejó de su miembro ahora flácido, depositando un beso en la punta para después guardarlo en sus pantalones.

Levi se deshizo de su chaqueta, no quería que el chico oliera de nueva cuenta esa extraña planta y volviera a excitarlo, estaba demasiado gastado. Vio como Eren tomaba asiento a su lado nuevamente, y se acurrucaba en su regazo, hundiendo su rostro en una de las piernas de Levi y sonriendo felizmente.

El sargento soltó un suspiro, llevando una de sus manos a la espalda de Eren y otra a su cabello, deleitándose con el suave ronroneo que producían estos toques.

Si, esto no era tan malo.

Al día siguiente, las orejas y cola de Eren desaparecieron sin dejar rastro alguno. Hanji alegó que esto se debía a que la dosis del suero no fue tan grande, y que al recibir calor extra, el sistema inmunológico de Eren pudo deshacerse del "virus" con más eficacia.

Pero esto no fue excusa para Levi, quien le hizo limpiar los establos ella sola durante un mes.

Esto no fue impedimento para Hanji en su ardua tarea de investigación, quien en vez de ayudar a la humanidad en la erradicación de titanes, prefería experimentar con su pareja favorita en toda la legión.

¿Cuál será el siguiente experimento de esta científica loca?


Por si tienen curiosidad, la planta que Hanji le dio a Levi se llama nepeta cataria, conocida como hierba de gato, menta de gato o catnip como se le dice en inglés, es un estimulador para gatos(¿) osea que es como droga ewe, normalmente se usa cuando el gato está agresivo y con eso se calma uvu

Pero como Hanji es Hanji, lo usó para otras cosas akjdnajknak, me gusta pensar de Hanji como una fujoshi que shippea a Eren y Levi asdasdasd.

La mayoría de las historias serán smut y fluff, los experimentos afectarán tanto a Eren como a Levi xDD asdasd espero que les haya gustado ver a Eren de gatito, yo lo amo así ;v;

Me gustaría que me dieran ideas para más experimentos en caso de que tengan en mente uno o3o)/ aviso que habrá sexo heterosexual en una historia, les digo por si no les gusta y quieren saltárselo(¿) de todas formas las historias no están entrelazadas ovo

La pareja siempre será Levi y Eren, ya sea que Eren esté arriba o abajo(¿)

Eso es todo, los amo musho, hasta la proximaaaa ovo)/