Resumen:

Son siete los años en que no lo ha visto, y ahora él aparece, poniendo su mundo de cabeza una vez más. ¿Qué sucederá?

Goenji Shuuya/Kidou Yuuto.

Era de cambios

Por: Pervertida Yaoista

Aclaraciones del texto:

Advertencia: Si te gusta el Yaoi, eres bienvenido, sino… pues entras bajo tu responsabilidad o bien puedes no leer.

Los nombres de los personajes se colocaron respetando el orden en que en la serie los pronuncian, es decir: apellido y nombre.

Los sucesos en los capítulos a los que se hacen referencia no concuerdan del todo con la línea original de la serie.

Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GO no me pertenecen, son propiedad de Level-5.

¡Rated M por lemon!

Texto en cursiva Pensamientos.

Texto en negrita Recuerdos.


Capítulo 1

Han pasado 10 años desde que el equipo de Inazuma Japan ganó el Campeonato Mundial de la FFI. Desde ese instante, muchas cosas han sucedido en la ciudad: algunos de los antiguos integrantes del equipo aceptaron las ofertas extranjeras para jugar futbol, mientras que muchos otros se quedaron allí, en Inazuma, empleándose en los diversos trabajos que se presentaban como buena opción.

Es así como comienza una nueva historia en la ciudad de Inazuma, en especial en la Secundaria Raimon.

El futbol, que una vez fue tan amado y respetado, ha sido manipulado por Fifth Sector, una organización que decide qué equipo escolar de futbol gana o pierde un partido, para así "mantener" una equidad en el juego. Los chicos de Raimon, frustrados y apenados por aquella injusta decisión, se revelaron ante el sistema, y aunque en un principio fue difícil, lograron convencer a los equipos a los que se iban enfrentando con el fin de encontrar más aliados.

Un día, luego de ganar un extenuante partido contra el equipo Gassan Kunimitsui en el Campeonato Holy Road (1), el entrenador de Raimon visitó a Ishido Shuji en su imponente estrado para conversar:

—Seitei, alguien quiere verlo —susurró uno de los uniformados al oído del rubio, fue entonces que hicieron pasar a Endou, acompañado de un escolta—. Señor.

—Buen trabajo.

En cuanto los escoltas abandonaron el lugar, Endou se acercó algunos pasos hacia la escalera que llevaba al trono del Seitei.

—Endou Mamoru, pensaba que vendrías.

—Goenji, me acuerdo de ti. ¿Por qué? ¿Por qué estás en Fifth Sector? —Preguntó el moreno, mirando fijamente a Ishido— ¡Goenji!

—Yo ya no soy Goenji, soy Ishido Shuji —refutó con paciencia, devolviendo la intensa mirada.

—Demonios, ¿qué pasó? De esta forma, el futbol de todos es tomado, ¡no es bueno que el futbol signifique dolor! ¿Por qué le haces algo así al futbol? —movió la cabeza, negando—. ¡Déjalo ahora! Seguiré luchando para recuperar el antiguo futbol. Pensemos juntos. ¡Así podremos encontrar la respuesta! —exclamó el entrenador con efusividad, tratando de convencerlo.

—Entiende, el futbol ha cambiado —exclamó Ishido de vuelta, poniéndose de pie y haciendo un ademán con la mano—. No volveré a los viejos tiempos. Domino la selección de futbol. Doy partidos iguales de futbol —explicó, sonriendo.

—Goenji —susurró Endou sorprendido, mirándolo con los ojos muy abiertos.

—No hay nada más que decir, lárgate.

El Seitei se dio la vuelta para salir por una compuerta tras su trono, para dejar solo a Endou, más se vio interrumpido cuando la puerta tras éste se abrió sin el debido permiso.

—Disculpe, señor, hemos descubierto a Kidou Yuuto a las afueras de su oficina.

—No me descubrieron si nunca me escondí —gruñó el de rastas, forcejeando con el tipo que le tenía sujeto del brazo hasta que logró zafarse con un sólo tirón. El otro escolta estaba un paso tras él.

Ishido le observó detenidamente por unos segundos que parecieron eternos; Kidou le devolvió la mirada de forma desafiante; Endou, por otro lado, observó aquella escena con un dejo de preocupación y desconcierto… ¿qué sucederá entre estos dos ahora? Se preguntó el entrenador hasta que la voz profunda de Ishido le trajo de vuelta a la realidad.

—Está bien, déjenlo, y acompañen al señor Endou a la salida.

Endou no pudo hacer más que observar por última vez a Goenji, a su antiguo amigo, para dejarse guiar por el sujeto que había recibido la orden. En cuanto pasó por el costado de Kidou, le dirigió una mirada previsora.

—Has cambiado mucho, Kidou.

El comentario hizo que el aludido diera vuelta hacia donde provenía la voz, dejando así de ver a Endou de reojo. Los ojos escarlatas de Kidou, bajo las gafas verdes, refulgieron con ira contenida y con un dejo de una tristeza de antaño que pensaba olvidada en cuanto vio al otro hombre.

—Debo decir lo mismo de ti, Goenji —masculló con los dientes apretados, mirando de refilón al idiota que se quedó custodiando.

—Puede retirarse —susurró Ishido hacia el escolta, el cual había querido pasar inadvertido.

—¿Pe-perdón? —dijo.

—Que puede retirarse. ¡Largo!

—Sí, señor.

El custodio obedeció, saliendo deprisa del cuarto y dejando solos a los jóvenes. Una vez que la puerta estuvo bien cerrada, Ishido avanzó a paso firme hacia Kidou, bajando las escaleras de su estrado, tal vez en un intento por intimidarlo, o para sentirle más cerca. A sólo dos pasos de diferencia se detuvo, esperando… ¿esperando, qué?, ¿algún reclamo de Kidou?, ¿alguna pregunta como las que le planteó Endou?, ¿quizás un puñetazo en la cara?

—¿Por qué volviste? —soltó Kidou, sin poder contener la pregunta por más tiempo… ¡necesitaba saberlo!

—Volví por muchas cosas.

—¿Cómo cuales?

—Eso lo sabrás muy pronto.

El tonito que Ishido usó en la frase, a Kidou le sonó a ironía— Quiero saberlo ahora —exigió, seco y autoritario.

—No puedo revelarlo.

—Hn.

El silencio que vino luego fue incómodo para ambos. Goenji tenía muchas cosas qué expresarle a Kidou, más su personaje como Ishido Shuji debía mantener una íntegra cara de póker. Por su parte, Kidou se debatía entre sonsacarle sus planes a golpes, o bien gritarle en la cara todas las palabras que se había estado guardando durante esos años… esos seis largos años, casi siete en realidad, que habían pasado sin verse; soltó un pesado suspiro antes de hablar.

—¿Por qué tenías que irte en primer lugar?

—Me fui a estudiar —se sinceró Ishido.

—¿A estudiar? ¿Por eso te fuiste y no me dijiste nada? —le reclamó, apenas conteniendo el enfado que le estaba causando.

—No pude hacerlo.

—Oh claro, no pudiste, ¿o no quisiste?

—No, escúchame Kidou, todo tiene una explicación —trató de decir el rubio, perdiendo un poco aquella compostura que Ishido, como Seitei, debía mantener.

—No. Escúchame tú. ¿Tienes idea de lo mal que me sentí? ¡Éramos novios, Goenji! ¿Olvidaste eso? —la voz de Kidou subió de tono, estaba muy irritado, y no se molestó en esconderlo… si se enteraban, ¡poco le importaba!—. ¿Qué creíste que iba a sentir? ¡Te fuiste sin decirme a dónde, ni por cuánto, ni porqué! ¡Estuve mucho tiempo preguntándome si yo tuve la culpa de que te fueras!

—Eso no, ¡nunca tuviste la culpa!

—¿Y cómo querías que lo supiera si nunca…? —Se mordió el labio y tragó saliva pesadamente, para despejar su garganta del nudo que se formó en ella, sin éxito—. Nunca… trataste de comunicarte conmigo. Nunca trataste de explicarme tus razones. ¿Por qué? —terminó, respirando entrecortadamente.

Ishido evitó boquear para tratar de darle una respuesta que le hiciera entender a Kidou que no tuvo la culpa de nada en ese entonces, y que había vuelto a Inazuma por muchas cosas… y por él. Sobre todo por él.

El rubio alzó su mano derecha y la acercó al rostro de Kidou, dispuesto a quitarle las gafas que llevaba, pero éste se echó hacia atrás para alejarse de la caricia que, muy en el fondo, deseaba.

—¿Qué pretendes hacer? ¿Por qué estás con Fifth Sector? ¿Qué pasó contigo, Goenji?

El tono seco y frío del de rastas detuvo el movimiento de la mano del rubio— Eso lo entenderás más adelante —contestó Ishido, recobrando una postura altanera, propia de su personaje.

—Entonces no tengo nada más que hacer aquí.

La salida impetuosa de Kidou —rápida y estruendosa tras la puerta—, más las palabras toscas que le había dicho, dejaron a Goenji con el pecho apretado de una angustia que hacía tiempo había dejado de sentir con tanta intensidad. No obstante, tenía mucho qué hacer de allí en adelante, se acercaban nuevos partidos de futbol que dirigir, un plan que realizar, un sueño que cumplir… porque no importaban los obstáculos, el show debía continuar.


(1) Ver capítulo 24 de IEGO.

¡Hola! Si es que estás leyendo esto, es porque has terminado el primer capítulo, lo que me pone ¡sumamente contenta! Hace tiempo ya que quería arriesgarme con un longfic GoenjixKidou y espero que hayas disfrutado de esta primera entrega… la idea es que, si quedaste intrigada, ¡sigas leyendo! XD
¡Actualizaré una vez por semana!

Advierto: Ésta no será la única pareja involucrada en el fic, pero una de ellas será sorpresa.

Hasta el próximo capítulo