Disclaimer: Los personajes son de y su casa editorial. La trama es mía.
Introducción:
Confesión de un asesino
El crepúsculo comenzó justo cuando Bella abandonaba el estúdio de ballet para regresar a su casa. La joven Swan, de 23 años estudiaba periodismo en la universidad de Seattle y, en su tiempo libre, practicaba ballet. Cada día, tras terminar sus clases, se dirigía al estudio y bailaba hasta que el sol comenzaba a desaparecer en el horizonte. Luego tan solo tomaba su vieja camioneta y conducía hacia su casa, que se encontraba en el pueblo de Forks.
—¿Quieres qué te acompañe a casa?— preguntó Jake, compañero de baile de Bella, mientras posaba una de sus manos en el hombro de la joven en pose confiada.
La muchacha sonrió.
—No, no hace falta, tomaré un autobús.— contestó ella, recordando que su camioneta había muerto unos días atrás. Tendría que comprarse otra.— Además, tú tienes cosas que hacer antes de regresar al pueblo.
Jacob dibujó una sonrisa en sus labios y posó un dulce beso en la frente de Bella. La primera vez que el joven Black había tenido esa clase de contactos con ella, la muchacha se había sentido incómoda; pero ahora ya se había acostumbrado a los roces constantes del chico, es más, la reconfortaban enormemente.
—Ten cuidado.— mustió Jake antes de dejar marchar a Bella.
La oscuridad comenzó a cernirse sobre las calles y las primeras farolas alumbraron el camino de Bella. Mientras frotaba sus brazos con sus manos maldijo entre dientes el no haber cogido una chaqueta, pues hacía bastante frío.
Con caminar lento la joven se dirigió hacia la parada de autobuses más cercana y se sentó en un banco a la espera de que su autobús llegara. Las personas que habían estado esperado en el lugar, fueron subiendo as sus respectivos autobuses hasta que la joven Swan se quedó completamente sola en la parada.
Mientras frotaba sus manos intentando mantener el calor en ellas, un extraño ruido la sacó de sus pensamientos. Con el corazón desbocado en el pecho, sintió la mirada de alguien encima de ella, pero al voltear tan solo pudo ver oscuridad tras de ella.
Aún algo nerviosa, devolvió la vista al frente y extrajo su reproductor de música de su bolso para distraerse y pasar el rato hasta que su autobús llegara. Entretanto encendía el aparato un escalofrío espeluznante recorrió su torso. Por un momento pudo sentir las manos frías de alguien contra su cuello y soltó un gemido casi sordo. Al voltear, de nuevo, tan solo vio oscuridad.
Inquieta, miró la hora en su reloj de mano. Luego comprobó el cartel que había a su izquierda y, efectivamente, pudo comprobar que su autobús ya llevaba varios minutos de retraso. De repente un movimiento rápido se produjo a su lado, y cuando volteó, un chico de tez pálida y cabello rojizo, yacía sentado a su lado. Bella se quedó sin aire. ¿Era aquello posible? Ni siquiera lo había visto venir. Su cabello lucía completamente desordenado, unas ray ban negras cubrían sus ojos y una chaqueta de cuero también negra cubría sus brazos. Levaba la chaqueta abrochada solo hasta la mirad y sus manos estaban dentro de los bolsillos en forma despreocupada.
Con el mismo aire de rebeldía y sin decir nada, ese apuesto desconocido extrajo un cigarro y lo encendió para luego comenzar a fumar. Sin saber porqué, Bella sintió deseos de fumar mientras lo observaba. Nunca le había agradado el tabaco y, aún así, entonces lo deseaba más que nunca. Quizás era por la forma en la que los dedos de ese muchacho rodeaban el cigarro, o quizás por la manera en la que soltaba el humo a través de su boca.
—¿Quieres?— inquirió ese muchacho por vez primera, dirigiendo su mirada hacia Bella.
Su voz era áspera y ronca.
—Si.— contestó la joven Swan rápidamente, llevada por un impulso repentino y, francamente, extraño en ella.
El joven posó delicadamente el mismo cigarro que había estado consumiendo en la boca de la chica mientras una sonrisa arrogante se dibujaba en sus labios. Bella sintió el humo entrando en sus pulmones y, al cabo de poco, lo soltó por la boca de forma pausada. Al acabar, el misterioso desconocido, tomó una calada del cigarro y, sin extraer el humo, se acercó a Bella. Sus manos se posaron en sus mejillas y un ataque de pánico invadió la joven. Aquellas manos estaban heladas, y sin embargo, Bella sintió su cuerpo paralizado y no pudo moverse de su lugar.
Los labios del joven se posaron en los suyos y expulsaron en su boca el humo de la anterior calada. Bella respiró ese humo para luego extraerlo lentamente, quedando maravillada ante ese toque.
—Es la primera vez que haces esto, ¿eh?— inquirió el muchacho con voz ronca.
Bella asintió, aún con el corazón acelerado y el miedo presente en cada célula de su piel. Acto seguido se estremeció y contempló fascinada como el chico se quitaba su chaqueta y la reposaba encima de sus hombros. Debajo tan solo llevaba una camiseta negra de manga corta, y Bella se mordió el labio inferior al pensar que quizás podría tener frío.
—¿Estás bien así?— inquirió casi al instante.
—Si, no te preocupes.
—¿Por qué llevas gafas de sol si es de noche?— preguntó la joven Swan con curiosidad y temor en la voz.
—Es solo para que no me reconozcan.— contestó él con una sonrisa algo extraña en sus labios.— Soy un asesino y la policía me está buscando.— adjuntó sin sacar aquella sonrisa de su rostro.
Bella se estremeció en su lugar, pero le dedicó una sonrisa nerviosa, intentando aparentar tranquilidad y esperando que lo que acababa de decir fuera solo una broma.
La joven sonrió agradecida mientras observaba como su autobús llegaba entre la bruma de la noche. Con nerviosismo se levantó de su asiento y se despidió del chico rápidamente para luego subirse al vehículo sin mirar atrás. Mientras se sentaba a un asiento libre comprobó que seguía llevando la chaqueta de aquel excitante y espeluznante muchacho.
Al llegar a su casa ya era algo tarde, por lo que, procurando no despertar a su padre, bebió un vaso de leche, tomó una ducha rápida y se acostó.
A la mañana siguiente bajó a la cocina para desayunar y se encontró a Charlie bebiendo su café matutino y leyendo el periódico como siempre lo hacía. Aún así, su rostro mostraba temor y concentración, como si lo que estuviera leyendo fuera algo bastante importante.
—Buenos días.— mustió Bella mientras se posaba frente a su padre.— ¿Qué pasa?
Charlie suspiró y dejó el diario encima de la mesa. Acto seguido se levantó y rebuscó algo en su bolsillo. Luego extrajo una pequeña botella de exprait y alargó la mano para que la joven Swan la tomara. Bella la cogió y la examinó detenidamente. Era un exprait de pimienta, como el que solía darle cuando iba al instituto y llevaba a un chico a casa.
Una sonrisa graciosa se dibujó en los labios de la joven.
—Papa, ya no soy una cría.— mustió.
—Lo se,— contestó Charlie muy serio.— pero preferiría que llevaras esto encima. Últimamente ha habido una serie de asesinatos a Seattle y no estaría tan preocupado si llevas esto encima por si acaso.
—¿Una serie de asesinatos?— inquirió Bella con tez pálida mientras escondía el exprait en el bolsillo de su chaqueta.
Charlie alcanzó el diario y abrió una página en concreto para luego enseñársela.
—El principal sospechoso es este chico. Se llama Edward Cullen, tiene 26 años y aún no se sabe porqué hace esto. Sus víctimas suelen ser chicas como tú, incluso más jóvenes. Ha habido seis asesinatos en pocos meses, y por eso es preferible que tengas cuidado.— murmuró el hombre mientes le enseñaba a Bella la fotografía de un chico joven, de tez pálida, cabello rojizo y ojos verdes.— Ya he hablado con Jake y me he dicho que mientras no tengas un coche nuevo, él se encargará de llevarte a la universidad y de acompañarte aquí cuando acabes las clases de danza.
La joven Swan se congeló en su lugar y su mirada viajó hacia el perchero que había junto a la puerta de la cocina. Allí reposaba la chaqueta negra de cuero que ese desconocido le había dado. O quizás debería de decir Edawrd Cullen, el asesino del que estaba hablando su padre.
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N/A: No, no tengo ni idea de como va a continua esta historia. Simplemente me aburría y comencé a escribir. De todos modos no planeo hacerla muy larga,... Por favor, díganme que les pareció, y si tienen alguna idea de como continuarla, ¡adelante, díganme! Solo espero que haya gustado. Es el primer thriler que escribo, y me ha encantado hacerlo. Advierto que más adelante habrá lemons... Bueno, gracias por leer y hasta la próxima.
XoXoXoXoXo
