Baje lentamente el cierre de su vestido admirando su espalda desnuda, pasaba las dedos rasando el espacio que dejaba el cierre hasta su espalda, sintiendo como ella se estremecía inmediatamente a mi tacto.

Volví a tocar su espalda con las yemas de mis dedos me encantaba sentir su suavidad y quería sentir mucho más de ella, me sentía extasiado con el aroma y la calidez de su cuerpo.

Como un reflejo involuntario empecé a besar lentamente su hombro abrazándola por su cintura y pegándola más a mi cuerpo, ella puso sus manos encima de las mías, como si estuviera abrazándose a sí misma.

Apoyo su cabeza en mi hombro, dejándome así su hermoso cuello desnudo a la vista, un camino que cubrí de suaves besos hasta llegar a su oído en el cual solté un leve suspiro, sintiendo como ella se estremecía y su piel erizada ponía.

Ella volteo suavemente su rostro y nuestros labios se encontraron en un apasionado beso, en el cual, beso tras beso, prenda tras prenda, suspiro tras suspiro, fuimos cayendo y llegando al mejor momento, ese momento en el que 2 cuerpos conforman un alma fusionada por el sentimiento.

Y unos minutos más tarde quietud y silencio...