Yo no quiero esto.
Capítulo1: Yo no quiero esto.
No podía creer que ya hubiese terminado cuarto año. Estaba preocupada, Lord Voldemort había vuelto, nada volvería a ser igual, nunca estaría segura de nuevo, después de todo era la mejor amiga de Harry Potter y además una sangre sucia.
Sin pensarlo dos veces entró a su casa, sus padres no estaban, tenían un congreso hasta entrada la noche por eso se asustó, las luces estaban prendidas.
- ¿Mamá?
- ¿ Papá?
- No creo que contesten, linda.
Gritó del susto, estaba petrificada, en la sala de su casa estaba Lucius Malfoy junto a dos hombres que ella no conocía.
- Si no te resistes, tal vez no te hagamos daño.
- Tal…vez? Mis padres! Dónde están?!
- No lo se, pero mejor irnos antes de que lleguen. No lo crees?
- Por qué me llevan?
- Mucho diálogo Granger, nos vamos. - Sin decir más agitó su varita y de ella salieron unas cuerdas que la ataron y amordazaron.
Intentó zafarse pero estaba muy bien maniatada, la arrastraron por la sala y la sacaron.
- Dile adiós, no creo que vuelvas.- Las risas de los mortífagos le taladraban los oídos mientras las lágrimas inundaban sus ajos. Moriría.
Sin previo aviso sintió una presión insoportable, no podía respirar, era como si pasara por un minús tubo de goma. De pronto todo pasó, se encontraba colgando dolorosamente por los brazos, los otros mortífagos así la llevaban.
Aprovechó a mirar donde se encontraba, subía por una colina regada de tumbas camino a una tenebrosa mansión, estropeada por el tiempo y el abandono. Se parecía mucho al lugar que le había dicho Harry, estaba Voldemort.
Apenas se dio cuenta de esto empezó a temblar, cosa que no pasó inadvertida para sus captores.
- Haces bien en temblar preciosa, él te está esperando.
- Silencio! No es asunto tuyo, déjate de chismes.
- No seas amargado Lucius.
- Basta los dos! Ahí viene.
Un silencio sepulcral se hizo entre los mortífagos, como autómatas la soltaron, haciendo que ella caiga al suelo, y se arrodillaron.
- Muy bien, por lo que veo no ha habido problemas.
- Ninguno mi Lord.
- Bien Lucius, bien, todavía no te he perdonado, pero sigue así, hoy has hecho un muy buen trabajo, esa niña es muy… importante para mí.
- Gracias mi Lord.
Hermione no entendía nada, "¿Importante?" Por qué una sangre sucia sería importante para él.
- La llevamos al calabozo mi Señor?
- No. Tengo una habitación preparada, Avery se las mostrará, desátenla y enciérrenla allí, no quiero que escape, tampoco que le hagan daño.
- Como usted ordene mi Lord. - Los mortífagos no entendían nada. No podían creer semejante honor para una asquerosa sangre sucia.
- E dos horas los quiero a todos aquí, avisa Lucius.
- Si, mi Lord.
Voldemort dio media vuelta y se fue por donde había venido.
- Qué querrá de ella?
- No lo se, nunca escuché que hubiera hecho algo semejante con nadie, ni siquiera con los sangre pura-
- Ya cállense los dos, no nos incumbe.
Hermione estaba asustada, anonadada y petrificada. La dejarían en una habitación. Sin hacerle daño. Imposible.
- Es aquí.
- Abre idiota.
- Qué es esto?
- Imposible.
- Magnífico.
- Ya, desátenla de una vez!
Hermione sintió como desaparecían las cuerdas y caía al suelo. Cuando se levantó y vio el cuarto se quedó sin habla.
Era enorme, con alfombras en verde ingles, una cama de dosel matrimonial, con cortinas de terciopelo en el mismo verde, colcha de seda en negro. Muebles de madera oscura antiguos, una mesa tallada con cuatro sillas, sobre la mesa había una bandeja inmensa con comida. Además la habitación contaba con un baño el cual apenas veía, pero parecía igual de lujoso y un vestidor inmenso lleno de capas, vestido y zapatos de impecable gusto.
- Entra! - La empujaron haciéndola caer y cerraron la puerta.
Pasó alrededor de una hora cuando sintió que la puerta se abría, por ella pasaba primero Voldemort y luego un joven de unos 17 años. Hermione se puso tensa.
- Quedarte ahí en la cama quieta sin levantarte en mi presencia es una falta de respeto, Hermione.
- Por qué tendría que respetarlo?! - Sabía que lo pagaría caro, pero después de todo era una Griffindor.
- Te lo dejaré pasar porque no sabes nada aún. Ahora, levántate.
- No quiero! Por qué me trajo aquí?! - Las lágrimas afloraban por sus ojos a mares, estaba asustada, furiosa y confundida.
- Como quieras,- sacó la varita y le apuntó a la cama, por un momento esta brillo. Un segundo más tarde Hermione saltaba de la cama con un grito.
- Cómo hizo eso?! La cama parecía prendida fuego!
- Silencio! - Agitó nuevamente la varita e hizo aparecer un sillón donde se sentó. - Tienes que saber un par de cosas antes de bajar.
- Ba- bajar?
- Si. Tu no eres hija de mogoles si no mi hija con una bruja sangre pura ya muerta.
- No! Mis pa…- No pudo terminar ya que el joven que estaba junto a Voldemort estaba tapándole la boca con delicadeza mientras le susurraba: Silencio, escucha.
- No vulvas a interrumpirme. Como decía, eres mi hija y como tal te reclamo a mi lado, destacas, lo se, no olvido quien logro ayudar a Potter en cada uno de mis posibles regresos.
Hermione tembló ante eso, qué le haría.
- Nada. No te haré daño si me obedeces. Bien, creo que todo está claro. Me voy, tu hermano se que…
- Mi qué?
- Hermano. - Voldemort le apuntó con la varita y súbitamente sintió un frío paralizante, calló al suelo, ese frío la estaba matando. - dije que no me interrumpieras. Él se quedará aquí y contestará las preguntas que se te ocurran. - Sin decir más salió del cuarto y el hechizo se rompió, aunque ella todavía temblaba y tenía frío.
- Eres medio idiota, solo a ti se te ocurre interrumpirlo así.
- Solo es un sueño, un horrible sueño. Estoy en mi casa, no tengo hermanos y mañana me voy a la madriguera.
- No. no lo es.
- No quiero esto para mi vida. No traicionaré a Harry.
- Yo que tú no lo digo en voz alta. Vístete y baja.
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