¡Buenas noches a todos! o/

Mi nombre es Aria (o pueden decirme Harya) y esta es la primera vez que publico una historia en , decidí arriesgarme y compartir este proyecto que con tanta dedicación hice, lo tengo finalizando y con un epílogo en mente. ~

He iniciado esta historia porque me he metido en un concurso de "Osomatsu Seme", decidí hacer un fanfic y elegir la otp: El OsoChoro 3. Le doy agradecimientos a una amiga que me ha ayudado siendo mi beta: Sin ella, creo que no llegaría a finalizarlo. /3

Sin más ni menos, les dejo este angustioso fic.

Título: "Lo que has sembrado en mí".

Pareja: OsoChoro.

Resumen: Se enamoró con quince años. Teniendo veinte años, ocultó su amor con miedo de que lo descubra. Y ahora, con veintidós años de edad, Osomatsu conoce a piel lo que es el amor no correspondido. Y más con flores creciendo adentro de su cuerpo que le avisaban lo inútil que era.

Advertencia: Angustia, amores no correspondidos.

Disclamer: ¡Osomatsu-san no me pertenece! Su creador es Akatsuka Fujio, solo los uso para hacer historias de varios tipos. (?)


Capítulo uno.

Flor de manzano.

Todomatsu: ¡Tengo un calor de mierda! ¿¡Qué no es obvio!?

Osomatsu: Ya sé.

¿Y si mandamos a Choromatsu?

Todomatsu: Buena idea.

Osomatsu: Choromatsu~.

Oye~, ¿Choromatsu?

Choromatsu:

Osomatsu: ¿Uhm?

¡Oye, Choromatsu~!

¿¡Dónde está MI Choromatsu!?

Choromatsu: … ¿Qué pasa? Eres ruidoso.

Osomatsu: Ah.

Es mi Choromatsu.

Choromatsu: NO AGREGUES "MI".

¡ERES MOLESTO!

El verano en Japón había llegado hacía ya unos meses atrás. El sonido de las cigarras a la tarde que avisaba que los días siguientes serían más y más calurosos. Ni siquiera el ventilador que estaba conectado en la sala del hogar Matsuno emanaba un poco de viento helado, es más, causaba que las gotas de sudor caigan por su rostro en un claro signo de calor y se tuviera que abanicar con un papel que había cerca del aparador. No funcionaba mucho como un repelente para el fuego en su cuerpo, pero algo era algo en esos momentos.

Osomatsu Matsuno había cerrado la tapa de su teléfono (de esos celulares viejísimos y que Todomatsu le recriminaba siempre por no tener algo con estilo) finalizando los mensajes luego de haberse despedido de sus otros hermanos pues, estos dijeron que seguirían lo que estaban haciendo anteriormente. El de camiseta roja dedujo lo que estaría haciendo cada uno de sus hermanos en esos momentos; Karamatsu estaría tratando de ligar con chicas, y con ese calor el idiota llevó aquella chaqueta negra de cuero; Ichimatsu –el más raro al haber salido con ese sol- estaría, de seguro, alimentando gatos o caminando; Jyushimatsu seguramente practicando béisbol cerca del mar, ¿Quién haría deportes con este inaguantable calor?; Y Todomatsu… bueno, quién sabe que estará haciendo él.

En cambio, el primer hermano de los seis gemelos, había decidido quedarse en casa con un ventilador a su dirección. ¡Osomatsu era el que menos aguantaba el calor, lo detestaba! (Pero cuando se debía ir a nadar o al mar, ahí no importaba; ver mujeres con esos trajes de baños era el paraíso), era por esa razón que se encontraba en esa mismísima situación. Aburrido. Con calor. Hambriento.

¡Quería que alguien estuviese ahí, con él! ¡Que una buena alma le dé de comer! Osomatsu era malo cuando se trataba de prender el fuego o hacer comida, no por algo su progenitora le prohibió el acceso a la cocina que no sea, lavar los platos, la heladera y nada más. Pero ahora que se encontraba solitario en aquella casa, no tenía a nadie cercano que pudiese pedirle comida, ni sus hermanos.

Si Choromatsu estuviese ahí, tal vez lo hubiese mirado con las cejas arrugadas y con los labios fruncidos. De seguro se levantaría del piso, dejaría la revista de empleos y, con una voz molesta, le diría que querría de comer. Pero no, el tercer hermano debía ir con ese horrible calor a un estúpido concierto de aquella gata famosa. No le veía algo emocionante, no entendía como su hermano menor le gustaba aquellas cosas y suspiraba de amor con un susurro "Nyaa-chan…" por ella. Aquella chiquilla de cabellos rosados ni siquiera conocía a Choromatsu, de seguro.

No debería ilusionarse con personas inalcanzables.

Choromatsu debía dejar de ser enamoradizo, debía alejar ese amor patético a una idol.

En más, ¡Debería mirarlo a él como lo hacía con la tal Nyaa-chan! ¡Choromatsu tenía que suspirar por él, no por una niña que se viste como gata!

— ¿Qué…? —El papel que alguna vez tuvo en manos cayó al piso, su cuerpo había quedado estático en cómo estaba acomodado. El único ruido que existía en aquella silenciosa sala solo era la del ventilador. De repente, tuvo escalofríos por sus propios pensamientos.

Se levantó del piso poco a poco cruzando las piernas y llevando sus manos al piso. Tiró su cabeza hacia atrás dejando que sus cabellos mojados por el sudor se desparramen. Miró al techo con una expresión aburrida. Lo que acababa de pensar no era algo nuevo, Osomatsu no sabía porque siempre reaccionaba así como si fuese algo nuevo para el mundo y él.

Le gusta Choromatsu. Está enamorado del tercer hermano. Se siente atraído carnal como no a su propio hermano que posee su mismo rostro. Y, por alguna razón, se siente el peor hermano mayor existente en ese mundo; gustarle alguien que tenía su misma sangre, aquello era un delito, un tabú en otras partes del mundo. Él lo sabe muy bien, pero no puede borrar con un click fácilmente su amor enfermizo.

Osomatsu necesitaba fumar. Sus hermanos no estaban, así que, lo tomaría como una buena oportunidad. Ellos detestaban el olor a humo (menos Ichimatsu e Karamatsu), y como Oso era un fumador desde la adolescencia, el vicio no se había perdido en gran parte.

Choromatsu lo estaría reprendiendo si lo veía con el cigarro sin prender en la boca.

Gruñó entre dientes. Había embozado una pequeña sonrisa al pensar en el rostro del tercer hermano. Maldición, ¿Qué había hecho Choro con su cordura, con su mente? ¿Por qué se adueñó de una manera tan cruel de él?

"Estúpido pajero" pensó, clavando sus dientes en el cigarro y tratando de prender el encendedor. Empezó a fumar en el momento mientras que se tiraba en el piso de color verde, con uno de los brazos atrás y el otro tomando el cigarrillo.

¿Cómo había empezado aquel amor hacia su hermano menor? Osomatsu se había enamorado como cualquier chico a su edad. Su tipo ideal de mujer siempre había sido muchachas atrevidas y traviesas, con grandes senos y con un cuerpo de infarto que le hiciera delirar cada vez que la veía. Sus platónicas siempre tenían esos atributos.

Pero ninguna llegó a ser un amor duradero, estos finalizaban a los dos meses porque había visto otra mujer igual, pero más hermosa.

Entonces, ¿Por qué le gusta Choromatsu?, es un hombre. Sin pechos y tiene algo colgándole entre las piernas, su cabello es corto y su cuerpo es casi igual que el de él. Escuálido y pálido. Nunca vio algún musculo sobresaliente en el tercer hermano. ¿Por qué aquella obsesión fue más larga que sus anteriores amores?

No es atento a contar los años de que está enamorado, pero puede deducir que es desde los dieciséis años.

Y no lo puede evitar. Le encanta molestar a Choromatsu, le gusta hacerlo perder la paciencia y que lo mire con rabia.

Osomatsu no va a negar que haber dicho "mi Choromatsu" en la conversación que tuvo con sus hermanos fue lo mejor que pudo decir, nadie sospecharía de la verdad que ocultaba el chico de camiseta rojo en la familia, ¡Hasta sus hermanos pensaban que el haberle dicho "mi Choromatsu" era para burlarse! Porque su relación siempre fue así. Burlas, enojos, peleas, etc. ¿Quién pensaría que, en realidad, se había referido a él por otra razón?

Entonces… ¿Por qué le duele tanto el pecho? Osomatsu tiró la colilla de cigarro en uno de los ceniceros que había sobre una mesa y llevó su mano derecha a la zona central de su cuerpo. Por alguna razón, haber pensado en eso le causo un estremecimiento por todo su cuerpo, y un dolor; uno muy agudo.

¿Era así como se sentía el amor no correspondido? ¿Cómo los que su mamá veía en la televisión? Su progenitora siempre se emocionaba cuando los protagonistas, quienes eran amores no correspondidos, terminaban juntos y se juraban un amor eterno. Un amor que Osomatsu nunca podría alcanzar aunque salte lo más alto que pueda.

Choromatsu era muy lejano, era alguien inalcanzable para cualquier persona. Hasta para Osomatsu.

Un amor unilateral. Tan gracioso.

Pero no importaba qué, ni cómo. Osomatsu aprecia a sus hermanos por cualquier manera, razón aunque no lo admitiese al frente de ellos mismos (los conocía bien). Y cuando en la secundaria uno de sus hermanos salía siendo amenazado, golpeado; Osomatsu era el que los defendía con capa y espada.

Y aunque cada uno tuviese su cualidad o su personalidad que les agradaba. Choromatsu era el único que atraía la atención de Osomatsu, a pesar de que fue siempre el más silencioso, estudioso y responsable. Los ojos del hermano mayor siempre estaban posados en él y en nadie más.

Tal vez, porque Choromatsu era su preferido entre todos.

Abrió los ojos rápido y se levantó del piso agarrándose del estómago. Un repentino dolor en esa zona había aparecido con solo ese pensamiento, y el dolor había empezado a subir poco a poco hacia arriba. No era bilis. Pero si quería vomitar.

Las manos de Osomatsu se posaron en el piso encajando sus uñas, el chico de la camiseta roja empezó a toser ferozmente hasta que escupió aquello que lo había ahogado en esos cinco minutos que lo estuvo agonizando.

Pudo percibir pequeños pétalos caer de su boca todavía y el como una flor blanca con tonalidades rosas permanecía con rastros de saliva en el piso. Paso su mano sobre su boca, limpiando aquellos rastros de pétalos y también de baba.

—Esta vez es distinta, y tiene un aroma a manzana recién producida. —Susurró Osomatsu, tomando aquellos pétalos y flor que emanaba una suave fragancia. Soltó una risa. — Maldición… antes era una camelia blanca… ¿Por qué ahora es esto? Tienes que estar jodiéndome…

A pesar de que soltaba pequeñas carcajadas. Los ojos marrones de Osomatsu estaban llenos de dolor y brillosos de unas lágrimas que nunca caerían.

La sala ahora olía a manzanas, tabaco, lágrimas y dolor.

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Flor de manzano: Preferencia.

¡Y el final del capítulo ha llegado! o/ Lamento si hice sufrir mucho a Oso, pero en los próximos será más su sufrimiento, je je. Lo juro, lo amo un montón, pero siempre quise hacer una historia así. TT

No tengo mucho que decir, solo que cada nota final dejaré el significado de las flores. u3u~ 3 He estado investigando como llamar cada capítulo akdmamks.

Eso es todo. o/