Mikey estaba cansado.

No era solo el agotamiento físico sino que también emocional. Estaba cansado, enojado y ya no podía más. ¿Qué se debía hacer cuando uno estaba ahogándose de dolor?

Mikey no se detuvo a pensar, corrió sin rumbo por las alcantarillas, como si corriendo se fuese a mejorar las cosas, como si todo fuese a desaparecer porque el corría.

-Maldita sea ¿Por qué siempre tengo que ser yo?-pensó mientras corría- Ellos no son perfecto, cometen errores y me los cargan a mí. ¿Por qué diablos siempre tienen que desquitarse conmigo? ¿Por qué…- No llego a terminar el pensamiento porque tropezó con un tubo grande que se había caído del techo.

De haber estado caminando probablemente se hubiera podido agarrar de la pared para evitar caer, pero no fue así, debido a que estaba corriendo a gran velocidad, voló por unos segundos en el aire y rodo costa debajo por un túnel, sin control.

Mikey grito por la sorpresa cuando tropezó pero el grito se le quedó atragantado en la garganta cuando comenzó a rodar sin control hacia abajo.

-Mierda. Mierda. Mierda- pensó mientras caía, se cubrió la cara con los brazos tratando de proteger su rostro, por entre ellos vio el final del túnel.

Y no le gustó lo que vio.

El final del túnel era otra entrada a otro túnel pero esta estaba cubierta de madera y se dirigía directo hacia ella.

Mikey se preparó para chocar.


Horas antes.

Mikey estaba tranquilamente en su habitación leyendo un comic, había decidido no hacer mucho ese día. De vez en cuando solía tomarse un día libre de ser el payaso de la familia, el cual no era algo fácil de hacer.

De no haber sido por el desayuno y el entrenamiento Mikey casi no hubiese visto al resto de su familia. Aunque estaba agradecido de ello.

Últimamente las cosas no habían estado bien con su familia, el Pie les había pateado el culo la noche anterior. Donnie había resultado herido, su brazo tenía que estar en un cabestrillo por al menos una semana.

Pero no fue el hecho del Pie lo que hizo que Mikey descansara de su familia, sino el gran estrés de los insultos de sus hermanos, los discursos moralistas de Splinter y las horas de castigo injustificado por algo que no había hecho lo estrazaban al máximo.

Todos lo culpaban por no haber podido proteger a Donnie de salir herido. Lo acusaban de que por su culpa habían perdido la batalla de la noche anterior y por ello Splinter lo había castigado con entrenamiento extra excesivo. Cuando él había estado luchando contra bastantes ninja y una había hecho que atravesara unas cuantas cosas duras.

Mikey se levantó de su cama para buscar algo para tomar, al hacerlo hizo una mueca de dolor al sentir una fuerte punzada de dolor en sus costillas. ¿Era por haber estado mal sentado? Durante todo el día le habían estado doliendo.

Decidió ignorar el dolor y fue hacia la cocina, se dio cuenta de que había calculado mal cuando vio que su familia estaba allí. Se ocultó detrás de la pared.

-Mikey están idiota- decía Leo

-Amen. Sensei ¿No podemos sacarlo del equipo?- preguntó Raph y Mikey se quedó helado. Sintió que todo se detenía.

Esperó por unos dos minutos que se alargaron como horas.

-Ya le he dicho a su hermano que no irá con ustedes hasta que esté preparado- respondió Splinter.

-Es una amenaza para el grupo sensei- replico Leo-Siempre se distrae, mire lo que pasó.

-Entiendo tu enojo Leonardo pero no olvides que es tu hermano-respondió Splinter.

-Sería mejor si no lo fuera- replico Donnie- Creo que….

Mikey no quiso escuchar una sola palabra más simplemente atinó a salir de la Guarida.


Mikey abrió los ojos un poco, totalmente desorientado y adolorido. Trato de moverse una vez su visión se aclaró.

Fue un gran error.

Una descarga de dolor circuló por todo su cuerpo haciendo que gimiera por el asombro, con un esfuerzo sobrenatural se incorporó y pegó la espalda contra la pared que tenía cerca.

-Ya no puedo- pensó Mikey- Estoy tan cansado de tener que cargar con todo el peso del enojo. Ya no aguanto.

Mikey se quebró, un grito desgarró su garganta, un grito de enojo, dolor y cansancio. Mikey gritó sabiendo que nadie lo iba a escuchar, gritó de tristeza y sufrimiento.

Las lágrimas bajaron cálidas y saladas por sus mejillas, dejando a su paso una estela transparente, con los puños Mikey golpeo el piso con tanta fuerza y tantas veces que la mano estuvo sangrando.

En ningún momento Mikey se contuvo, dejó escapar esa parte retenida por tanto tiempo al exterior, con fuerza y sin fin. Eran su furia, su dolor, su miedo, todo lo que había guardado por tanto tiempo por fin lo dejo salir.

Cuando por fin ya no grito y las lágrimas dejaron de salir, fue en que se dio cuenta el frio que hacía, que su cuerpo estaba temblando y del lugar.

Enfrente de él estaba una corriente de la alcantarilla que parecía un lago, la del lugar se reflejaba en el agua haciendo que todo el lugar pareciera el fondo del mar.


La Guarida estaba callada.

Raph y Leo se habían ido junto a Casey para patrullar mientras que Donnie estaba descansando

Splinter salió del dojo, esperando ver a Mikey para su entrenamiento.

Se detuvo a pensar, no había visto a Mikey desde el entrenamiento con sus hermanos y en el entrenamiento había notado que Mikey estaba más lento de lo que era normal para él y parecía evitar respirar profundo.

Se dirigió a la habitación de Mikey, con rabia por el atraso a su entrenamiento extra, pero se detuvo enfrente de la puerta.

La puerta estaba entre abierta y la luz encendida, entró en la habitación.

Estaba tan desordenada como siempre, lo único "nuevo" era un comic en la cama.

Splinter salió confundido, no había nadie más en la guarida además de Donnie y él estaba en su habitación.

Se detuvo frente a la sala, Mikey no podría estar muy lejos. De repente una idea le vino a la mente al ver la pared.

-No…No puede….¿Nos habrá escuchado?- se preguntó Splinter. Tenía sentido después de todo, si Mikey los había oído podría haberse ido. ¿Cómo no se había dado cuenta de ello?


-AAAHSS- siseo Mikey- Creo….que la herida…empeoró- pensó mientras tocó su costado y gimió de dolor.

No sabía cuánto tiempo llevaba allí, el frío ya comenzaba a empeorar, debía ser ya de noche.

Tenía una herida severa a su costado derecho, un profundo corte en su brazo izquierdo y una herida profunda en su pierna.

Las maderas con las que había chocado habían sido más gruesas de lo que Mikey había pensado, y había tenido una caída alta de unos dos metros de altura o eso creía.

Lo único reconfortante de aquel lugar era el reflejo azulado del agua, Mikey siempre había amado el agua y los ríos y lagos.

-Creo que si alguien no me encuentra…pronto…voy a pasar a ser…un fantasma- Mikey rió con amargura cuando otra descarga de dolor recorrió su cabeza-Ja…ja…ja creo…que tengo una contusión…cof- tosió y sintió aún más dolor- Creo que atravesar las paredes ayer no fue buena idea.

Mikey apoyó la cabeza en la pared y miró hacia arriba, admirando el efecto del agua en las paredes. Con un solo pensamiento.

No te duermas.


Holis. Acá les traigo un nuevo fic, va a ser corto y si sé que tengo que hacer la secuela de las palabras duelen pero denme tiempo ¿Si?

Quiero agradecer a Talia43 por la inspiración en el lugar en su fic solo es una pesadilla, me encantó el lugar. Bueno nos vemos pronto Bsos.