Songfic basado en la canción "Because you live" de Jesse McCrtney (o como se escriba)
Dedicado a mi mejor amigo, Alonso Hurtado.
Pareja: MiloxCamus One.Shot Advertencias: Yaoi Dos finales.
"Because you live"
Staring out at the rain with a heavy heart
It's the end of the world in my mind
Then your voice pulls me back
Like a wake-up call
Eran las cinco de la mañana; el alba rayaba en el hundimiento de las estrellas y de allí se impulsaban los pájaros para irradiar el canto de sus desveladas.
Sus cabellos rojos estaban desparramados sobre la cama del hospital, sus ojos firmemente cerrados y la boca entre abierta, respirando con pesadez.
Se removió incómodo en la silla donde su cuerpo se apoyaba y siguió durmiendo.
De pronto fue golpeado por el sol, que se filtraba a través de las persianas abiertas, en la nuca, lo que hizo que se removiera de nuevo y cayera de la silla.
-¡Camus! ¿Estás bien?- el medico recién llegado se lanzó veloz a su lado y le ayudaba a levantarse.
-¿Qué hora es?- preguntó el pelirrojo, agarrándose la cabeza. Sentía que ésta estaba a punto de explotar.
-Las cinco de la mañana- respondió Saga, el doctor, ayudándole as sentarse de nuevo.
Camus sacudió la cabeza y miró la cama, su rostro cambió de expresión y dijo suavemente:
-Mi novio tiene los ojos hundidos-.
La habitación se sumió en un extraño vacío, en el que nada más estaba esa cama: con su blancura abandonada al ras del frío de la soledad. Entre sus sábanas se encontraba un joven demacrado, con los cabellos rubios que habían perdido el brillo del astro rey, desordenados alrededor de su cabeza. Y sus labios, inertes, cerrados con firmeza.
Como las puertas del paraíso…
I've been looking for the answer
Somewhere
I couldn't see that it was right there
But now I know, what I didn't know
-Podría caerse el cielo encima de mí en este momento…-.
La tarde era fresca, las gotas de lluvia del medio día todavía colgaban intermitentes sobre los bordes de las hojas de los árboles que se asomaban por la ventana.
Una mano acariciaba a la otra, la de Camus era insistente.
La de Milo, apenas silenciosa.
-Más nada impediría- continúo el francés, mientras tomaba la mano de su amante y la besaba con delicadeza –Que esté aquí contigo…-.
Sonrío; y aquella sonrisa que parecía tan firme, tan solemne, era en realidad una muestra de debilidad ante la situación a la que se enfrentaba.
Se acercó al "durmiente", por que como tal le gustaba definirlo, y le besó la frente, quitando algunos cabellos de su rostro.
-Eres lo único por lo que vivo- susurró, y de sus ojos brotó una esencia cristalina y temerosa que amenazó con ser nieve y raudal de tormenta aguamarina.
-Los velos de la reina Mab te han coronado con una divinidad inexplicable Milo- contenía los sollozos cada que hablaba, pero le resultaba casi imposible.
La agonía se le venía encima.
-Nadie podrá superar nada de lo que tú eres- le acariciaba la mejilla lastimosamente, como si de un movimiento como aquel a otro quisiera arrancarle algún impulso, por breve que fuera.
-Milo. Milo…- sus bocas rozaban la barrera del contacto, y estallaban en el deseo de franquearla.
-Tienes que volver…- el contacto cayó en un estruendo del espasmo de su miedo, de su dolor, de su tristeza.
De su corazón unido apenas por tenues llagas.
Completamente agrietado…
Because you live and breathe
Because you make me believe in myself
When nobody else can help
Because you live, boy
My world has twice as many stars in the sky
Milo, el atractivo novio de Camus, había tenido hacía unos años un terrible accidente de auto, en el que por poco pierde la vida.
Griego de nacimiento, había viajado a la legendaria ciudad de París para sus estudios. Perdido, sin dominar del todo bien el idioma y con poco dinero, se arrastraba por la ciudad, bajo pleno cielo nocturno, con las cigarras cantando y algunos violinistas enunciando compases a la luz de una luna conquistadora en un cielo sin estrellas.
Estaba tan concentrado esa noche en el astro celeste que por encima de él caminaba, que no notó cuando se estampó con un poste de luz, el cual se agitó con el golpe y desprendió algunas luciérnagas refugiadas en su foco fundido.
-Êtes-vous tout droit?-(1)
Le sangraba la nariz por el golpe, y los ojos le temblaban salvajemente.
Pero ninguna de esas dos cosas le impidió observar maravillado a un ejemplar francés excepcional frente a él.
De piel blanca como la arena de una playa paradisíaca y cabellos rojos, como una marea de fuego atrayente por encima de las demás que inundan la quietud del infierno.
Y entonces una agitación poderosa se aferró a él, y ese sentimiento aumentó al sentir como el francés de ojos azules, azul de mareas escondidas a los ojos humanos y divinos bajo corales y cal carcomida, le limpiaban la nariz con un pañuelo.
Y a pesar de que era un escéptico sin remedio, aquello sí que le clavó el furor del amor a primera vista.
Desquiciado frenesí de la locura más duradera e intermitente…
Because you live…
I live…
Habían peleado esa noche.
Gritaron cosas que no querían decir realmente; fingieron sentimientos que no sentían de verdad.
Azotaron las puertas sin querer…
Y lloraron,
Por lo que sentían.
Y esperaron…
A que fuera el otro quien pidiera perdón…
Pero se alejaron…
Uno ahogando sus penas en la ducha, somnoliento,
Con los ojos rojos de tanto llorar;
La garganta seca,
De tanto gritar.
Y las manos, ansiosas….
"Regresa" pensó.
El otro, conducía por donde fuera, sin fijarse en un rumbo establecido.
Limpiándose de cuando en cuando las lágrimas con la manga de su camisa.
Esperando, a que pasara…
Y aumentó…
"Perdóname Camie. Te amo." susurró, agachando la cabeza,
Frente a un puente.
"Je t'aime Camie. Je suis désolé…" (2) repitió.
Cayendo…
It's all right, I survived, I'm alive again
'Cause of you, made it through every storm
What is life, what's the use
If you're killing time
-¿Tienes frío?-
Aunque no recibió respuesta, lo tapó con una manta.
Con una mirada maternal.
Con rasgos de amante perdido…
A partir de aquí se desglosan los dos finales, que vienen como capítulos a continuación.
Gracias por leer!
(1)--¿Te encuentras bien?-
(2)--Te amo Camus. Lo siento mucho-
