hola a todos, he vuelto... llevo mucho tiempo sin escribir y tengo otras historias en dique seco (y no veáis lo mal que me sienta no poder seguir escribiéndolas) porque no me veo capaz de escribir, quizás sea bloqueo del escritor , quizás desmotivación, quizás últimos sucesos de mi vida... por eso he escrito esto, es una idea que tenia y necesito pasar el bloqueo.
espero sus comentarios para saber que os parece, me vendría bien porque llevo mucho sin escribir y creo que necesito algo de animo para saber si continuo la histoia y sobretodo para saber si me he quedado oxidada o ya no escribo bien.
en fin os dejo en paz, espero vuestros comentarios y que os guste.
Sintió un golpe en sus costillas y noto como su cara se estampaba en duro y frio suelo, lo veía cada vez más sucio y borroso… había recibido demasiados golpes y ella había dado demasiados pocos, noto la sangre en su boca y noto el dolor en sus costillas, los pulmones le ardían y su respiración cada vez se hacía más pesada. Esta pelea estúpida había durado demasiado y no era para prolongarla más, o hacia algo ahora o perdería en un par de minutos. Eso significaba que todas sus compañeras se burlarían de ella durante un par de meses, eso y las correspondientes putadas que le harían por haber perdido su respeto. Ella no podía perder, ella debía ganar. oyó la risa burlona de su contrincante y se puso de rodillas con una mano en el suelo y otra en el estomago, notaba como cada musculo le pedía que se quedara en el suelo pero ella les obligo a levantarse una última vez, "victoria o muerte" se dijo a si misma tres veces e intento ponerse una vez más en pie pero sus piernas le pedían una vez mas que se quedara en el suelo, por esa petición de sus músculos, los pies de korra resbalaron en el duro suelo clavándose de nuevo en sus rodillas.
- ¿eso es lo único que tienes?
Kuvira le escupió en el pelo y le piso la mano, korra gimió de dolor y puso la mano en el tobillo de la chica del lunar y lo apretó. No hacía nada, pero ese contacto le hizo darse un último ánimo para poder levantarse, le hizo conectar con la realidad y con su parte más salvaje, y aunque Kuvira rápidamente le quito la mano de una patada, korra gruño y poniendo mueca de enfado farfullo unas palabras incoherente mientras Kuvira le daba la espalda y levantaba las manos para ser alabada por todas las espectadoras, se giro cuando escucho La voz de korra gruñendo
- eres una sucia puta...
Korra se levanto como pudo, y con todas las fuerzas que había acumulado esos dos últimos minutos y con la adrenalina que le quedaba en el cuerpo para llevar a cabo su nuevo plan y cargo contra Kuvira con un grito de odio que se estrello contra la pared y todas se quedaron en silencio mientras veían como korra cargaba aun estando maltrecha y escuchaban como Kuvira daba una bocanada de aire y empezaba a boquear por falta de oxigeno… el golpe directo y rápido la había dejado completamente en shock y ahora no podía respirar, pero como vio que su contrincante no la iba a dejar en paz y tenía planes de continuar, le golpeo la espalda con los puños juntos como un mazo, korra mostro poco dolor y gruño, pero ella siguió con sus embestidas porque sabía que había sorprendido a Kuvira y que esta sería su única oportunidad para ganarla, con un grito siguió cargando contra ella. la técnica era simple y fácil: golpe, se retiraba un poco para coger espacio y cargar el golpe de nuevo, golpe, repetir, golpe y repetir... notaba como empezaba a quemarle el pecho como si fuera un horno encendido, pero también noto como Kuvira jadeaba cada vez más fuerte y más fuerte... noto como el estomago de Kuvira se contraía y se movía contra su hombro que estaba justo en la boca del estomago y era el causante de los espasmos abdominales de Kuvira y como ella hacia ruidos, eso le causo satisfacción ya que supo lo que venia después y en ese momento se aparto y cayó al suelo con los brazos abiertos y las piernas abiertas, ya no podía ni aguantarse sobre ella misma, todo era doloroso y confuso… notaba como la gente gritaba de euforia, como su pecho subía y bajaba y como todo se volvía negro y borroso, pero algo caliente y húmedo le golpeo en los pies. Se incorporo y vio a Kuvira enfrente de ella de rodillas, después de aplastarle el estomago había vomitado todo el insustancial desayuno que había comido, korra sonrió un poco y se dejo caer de nuevo, pero esta vez con la cabeza más despejada, y rio… rio disfrutando de su victoria y sabiéndose ganadora de este enfrentamiento tan banal.
El coro de mujeres coreo en alto el nombre de korra y aplaudieron cuando ella levanto un puño en señal de victoria, korra solo sentía la sangre en su boca y Kuvira solo vomitaba, esa es la imagen final de esta pelea en el pequeño cuarto donde por ahora solo había estado las reclusas viendo la pelea y apostando.
De repente se formo muchísimo escándalo, todas las mujeres corrían de un lado a otro, todas formaban o huían, korra sabía que era lo que pasaba... korra había presentido que esto llegaría a pasar desde un principio, cuando le dijo a Kuvira que era una zorra mal parida y que sabía que le había robado los cigarrillos que guardaba en su celda y como Kuvira se había hecho la ofendida y como había empezado a llamar a sus compañeras para que metieran leña al fuego y así cabrear a korra mas y provocar la pelea contra ella, que obviamente seria la primera en lanzarse de cabeza contra Kuvira, y así descargar tensiones acumuladas que tenían por los constantes abusos que sufrían de los guardias. Esa era la única forma que tenían de evadirse de esa mierda de realidad que tenían… escaparse de vez en cuando de la vigía de las guardias y así poder pegarse entre ellas para no revelarse contra las guardias y así no recibir porrazos innecesarios y castigos desmedidos por llamarle puta a una guardia.
La forma de escaparse era fácil, un soborno, una invitación a ver las peleas y a apostar o simplemente a esperar a que sea por la tarde después de comer y ver como las guardias se amodorraban y les prestaban más atención al culebrón que echaban por la tele que a las reclusas. Muchas veces eso era lo que funcionaba pero desde que había llegado la nueva guardia todo se había vuelto más difícil porque no era tan fácil sobornarla y porque se tomaba su deber en serio, las peleas se habían vuelto algo insólito y poco común.
Korra noto como alguien la cogía por los brazos y la estampaba contra la pared y le daba la vuelta, las piernas tuvieron la decencia de mantenerla en pie durante un breve tiempo, lo suficiente para que, con una sonrisa de medio lado, miraba a la guardia que la tenía retenida y pusiera las manos delante de ella.
- no me aprietes las esposas
Nunca le hacía caso ¿Cuántas veces se lo había pedido? Incontables ¿De cuantas formas? Con educación, con exigencia, con borderia, con suplica… de demasiadas formas se lo había pedido pero ella nunca le hacía caso, siempre la miraba y le apretaba las muñecas lo máximo posible. .. Creo que le encantaba verla sufrir ¿Por qué? Ella que sabía, solamente se dejaba hacer mientras veía como esa guardia del demonio le ponía las esposas y le daba una buena vista de su escote y cuando se largaba de sus piernas y de ese culito bien formado. Unos ojos color jade le devolvía una mirada fría mientras le apretaba cada vez más las esposas hasta que tocaron carne, korra cerró los ojos y se quejo internamente pero no borro la sonrisa de su cara.
- otra vez a la celda de aislamiento, escoria
Korra sonrió, de lejos pudo apreciar como dos guardias cogían a Kuvira por cada brazo y la levantaban, esta le regalo una mirada de odio increíble por haberle dado una humillante derrota mientras se la llevaban rápidamente a la enfermería y apartada unos centímetros de ellos por si le vomitaba encima. Korra se giro de nuevo a ver esos ojos jade mientras se fijaba en esa piel blanca y en esos labios rojos que eran una simple línea en la cara de su dueña.
- oh venga… ¿no hay benevolencia? Solo he hecho esto porque quería ver tu sonrisa de nuevo
Noto un puñetazo en las cotillas ya maltrechas, noto como esos dedos blancos se enseñaban con violencia contra su cuerpo y sus puntos más débiles, las piernas le fallaron y se tuvo que apoyar contra el cuerpo de la guardia, cálido… demasiado cálido para alguien que pegaba tan fuerte. Cuando pensaba que no aguantaba más unos labios rojos se posaron en su oído y con una voz extremadamente suave y melodiosa le dijo una frase sumamente perturbadora
- ni se te ocurra intentar ser graciosa conmigo o lo lamentaras, yo no soy como las tontas que tienes aquí siguiéndote y bailándote el agua, yo estoy aquí para vigilarte y si te pasas de la raya te castigarte, tenlo en cuenta korra, yo soy peligrosa y si quieres ganarte mi aprecio más vale que me respetes como me merezco
La guardia se aparto y vio caer el cuerpo de Korra como un saco de patatas, esta noto el suelo y como su respiración se hacía irregular, notaba como se ahogaba y como por fin su cuerpo había puesto punto y final a su aventura de hoy, le pedía descanso y reposo… le pedía un poco de recompensa por el esfuerzo. Korra antes de caer inconsciente obligo a su boca a articular, entre jadeos, dos palabras
- enfermería... urgente
Y empezó a boquear y todo se volvió oscuro, por fin todo había terminado
(...)
jugueteaba con la carpeta que tenía entre manos, todo era más divertido cuando estaba en el departamento de policía pero todo se torció por un pequeño malentendido y la echaron y tuvo que acabar en la penitenciaría de ciudad republica, porque no podían contratarla en otro lugar… y eso le cabreaba y la frustraba ella había trabajado muchísimo para llegar lejos en la comisaria y un estúpido mal entendido le había hecho perder todo, pero por lo menos había encontrado con quien desestresarse. Una de las que había causado que la echaran del cuerpo había acabado en esta cárcel… y eso le hacía feliz, sobre todo cuando sabía que podía putearla cuanto quisiera… eso la hacía más feliz, muy pero que muy feliz. Le había jodido la vida y ella se la joderia ella. Revisito una vez más la carpeta y empezó a leer los datos de su reclusa favorita.
Korra water: 25 años, mujer, tribu del agua, traficante de drogas, en prisión desde hace dos años, le quedan dieciocho mas de prisión, frecuentes peleas en prisión, veinte veces en celda de aislamiento
Potencialmente problemática
La guardia cerro la carpeta y fumo su cigarrillo mientras se apoyaba en la mesa. Se estiro felinamente y recordó el puñetazo que le había dado en las costillas... había notado su falta de aliento, su quejido de dolor y como se quedaba inconsciente... pero el momento más placentero para ella fue cuando le puso las esposas, cuando nota como el hierro se cierra sobre sus muñecas, cuando la deja indefensa, cuando ve sus ojos azules que se chinan un poco por del dolor. Realmente le encantaba vengarse de ella en esos pequeños gestos, pero lo que le gustaba ver era como ella aun se revelaba contra ella, como esos ojos azules la desafiaban, como esa sonrisa socarrona le sacaba sus pensamientos más oscuros, como entrenaba duro en el patio y como se pavoneaba porque así demostraba que era la más fuerte de toda la prisión. Ella disfrutaba con su rebeldía porque así sabia que sus actos de venganzas le sentaban como un tiro a korra … ella sabía que la odiaba, pero lo que no sabía korra era porque la trataba peor que a las otras, porque estaba tan obsesionada con ella.
Asami sato sonrió
Realmente ni ella lo sabía, una cosa era vengarse un poco y otra era la fijación que estaba contrayendo con la chica de ojos zafiro, poco a poco pensaba en que podía hacer para pillarla haciendo algo indebido para poder llamarle la atención y ponerle las esposas, y ya si podía mandarle a la celda de aislamiento... ahí la tenía solo para ella.
Nunca encontró mas satisfactorio su trabajo que cuando entro esa pequeña hija de puta y le puso las esposas por primera vez
Y cuando oyó su queja… su dulce queja
" no las aprietes mucho..."
Asami sonrió más ampliamente. Esa voz le hizo que una corriente eléctrica le recorriera de arriba abajo y desde entonces siempre que podía intentaba ponerle las manos encima para ponerle esos hierros malditos en sus muñecas
Disfrutaba poniéndole las esposas. ... lo disfrutaba como nunca ha disfrutado nada en su vida.
Asami rio por lo bajo y termino de hacer el informe. Cuando termino le dijeron que korra estaba ya preparada para ir a la sala de aislamiento y que ya estaba consciente… bien, justo en el momento indicado. La dueña de los ojos jade corrió ágilmente por los pasillos hasta llegar a la enfermería donde encontró a korra en la cama donde tenía las vendas en el torso y una tirita en la nariz, korra la miro fijamente y sonrió por lo bajo
- tu otra vez no por dios… ¿es que no me vais a dejar en paz ni un día?
Asami cerró la puerta detrás de ella, y la miro fijamente
- oh vamos… dime que no me echabas de menos, lo de antes fue… una pequeña muestra de quien mandaba, tómatelo como quieras
- oh… sí que me ha quedado claro, sobre todo cuando te me has lanzado encima, ha sido increíblemente placentero, el puñetazo lo aderezo todo.
Asami la miro fijamente y tuvo que contenerse para no sonreír, disfrutaba cada vez que korra le decía que le había hecho daño o cada vez que se había pasado de la raya… eran sus pequeños placeres del día, sus placeres oscuros… los que no confesaría a nadie, aunque esos placeres eran agridulces cuando los pensaba fríamente, demasiado. Algunas veces llegaba a sentir un poco de compasión por la pobre chica.
- estas aquí por pelearte con otra reclusa, ¿algo que decir?
Korra levanto ambas manos
- empezó ella
- ya claro
Luego recordaba de que era una orgullosa, imbécil, despreocupada e irresponsable y se le pasaba.
- ponte de pie, manos a la espalda ya conoces el procedimiento
Korra tardo un poco en levantarse y puso sus manos a la espalda sin decir nada, eso enfureció a Asami
¿Dónde estaba su frase favorita?
¿Dónde estaba escuchar esas palabras tan dulces para ella?
¿Dónde?
- ¿ya no pides lo de siempre?
Korra la miro con una sonrisa
- ¿para qué? Nunca lo haces
Asami se las apretó con furia, como nunca lo había hecho, con un odio que nunca había sentido y pensó en que ella tenía que hacerle decir la frase, tenía que provocarla, tenía que hacerla volverse brutal como solamente korra era, tenía que soltar a la salvaje que tenia dentro. Asami no pensó mucho en lo que hizo a continuación, pero en ningún momento se arrepintió de sus actos ni de sus palabras así que la cogió y la llevo a una pared para pegarse contra ella, la miro fijamente y luego, mientras su mano se movía desde la goma de su pantalón, clavando la uña en todo el recorrido del estomago bien formado, la clavícula marcada, el cuello de color tostado hasta la barbilla, donde el contraste de color se hizo evidente, y obligándola a mirarla fijamente a los ojos le dijo con voz fiarme
- nunca dejes de decirme esa frase ¿me escuchas? Nunca. Porque algún día escucharemos esa frase en otro contexto… y te gustara más a ti que a mí, que como siempre no le haga caso.
Dicho esto movió a korra, que tenía los ojos abiertos y cara de pasmada, lejos de la pared y la dirigió al cuarto de aislamiento. Una vez cerrada la puerta Asami sopeso lo que había dicho… quizás debería hablar antes de pensar, pasar tanto tiempo pegada a korra para hacerle la vida imposible le estaba haciendo que se le pegara la personalidad. Una personalidad llena de brutalidad, de venganza, de actuar sin pensar y de ser una cabeza loca.
Y eso era malo… muy malo, porque solamente los espíritus sabrían como acabaría eso.
