La lluvia que caía sobre su cabeza lograba enfriar sus ideas, luego de la muerte de Muriel todo iba de mal en peor. Y ahora estaba allí, parada frente a una fría lapida de piedra que pretendía simular ser su tutora, estaba tan solo sin ella.

-¡Auch!-Dijo una voz a unos metros de él-.

Coraje se incorporó y camino hacia aquel anciano con expresión de preocupación, el hombre solo levanto las dos partes de su basto con ojos tristes para luego suspirar, aun sentado en el suelo. Coraje pensó unos segundos, luego rebusco en sus bolsillos hasta sacar una cinta adhesiva casi terminada, entonces unió el bastón hasta que esta se acabó.

-Gracias perrito-Le agradeció el viejo mientras se ponía de pie, para luego acariciarle la cabeza, pero entonces miro sus ojos- ¿qué ocurre?-.

-Guaguagauaaa Murielguua… Buabua…-Dijo entre lágrimas Coraje señalando la tumba de Muriel-.

-Emm, ya veo…-Entonces hubo un momento de silencio hasta que el anciano le sonrió al pequeño perro-¿… Quieres volver a verla?-.

-Qué?...-Pregunto Coraje sorprendido-.

-Si firmas aquí y aquí te garantizo que podre cumplir tu deseo-rio el anciano mientras le daba su pluma-.

Coraje jamás confió en ese tipo de cosas, principalmente porque pasaba todo su tiempo protegiendo a sus amos, pero ahora ya no tenía a quien proteger, ni un lugar al que deseara volver. Tomo la pluma y firmo, estaba seguro de que nada sería peor que no volver a ver la sonrisa de Muriel.

-¡Qué bien! Me alegra poder devolverte el favor, ahora solo falta un toque con mi cayado y listo-.

-Coraje cerro los ojos pero enseguida los abrió- Toque?-Pero antes de que pudiera frenar al extraño recibió un golpe con el bastón, luego de la lluvia de estrellas de colores todo fue oscuridad, pero una voz resonó antes de que perdiera el conocimiento-.

-Si necesitas ayuda búscame todos los martes tras la puerta verde!-Luego la voz se difumino en el aire y Coraje se sintió desvanecer, su mente solo repetía su verdad "Nada sería peor que un mundo sin Muriel"-.


Oh, pobre muchacha-Dijo una mujer de lentes y cabello marrón mientras levantaba en brazos a una chica de unos 16 años-.

-Muriel…-Dijo la joven mientras una lagrima corría por su mejilla-.

-Pobre niña, debes haber pasado por mucho-Dijo la mujer de lentes mientras la miraba con preocupación- Tranquila, ahora estas a salvo- La débil sonrisa que se dibujó en el rostro de la chica hiso sonreír a la mujer-.

Al salir del callejón su placa brillo en la oscuridad de la noche debido a los faros de la patrulla, su compañero no hacia otra cosa que tocar la bocina del coche.

-Vamos, Muriel! O el jefe me volverá a regañar!-Dijo el hombre mirándola de mala gana-.

-La oficial solo le sonrió al subirse en el asiento del copiloto, una vez que habia dejado a la chica acostada en el asiento de atras-Justo tienes tan mal carácter en las noches lluviosas, recuerda dejarme en casa de pasada-.

-Si, si…- El aludido se sonrojo mientras arrancaba el coche-¿… Estas segura de que quieres adoptarla?-Pregunto mirando a la niña dormida-.

-No sé porque lo hago… Pero siento que es lo correcto-Dijo mirando a la chica con dulzura por el espejo retrovisor-.

-El hombre solo suspiro- Espero que sepas lo que haces…-Ambos llegaron a un edificio y Justo subió a la chica hasta el departamento de su compañera, luego se dirigió a la puerta- Este… Muriel, crees que… Tu y yo… Po-po…-.

-Si?-Pregunto ella un poco entusiasmada-.

-Nada… Si quieres que venga a buscarte para la ronda nocturna…-Dijo Justo apenado-.

-Oh…-Dijo ella desalentada- Claro… Gracias por todo, hasta mañana- se despidió con una sonrisa-.

-Al cerrar la puerta Justo se dio la cabeza con la palma de su mano- Dios, que estúpido!-Dijo derrotado, bajando las escaleras-.

-Muriel se apoyó contra la puerta y sonrió tiernamente, con las mejillas sonrojadas-… Si… un estúpido…-.

A la mañana siguiente coraje se despertó en un sofá extraño, bajo un techo extraño, vistiendo ropas extrañas y… Espera… ¿¡Vistiendo ropa?!. Se incorporó y corrió hasta un espejo casi junto a la puerta principal, se observó y no lo pudo creer. Se pellizco tantas veces que sus mejillas estaban rojas, ese rostro, no podía ser él… Bueno, ella…

-"Puedo entender que sea una persona…" –Pensó el perro derrotado por la realidad, luego su voz femenina escapo cubierta de pánico- ¿¡Pero porque soy una chica!?-.


Este es mi primer fic de Coraje, espero que les guste

este primer capitulo. Aun no estoy muy segura

de como ira a terminar esta historia pero realmente deseaba

empezarla.

Graciasp or estar leyendo la historia =D

Sera hasta la proxima!