Una Nueva Historia

Autora: Aoi Sumire

ACLARACIONES: Los personajes de Naruto no me pertenecen. La historia es mía, si encuentran esta historia en otro blog o página por favor háganmelo saber, dado el hecho de que solo la publicaré en ésta página exclusivamente. ¡Gracias! n_n

ADVERTENCIAS: Posible lemon más adelante si tienes menos de 16 años léelo bajo tu propio riesgo. Cambio de género en algunos personajes.


Capítulo 1: Nuevo estudiante.

Era un día como cualquier otro de la primavera, de temperatura cálida pero con unos vientos frescos, que hacían que el día en si fuera demasiado agradable. Por las calles se podían apreciar como los jóvenes vestidos con uniformes iban camino a sus respectivos institutos, caminando calmadamente sabiendo bien que tenían tiempo de sobra para platicar y bromear a gusto antes de que empezaran las clases.

En una casa no muy lejos realmente de donde los estudiantes pasaban se encontraba profundamente dormida cierta chica, de piel blanca y pálida y de cabellos tan negros como la noche, con sus ojos cerrados, sin molestarse con la luz solar que era detenida por una gruesas cortinas, que si embargo no impedían que la fresca brisa de la mañana entrara y acariciara su suave y tersa piel. La hermosa joven comenzó a moverse en su cama en busca de una posición más cómoda pero al no encontrar una, comenzó a sentir que su cuerpo estaba demasiado adormecido, como si hubiera estado durmiendo más de la cuenta, pero pensó que eran puras estupideces, y solo imaginaba cosas, estaba segura que aún era temprano y solo era su mente jugándole malas bromas. La chica comenzó a estirarse lentamente y decidió que al no encontrar una manera de volver a dormir, lo que mejor podía hacer sería levantarse y tomar una ducha. Abrió lentamente sus ojos, dejando al descubierto un par de hermosas pupilas color negro. Se talló pesadamente los ojos y dirigió su vista al reloj.

-Hmp… Solo son las 6:45 a.m…- dijo para levantarse de la cama con dirección a tomar una ducha –espera… 6:45 –repitió con la intención de hacer que su cerebro despertara por completo, hasta que un click se oyó en su cabeza fue que procesó la información -¡Mierda! ¡Estúpido Naruto!- dijo para salir disparada en dirección al baño –Esta vez… ¡ESTÁS MUERTO!- gritó furiosa. Al parecer no era tan temprano como parecía.

Tras un baño vaquero por parte de la chica, tomo su uniforme para vestirse el cual consistía en una camisa blanca de mangas largas, con el escudo de la escuela bordado a la altura del corazón y una corbata roja, una falda negra que en su opinión era demasiado corta, zapatos cafés escolares y unas calcetas blancas un poco debajo de la rodilla y para completar el atuendo un saco negro con detalles en dorado. Así que más veloz que un rayo y sin tiempo que perder no desayunó y salió de su departamento a todo lo que podían sus piernas. Corrió y corrió hasta que vislumbró una cabellera dorada que sobresalía de las demás. Rápidamente detuvo su velocidad para quedar justo a lado de un chico, para después cerrar fuertemente su puño y estamparlo en su cara. El aludido que no se esperaba el golpe salió disparado hasta el suelo por perder el equilibrio, y quedo sorprendido por aquel golpe hasta ver quien era el que causó que estuviera en el piso, o más bien, "la" que causó. Elevó la mirada hacia la causante y la miro con enojo. Allí estaba ella con el cabello largo, despeinado claramente por el correr anterior, miró su uniforme más desordenado de lo habitual, pero a un igual, con sus mangas remangadas hasta la altura de sus codos, su corbata suelta y sus primeros botones sin abrochar dejando ver el nacimiento de sus pechos, su falda que no dejaba casi nada a la imaginación, su saco que descansaba amarado firmemente a sus caderas, y finalmente sus medias blancas que se le pegaban como segunda piel a sus esbeltas piernas, debía admitirlo, su amiga si que había madurado, pero solo eso, no sentía nada al verla.

-¡TEME! ¿QUÉ TE SUCEDE?- sus ojos azules se encontraron con aquellas perlas negras indiferentes y sin emociones -¡¿Por qué andas golpeando a las personas tan temprano?! ¡ESTÁS LOCO!- gritó enojado.

-Hmp- no iba a agregar nada más pero al ver como estaban a punto de llegar a las entradas del territorio del instituto decidió evitarse problemas y terminar aquella conversación -¿Qué, acaso olvidaste algo DOBE?- mirándolo con una mirada superior.

-¡No sé de que me hablas TEME!- en eso fue cuando el foquito de luz de Naruto se prendió y supo de que era de lo que hablaba. Un sudor frío comenzó a recorrerle la nuca y comenzó a reírse nerviosamente –Ah, eso, jajajajaja, verás lo chistoso del asunto es que… ¡De todas formas no tenías que golpearme así de fuerte TEME!- dijo haciendo un puchero, inflando sus mejillas mientras casi pasaban la puerta de la entrada.

-No me digas, Naruto…- su sonrisa arrogante apareció en su boca, la cual paso desapercibida por todos menos él- ¿Te dolió el golpe de una CHICA? –dijo mientras no dejaba de mirarlo fijmente.

-Eso no es posible, no es mi culpa, tu no eres una chica eres Sasuko, hay una gran diferencia- dijo con una gran sonrisa en su cara, mientras ella seguía impasible pero interior mente furiosa – como por ejemplo…- pero fue interrumpido.

-Hmp…- dijo mientras se daba la vuelta – Me voy- dijo mientras caminaba a su propio salón, diferente al de Naruto, pero antes recordó lo que tenia pendiente –Dobe…Estás muerto – fulminándolo con la mirada, para, tras eso continuar su camino de forma indiferente, ignorando a las personas que pasaban a su lado, yendo a clases de forma tranquila.

Su cara palideció, en un principio creyó que todo estaba resuelto con aquel golpe, pero tras pensarlo mejor, recordó que las veces anteriores que le había hecho bromas a la Uchiha ella no se bastaba con un simple golpe, o no, ella se vengaba y muy bien, estaba seguro que en la salida debía salir rápido o sino no podría moverse en semanas. No fue su culpa que su demonio interior lo convenciera de apagar su alarma el fin de semana anterior que fue al departamento de la pelinegra, el solo fue un buen chico y lo escuchó, nadie se podría resistir a hacer que la Uchiha tenga que correr para llegar a tiempo a el instituto. Unas sonoras carcajadas salieron de su boca al imaginar la cara que seguramente tubo la chica al darse cuenta de lo que saltaba para que comenzaran las clases, definitivamente ese golpe había valido la pena, pensaba mientras iba camino a la enfermería, aunque no lo reconociera, ella pegaba y fuerte, muy fuerte, si no se atendía rápido, para mitad de clases su cara estaría como la de un pez globo.


Las clases transcurrían como siempre, ya habían pasado dos meses desde que las clases comenzaron, y ella seguía pensando que la escuela era una total perdida de tiempo. No le hallaba sentido a estar horas y horas sentada escuchando a un maestro repetir lo mismo que decían los libros de texto, información que ella ya sabía y comprendía a la perfección. Era una hora antes de salir al receso cuando la voz de su profesor, la saco de su trabajo de mirar hacia la ventana.

Espera, estamos a quinta hora, nos toca con Hatake Kakashi, él nunca llega iniciando la hora, pensó. Su mirada se dirigió hasta la entrada del aula en donde distinguió a su "Sensei" de Administración de Empresas entrar acompañado de un chico que no reconocía. Lo miró profundamente, había algo en él que la inquietaba, pero no le dio importancia, el chico tenía la piel blanca y cabello negro de un tono azulado, con unos ojos de un lila pálido, nada impresionante, sin mencionar su físico, lo primero que se le vino a la mente fue Débil al ver que se veía bajito en comparación a los demás chicos de la escuela, tal vez sería el más enano, sus hombros eran delgados y su espalda no era ancha como el del resto de los hombres a esa edad, su cara era de facciones finas, más que parecer un chico, parecía más una chica.

-Chicos, él es Hyuga Hinato, se integrará a clases con ustedes a partir de ahora, llévense bien con él- dijo en voz alta y perezosa el profesor para después sentarse en su escritorio – adelante preséntate- dijo mirando al chico.

-H-hai. –Dirigiéndose al frente –Soy Hyuga Hinato, E-espero que nos llevemos b-bien- dijo haciendo una reverencia y al levantar la vista, un notable sonrojo se presentó a su cara mientras sonreía tímidamente.

Sasuko decidió no prestar atención, estaba claro que no valía la pena seguir observándolo, el tono suave de su voz se lo había dejado más claro que nunca, él no podía llamarse "hombre", era demasiado afeminado como para serlo, y el que su uniforme estuviera en perfecto estado sin una arruga, solo lo hacía ver aburrido a sus ojos. Los gritos de emoción de las chicas no se hicieron esperar y todo tipo de cosas se comenzaron a escuchar.

-¡Kya! Kawaii, Hinato-kun por aquí- decían unas.

-¡Que adorable eres! ¿Tienes novia?- decían unas más aventadas.

-Hinato-kun, ¿eres virgen?- decían las más atrevidas del salón.

Otras sin embargo simplemente se conformaban con verlo sin dejar de pensar que era demasiado tierno, claro que los comentarios incomodaron al pobre chico, que no hacía nada más que sonrojarse y apartar la mirada avergonzado de tales preguntas que nunca imagino que escucharía en un salón de clases, fue ahí que el dichoso "sensei" se digno a intervenir a sus ruidosas alumnas.

-Bien, ya fue mucho, cálmense y a sus lugares- dijo mientras veía la lista de sus alumnos –mmm, bien Hinato te sentarás a lado de Uchiha Sasuko, señorita levante la mano- dijo y la mencionada solo lo hizo con hastía mientras bufaba por lo bajo, tras eso Hinato solo asintió al ver donde era el lugar donde se sentaría –Bien, eso es todo, en lo que queda de clase quiero un resumen completo de los capítulos dos y tres de sus libros, sin copiar, con sus palabras, la persona que no lo entregue antes de salir se quedará con trabajos extras por lo que queda del semestre, no menos de 3 hojas de máquina de principio a fin, con pluma negra y azul, nada de roja, si se equivocan lo vuelven a hacer, no está permitido el corrector, si incluyen dibujos son puntos extras, mala ortografía puntos menos. ¿Alguna duda?- miró y sonrió divertido al ver las caras de horror que tenían sus alumnos –Tienen 40 minutos para terminar. Bien, Hyuga, pasa a sentarse- dijo para sacar un libro de color naranja y sentarse a leer sin preocupaciones de que los demás pensaran.

Él chico siguió las indicaciones y se fue camino a su banco, si es que lo podría llamar suyo, si algo tenían de diferente éste y su instituto anterior serían los bancos, aquí los bancos consistían en una mesa para dos personas y dos sillas para sus respectivos alumnos, aunque al llegar también se dio cuneta de que aquí las chicas usaban una mochica blanca tipo maletín con rojo y los chicos una igual, pero, con azul en vez de rojo.

Camino tranquilamente hasta llegar a su lugar que estaba casi al final de la fila a lado de la ventana, y se sentó a un lado de su compañera, no deseaba interrumpirla, al parecer observaba algo muy entretenido por la ventana, así que comenzó a sacar sus útiles para comenzar a trabajar, a los pocos minutos vio que su compañera de banco buscaba arduamente algo en su mochila y se pregunto que pasaba.

Esto no puede estar pasando pensó mientras seguía moviendo las cosas en su mochila, Debe ser una broma, una muy mala broma, la pelinegra decidió vaciar el contenido de su mochila en el pupitre y comenzó a poner sus libros y materiales de la clase en la mesa, bajo la atenta mirada de su nuevo compañero, que la miraba extrañado. Fue entonces que la chica la vio, ahí en una esquina muy en el fondo de la mochila se encontraba un muy arrugado pedazo de papel, la pelinegra extrañada lo saco, ella era muy ordenada, y detestaba tener basura en su mochila, nunca dejaba papeles en su mochila, tenia un portafolios para eso, fue entonces que su cara se ensombreció, desarrugó el papel y reconoció inmediatamente la letra de la persona que había escrito esa nota. Estaba claro solo él tenía el valor de tomar así nada más sus cosas sin temer de que al saberlo ella lo mataría sin piedad, tomó la nota entre sus manos y la leyó o al menos trato ya que la letra de aquel Dobe dejaba con dolor de cabeza hasta a el más listo, era una suerte que ella ya estuviera acostumbrada e ella.

"TEME:

Jejeje, Teme tome prestado tu libro de Admón. de Empresas, te lo regresaré mañana… si me acuerdo, jajaja.

Atte: U. Naruto."

Un aura oscura empezó a cubrirla ese estúpido como demonios se atrevía a quitarle su libro si el bien sabía que la materia le tocaba hoy, definitivamente no conocía sus límites, pero como buena Uchiha que era, ella se encargaría que la respetara y que esto no volviera a pasar. Ahora la pregunta era que haría para hacer el trabajo antes de que terminara la clase, suspiro y decidió dejar las hojas en blanco sobre su lado de la mesa. Sin suda alguna le haría pagar por eso.

-Maldición- susurró creyendo que su acompañante no la escucharía, pero si que lo hizo.

Hinato no le había prestado demasiada atención a la chica con la que compartía pupitre, hasta ese instante fue cuando despego la vista de su trabajo y se dedico a la tarea de observarla, sus cabellos negros y rebeldes estaban amarrados por un moño alto caía en cascada hasta su cintura aun estando amarrado, su flequillo era acompañado de dos mechones un poco más largos que le llegaban hasta un poco más debajo de la mandíbula, los cuales le delineaban su fina cara , su cabello aunque rebelde era muy liso. Sus ojos de un bello color negro, pero le sorprendió ver que sus ojos no transmitían nada solo permanecían indiferentes, y fríos como el hielo. Su mirada siguió hasta que se topo con el nacimiento de sus pechos a través de su atrevido escote, tragó duro mientras se reprendía mentalmente por tal atrevimiento hacia una mujer y volteó la vista de vuelta a su trabajo, pero al creer oír algo a su lado regreso su vista hacia ella y noto que sus hojas seguían en blanco tenia el seño fruncido, dedujo que seguramente se le había quedado el libro en casa.

-U-uchiha-san- llamó la atención de la pelinegra que levantó la mirada hacia él –Si gusta puede t-tomar mi libro- dijo suavemente mientras le dedicó una tierna sonrisa.

Por su parte Sasuko lo miro como si estuviera loco, porque quien en su sano juicio dejaría la oportunidad de no tener tareas extras durante lo que quedaba del semestre, definitivamente eso era raro, fue entonces que ella pensó que posiblemente ese chico solo era otro de sus admiradores, pero desecho la idea rápidamente al ver como el "afeminado" como le había apodado ella, dejaba el libro encima de sus hojas en su lado de la mesa para volver a centrarse a su trabajo.

-Hmp- dijo sin inmutarse y dedicarse a tomar entre sus manos el libro para de una buena vez por todas comenzar a escribir. Raro fue lo primero que se le vino a la mente.

Habían pasado veinte minutos desde que Kasashi-sensei había impuesto el trabajo a realizar cuando el sonido de una silla siendo arrastrada por el alumno que se levantaba retumbo por el aula que hasta ahora estaba en completo silencio, ya que los alumnos estaban desesperados intentando acabar el trabajo tanto que dejaron de platicar y se pusieron a trabajar, ninguno quería tareas extras por el resto del semestre, esa era la magia de Kakashi-sensei, pudiera ser que siempre llegara tarde, dejando como clase solo la mitad de la hora, pero en lo que quedaba dejaba trabajos de muerte que te hacían gravarte las cosas a la fuerza, ahí era aprobar o aprobar, ya que la mayoría ya lo conocían, si un alumno llegaba a aprobar en su clase… no mejor no recordarlo. Las miradas de todos se dirigieron hacia cierto joven bajito que se sonrojo al haber llamado la atención de todos.

-A-ah, s-sumimasen- dijo mientras sonreía tímidamente y se encaminaba al escritorio de su profesor pero al ver que este no le hacia caso decidió llamarle – Etto, K-kakashi-sensei, aquí esta e-el trabajo- dijo mientras lo miraba temiendo de que lo fuera a regañar por haberlo hecho muy rápido. Sin embargo el sensei solo se dedico a "revisar" el trabajo realmente solo checo que fueran las tres hojas de maquina y el color de las tintas, la ortografía y contenido lo revisaría después el la comodidad de su oficina.

-Mmm, muy bien joven Hyuga, todo me parece en orden puede retirarse de la clase- dijo mientras dejaba el trabajo en su escritorio y dirigía su vista nuevamente a su libro para continuar con su lectura.

-H-hai- dijo alegremente, contento de no ser reprendido. El chico fue hacia su pupitre y tomo sus cosas y las guardaba en su mochila mientras tarareaba una canción, bajo la atenta mirada de todos, incluso Sasuko le estaba mirando disimuladamente, sin poder dar crédito a lo que estaba pasando. Por primera vez desde que tenía memoria, una persona terminaba antes que ella en alguna clase, definitivamente algo tenia que estar mal con él. –Con s-su permiso- dijo saliendo del salón con su mochila en su hombro y haciendo una leve reverencia.

Todo el salón comenzó a susurrar, nadie se lo creía, que por primera vez en la historia alguien había vencido a Uchiha Sasuko, aunque haya sido en algo tan tonto como eso, pero al fin y al cabo era una derrota, y cuando de ganar se trataba ella era la mejor, o hasta ese momento lo había sido.

-Pero mira nada más- dijo una chica con lentes y cabello corto –creo después de todo si hay ALGUIEN mejor que tú Uchiha- su tono era resentido y su mirada tratando de hacerse ver superior.

-JAJAJAJA, destronada y por un chico- le siguió otra a la cual Sasuko ni se digno en ver. Tras eso el salón se lleno de burlas y carcajadas por parte de las chicas mientras que los chicos trataban de defenderla.

Sasuko por su lado estaba deseando partirle la cara a cada una de las personas que estaban hablando, lo único que hacían era desconcentrarla. En su interior todo era como una bomba a punto de explotar, pero su fachada exterior seguía como siempre, sin emociones e indiferente mientras terminaba de escribir, a los 5 minutos lo hizo y guardo sus cosas para después entregar el trabajo y salir de ese manicomio, como ella lo llamaba, pero al final el comentario de una chica la fastidio tanto que se volteó a fulminarla con la mirada. Definitivamente si las miradas mataran, esa escuela se habría quedado sin alumnos desde hace mucho por culpa de Sasuko. El salón se quedo en un silencio abrumador y un aura asesina comenzó a salir de ella, estaba enojada y lo sabían y la causante de todo eso, decidió que lo mejor era retirarse, así que con la cola entre las patas, se sentó en su banco y siguió con su trabajo, y los demás por su deseo de vivir decidieron seguir el ejemplo de su compañera y seguir cada quien con lo suyo. Sasuko solo sonrió arrogantemente por salir victoriosa una vez más en contra de sus molestas compañeras de salón.


-No puede ser- masculló cierta chica pelinegra mientras miraba hacia la personita que se encontraba debajo de la sombra de un gran árbol que se elevaba orgulloso y fuerte hacia el cielo.

Ese era su lugar de ella, no de él, así que, que demonios hacia el "enano afeminado", apoderándose de su lugar privado en frente de sus narices. Definitivamente este nuevo estudiante se estaba poniendo rápidamente entre los primeros lugares de su lista negra, primero la opaca en clase y después esto, ah no, eso si que no, ese lugar fue suyo desde la primera vez que lo vio, y nada ni nadie se lo quitaría, mucho menos ese enano. Se acercó velozmente hacia donde él se encontraba y al pararse a su lado comenzó a picarle con la punta de su pie, tratando de despertarlo.

-Hyuga, levántate- ordenó ella- Hyuga- volvió a repetir comenzando a enojarse, ¿cómo era posible que no se despertara? –HYUGA- ni siquiera el grito lo despertó, ni las continuas patadas que estaba proporcionándole a un costado, nada.

Tres veces, tres mugres veces le había llamado para que se despertara, lo había pateado incontables veces, incluso le había gritado, pocas personas a parte de Naruto podían sacarla realmente de sus casillas, pero sorprendentemente él lo había hecho, y ella con gusto haría que despertara, "dulcemente" claro.

-¡Estúpido! ¡Te he dicho que te levantes!- dijo tomándolo por el cuello de su camisa con una mano y levantándolo hasta dejarlo aproximadamente a unos 30 centímetros sobre el piso -¡Despierta, idiota!- le gritó cuando su cara estaba a su altura.

Fue entonces que Hinato comenzó a abrir lentamente los ojos, y subió una mano hacia su boca para tapársela mientras bostezaba, eso fue lo que irrito a un más a Sasuko, si no fuera porque la gente se comenzaba a juntar a su alrededor, ya le habría propinado un par de golpes mucho más fuertes que las patadas anteriores, donde solo utilizo un cuarto de su fuerza, lo cual de por si ya era mucha. Apretó aún su agarre mientras él joven comenzaba a reaccionar ante lo que pasaba, y un dulce rubor rosa pálido comenzaba a inundar sus mejillas.

-U-uchiha-san- susurró, confuso sobre lo que pasaba -¿Qué pasa?- dijo mientras una sonrisa temerosa era formada por sus labios.

-Púdrete- dijo aventándolo con fuerza haciendo que a propósito chocara rudamente contra la superficie de la corteza del árbol –Si te vuelvo a ver aquí… Te mato- dijo lo ultimo susurrando, para que solo él oyera las dos ultimas palabras que salieron de sus labios.

Hinato por su lado no entendía lo que pasaba, sólo sabía que al terminar su trabajo, salir temprano de clases y dirigirse al jardín, la sombra de ese árbol se le hizo tan tentadora que no pudo resistirse al impulso que tuvo de sentarse a leer un buen libro que traía y que estaba ansioso por continuar, claro que cuando el fresco aire de la mañana comenzó a acariciarle la cara, comenzó a entrarle sueño el cual al final lo había vencido. Después de todo eso sólo recuerda que sintió que alguien lo zarandeaba y tras despertar estaba a unos pocos centímetros de la cara de su ahora compañera de clases y pupitre, para después sentir como era aventado hasta chocar contra el árbol a sus espaldas. De acuerdo él no era un chico violento, al contrario, prefería las palabras y el diálogo a los puños y los golpes, pero, ésta chica quién rayos se creía que era para tratarlo de esa manera. Cuando termino de procesar las palabras que habían salido de la boca de la chica, eso si que fue la gota que derramo el vaso. Su semblante se quedo serio, todo rastro de confusión desapareció, y levanto la vista hacia su atacante. Oh no, claro que no se dejaría molestar, ni siquiera por una chica.

-¿Qué d-dijo?- dijo con voz clara, pero en fallido intento de demostrar autoridad.

-Lo que escuchaste- una sonrisa retorcida apareció en su cara - ¿o acaso estás sordo?- mientras lo miraba como si ella fuera la reina del mundo.

Hinato se paró y le hizo cara, se acercó a ella pero manteniendo una distancia apropiada sin meterse en el espacio vital de la pelinegra, pero para la desgracia del pobre chico, eso solo la hizo que su sonrisa se ensanchara ya que cara a cara, ni así él la alcanzaba de estatura a lo mucho y le llegaba a nariz de la chica, cosa que no paso desapercibida entre las personas que se aglomeraban a su alrededor, él se dio cuenta de lo que pasó por su cabeza, y se sonrojo furiosamente, pero más que nada por el enojo que estaba sintiendo hacia la chica.

-Uchiha-san- susurró tratando de contenerse, después de todo él era un hombre con honor, y nunca levantaría su mano en contra de una dama, ni siquiera a la que tenía enfrente.

-¿Qué, enano afeminado?-dijo mientras lo tomaba por la corbata y lo acercaba más a ella para estar cara a cara a al menos todo lo que la estatura de Hinato lo permitía ya que este tuvo que ponerse de puntitas –Hmp- dijo mientras una batalla de miradas se llevaba a cabo.

Todos los que estaban presenciando aquel encuentro empezaron a chismear como si su vida dependiera de ello, mientras que Hinato estaba que no se lo creía que una chica pudiera ser así, si se enojaba estaría haciendo lo que ella quería y eso no pasaría si él podía evitarlo, entonces respiro profundamente y con un suave pero firme movimiento de su brazo se deshizo del agarre que mantenía la pelinegra sobre él, para después rehacer la distancia entre ambos nuevamente mientras se acomodaba su uniforme y se anudaba de cuenta nueva la cortaba. La miró profundamente, y cerró los ojos suspirando rindiéndose.

-Me iré, por hoy- dijo con voz firme observando la reacción de sus palabras en la pelinegra, al no encontrar ninguna prosiguió- pero, el lugar no es tuyo- dijo para comenzar a caminar pero se detuvo cuando estuvo justamente a su costado, con su cara en dirección opuesta a la de ella –Nos vemos, Uchiha-san- finalizó siguiendo con su camino.

Todas las personas se empezaron a dispersar aburridas de que no pasara nada, mientras que cierta pelinegra estaba que moriría de rabia, definitivamente ya estaba en su lista negra y entre los diez primeros. Lo vio alejarse hasta que el bajito chico se perdió de su vista cuando giró por un pasillo, si que era raro, la confronto pero la dejo, si era así ella había ganado, pero entonces por qué sintió que había perdido, definitivamente hoy no era su día.


No era algo nuevo para la Uchiha ser buena en lo que hacía, así que estaba acostumbrada a que sus compañeras de clase la odiaran o la envidiaran por tener a más de la mitad de el genero masculino de el instituto rendido a sus pies, sin siquiera mover un dedo cualquiera que quisiera saldría con ella fácilmente, pero no se sentía orgullosa por ello, más que orgullosa se sentía cansada de que los chicos no dejaran de perseguirla o de que sigan llenando su locker con un montón de inútiles cartas de amor. El tiempo del almuerzo se pasó volando después del incidente con el bajito sentado a su lado derecho, el cual escribía arduamente todo lo que los profesores anotaban en el pizarrón, le agrado el hecho de que sólo hablara con ella cuando era estrictamente necesario, volteó a verlo y contemplo las caras raras que hacía al intentar seguirle el ritmo a el maestro de Historia, el cual no dejaba de hablar, su perfil era demasiado exquisito para ser el de un chico, no había manera de que se acostumbrara a sentarse con él todas las horas de clase, cinco días a la semana, había estado sentándose sola desde primer año de instituto, como era que ahora en segundo año, de un día a otro tuviese que compartir su pupitre con un total desconocido, no se acostumbraría. Prefería estar sola.

Las clases se fueron volando y sin más ni menos llego la hora anhelada por todos los alumnos, incluso los más aplicados, la hora de la salida. Las risas se escuchaban por todas partes, para ser lunes las personas estaban muy animadas, pero todo ese ambiente de felicidad no hacía nada más que provocarle nauseas. Sasuko iba de camino a un dojo en donde desde primero practicaba Judo, todos los días a excepción del domingo, ya que el sábado tenia prácticas matutinas, y el domingo era día de descanso en el club. Estaba a punto de llegar a su destino cuando escuchó un sonido proveniente de su bolsillo, era su celular que dejaba oír el tono de llamada de una banda de rock no muy conocida. Al pegarse el teléfono en su oreja se arrepintió al escuchar semejante grito que la recibió por el otro lado del auricular.

-TEME ¡VAYAMOS A COMER RAMEN!- se escuchó un Naruto eufórico gritando a todo pulmón.

-Dobe- dijo mientras una venita se le saltaba en la frente –Idiota- dijo colgando la llamada mientras seguía hacia su destino.

Definitivamente se las pagaría ya estuvo bien que en el primer día de clases le apagara la alarma, pero, la paliza que le hizo después, debió de haber sido suficiente para que hasta el más tonto de los simios entendiera que con ella no se juega, pero al parecer Naruto era aun más tonto de lo que ningún ser viviente pudiera ser o era demasiado valiente, después de pensar aquello se inclino completamente por la primera opción.

Las tardes de entrenamiento eran duras, y el calor para ser primavera era bastante lo cual no ayudaba. Estaba practicando con una compañera del Dojo cuando una voz el la entrada los distrajo a todos de sus entrenamientos.

-D-disculpen- dijo cierto chico al cual la pelinegra no podía divisar muy bien –busco a e-el capitán del club- continuó suavemente.

-Ese soy yo- dijo mirándolo de arriba a bajo –Shiro Tsubasa a tus servicios- dijo mientras lo miraba diciéndole que podía continuar con un asentimiento de cabeza.

-Me llamo Hyuga Hinato, m-me gustaría u-unirme al club de Judo- dijo con una sonrisa que deslumbraba e hizo que las chicas inmediatamente se amontonaran sobre el, todas claro, excepto una.

Ah, es él pensaba Sasuko, mientras se daba cuenta quien era el chico que acababa de llegar al Dojo, pero no decidió tomarle importancia y se fue a tomar una toalla para secarse el sudor, sin percatarse de que cierto chico bajito la miraba a lo lejos, sorprendiéndose de que ella estuviera ahí.


Espero que el capitulo y la historia les haya gustado, comentarios tanto buenos como malos son bien recibidos, gracias por leer, si tienen alguna duda no duden en preguntar.

Atte: Aoi Sumire

P.D. estoy segura y apuesto una galleta imaginaria a que no se esperaban esto… n_n