Hace mas de 8 años que empecé a escribir esta historia que ha sido leída por tanta gente y que luego de tantos capítulos está a punto de terminar, hace unos meses empezando a escribir el último capítulo me di cuenta de que para poderla terminar hay varias cosas en la historia que quiero agregar y explicar mejor… así que cada capítulo va a tener cosas nuevas que solo añadirán mas a la aventura de Harry y Ginny para salvar al mundo.
Espero que les guste
Chapter 1: Nuevo Diario (revisado)
Ginevra Ane Weasley era una chica normal, o eso era lo que se repetía una y otra vez frente al espejo aquella mañana de agosto. Ginny era una bruja de 16 años, talentosa, fuerte, leal y con frecuencia segura de sí misma.
Tenía el cabello rojo fuego que caía un poco más abajo de sus hombros y sus ojos eran grandes con forma y color de una avellana, una nariz pequeña como un botón y miles de pecas adornando cada facción de su rostro ovalado y su piel blanca y pálida.
Pero Ginny estaba en esa edad específica de la adolescencia donde no podía ver lo hermosa que era, lo diferente e impactante. Ella solo podía ver lo horrible que se veían sus pestañas rojas con el color de sus ojos, o el hecho de que había engordado unas buenas 10 libras durante el verano.
-Feliz día, tonta –dijo su reflejo con una sonrisa de medio lado mientras la Ginny del otro lado arreglaba un mechón de cabello rojo detrás de su oreja antes de pellizcar sus mejillas suavemente en un intento de traer un poco de color de vuelta a su piel.
-Gracias –murmuro ella ahora tomando aire profundamente, aquel día era especial, no solo porque era su cumpleaños pero también era el comienzo de agosto lo que significaba solo un mes más en la madriguera antes de regresar a Hogwarts.
Y no era porque ella normalmente fuese una de esas alumnas estudiosas que morían de la emoción por volver a la escuela, como era el caso de Hermione, o porque no disfrutaba el verano en su casa como era el caso de Harry, pero aquellas vacaciones de verano habían sido tediosas para todos.
Todos los magos menores de 19 años de edad estaban sometidos a un régimen de dictadura impuesto por su madre, de manera que estaba terminantemente prohibido salir de la madriguera sin alguna compañía de la orden, lo que significaba nunca pues desde que Voldemort había regresado los miembros de la orden apenas pisaban pie en la madriguera aquellos días.
La pelirroja había estado teniendo pesadillas todas las noches, despertándose todas las madrugadas antes de que el sol saliese bañada de sudor, sintiéndose aterrorizada, agotada y agitada. Pero Ginny normalmente no podía recordar nada de lo que había estado soñando, solo vagos recuerdos de plumas blancas, lluvia y una capa negra.
Un suave knock resonó en su cuarto.
-Si? –pregunto girándose ligeramente hacia la puerta, hubo un pequeño silencio.
-Soy yo –era una voz gruesa en apenas un murmullo –te desperté? –
Era Harry, su corazón inmediatamente se acelero y las mariposas comenzaron a volar en su estomago, con paso lento comenzó a caminar hacia la puerta, colocando la mejor sonrisa que poseía en aquel momento.
-No, ya estaba despierta –dijo con voz alegre cuando sus ojos se deleitaron con la figura ante sus ojos, su cabello azabache cayendo sobre sus ojos y sus orejas en capas, sus gafas redondas y con una franela ajustada a su espalda y unos jeans desgastados que apenas se quedaban en sus caderas.
-Feliz cumpleaños –dijo él con una sonrisa extendiéndole con una mano temblorosa un regalo envuelto con papel rojo, Ginny sintió sus piernas temblar y el calor recorrer su cuerpo.
-…Gracias –dijo tomándolo con las manos examinando el paquete, sintiendo claramente que era un libro, sus ojos castaños subieron del regalo al rostro de Harry quien ligeramente sonrojado le sonreía una de aquellas sonrisas que derretían el mundo de Ginny.
-Qué es? –pregunto con curiosidad mientras con una de sus manos comenzaba a arrancar el papel que envolvía el libro un tanto desesperada. A Ginny le gustaba recibir regalos como a cualquier persona, pero aquel regalo era más importante para ella que cualquiera que pudiese recibir aquel día.
Sus dedos tocaron el cuero que envolvía el libro y sus ojos recorrieron un elegante libro forrado de piel negra con letras plateadas que en una caligrafía muy bonita decía "Mi Diario", Ginny levanto sus ojos del libro a Harry y luego al libro nuevamente, un tanto confundida con respecto al significado de aquel regalo.
-Hace un par de meses cuando Remus me llevo a Gringotts a recoger un poco de dinero y buscas algunas cosas que necesitaba de mi bóveda conseguí ese diario allí… -comenzó Harry extendiendo su mano apenas tocando la portada del libro aun sonriendo –era de mi madre…-
Los ojos de Ginny se abrieron de par en par y su cabeza se comenzó a mover mientras sin pensarlo dos veces le extendía el diario a Harry quien rio un poco y lo empujo de nuevo a la pelirroja.
-No hay necesidad de eso Ginny, ambos sabemos que no lo voy a recibir de regreso –Harry no dejo de sonreírle -
-Pero… -
-No hay peros, no hay persona que pueda darle mejor uso a ese diario… -Harry mordisqueo su labio inferior antes de sonreír nuevamente –las paginas están en blanco, quizás es nuevo o quizás tiene una especie de hechizo que no me deja leer sus páginas… use varios contra hechizos pero nada, parece un Diario Muggle que ella nunca alcanzo a escribir en el –
Ginny lo miro en silencio, con sentimientos mezclados y su estomago hecho un nudo.
-Espero que te guste, se lo mucho que necesitas un lugar donde poner todos esos pensamientos que pasan por esa cabecita loca tuya –Ginny trago saliva y luego soltó una risita nerviosa mientras con su rostro sonrojado asentía.
-Sí, tengo una o dos cosas que escribir y sacar de mi cabeza… me haría bien empezar a escribir un diario nuevamente, sobre todo a ver si consigo descifrar esas condenadas pesadillas –
El ceño de Harry se arrugo con una expresión preocupada.
-Aun teniendo pesadillas?-
-Sí, pero tranquilo no creo que sea El que no debe ser nombrado –dijo ella quitándole importancia aunque Harry no parecía muy satisfecho con aquella respuesta –no te preocupes Harry, son mis propios pensamientos y locuras los que me persiguen de noche –ella le sonrió y Harry levanto una ceja antes de torpemente dar palmaditas en el hombro de Ginny.
Ella no pudo dejar de notar el hecho de que sus mejillas estaban tan rojas como las de ella, pero nuevamente se detuvo a sí misma en pensar cosas ilógicas como el que Harry tuviese sentimientos por ella, y eso era algo que ella se había prometido no hacer mas después de 7 años en una lucha interna con sus sentimientos hacia él.
Siempre comenzaba por cosas así, Harry haciendo algo que ella en su cabeza transformaba en algo diferente y a la final ella lo veía haciendo lo mismo con Hermione o era Ron el que acababa diciéndole que mejor no perdiese su tiempo con Harry.
"El tiene mucho en su cabeza Ginny, y te aseguro que no es nada rosa con besos y ustedes dos corriendo agarrados de las manos bajo un arcoíris"
Aveces era sencillo para la pelirroja confundirse, aquella repentina amistad con Harry era algo muy nuevo para ella, el hecho de que en un año se habían vuelto amigos y ahora no solo compartían bromas y risas, sino secretos y mucho tiempo juntos.
Este verano habían comenzado un tipo de "ritual", todas las noches cuando todos se habían ido a dormir ambos se reunían en la sala frente a la chimenea y hablaban por horas, de cosas importantes y cosas absurdas, a veces solo se reían por nada y a veces Harry solo escuchaba a Ginny leer historias mágicas que él nunca había escuchado.
-No estarás dándome este diario para librarte de nuestras charlas nocturnas… -dijo Ginny con una sonrisa amenazadora bailándole en los labios, Harry se rio un poco y se cruzo de brazos.
-Y que vas a hacer si es así? –dijo él con voz de reto, Ginny sintió un calor recorrer su cuerpo y antes de poder pensarlo mejor dio unos pasos hacia Harry y se levanto de puntillas hasta que sus rostros estaban muy cerca, el aroma mentolado de su aliento mezclado con su colonia la embriago despertando nuevamente las mariposas en su estomago.
-Quizás no quieras saber –dijo Ginny en casi un susurro.
Harry no respondió inmediatamente, sus ojos verdes estudiaron la expresión de Ginny y a pesar de estar claramente nervioso por la repentina cercanía sonrió.
-Quizás si quiero… -dijo él en un susurro de vuelta, un escalofrió recorrió la espina dorsal de Ginny y como si un magneto en su estomago la atrajese a él, su rostro se acercaba al de Harry mientras sus pensamientos estaban centrados en solo una cosa, aquel beso que siempre rondaba por su cabeza cuando estaba cerca de él.
Entonces unos pasos se escucharon acercándose a la lejanía, y como si alguien hubiese roto un hechizo Ginny se alejo de Harry rápidamente y ambos se miraron por unos segundos antes de girarse hacia las escaleras donde varias personas subían.
Era su madre con una pequeña torta en su mano con muchas velitas encendidas detrás de ella venían su padre, Ron y Hermione, los cuatro con gorritos de fiesta y sonrisas en sus rostros.
Todos parecieron sorprendidos de que Harry y Ginny estuviesen ahí despiertos frente a la puerta de Ginny, pero sin prestar mucha atención todos gritaron un "Feliz cumpleaños!" a todo pulmón y todos corrieron hacia donde la pelirroja estaba.
Y a pesar de que el olor a torta de chocolate inundo el lugar, y que estaba envuelta en abrazos de las personas a las que más amaba, Ginny en ese preciso momento se hundía en vergüenza por lo que minutos antes estuvo a punto de hacer.
Era un día diferente para todos, una excusa perfecta para pensar en otra cosa que no fuese que el día estaba muy oscuro y frio para ser verano, o el hecho de que estaba lloviendo y los truenos resonaban en el cielo interrumpiendo sus risas.
-Espero que no hallamos interrumpido nada –murmuro Hermione en el oído de Ginny cuando era su turno de darle un abrazo y Ginny bástate sonrojada negó con la cabeza.
-Quizás me salvaron de hacer el ridículo una vez más… - susurro Ginny de vuelta haciendo que Hermione negara su cabeza sonriendo.
-Tengo un regalito para ti –dijo ella sacando una pequeña bolsita de uno de los bolsillos de su túnica –no tuve mucho tiempo de salir y buscar algo… -dijo Hermione dirigiendo una mirada rápida a donde la señora y el señor Weasley estaban –pero seguro esto te gustara-
Ginny abrió la bolsa y de ella saco un pequeño envase de tinta que curiosamente estaba vacío.
-Un envase de tinta… vacio? –pregunto Ginny un poco confundida, Hermione rio alto y negó con la cabeza haciendo que las ondas castañas de su cabello se movieran frente a su rostro y el olor a vainilla con canela de su champú embriagaran el pasillo.
-Harry me había contado de el regalo que te iba a dar –Ginny miro a Harry de reojo y este tenía una de sus manos en su cabeza despeinando su cabello nervioso –así que yo decidí comprarte una tinta invisible, la única que puede ver lo que has escrito eres tu…–
-Woow, gracias Hermione – Ginny abrazo fuertemente a su amiga -esto me vendrá bien para mantener a Ron lejos de mi diario –
-Hey! -comenzó Ron con su ceño fruncido aparentando estar enojado.
Ron por otro lado le había regalado a Ginny una cadena de oro muy finita con una pequeña llave que en el centro tenía 3 pequeños rubís haciendo la forma de un triangulo, en la pequeña tarjeta sobre su regalo había unas pocas palabras con la caligrafía de Ron que decía "quizás te ayude a abrir ciertos corazones" y solo al ver la calidad de aquella cadena Ginny sabía que Ron había seguramente gastado todos sus ahorros para poder comprarle aquel regalo con aquel pendiente tan especial.
El día se fue rápido entre comidas, juegos de mesa y cocteles de menta, Ginny se acomodo entre las sabanas y sus ojos castaños estaban en Hermione quien caminaba por la habitación quitándose su ropa y poniéndose la pijama.
Hermione dormía con Ginny cuando estaba en la madriguera, el cuarto de Ginny que era de buen tamaño en comparación con el de Ron. Tenía paredes blancas, piso de madera vieja que rechinaba con cada paso que se daba en el, dos camas individuales en cada extremo de la habitación con una pequeña mesa de noche que las dividía y una esfera brillante que servía de lámpara y flotaba como una luna centímetros arriba de la mesa.
Al otro extremo del cuarto había una peinadora antigua que había sido de su abuela antes de que fuese de su madre y luego de ella, tenía un espejo grande y gavetas en las cuales Ginny tenía algunas fotos, joyas y maquillaje, a un lado de la peinadora había una ventana grande y cortinas anaranjadas que Ginny había decorado con algunos diseños y diferentes telas que lo hacían verse mas juvenil.
Hermione finalmente se sentó en la cama suspirando profundamente mientras sus ojos canela se cerraban y sus manos trenzaban su cabello enmarañado.
-Estoy agotada –dijo finalmente dejándose caer en la cama –wow… 16 años –
-si… wow –repitió Ginny.
-El tiempo pasa rápido, parece que fue ayer cuando era nuestro segundo año en Hogwarts, cuando tenías esa obsesión por Harry –
-Tenia suena a pasado –dijo Ginny sarcásticamente, Hermione se rio suavemente.
-Hablando de eso, que fue esa extraña tensión entre ustedes hoy? –
-Bueno quizás lo asuste un poco cuando trate de besarlo segundos antes de que ustedes llegaran –dijo Ginny haciendo una mueca con sus labios mientras jugaba con el diario en sus manos, abriendo a la primera pagina que con la misma caligrafía de la portada decía en la primera pagina "Propiedad de Lillian Evans" Ginny sonrió mientras sus dedos tocaban los trazos de tinta que la mama de Harry había trazado en aquellas páginas de pergamino color hueso.
El ceño de Ginny se frunció ligeramente.
-Que sucede? –pregunto la voz somnolienta de Hermione mientras Ginny negaba con la cabeza.
-No sé si podría escribir en este diario como Harry quiere que haga… me parece que es una mala idea escribir en estas páginas blancas que probablemente tienen ya palabras escritas en ellas.
Ginny negó con la cabeza –No sé si debería haber aceptado este regalo, no creo que Harry este pensando correctamente –
Hermione se levanto ligeramente apoyando su cuerpo en el codo que descansaba en la cama.
-No lo pienses mucho Ginny, yo estoy segura de que Harry lo pensó muy bien antes de darte algo que es tan importante para el… yo creo que es mejor que lo aceptases, después de todo que mejor regalo que algo que viene de su corazón –
-Me da miedo que me este dando esto simplemente porque cree que el final está cerca –dijo la pelirroja en casi un murmullo, ambas se mantuvieron en silencio por unos minutos –cada día está más raro y mas cayado, quien sabe que pesadillas tendrá… o qué futuro cree que le espera –
Hermione suspiro dejándose caer en la cama pesadamente –Ginny no te des tan mala vida… yo se que yo no soy la mejor persona para decirte esto pero quizás Harry cree que tu eres la persona más indicada de tener algo tan importante para él, después de todo en este año que paso ustedes se han vuelto casi inseparables… -
Otro silencio mientras los dedos pálidos de la pelirroja aun se paseaban sobre la caligrafía en tinta negra sobre las páginas.
-En la madrugada Harry, Ron y yo vamos a ir a entrenar… quizás puedas venir con nosotros – Hermione la miro con esperanza pero Ginny negó con la cabeza mientras bostezaba con cansancio.
-Recuerdas la última vez que trate de ir con ustedes? –
-Como olvidarlo –dijo Hermione negando con la cabeza con el ceño fruncido –ninguno de los dos tiene derecho a no permitirte entrenar con nosotros, no tiene sentido! –
-Bueno, Harry estaba tan indignado esa noche que ni siquiera he conseguido el coraje de reclamarle lo mal que me trato –dijo Ginny imitando la expresión de Hermione.
-Yo creo que ambos se dieron cuenta de que fueron unos exagerados… no hay razón por la cual deban sobre-protegerte tanto, después de todo esta guerra es de todos y un par de manos más para ayudarnos a vencer a Voldemort están muy bien recibidas –
-Aveces quisiera que ellos pensaran como tu… pero obviamente uno más en el trió es multitud –
Hermione negó con la cabeza –Bueno si cambias de opinión, nos vamos a ver en la colina a las 5 de la mañana, yo creo que puedes encontrar los entrenamientos de gran ayuda –
Ginny no respondió sus pensamientos nuevamente inundados por los recuerdos de aquella noche en la que Harry y Ron le habían negado el poder ir con ellos a los entrenamientos nocturnos, con excusas que eran estúpidas e incluso ellos lo sabían.
Y lo que mas dolía en su corazón era el que ella se había esperado algo así de su hermano, pero nunca de Harry.
-Está haciendo tanto frio, desearía que por un día dejase de llover –dijo Hermione con voz ausente, hubo un momento de silencio mientras Ginny meditaba los acontecimientos de aquel día y las palabras de Hermione.
Con una mano paso a la segunda página en blanco del diario, un ligero aroma a mora se desprendía de las páginas como si estuviesen encantadas, recordándole su postre favorito, pie de mora.
Ginny extendió su mano a la mesita de noche donde estaba la tinta que Hermione le había regalado y una de sus plumas y tomando aire profundamente remojo la punta de aquella pluma con aquel liquido transparente en aquel frasquillo.
****Diario****
Años han pasado desde que escribí en un diario para tratar de liberar mis pensamientos, no puedo negar que a veces se siente muy aliviante el hecho de poner todo lo que sientes en unas páginas y liberar tu mente de todo estrés.
Hoy es uno de esos esos días en el que me digo a mi misma una y otra vez "olvida a Harry Potter" aveces quisiese que fuese tan fácil como escribir esas palabras y todos mis sentimientos por el desaparecerían de la noche a la mañana, y el amor que quedase en mi cuerpo fuese solo de amistad.
Hace un año esa tarea hubiese sido mucho más fácil, cuando estaba enamorada de su imagen, y todas esas aventuras que escuchaba a lo lejos, ahora es más difícil cuando esta tan cerca de mí y todo este sentimiento crece al conocerlo más y más.
Lamentándolo mucho no puedo decir que mis problemas son los de siempre, un chico, mis problemas han crecido sobretodo este verano con las pesadillas, el estar de prisioneros en la madriguera y el hecho de que a nuestro alrededor tanta gente esta muriéndose.
Para ser completamente franca estoy aterrorizada cada momento del día, con miedo no por mi sino porque algo le suceda a alguien a quien amo sobretodo Harry y el hecho de que Voldemort lo persigue asechándolo a donde quiera que valla y el cómo defensa a lo que siente, tanta impotencia y rabia lo ponen más distante de los que lo quieren.
Anoche una pesadilla me despertó cuando el sol se asomaba entre las montañas y la lluvia caía fuerte con truenos que retumbaban la madriguera. No sé si lo que me despertó fue un trueno o el hecho de que me había caído de la cama.
Ya van dos noches que me despierto envuelta de sudor en el suelo helado de mi cuarto mientras la luz de la mañana gris ilumina la habitación. Pero a pesar de que se que es una pesadilla porque siento terror al despertar, no he podido recordar nada además de plumas blancas y una sombra negra moviéndose en el terreno de la madriguera, como si estuviese acechándome.
Pero lo más raro de todo esto no es el hecho de que no recuerdo nada o que es el mismo sueño una y otra vez, lo raro es que un nombre escapa de mis labios.
"Harry"
No entiendo el porqué pero quizás es que aquella sombra que tanto me asusta siento que quizás es Voldemort o alguno de sus discípulos esperando por Harry… eso tiene sentido pero no termina de cuadrar en mi cabeza.
Y aquí voy de nuevo, 5 años después otro diario y he escrito su nombre más veces de lo que puedo decir a lo alto. Aveces quisiese que nuestras vidas fuesen normales, que yo pudiese salir y encontrarlo afuera como todas las noches y decirle todo lo que siento por él, y que no hubiesen conflictos, no hubiese esta guerra ni el terror de que algo puede pasarnos durante la noche.
***diario***
Ginny no supo en qué momento se quedo dormida, pero supo que en algún momento de la noche aun sujetando el diario y pluma entre sus manos. Un movimiento cerca de su cama hicieron que se despertase algo asustada y la voz suave de Hermione la llamo desde un extremo oscuro de la habitación.
-Discúlpame Ginny, no quise despertarte –entonces todo encajo en el rompecabezas en la cabeza de la pelirroja, eran las 5 de la mañana y Hermione estaba yéndose a los entrenamientos.
-No te preocupes, estaba durmiendo bien incomoda –Ginny sonrio un poco moviéndose entre sus sabanas, sintiendo un punzon de dolor en su cuello –ay…-ahí se quedo por un momento, cerrando sus ojos tratando de volver a dormir, pero sus pensamientos estaban centrados en los entrenamientos, y en lo mucho que quería ir.
-Estas segura que no quieres venir? –
-No… -
-Vamos, estoy segura que estas muriendo por venir tu también, y va a ser relajante un entrenamiento no solo con los muchachos para variar –
Hubo un momento de silencio y finalmente Ginny se levanto de su cama pensando en que trataría una vez mas.
-Pero no me hare muchas ilusiones –
-No te preocupes, estoy segura de que esta vez no serán tan malvados contigo –
Ginny no tardo mucho en arreglarse, y ya con la luz encendida Hermione reacomodo su trenza y se cambio de franela. Ambas iban vestidas como si fuese invierno y al llegar a la sala común en la casa ambas se encontraron con Harry y Ron quienes se levantaban de los muebles algo sorprendidos por la presencia de la pelirroja.
Hubo un silencio, Ginny sonrio ligeramente mientras Hermione caminaba frente a ella y con voz silenciosa decía.
-Invite a Ginny a que viniera con nosotros hoy –
Silencio.
-Creo que es importante que entrene, después de toda esta guerra es tanto de ella como…-
-Tú sabes que Ginny no puede venir con nosotros –la interrumpió Ron pasando sus ojos azules desde la pelirroja quien permanecía cayada hasta Harry quien la miraba de vuelta fría y seriamente.
-Y porque es que tu hermana no puede venir con nosotros Ronald? –pregunto Hermione con voz molesta mientras ambas manos se posaban en sus caderas, Ginny sentía sus piernas temblar, los ojos de Harry no se habían movido de los de ella y un terror familiar comenzaba a inundar su cuerpo, y una debilidad se apoderaba de ella lentamente.
-Es una decisión que tomamos, esto no es un juego de niños –Hermione miro a Ron y sus ojos café viajaron del pelirrojo a Harry.
-Harry? –por primera vez sus ojos verdes abandonaban el rostro de Ginny para posarse en Hermione, su rostro algo ausente –Harry? –repitió Hermione molesta.
-Qué? –
Ginny no sabía qué era lo que le estaba sucediendo, algo no estaba bien, sus brazos le pesaban al igual que sus parpados, su pulso retumbaba en sus oídos, las ganas rotundas de ir con ellos al entrenamiento se escapaban de su mente y sus pensamientos se llenaban de una niebla blanca, como si algo o alguien la estuviesen hechizando.
-No te hagas –siguió Hermione levantando su dedo hacia el moreno amenazadoramente –no crees que es ridículo que Ron no quiere que Ginny venga a entrenar con nosotros? –
La mirada de Harry viajo tan solo por unos segundos a Ginny antes de volver a Hermione, su rostro aun serio sin embargo sus ojos mostraban algo de preocupación.
-No, no creo que es ridículo Hermione, yo creo que ya habíamos acordado que ni Ron ni yo nos sentimos bien de que Ginny venga a los entrenamientos con nosotros –
-Y cuál es la razón? Y no me vengas a decir que es peligroso porque Ginny es capaz de defenderse mejor que Ron si vamos al caso –
-Jey –reclamo el pelirrojo.
-No es que dude de que Ginny sea capaz de defenderse, yo se que ella es muy capaz de ser mejor que cualquiera Hermione, pero estos entrenamientos son peligrosos y tu muy bien lo sabes –Harry hizo una pausa apenas apretando sus labios en una fina línea antes de tomar aire profundamente –yo quisiera que Ginny pudiese venir con nosotros pero no puedo permitirlo, no puedo ponerla en más peligro del que ya todos estamos –
Ginny quería hablar, quería decirles que dejasen de hablar de ella como si no estuviese allí, quería decirle a Harry lo indignada que se sentía con él, no traicionada pero poco a poco las fuerzas se iban de su cuerpo y sus piernas apenas la mantenían de pie, sus labios unidos como si alguien los hubiese pegado sin embargo el dolor que ocupaba su cuerpo no eran nada comparados con el dolor que ahora ocupaba su corazón.
-Ya es suficiente peso en mis hombros el hecho de que no hay forma en la que puedo convencerlos de que me dejen ir por mi cuenta, el que ustedes me aseguran que no hay nada que los valla a mantener lejos de mi –Harry siguió mirando a Ron y a Hermione –y ninguno entiende el peso que siento o el temor de que algo les vaya a pasar por mi culpa, cada noche siento como las fuerzas de Voldemort tratan de entrar la barrera que la orden y Dumbledore han puesto para mantenernos a salvo –
-Cada noche veo el rostro de Voldemort cuando asesino a Cedric… y cada noche me despierto con pesadillas, recordando todas las cosas que ese maldito le ha hecho a tanta gente, todas las torturas… -Harry hizo una pausa y sus ojos posándose en la pelirroja y su rostro ahora mostrando preocupación aparente, Ginny apenas lo miraba, su rostro blanco enfermizo, sus labios carentes de color.
-Ginny estas bien? –dijo el acercándose a ella rápidamente, pero Ginny negó con la cabeza extendiendo una mano hacia el impidiéndole acercarse más.
-No… no te acerques a mi Harry –dijo Ginny –si no quieres que te acompañe, si no crees que puedo ser de ayuda pero solo un estorbo entonces prefiero estar sola –
-Ginny no es eso… -se apresuro el moreno sujetándola del hombro cuando Ginny haciendo un esfuerzo de regresar a su habitación se tropezó casi cayéndose al piso si no hubiese sido por Harry quien la sugeto.
-Ginny estas bien? –pregunto ahora Ron preocupado.
-Bien… solo quiero estar sola –dijo la pelirroja moviendo su brazo bruscamente alejándose de Harry antes de que sus ojos castaños se posaran en el dejándolo con una mirada llena de rencor –no se preocupen es solo el cansancio de levantarme tan temprano… –
Y ninguno creyó una palabra y a pesar de que Ginny continuaba en apartarse y rechazar cualquier ayuda que Harry trataba de darle, ella camino sola hasta su habitación y cerró la puerta tras ella dejando a Harry, Ron y Hermione afuera preocupados pero sin intentar de entrar en razón con ella.
Y las suaves sabanas con olor a lavanda calmaron sus sentidos y el dolor en sus músculos fue cesando lentamente.
"Esta es la última vez Harry James Potter, la última vez que rompes mi corazón" y con este ultimo pensamiento Ginny se dejo caer en los brazos de Morfeo.
Y este es el final del primer cap, hubo muchas cosas que añadí, un poco más de la relación de Harry con Ginny, el hecho de que son buenos amigos y no tanto un amor platónico. Espero que les haya gustado!
Un besote y los/las veo en el próximo capítulo.
