Disclaimer.

No soy Jk Rowling, por lo tanto Harry Potter y todo lo que conlleva no me pertenece

Nota.

Este fic participa del reto de diciembre para "La Copa de las Casas 2018-19", del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Peticion.

"Parodia. Harry se transforma en una chica y Snape en un muñeco rígido que no se mueve (tipo Cascanueces). Da igual si es por un hechizo o una poción. Me gustaría que tuviera este diálogo, pero no es obligatorio:

-Esto es humillante! -exclama Harry sujetando al muñeco en el que se había convertido su profesor.

-¡No te quejes! - responde Snape." (Autora: Nasuasda)

Palabras:417

Espero que te guste Nasuasda ;)

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"Este caldero esta particularmente sucio". Se dijo a si mismo Harry Potter mientras lo frotaba con un trapo distraídamente.

Su "querido" profesor de pociones, le había dado detención, simplemente, por haber tirado accidentalmente un bote de tinta al piso, mientras estaba en su clase.

Completamente injusto, pero el lunes nunca había sido su día y Snape no era conocido por ser justo.

Suspirando dramáticamente, se dio por satisfecho mientras guardaba todos lo calderos, ya limpios en la alacena que desde adentro era muy pequeña. Felizmente terminado su trabajo guardo todas sus cosas, encontradas en un banco cercano, listo para irse.

Un carraspeo cercano lo sobresalto y su cabeza termino dando de golpe con las repisas donde se encontraban múltiples pociones, que cayeron ruidosamente sobre el.

— ¡Potter! — escucho el furioso grito mientras todo se volvía negro.

Para cuando despertó, nada había cambiado, seguía siendo el, pero, algo se sentía extraño. Cuando se paro noto finalmente el peso extra en su pecho.

Volteando lentamente hacia abajo, noto el bulto que sobresalía de su pecho y el pánico se desato.

— ¡Maldición! — Su grito, para empeorar la situación, era demasiado aguda y... femenina.

Un pequeño espejo, dejado al azar en una repisa que se mantenia en pie, seguramente por una alumna en su prisa por salir de aquella cutre alacena. Le mostró su triste realidad.

Mierda y mas mierda... sus rasgos antes fuertes y obviamente masculinos, ahora eran delicados y suaves con rastros de grasa de bebe que quedarían genial en un chica.

Lloriqueo ligeramente ¡Demonios! No quería ser una chica. Estaban tan llenas de cliches, que estaba seguro que ya se estaba armando un historia de amor prohibido con Malfoy.

— Potter, por muy divertido que sea lamentarse — La voz lo volvió a sobresaltar y sus ojos verdes ahora enmarcados con largas pestañas buscaron el origen de la voz — Algunos necesitamos otro tipo de cosas.

Un segundo despues una risa histérica resonó en todo el aula.

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El "niño que vivió" en este momento niña. Que con muñeco en mano y una sonrisa comparable a la del gato de Alicia, caminaba directamente a la oficina del director.

Encontrar a su profesor convertido en un muñeco de tela que marcaba tan infantilmente los rasgos de Snape, indefenso en sus garras, había mejorado su estado de humor.

"Por lo menos no tiene el cabello grasoso" pensó para si mismo, mientras observaba el "cabello" del muñeco que con una insistente sonrisa parecia querer matarlo.

Nunca volvería a ver la cara de su maestro sin reírse.