SONATA EN LAS PENUMBRAS

POR. CASANDRA

CAP. I

TERRY POV

En ocasiones no recuerdo ni el día que es hoy, a veces solo me dejo guiar por la misma inercia de mis movimientos, sin detenme a pensar que hago en el lugar donde me encuentro, o porque camine hasta ese sitio, el rumbo de mi vida nunca fue claro, desde el abandono de mi padre desde mi infancia, jamás culpe a la vida por haberme dado el constante rechazo de mi propio progenitor, nunca creí darle importancia a ese detalle, al fin de cuentas estaba ella, mi madre que siempre cuido de mi y que me dio amor por ambos, jamás extrañe a mi padre, pero desde que ella se fue ahora no estoy tan convencido de mis palabras, ahora más que nunca quisiera saber de él, estar en su compañía, no lo he visto desde que mamá murió, y el día del sepelio no me atreví ni siquiera a mirarle, sentía odio y rencor dentro de mi por tantos años de abandono y parece que él lo entendió nunca busco mi mirada se dedico a mirar a mamá dentro del ataúd.

Desde ese día mi camino se ha vuelto oscuro, nublado sin ver nada claramente al final de el, camino sin saber a donde ni como llegar, o que me espera al final de este, y la verdad no me importa a donde me lleven mis pasos, hay demasiado dolor dentro de mi alma para que me asuste el destino de mi propia existencia. La muerte de mi madre trajo consigo otras situaciones, tuve que dejar la escuela de música, ya no podía seguirla pagando, con lo que mamá dejo tenia solo dos opciones, estudiar y morir de hambre o tomar lo poco para subsistir y abandonar mis sueños de ser músico. Opte por la segunda opción, aunque ni siquiera supe porque, la verdad ya no me importaba seguir viviendo después de todo lo que he pasado, pero creo que fue que si ya no tenia porque vivir, mis sueños ya estaban de más y solo me frustraría más el hecho de seguir con ellos cuando realmente ya no me importaban.

Busque trabajo por muchos días sin encontrar nada, había comenzado a escasearme el dinero, tenia que encontrar algo que me dejara algunos ingresos antes de que me quedara sin nada. Aunque mis deseos no iban muy acorde con mis necesidades sabia que tenia que hacer algo por mi, eso lo comprendí la primera vez que el fantasma de mi madre se apareció frente a mi, no supe si fue un sueño o deliraba por el hambre, pero la vi, vestida de blanco tenia sus hermosas facciones que relucían en su rostro cuando yo era un niño, se veía hermosa, sus ojos eran aun más azules, me sonrió y me pidió que no buscara el camino que ella había tomado, que buscara el mío propio, que buscara lo que me hiciera feliz y fuera tras el sin importar nada ni nadie. Esa fue la primera vez, desde ese día eran muy frecuentes sus visitas en mi mente, en ocasiones la veía, otras no, pero sabia que estaba ahí pues sentía la presencia de alguien, ahí fue que empecé a pensar que ya había empezado a desvariar.

Encontré empleo en un bar que estaba algo escondido en las calles del centro de la ciudad, fue lo mejor que tal vez me paso en días, puesto que trabajaría en las noches tocando el piano, aunque no me agradaba la idea de tocar de nuevo ya que me recordaba a mi madre, sabia que me encantaba hacerlo, y si talvez había dejado la escuela de música, no podía negar que esa era mi pasión y trabajar en lo que te gusta siempre era algo bueno.

Las primeras noches fueron simples, me sentaba cada noche a tocar las mismas piezas, pues de cierta manera sabia que muy poca gente ponía atención a lo que tocaba o simplemente no conocían ninguna de las melodías, al principio me esmeraba por tocar cosas diferentes pensando en que la gente pasara un buen rato, pero después de darme cuenta de que mi música pasaba desapercibida, opte por tocar lo mismo cada noche. Aunque en ocasiones tocaba algo nuevo, la pieza que nunca faltaba era la Sonata para piano número 14 de Beethoven, era mi favorita y la de mi madre.

Habían pasado un par de semanas trabajando en aquel lugar, no esperaba nada nuevo ni en mi vida ni en mí alrededor, nada hasta aquella noche cuando la vi por primera vez.

Era como ver a un ángel pero que me hacia sentir que estuviera frente al más tentador de los demonios, era una sensación extraña, la mire desde la barra, mi turno empezaría en unos minutos, me dirigí hacia el piano mientras la veía sentarse sola en una mesa que tenia poca luz, pero aun en las sombras donde se encontraba pude admirar su belleza, era única, tenia la piel más blanca y tersa que jamás haya visto, su cabello ondulado y como el oro mas reluciente, sus labios totalmente rojos como si la sangre estuviera rodando en aquel lugar, su cuerpo grácil, curveado, lleno de tentación y hermosura, era una fascinante visión, pero lo más hermoso fue admirar su mirada, sus ojos verdes, un verde más bello que la esmeralda más cara, me sentí hipnotizado desde que clave mis ojos en los de ella, me miraba con una profundidad inmensa tenia fuego en la mirada, que desde el primer instante sentí que me quemo todo el cuerpo, su intensa mirada me hizo desvariar por un momento, hasta que ella se compadeció de mi alma y rompió el contacto que nuestros ojos habían hecho, fue entonces que empecé a tocar mi melodía favorita, muy pronto me sumergí en la tonada, cerré mis ojos intentando no volverme a perder en la mirada de aquella mujer, sino era capaz de dejar de tocar y encontrar un despido seguro.

Continué con algo de Satie y Chopin, para terminar con Claro de Luna de Debussy otro de mis favoritos, al concluir como cada noche uno que otro aplauso se escuchaba en el lugar, me levante y di una reverencia al publico, e inmediatamente busque la mirada de aquella mujer que me había hipnotizado desde el primero momento y la cual había sido mi inspiración aquella noche, pero ella ya no estaba en aquel lugar, pensé que por mis constantes alucinaciones la visión de aquella mujer también había sido una, así que trate de olvidarme de ella, seguramente no la volvería a ver.

Regrese a mi departamento entrada la madrugada como ya era costumbre, en cuanto lo hice me tumbe en el sofá sin sueño, el insomnio y la soledad se habían convertido en mis eternos compañeros desde la partida de mi madre. Sentía que no tenia caso pensar en nada como siempre, pero aquella verde mirada me había turbado, no sabia como describir lo que me hizo sentir desde que su mirada se topo con la mía, pero solo atinaba en pensar en que si fue una alucinación mi mente había llegado al limite de su imaginación al poder crear tan perfecta imagen.

Al siguiente día al llegar al trabajo sentía expectativas de mi propia alucinación, tal vez ya estaba enloqueciendo, pero el simple hecho de querer que esa imagen se volviera a presentar era lo que me mantenía vivo aquel día, quería volver a sentir que su mirada me quemaba, quería sentir que cuando sus pupilas me atraparan no deseara nada más que perderme con ellas, no me importaría dar mi alma con tal de volver a sentirme perdido por ella, llegue hasta el piano sin encontrar rastro de ella, fueron un par de segundos los que tarde en sentarme y abrir la tapa del piano, cuando volví a subir la mirada y de nuevo mi hermosa visión estaba ahí, ella había vuelto para dejarme más en claro que estaba totalmente enloquecido por mis propias ilusiones, solo que ahora fue más allá, cuando termine de tocar sin esperar nada más que los aplausos, ella, me sonrió, y así fue cada noche que ella volvía para verme tocar, aunque fuera la misma pieza, siempre volvía y me sonreía, ese se convirtió en mi objetivo de vida desde ese día, y fue cuando comprendí que no estaba alucinando, ella era realidad aunque el verla pareciera un sueño.

CANDY POV

Cuando miro a la gente caminar por las calles con sus distintas expresiones en sus rostros, aunque solo las vea de reojo puede leer completamente que pasa por sus mentes, la desilusión, amargura y tristeza son sentimientos que son muy frecuentes, pero el amor, la felicidad y el cariño son los que prevalecen, y es cuando me odio a mi misma, a mi propia existencia. Años de vagar viendo lo mismo y a la vez cosas diferentes a mi alrededor me han hecho llegar a un punto de buscar mi propia muerte, pero tantos intentos fallidos por mi cobardía a seguir en esta existencia me han hecho desistir, se que yo no busque este camino sin fin que me ha tocado atravesar, pero tampoco puede renegar de el, ya que ha tenido su parte buena, he conocido el mundo en diferentes épocas, he visto gente diferente, aunque sea solo en penumbras he conocido bastante de la vida y de lo que la rodea, pero al final me siento vacía, sola, y ya debería de haberme acostumbrado a esta vida, no puedo, algo me hace falta.

He logrado vencer muchas ansiedades para mi propio beneficio de vida, el no salir de día ya no me provoca ninguna desilusión, de hecho he aprendido a odiar al astro rey por su incomoda sensación de bochorno y luminosidad, no puede compararse con la sensación fría y silenciosa que te provoca la luna y la oscuridad de la noche, mirar el cielo estrellado es lo mejor que puedo esperar de cada día, el crepúsculo siempre es mi buen amigo que me dice que ya es hora de levantarse y ver una nueva noche, pero esta vez me dijo algo más, cuando lo mire supe que me estaba diciendo que algo más me esperaba aquella noche, lo comprendí cuando entre en aquel bar y lo mire por primera vez.

Desde que lo vi, por su semblante y lo que podía emanar su persona, sabia que era una persona atormentada, sufría mucho, eso lo termine de descubrir cuando lo mire a los ojos, los ojos más hermosos que jamás haya visto, de un tono azul intenso, pero con un toque de verde que me hacían sentir nadando en el mar más profundo y peligroso del mundo, me hundí en esa mirada que también buscaba alguna señal en la mía, yo por mi propia naturaleza no pude evitar profundizar con mis ojos a aquel hombre que me estaba robando todo sin saberlo, su hermosa piel de satín que brillaba exquisitamente bajo los pocos focos de luz que alumbraban aquel lugar, su nariz y labios perfectos, rectos, simétricos, parecía una estatua de mármol que representaba a algún dios pagano, su cabello castaño largo, era hermoso, gracias a mis habilidades podía olerlo desde mi lugar, era un aroma tan delicioso, tan humano, tan especial.

En ese momento me di cuenta de algo ese hombre me había hechizado, y la melodía que tocaba jamás la olvidaría, y no porque la conociera de hace años, sino porque la tocaba con tanto sentimiento que era una verdadera delicia para mis oídos, verlo tocar con los ojos cerrados era el mejor regalo que le habían hecho a mis ojos desde hace siglos. Estaba totalmente perdida por toda esa atmósfera creada por tan frágil humano, pero hubiera preferido no haber ido, ya que después de salir de aquel trance, lo que me provocaba tanto placer, ya no era el aroma de su piel, ya no olía eso, ahora estaba perdida por el exquisito aroma de su sangre, que quería beber hasta saciar toda mi sed.

Cuando comenzó a tocar Claro de Luna de Debussy, fue imposible no sentirme aun más atraída por ese maravilloso hombre, me sentía atrapada, quería responder a mis insititos, dirigirme hacia él y beber hasta la ultima gota de su sangre sin importar que hubiera gente ahí, no se porque sabia que a él nadie lo esperaba en casa, sabia de antemano por su propio semblante que estaba solo en el mundo, igual que yo, solos sin nadie que nos hiciera compañía, ahora lo entendí, y sabia que no podría terminar con su vida, sin antes pensar en mi propia existencia, ahora entendía el mensaje del crepúsculo. Cuando dio la ultima nota de aquella hermosa tonada, salí de aquel lugar, esperando verlo al otro día, y todos los días, antes de que decidiera si quitarle la vida, y cambiar mi eterna existencia.

Pasaron los días y las noches, en un principio me había decidido a no volver a aquel lugar, sentía que ese pobre ser humano tan perfecto no merecía que por mi egoísmo y mi soledad le cambiara la vida, es cierto que lo veía triste, sabia que sufría, pero aun así no me sentía con el derecho de privarle de lo único que yo deseaba aun después de tantos siglos. Es cierto que yo no pedí convertirme en vampiro, y que con el tiempo llegue a aceptar mi propio destino, pero también es cierto que desearía cambiar todo, daría gustosa todo mi ser y mi eternidad, con tal de que se me concediera de nuevo la humanidad de mi ser, pero eso era imposible, ya que ni siquiera había perdón por parte del creador para los que habíamos perdido el alma y la vida a cambio de la eternidad, como yo.

Sufrí mucho para habituarme a mi nueva vida, en mi vida humana fui una chica alegre que deseaba cumplir sus sueños y añoranzas, ser madre, formar una familia, encontrar al chico de sus sueños, enamorarse, tenia tantos amigos como hojas tienes los árboles más grandes y frondosos del bosque, la gente me amaba por quien era, y de eso no tenia la menor duda, pero aquel oscuro día en que me tope con ese ser tan perfecto, bello y aterrador que me transformo, toda esa vida llena de ilusiones se esfumo.

Viví con el por varias décadas, dejando atrás todo por lo que había sonreído tanto tiempo, a decir verdad no me sentía enojada con mi creador, de cierta manera le tenia estima por darme la oportunidad de una nueva forma de vida, pero no le tenia afecto, pues muy en el fondo le odiaba por arrebatarme la vida como mortal que yo tanto amaba, por quitarme la hermosa sensación de escuchar y sentir los latidos de mi corazón.

Con su desvanecimiento de la faz de tierra a causa de la salida del Sol, viví una de las experiencias más aterradoras de mi vida, no sabia el porque había decidido terminar con su existencia, puesto que nuestro destino como vampiros era vivir eternamente, pero no podía culparlo ni juzgarlo por su decisión, había vivido demasiado, y pensaba que su tiempo en este mundo había terminado, así que se enfrento al amanecer terminando con su propia existencia. Yo no lo pude mirar físicamente, pero gracias a los lazos que teníamos pude verlo todo en mi mente como si estuviera ahí, escuche sus gritos, mire su rostro agonizante y pude ver lo que quedo de él, sus cenizas fueron esparcidas por el viento que me recordó que una de las razones por las que él había tomado esa decisión fue que yo nunca lo acepte como compañero de la eternidad, nunca lo ame como él me amo, él me busco a mi pensando que yo era la indicada para él, pero yo nunca lo acepte y fue algo que no pudo soportar, para mi su partida fue triste y aterradora, pues por primera vez en mi vida como inmortal estaría absolutamente sola. No puedo negar que pensé en seguir los pasos de él, pero comprendí que yo no quería eso para mí, y muy en el fondo era porque no tenia la suficiente fuerza para acabar conmigo misma.

Habían pasado semanas desde que había descubierto a mi ser perfecto, cuando pensaba en él no tenia fuerza de voluntad, y aunque fuera arrastrada por mi propio deseo, acudía al mismo bar para verlo tocar, no me importaba la gente alrededor, ni que siempre tocara lo mismo, eso era lo que me gustaba, siempre comenzaba con la misma melodía, la Sonata para piano numero 14 de Beethoven, siempre me había gustado, pero ahora me fascinaba, me la sabia de memoria, y producida por sus níveos y hermosos dedos sonaba aun mejor.

A pesar de decirme a mi misma que volvía siempre a aquel lugar para verlo y escucharlo tocar, no me podía engañar, realmente volvía porque me encantaba su olor, me encantaba oler su sangre, cada día era más difícil que el anterior, quería beber de su sangre hasta saciarme, quería convertirlo en mi compañero, pero ese era mi dilema, no quería que sufriera, no quería que pasara por lo que yo pase, me sentí culpable de solo pensar que por mi propio beneficio pensaba en convertirlo en lo que yo era, ¿y si él no quisiera esta vida que yo le ofrezco?... ¿y si termina odiándome como yo odie a mi creador por convertirme?...no...No lo soportaría.

Cada noche era el mismo dilema, mientras lo escuchaba tocar en mi interior había una lucha sin fin por decidir que hacer, al final siempre declinaba por dejarlo vivir, aunque sabia que después me arrepentiría, y volvería a plantearme todo de nuevo. Supe desde el principio que él notaba siempre mi presencia, era una sensación extraña y placentera que siempre antes de que comenzara a tocar volteara buscando a alguien, y siempre terminaba su búsqueda cuando cruzaba su mirada con la mía, después de hacerlo comenzaba a tocar, como si me estuviera dedicando la melodía. En siglos nadie me había dedicado nada, me sentía halagada, y en recompensa siempre que terminaba su número, le sonreía, y salía del lugar.

NOTAS DE MI.

BUENO ESPERO Y ESTE MEDIO FIC…JAJAJA LES ESTE GUSTANDO, LO DIGO PORQUE ALGUIEN ME DIJO QUE NO ERA MINIFIC…PERO NO LO CONSIDERO FIC PORQUE SÓLO ES DE UN CAPITULO…USTEDES CONSIDERENLO COMO GUSTEN.

LA VERDAD CREO QUE SE VE LA INFLUENCIA DE LA QUE HE SIDO VICTIMA DESDE HACE UNOS MESES, Y QUE ME ENCANTA HABER CAIDO EN ESTA TENTACIÓN, AMO LA VIDA VAMPIRICA…Y ME ENCANTA TODO LO QUE LA ENVUELVE…JAJAJA.

SUS COMENTARIOS LOS RECIBIRÉ GUSTOSA EN MI CORREO, GRACIAS POR TODO.

BESSTTSSS

CaSaNdRa LaDy CaSs