estoy muy molesta!

es la segunda vez que subo esto!

esta historia la habia subido en la tarde del dia de ayer y mi costumbre es cada vez que subo algo entro a la pagina principal y leo mi propio capitulo, para checar que no tenga algun error y que se pueda accesar bn

y resulta que a las 12:45 a.m no puedo entrar a mi historia ni a los reviews que me dejaron porque la historia no existe!

que sucede aqui?

les pido una disculpa a las personas que ya habian dejado un review y se habian tomado la molestia de leer esta historia! muchas gracias!

lamentablemente no se quienes fueron porque no alcance a leer los comentarios pero a los que hayan sido son muy lindos

espero que esta vez si se puede leer!

disfruten!


Inoue…

No lo digas.

Por favor no digas esas palabras

Ya no podemos seguir juntos

Por favor…

¿Acaso no sabes que me estás lastimando?

¿Por qué?

Estoy llorando, pero eso tú ya lo sabes.

No contestas a mi pregunta.

Dime por qué

Ya no te amo

Pero yo a ti sí.

Entonces… ¿Por qué?


Capítulo 1

-El primer amor-

Muchas personas afirman que es el amor más sincero y puro que se puede experimentar en la vida. Es con el cual aprendes a amar y ser amado, en el cual pones todas tus esperanzas e ilusiones juntas, un amor que nunca podrás olvidar. El amor en donde pones todo tu ser y te entregas a la otra persona sin miedo, porque todo lo ves perfecto y no esperas cosas malas de la persona amada.

Ojala eso me hubiera pasado a mí.

Yo experimente mi primer amor a la edad de once años, cuando entre a la escuela secundaria.

Lo conocí por medio de mi mejor amiga Tatsuki. A veces le agradezco porque ella fue como mi cupido. Si ella no me lo hubiera presentando, probablemente mi vida habría sido vacía por no haber experimentado un amor tan bello como este. Pero otras veces, como el día de hoy, me arrepiento de haberlo conocido.

La primera vez que lo vi, quede impactada. Mi primer amor tiene unos hermosos ojos castaños, los cuales pueden ver lo más profundo de tu ser. Su cabello es naranja brillante, alborotado y en punta, cuando lo toque por primera vez me di cuenta que no solo era bonito sino que también es muy sedoso. Pero lo que más me gustaba de él era eterno ceño fruncido que solo se suavizaba cuando estaba conmigo. Ese detalle para mi era lo más tierno y atrayente de él, aunque muchas personas decían que daba miedo por la cara de matón que tenía. Yo lo amaba.

Pero termino solo estuvimos un año juntos.

Él se tuvo que mudar porque a su padre lo transfirieron por el trabajo, se iba muy lejos de mí y no seríamos capaces de vernos.

Decidimos intentar una relación a larga distancia. Nos llamábamos todas las noches a la misma hora y también hacíamos video llamadas por medio del chat. Recuerdo muy bien que cada vez que escuchaba su voz mi corazón daba un vuelco por la alegría. Mis mejillas se ponían rojas y calientes con solo el hecho de escucharlo decir mi nombre y a veces tartamudeaba cuando él me decía lo mucho que me quería y me extrañaba. Aunque no estuviéramos juntos, era feliz con tan solo saber que yo era especial para él.

Pero después de unos meses, todo cambio.

Las palabras de amor se volvieron un bello recuerdo. Las llamadas se hicieron cada vez más escasas y la soledad ya era una rutina en mi vida.

Mi mente sabía que algo estaba mal pero corazón insistía en seguir adelante. Hasta que él mismo me puso una barrera que ni con todas las fuerzas de mi cuerpo pude derribar.

Él termino con la relación.

Me dijo que ya no era lo mismo y que me quería mucho pero que ya no me amaba.

Yo a mis doce años de edad, ya había experimentado lo que era el primer amor y lo doloroso que podía llegar a ser cuando este se terminaba.

Aunque ya hubieran pasado cuatro años desde la última vez que hable con él, mi corazón seguía amándolo. Era algo estúpido pero no lo podía evitar. Simplemente no quería hacerme caso. Por más que lloraba para desvanecer este amor y este dolor, no se iban. No querían salir de mí. Ya ni siquiera recuerdo cuantas veces he empapado las rodillas de Tatsuki con mis lágrimas. Era patético.

Soy patética.

Solté un suspiro cansado mientras terminaba de realizar los ejercicios de matemáticas que había pedido la profesora. Cuando por fin lo acabé, mis ojos se dirigieron hacia la ventana del salón. Había mucho ruido a mí alrededor, algunos intentando copiarse del trabajo de otros, la profesora explicándoles a los que no entendían incluso algunos sumaban en voz alta. Pero aunque había todo ese ruido, no lograba captar nada. Era como si estuviera en otro lugar, mi cuerpo estaba en clase pero mi alma estaba junto a él.

Constantemente imaginaba como era él ahora. Tal vez ya era más alto que yo. Tal vez era musculoso. Tal vez estaba en el equipo de soccer o en el de básquetbol o tal vez todos los clubes de la escuela lo querían porque era un excelente atleta. Tal vez era muy popular con las chicas. Tal vez… ya tenía a alguien más.

Un escalofrío recorrió mi espalda ante este pensamiento, pude sentir como mi estomago se sintió vacío.

Pero, ¿qué podía hacer?

Nada.

Solo esperar a que Dios escuche mis oraciones y me lo arranque del corazón. Este maldito corazón que no se rinde.

Observe el pequeño león de peluche que colgaba de mi mochila. Nunca se lo dije a nadie pero ese era un regalo de él. Me lo había dado cuando cumplimos un mes juntos. Era lo único, aparte de su recuerdo, que me había dejado. Era mi tesoro y mi maldición.

Dirigí de nuevo mi mirada hacía mi libro de ejercicios, justo a tiempo para escuchar a la profesora decir que era hora del almuerzo. Mis compañeros de clase soltaban suspiros y exclamaciones de felicidad de tener un hora menos para la tan esperada salida. Casi enseguida mis mejores amigas aparecieron junto a mí.

– ¡Rukia-chan! ¡Tatsuki-chan! ¿A dónde iremos a comer el día de hoy? – les dije con una gran sonrisa, la cual no sabía de donde había salido. – ¿Qué tal si vamos a la azotea con los chicos? –

Ambas se voltearon a ver, un poco preocupadas.

– ¿Qué tal si vamos a los jardines detrás de la escuela? Queremos hablar contigo Orihime– me dijo Rukia, viéndome con sus hermosos ojos azules profundo.

– ¿Estás segura Rukia-chan? ¿No hoy cumples un mes de noviazgo con Renji-kun? –

La cara de mi amiga se torno de un carmín muy bonito. – E-Está bien. Renji entenderá–

– Vamos Orihime, antes de que se acabe la hora del almuerzo– dijo Tatsuki antes de salir del salón. Me pare con mi comida en las manos y seguí a las chicas.

Nos sentamos en una de las áreas más escondidas de la escuela. Un lugar privado y protegido por los árboles. Colocamos una manta en el pasto para no ensuciarnos el uniforme y comenzamos a comer tranquilamente. El día de hoy era muy bonito y agradable pero… ¿Por qué esas sensaciones no podían entrar en mi ser?

– Hime, ¿qué ocurre? – me pregunto Tatsuki mientras colocaba una de sus manos en mi hombro. Su mirada castaña estaba llena de preocupación.

– No sucede nada. ¿Por qué preguntas Tatsuki-chan? –

Uno de sus dedos se dirigió hasta mi mejilla, limpiando lo que estaba ahí.

Fue cuando lo sentí.

Gruesas lágrimas bajaban por mi cara esta perderse en mi barbilla. Ya no podía más.

– Lo siento… Lo siento…– decía entre sollozos. – Pensé que ya lo había superado, que ya no sentía nada por él pero… Es imposible de olvidar… Sé que me dijeron que con el tiempo lo iba a superar pero todavía se siente este dolor…– hice mis manos un puño y los use para cubrir mis ojos.

– ¿Pero que sucedió Orihime? Todo estaba bien, ¿no? – me dijo Rukia colocando su mano en mi cabeza.

– No lo sé… Lo amo demasiado…Yo solo fingía estar bien y por un tiempo hasta me lo creí pero no es así. No estoy bien… No puedo dejarlo ir–

– Pero solo tenían once años Hime, eras muy pequeña para saber lo que es el amor verdadero– me dijo Tatsuki.

Baje mis manos para colocarlas en mi regazo, observando a mi mejor amiga con una mirada seria. – Tal vez era muy pequeña y tal vez no sabía nada de la vida, entonces, ¿Por qué no se va este sentimiento? Con él descubrí lo que significan los detalles, lo que significa tomarse de la mano o dar tu primer beso. Todo eso me lo dio él. Él me enseño a amar pero…– baje mi mirada – No me enseño a como olvidarlo. Nadie me dice como hacerlo–

– Lo siento Orihime…– me susurro Tatsuki antes de abrazarme con mucha fuerza. Seguida por Rukia.

Así nos quedamos por un par de minutos, ellas apoyándome como lo han hecho durante años y yo aferrándome a ellas para no caer en el abismo. No quería hacerlo, no quería caer. Pero era muy tentador y era mucho más fácil que aferrarse.

– Creo que lo que necesitas es volver a enamorarte– me dijo Rukia cuando por fin me tranquilice y era capaz de pensar en otras cosas.

Me sonroje levemente. – No funcionara. No sería justo para la otra persona, no cuando yo pienso en alguien más–

– Tsk… Orihime si no lo intentas nunca podrás salir de esta situación. Debes darte una oportunidad– me dijo Tatsuki.

Rukia asintió. – Así es. Solo sal y diviértete. No necesariamente tiene que ser tu novio para que te diviertas con un chico–

Ellas tienen razón.

Para poder avanzar tenía que sacarme del corazón a esa persona, que no hacía más que daño. Por ahí decían que un clavo sacaba otro clavo, entonces ¿por qué no hacerlo?

– Bien, lo haré– dijo con determinación.

– ¡Eso es Hime! –

– Esa es mi chica–

Exclamaban mis amigas con gran alegría y orgullo.

¿Por qué no lo hacía yo?

– ¡Hey chicas! – nos llamo una voz masculina.

Las tres volteamos a ver de quien se trataba.

Un chico de cabello castaño y ojos azules se acercó hasta nosotras. – Las he estado buscando por todos lados–

– Kirie-kun…– dije sorprendida de verlo ahí. – ¿Por qué no estas con los demás? –

Cuando hice esa pregunta sus mejillas de volvieron de un color rosa pálido. – Bu-Bueno… te estaba buscando… Hime-chan…– dijo mientras colocaba una mano detrás de su nuca.

– ¿Qué sucede? –

– ¿Po-Podemos hablar en privado? –

Estaba a punto de contestarle cuando Rukia me interrumpió. – Si quieres decirle algo tendrás que hacerle enfrente de nosotras–

Kirie alzó una ceja con incredulidad. – ¿Y a ustedes que les importa lo que tenga que decirle a Hime-chan? –

– ¡Da! Somos sus mejores amigas, todo lo que tenga que ver con ella nos importa. Pero si no quieres decir nada entonces nos la llevaremos de aquí– dijo Tatsuki antes de comenzar a levantar sus cosas y las mías.

– ¡Espera! ¡No hagas eso! ¡Sí tengo algo que decir! – dijo con desesperación. Seis pares de ojos femeninos se posaron sobre él, esperando a que dijera algo. – Hime-chan… ¿te gustaría… salir… conmigo este sábado? –

Pude sentir como mis ojos se agrandaron ante la pregunta. ¿Esto era posible?

Justo el día que había decidido dejar ir a su primer amor, su mejor amigo le estaba pidiendo una cita. ¿Una cita? ¿Con Kirie-kun?

Me di cuenta que todos esperaban mi respuesta, en especial el chico frente a mí. Desviaba mi mirada de un sitio a otro, evitando las miradas, mis labios se abrían y cerraban sin saber exactamente que decir.

– Aaaa… Kirie-kun… yo…– ¡Oh no estaba tartamudeando! – yo…yo…–

– Hime-chan… ¿te gustaría pensarlo? –

– ¡Sí! – exclame casi de inmediato. – Sí por favor… te daré mi respuesta al final del día– le dije un poco más tranquila.

Kirie sonrió.

– Nos vemos en la entrada– dijo antes de irse de ahí.

Después de eso me fue imposible poder concentrarme en las clases faltantes. Mis pensamientos se dirigían hacía la respuesta que debía darle a Kirie. Estaba dispuesta a intentarlo pero cuando tome la decisión pensaba en conocer a alguien nuevo, nunca pensé en intentarlo con mi mejor amigo.

Porque eso era Kirie para mí.

Mi mejor amigo.

No podía hacerle eso, no a Kirie. Él ha estado para mí en todo momento, al menos desde hace tres años.

Lo conocí por casualidad.

Fue en un día muy caluroso. Tatsuki y yo habíamos ido al parque para comprar un helado, cuando vimos que un niño de nuestra misma edad se cayó de un árbol. Corrimos a ver su estaba bien. Afortunadamente no le paso nada grave, solo se había raspado un poco la rodilla pero nada más. Nos dijo que él había subido al árbol para bajar el globo de su hermana pequeña pero que al caer se le había escapado de las manos. Fue muy valiente.

Al día siguiente descubrimos que él acababa de ser transferido a nuestra escuela. En seguida se hizo amigo de mis amigos y se unió a nuestro grupo.

Tome entre mis dedos el borrador que me había regalado Kirie el año pasado. Me dijo que era de buena suerte y que quería que yo lo tuviera. Una sonrisa se formo en mis labios al recordar lo dulce que era Kirie conmigo.

Definitivamente no podía hacerle esto.

Tengo que ser sincera con él y explicarle de mi situación. Él no se merecía algo así, no después de todas las cosas que había hecho por mí.

Tengo que ser fuerte.

Era la hora de darle mi respuesta a Kirie.

Guarde mis cosas lentamente, más de lo normal. Acomode mi mochila en mi espalda y salí del salón. Mis amigas ya se habían ido, tenían prácticas en sus clubes. Tatsuki era la capitana del equipo de Judo y Rukia era la vice capitana del equipo arquería. Estaban ocupadas el día de hoy por eso no podían acompañarme, pero me habían deseado la mejor de las suertes.

Inhale hondamente antes de salir del edificio principal. Estaba a punto de ir hacía la entrada cuando mi ojo capto algo muy familiar para mí. Un cabello de color naranja brillante en punta.

Imposible.

Seguí a esa persona doblando en la esquina del edificio, pero cuando llegue ya no estaba. No había nadie. ¿Acaso me estaba volviendo loca?

Escuche como las puertas del auditorio se abrieron y cerraron. Mis ojos se abrieron con sorpresa.

Aquí hay alguien.

Corrí hacía el auditorio.

Tenía que saber si era él. Tenía que verlo, comprobar con mis propios ojos que mi cabeza no me estaba jugando sucio. Cuando llegue hasta las puertas mi corazón palpitaba fuertemente contra mi pecho. No sabía se era por la carrera que acaba de hacer o por lo ansiosa que estaba.

Entre al auditorio.

Y lo que mis ojos vieron era algo que no debían ver. Porque en ese instante el mundo que acaba de crear se vino abajo. Se quebró como cristal. Fue borrado con su sola presencia.

– Kurosaki-kun…–


que les parecio?

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se les agradecera

besos & cuidense :D