Título: Reino en las Redes

Rating: T

Genre: Suspense, General

Disclaimer: Death Note le pertenece a Tsugmi Ohba y Takeshi Obata, el anime es propiedad de Madhouse.


Reino en las Redes

Prólogo

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Japón, año 2008

El sistema de justicia estaba corrompido. Desde la base estaba completamente putrefacto y destruido. Y no sólo el de Japón, si no que el de cada uno de los países que conformaban el planeta. Quizás, para un idealista, el mundo aún podría tener una salvación, tal vez intentando limpiar de las tergiversaciones a las ideologías, renovar la moral y los valores, volver a creer en el espíritu del hombre… Pero los idealistas ya casi no existían, la mayoría al ver la verdad sobre el mundo y sus contemporáneos se volvían unos cínicos.

Light Yagami había sido un idealista, abanderado en un optimismo a ultranza hasta sus diecisiete años y dos meses exactamente. Hasta que el veintiocho de abril del año dos mil seis su padre fue baleado en una redada policíaca. Había muerto por su labor. Light en su desesperación y ansia de justicia cortó en los archivos del NPA para enterarse de la misión, llegó al meollo del asunto luego de excavar y excavar y tras una investigación que se remontó hasta octubre de ese año, Light Yagami descubrió que la misión no era más que un palo blanco de los propios policías para esconder una entrada ilegal de dinero. Su padre no lo sabía, él junto a dos compañeros habían sido inocentes e ignorantes de la situación. Fueron los únicos en morir. Y en el preciso instante en que Light se dio cuenta de todo esto, su optimismo y sus ideales murieron, al igual que su padre.

Pensó en mostrar sus investigaciones, revelarlas al mundo y ahogar a los hijos de puta corruptos que llevaron a la muerte a su padre. Pero Light no lo hizo, sabía que sólo crearía un escándalo, la caída de unos pocos pero que los peces gordos, los que movían el sistema, siempre se reafirmarían en sus puestos. De nada valía revelar los hechos, la corrupción no se terminaría. Después de todo, no se puede tapar el sol con un dedo, y si los criminales eran escoria, los corruptos que supuestamente debían atraparlos también lo eran.

Light hasta ese momento, había decidido estudiar y seguir los pasos de su progenitor en el cuerpo de policías. Quería llevar la justicia a cabo, limpiar el mundo, hacer el bien y cada uno de esos sueños bonitos que tienen los idealistas. ¿Pero de que servía sacar las manzanas podridas cuando era el árbol el que se pudrió? De nada, por eso Light no entró en el NPA, por eso Light enterró sus sueños de mundos libres del mal. Por eso Light se encontraba aquí, dos años después estudiando informática en redes.

Cuando los sueños y filosofías se derrumbaban, Light solo podía hacer tres cosas, ignorar lo que había pasado y seguir con sus pensamientos positivos con respecto a la justicia; volverse otro corrupto más bajo el tipo 'si no puedes contra ellos, úneteles'; o por último, buscar nuevas armas para llevar a cabo sus ideas, pero de forma realista. La primera opción quedó de modo automático rechazada, la muerte de su padre no era sólo un hecho; la segunda, por muy cínico que se volviera, nunca caería en ello y la tercera, bueno, la tercera era la que eligió.

Además el hacking era algo entretenido de todas formas.


Notas de la Autora: Esta idea me ha venido carcomiendo desde el año pasado, pero en una agradable conversación con Klingon sobre ci-fi –en específico sobre GITS y el Criptonomicón- nos hemos puesto ha pensar que habría sido de Light si hubiese sido hacker. Porque el chiquillo tenía sus talentos cortando redes y rompiendo códigos. ¿Que tal si nunca recibiese el Death Note pero también quisiese seguir sus sueños de justicia? Una utopía kiraniana a través de tecnologías pero sin ser ciberpunk. Saldrán los personajes, pero con modificaciones, palabras técnicas trataré de explicarlas y espero que les guste la idea.

Además que un hacker Light y un L detective del cibercrimen es muy tentador…