Ostagar, Ultima esperanza


Prólogo: La primera de las batallas


Kallian mantenía tenso su arco viendo desfilar la tropa de engendros tenebrosos bajo sus pies, a su lado otros nueve elfos estaban preparados para disparar en cuanto recibiesen la señal. A cada lado de la horda enemiga se encontraban otros quince elfos ocultos entre la espesura del Bosque de Brecilia, solo cuarenta cazadores contra los cerca de cien enemigos que se abrían paso entre los árboles, corrompiendo el bosque y crispando los nervios de los elfos, el combate podría convertirse en una masacre si no actuaban rápido. El corazón de la pelirroja latía rápido, esos engendros no eran como los animales a los que estaba acostumbrada a cazar, no sabía cuán resistentes serían los enemigos o cuantas flechas harían falta para que no volviesen a levantarse del suelo.

- No te preocupes, saldremos victoriosos. - Le animó Tamlen, su compañero, al ver que la chica destensaba su arco inconscientemente mientras pensaba en la batalla.

Kallian le sonrió y asintió con la cabeza tensando el arco de nuevo y mirando fijamente a sus objetivos.

La señal brilló en una lado del bosque, contaron hasta tres y destensaron sus arcos, siete de esos demonios cayeron al instante fulminados por las flechas de los cazadores, la alarma estalló entre las tropas y los treinta arqueros restantes aparecieron entre la espesura descargando sus proyectiles. Los engendros se vieron atrapados, las flechas aparecían a ambos lados del camino y desde las copas de los árboles, el instante que tardaron en darse cuenta de lo que estaba sucediendo le costó la vida a un tercio de la horda.

Los enemigos rompieron filas, provocando el desorden y el caos, era el momento que esperaban, Kallian desenfundó sus espadas gemelas y saltó del árbol rebanando la cabeza de uno de los demonios al caer. Sus compañeros le siguieron y los treinta elfos apostados a los lados entraron a la carga por los flancos del enemigo.

Mandoble a mandoble Kallian se abrió paso entre los enemigos, sus gráciles movimientos guiaban sus espadas que segaban las vidas de sus oponentes.

- Serán demonios pero mueren como cualquier otra criatura! - Le gritó Tamlen, un par de metros por delante mientras arrancaba su hoja larga del cuerpo de uno de los engendros.

Obtuvo un sonrisa de la animada Kallian que había conseguido abatir un importante número de enemigos sin recibir más de dos o tres heridas superficiales; Tamlen y Kallian se habían adelantado al grueso del grupo elfico y habían conseguido abrir una brecha entre el grupo de los desperdigados engendros. Parecía que la batalla ya estaba ganada pero entre los cuerpos de los pequeños genlocks apareció el que parecía liderar la tropa, un temible hurlock alpha que vestía una armadura dorada y portaba un hacha de doble filo marcada con runas negras en toda su longitud.

El cuello de otro engendro cedió ante las espadas de Kallian cuando consiguió ver al líder enemigo, miró hacia atrás, sus compañeros seguían envueltos en la lucha contra los engendros, que habían reducido su número ya a menos de cuarenta soldados, pronto vió que debían volver atrás, ese Hurlock era demasiado para ellos.

- Tamlen, debemos volver con... - el grito de la joven llegó a oídos de Tamlen pero este ya se encontraba corriendo hacia el terrible enemigo convencido de su victoria.

Los aceros de ambos enemigos chocaron de frente causando que la espada de Tamlen vibrase con fuerza y sus manos temblasen ante el impacto, el engendro rió con una voz gutural y profunda lanzando un golpe vertical con su arma, Tamlen lo esquivó aprovechándose de la lentitud de su enemigo y se lanzó hacia sus piernas con la idea de desgastar al enemigo antes de hacerlo caer pero, el demonio consiguió repelerlo y con un fuerte golpe lo lanzó varios metros hacia delante, quedando prácticamente indefenso en el suelo. El hurlock se acercó para rematar al enemigo mientras Kallian corría a acabar con tres engendros que Tamlen había dejado atrás en su afán por acabar con el líder para poder lanzarse a salvar a su amigo sin esperar a los demás cazadores que ya se encontraban a pocos metros de ella. El hacha descendió hasta el cuerpo de Tamlen que resistió el golpe con su espada y fue capaz de cortar al hurlock por la cintura, la criatura, envuelta en dolor empezó a lanzar un frenesí de golpes contra el chico.

El último de los engendros que se interpuso en el camino de Kallian cayó muerto al suelo, fulminado por los potentes golpes que asestaba la chica en su desesperada carrera por salvar a su amigo, alcanzó al hurlock, lo tenía delante, estaba de espaldas a ella, en menos de cinco pasos estaría a su altura pero no era capaz de encontrar a Tamlen, su armadura empezaba a pesar y respirar cada vez era más difícil, el agotamiento le acechaba pero la vida de su amigo estaba en serio peligro. Sin pensarlo, la joven elfa saltó clavando ambas espadas en cada uno de los hombros del hurlock, provocando un alarido de dolor en el monstruo que llamó la atención de todos los presentes, aún vivo, el hurlock, desprovisto de arma, lanzó un zarpazo que arañó el brazo izquierdo de Kallian abriéndole una herida profunda en su carne, en un último esfuerzo desesperado Kallian arrancó una de sus espadas del cuerpo del hurlock y la hundió en su cuello acabando con su vida.

Un intenso mareo azotó la cabeza de Kallian que apenas podía mantenerse en pie, el sonido del campo de batalla junto a los gritos de algunos compañeros que habían llegado hacia ella se apagaba, el cuerpo del hurlock yacía inerte a su lado, sonrió, había acabado con el líder y sus compañeros estarían acabando ya con los engendros restantes pero... donde estaba Tamlen? Lo buscó desesperadamente con la mirada, algo borrosa, no lo vió y la desesperación la invadió, todos su pensamientos se agolpaban en su cabeza y el dolor aumentaba.

- Kallian, ¡Kallian! ¿Estás herida? - Unas manos aguantaron su cuerpo y alguien la cogió en brazos impidiendo que cayera al suelo, su voz sonaba lejana y confusa.

- Estoy... estoy bien... - Le costaba articular las palabras, su mandíbula se movía lentamente. - ¡Buscad a Tamlen, debe estar herido! - Sus últimas fuerzas se apagaron con aquellas palabras mientras su visión se desvanecía del todo y su mente se rendía al silencio.

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Aunque dudo que nadie que me leyese en su momento siga por aquí me gustaría aclarar que esto es de 2012 y que ahora cuatro años después he empezado a revisarlo y arreglarlo con la idea de acabar y cerrar la historia. Acabo de empezar a jugar Dragon Age Inquisition y he vuelto a comprarme Origins y DA II, esta saga me gusta demasiado y me encantaría acabar este pequeño tributo que quise hacerle.

Si algún día alguien lee esto y quiere dejar unas palabras valorando el fic es más que bienvenido/a. Y por supuesto, gracias por leerlo! ^^