Konishiwa!
EDITANDO: Tras terminar el fic de "odio y esperanza", me dedicaré a full en éste hasta terminarlo, llevando siempre un proyecto a la vez de modo que rinda al máximo en cada una de las historias.
El motivo de la edición, es que honestamente creo que no di lo mejor de mí en el fic
Los cambios no serán demasiados notorios, sino, que sacará algunas partes extralas y arregleré otras incoherentes:
Éste, es un fic que muestra lo cruel que puede llegar a ser la vida, pero que pese a todo es NUESTRA vida. El vivirla solo está en nosotros y la felicidad es algo que llega cuando empezamos a vivir.
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Prefacio:
Una muñeca sola vacía y rota. Una promesa de proteger a aquella muñeca y el deseo de verla sonreír
Advertencias!
Este fic contiene escenas crueles y recuerdos fuertes que pueden afectarte, si eres menor de edad o no te gustan tales escenas no leas, ni pienses en hacerlo, simplemente coloca "atrás" y no curiosees más en este fic.
Ah, y las personalidades de los personajes están alteradas, luego sabrán a qué me refiero
Prefacio:
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Muñeca vacía y rota
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-A los 9 años abusaron de mí, intentaron violarme pero poco antes de ser afectiva a violación, los gritos de una compañera de clases me salvaron, me gritaba que me necesitaban urgente pues mi hermano mayor estaba enfermo y pedía que yo estuviera con él. A los 11 un conocido de mi padre vino a casa por una temporada y me pusieron a su cuidado ya que mis padres trabajaban durante todo el día y mi hermano mayor estaba en un curso de verano. Ese hombre abusó de mi hasta el cansancio, tocándome y ese tipo de cosas; A veces una mujer venía con él y ella también abusaba de mí, para luego obligarme a ver como tenían sexo.- tras una corta pausa y sin inmutarse continuó- A los 13 años me obligaron a participar en una red de pornografía, mi rostro nunca salió en las fotos, eso fue un alivio al igual que el que no llegaran a tocarme, "un alivio" pensé una vez alejaron la navaja de mi garganta.- tomo aire y prosiguió
-El fotógrafo de aquella vez me acosó por 8 meses cuando ya tenía 15 años. Me alejé de todos, no quería que me dañaran más así que hice una barrera invisible que repele a cualquiera que se acerque. Mañana cumplo 18 años, pronto comenzaré a estudiar medicina veterinaria y quiero saber si esto puede afectar mi desempeño laboral o estudiantil- dijo firmemente mirando a la mujer frente a ella
Era una pequeña habitación con un escritorio, un par de sillas y muebles, con dos muchachas en su interior. La habitación pertenecía a una clínica privada y específicamente ésta, era de salud mental. La mujer mayor, solo por un par de años, estaba atónita, pues ella, siendo psicóloga comprendía a la perfección que su paciente omitía cosas y que no era tan simple como lo decía
-¿quién sabe de esto?- preguntó tras unos minutos la pelinegra, pequeña, mientras permanecía con las manos cruzadas y mirando sin dejar de sorprenderse a la joven frente a ella, su paciente.
-usted.- dijo la pelirrosa de manera cortante. Era delgada, con el pelo hasta la cintura y vestía ropas negras bajo un abrigo blanco. No llevaba maquillaje y tenía grandes ojeras bajo sus ojos.
-Mi nombre es Shizune, llevo 7 años en psicología y comprendo de lo que hablas. Ahora bien, esto puede afectarte si tú te dejas afectar por ellos. ¿Deseas llorar? – La pelirrosa negó con la cabeza- nunca he visto alguien con tanta tranquilidad relatando cosas tan crueles, además siendo la primera vez que hablas de ello…dime…este…- dudó y luego miró su ficha de atención aún en blanco
-Sakura, Haruno Sakura – agregó con una falsa sonrisa la paciente
-Sakura-san, sin duda tu caso es el más especial que he visto- dijo mirando el techo… no le agradaba, aquella joven no lloraba como más del 99 % de las personas que trataba lo hacían aunque relataran cosas como "me miró feo". – además de que su relajo era sorprendente y su frialdad asustaba a cualquiera- ¿tienes amigos?
- No
-¿Estas enamorada de alguien? - negó - ¿Te gusta alguien?- nuevamente negó-¿qué te gusta hacer?
-Amar a todo animal que vea, escuchar música, mirar el cielo por las noches, amar a mi familia, ser libre y correr por los prados en la casa de mis difuntos abuelos- respondió sin dudar un segundo
-¿por qué no dudas en nada? ¿Cómo estás tan segura de tus respuestas?
-Porque son las mismas preguntas que yo me hago. "¿Cómo puedes sonreír? Llorar hace bien. Debes hablar con tu familia o alguien y salir de tu encierro, debes ser sociable" – dijo lentamente con ironía mirando sus manos- lo he intentado, sin embargo no puedo ni lo necesito, mientras tenga a mi familia estaré bien.
A la pelinegra le costaba disimular su sorpresa pues las palabras que dijo la joven eran las mismas que ella pensó decirle.- Preguntaré el caso con Tsunade shishou, ella es médico y experta en terapias psicológicas, es mi maestra y seguramente sabrá que hacer, te avisaré pronto…. Por favor vuele si necesitas los que sea, estaré aquí no solo como profesional, sino también como amiga.- Dijo tendiéndole la mano, necesitaba meditar a solas la situación de la muchacha frente a ella
-Gracias…Shizune-san…- por unos segundos un brillo especial apareció en sus ojos, un brillo que carecía de todo lo que había mostrado desde que entró en aquel lugar, un brillo que nunca mostraba ante nadie
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Una muñeca…
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Miró el cielo a través de la ventana, ya casi era de noche y el autobús en que viajaba pronto pasaría frente a su casa, se puso sus audífonos, cerró sus ojos y se relajó por unos minutos antes llegar con su familia.
"mañana iremos a ver la universidad que quieres"- recordó la voz de su hermano mayor y una sonrisa salió involuntariamente de sus labios
"te amamos hija"- ahora era la voz de su madre. Abrió los ojos y miró nuevamente hacia el cielo a través del cristal
"te ayudaremos como podamos, ya verás cómo haremos de una u otra forma que tus sueños se cumplan…. Tendrás cómo fundar aquel parque-reserva que deseaste desde niña… con todos los animales que quieras… yo mismo te ayudaré a criarlos, ya sabes, de alguien heredaste tu amor a ellos"- esta vez era la vos de su padre, cerró sus ojos por última vez.
Si, su sueño no era ser una doctora exitosa o una destacada abogada como todos decían, pues sus excelentes notas daban mucho que hablar a quienes no la conocían. Ella solo quería ser feliz, desde niña admiraba a sus abuelos que hasta el último día de sus vidas lucharon por salvar a todos los animales silvestres que podían, para ello compraron un terreno con varios prados, estaban llenos de vida… hasta la muerte de sus dueños. Sin ellos allí todo murió, hasta las últimas flores de los resplandecientes jardines se secaron, ya no quedaba nada.
Quería volver a ver esos jardines verdes, aquellos animales protegidos en sus prados, y correr por el lugar, sentirse libre y llena de vida. Por eso le gustaba ir e imaginarse cómo sería caminar por allí con el lugar nuevamente lleno de la vida que carecía en la actualidad.
Sintió un escalofrío y apretó sus ojos con fuerza… se sentía débil… indefensa y con una vida carente de sentido.
Su familia, ese era su único motivo para seguir con vida, ya que era incapaz de quererse hasta a ella misma. Siempre que veía su cuerpo en un espejo recordaba cada vez que los hombres tocaron su cuerpo, y lo odiaba, odiaba esa sensación… odiaba recordar tanto llanto, tantas lágrimas caer mientras aquel estúpido le tapaba la boca y la desnudaba en los baños del colegio, porque cuando se resistió y él le golpeó el estómago más lágrimas cayeron. Porque cada vez que las lágrimas caían mientras el conocido de su padre la tocaba, sentía que eran ignoradas, y sentía que eran mucho más que simples lágrimas las que lloraba. Sintió que su alegría, sus sentimientos y sus ganas de vivir se fueron junto a aquellas lágrimas hasta quedar se sin nada.
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…vacía…
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Su pelo rosa, sus hermosos ojos jade, su piel blanca, su cuerpo perfecto, su inteligencia que la hacía destacar en todo, no eran nada… no la hacían feliz, no hacían que sus recuerdos tan dolorosos la abandonaran ni que aprendiera a sonreir
"te amamos, lo siento…"-escuchó la voz de su madre en su mente, y luego un rostro apareció en su cabeza "pequeña Sakura" esta vez era una vos y un rostro masculino parecido a un reptil, piel extremadamente blanca y cabello negro largo que ocuparon su mente. Abrió sus ojos desmesuradamente pues inclusive si lo deseó no pudo olvidarse de aquel rostro, aquel horrible rostro la atormentaba desde sus nueve años.
-Parece que un asesino escapó esta mañana de la cárcel, por favor cuídense señoritas.- habló el conductor cuya voz apenas fue audible para sus oídos por la canción que sonaba en los audífonos de la pelirrosa.
Rápidamente se paró de su asiento tomando su pequeña bolsa de mano. "en el paradero" dijo al conductor, alcanzando apenas a dar aviso, se había distraído demasiado y casi pasa de largo a su casa.
"Luces…" Sakura miró a través del parabrisas y vio luces de los característicos policías de la zona. "otra vez mi vecina echó a su marido"- pensó y suspiró pues se estaba haciendo costumbre, él la engañaba con otra, y ella al notarlo lo echaba de la casa en medio de un escándalo solo para días después repetir nuevamente la escena
Se bajó del auto bus y notó que los policías no estaban en casa de su vecina, sino que estaban en SU casa.
"lo siento"- recordó las palabras de su madre que hace momentos le pareció escuchar y corrió desesperadamente a su casa
-¡Hey! ¡Alto!- gritó el policía a la joven que esquivaba con maestría las cintas amarillas que decían "peligro" y se adentraba en el jardín de su casa
Frenó abruptamente, su mascota "Missa" una gata blanca con un ojo celeste y otro casi rojizo la miraba asustada desde la entrada principal. Estaba roja… su pata estaba manchada de sangre al igual que su estómago. Extraño el que sus 2 perros gigantes que tenía por mascotas no se alteraran ni la recibieran y pese a que ya no creía ser capaz de tener sentimients y emociones… supo lo que era el temor y el miedo
"Un asesino escapó" recordó las palabras del chofer…
-¡No puedes estar aquí!- gritó el policía tomándola del brazo, un fuerte jalón bastó para alejarlo y tras mover con dificultad sus piernas, abrió la puerta de su casa con sus manos y cuerpo temblorosos
ROJO, todo era rojo… el piso de la sala estaba lleno de sangre.
-okaa..san…- dio por fin un paso vacilante, un par más y el último. Estaba en medio de la sangre regada en el piso y notó la extremidad de un cuerpo asomarse tras el mismo
Se acercó y entre la sangre y la ropa desgarrada, distinguió el collar de plata con la pequeña piedra oscura como colgante… era el regalo que le dio a su madre en su cumpleaños pasado
Con su mirada siguió otro rastro llegar al enorme charco de sangre y notó que venía desde su derecha, desde el pasillo. Alzó su mirada y distinguió 2 cuerpos más
-Otou- san… aniki…
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y rota.
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… ...
Una muñeca vacía y rota.
konichiwa!
por fin he vuelto, con más ganas que nunca de escribir.
gracias por los comantarios y demaces, se los agradesco un montón
nos leemos pronto!
