Hola!

¿Cómo están?

Me pregunto si seré la única fan de esta pareja tan poco frecuente.

Bueno, he vuelto con un one-shot que se me ocurrió hace unos días, peor no lo estaba pudiendo escribir. Es la primera vez que escribo un ZerefxMavis (Zevis (? ) Y debo admitir que me costó mil. Es muy difícil, teniendo en cuenta que se trata de una pareja crack, y también que, apenas se han sacado a flote las personalidades de ambos. Pero, ¿qué más puedo decir? ¡Se ven tan tiernos juntos! Creo que Mashima debería pensarlo un poco...

En fin, espero contar con su apoyo. No es lo mejor que he escrito, pero me sentiría bastante confortada si se molestaran en dejarme un humilde review al final.

Sin más, gracias por leer.


BAJO LA LUNA

x

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Hace frío.

Otra vez.

Como todas las noches. Todas, desde que ella se fue de su lado. Desde que ella lo abandonó.

Y no puede pensar en otra cosa. No puede evitar recordarla. No puede borrar aquella sonrisa de su mente. No es capaz de suprimir aquella melodiosa voz que le golpea y, al mismo tiempo, endulza los tímpanos.

(…Zeref…)

Quiere responder a su llamado, pero se le hace imposible articular una sola palabra. Está sumido en su tristeza. En su soledad

Porque sabe que, aunque la siente tan cerca, ella ya se ha ido lejos, demasiado lejos. Se la han llevado, y no podrán regresársela jamás.

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Se la ha llevado el viento…

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Y él sabe que, en parte, es su culpa. Por no haber cuidado de ella. Por haber sido tan débil e idiota. Por no haber intentado siquiera ser, al menos, un poco más dulce y atento. Por no haberla seguido aquel día en que él mismo le falló, y discutieron, y ella corrió.

—Perdóname… —quería decirle.

Pero, como siempre, su susurro es llevado por la fría brisa de aquel otoño terminal. Ella no puede oírlo, o por lo menos eso cree él, pues ya no está allí, a su lado, brindándole su amor.

Si tan sólo hubiese sido más fuerte.

Si tan sólo hubiese ido tras ella.

Si tan sólo nunca hubiese hecho esa estúpida y tan barata promesa bajo el resplandor solemne de la luna llena de esa noche.

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"Siempre voy a protegerte".

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Si él la hubiera valorado, y hubiera realmente pensado un poco más en ella, y no tanto en sí mismo, no estaría así, como está ahora, lamentándose por todo.

No estaría sumido en la oscuridad total.

No estaría corriendo.

No estaría derramando lágrimas.

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Después de haber recorrido gran distancia, se detiene frente a su destino.

Un acantilado.

Observa el cielo con melancolía. Está comenzando a nublarse, otra vez. ¿Es que nunca puede estar despejado? No (qué tonto). Por supuesto que no. Al menos, ya no, en su ausencia.

Apenas, debido al doloroso nudo que se forma en su garganta, es capaz de pronunciar, con voz rasposa y entrecortada:

—¿Por…qué? —no aparta la vista de la capa de nubes grises que cubre todo el panorama aéreo—. ¿Por qué no me llevaste a mí?

Sonríe levemente al cabo de unos cuantos minutos.

Mavis solía decir que el cielo es una de esas divinidades reveladoras, capaces de reflejar exactamente tu estado de ánimo en momentos determinados. Él nunca estuvo de acuerdo con aquella teoría. Pero ahora llega a comprenderlo todo:

El cielo está llorando (como él).

También comprende que nada duele más que saber que ya todo está perdido, que ya no hay esperanzas.

Y la extraña. La extraña tanto, que siente todo su mundo desmoronarse cada vez que recuerda sus perfectos rasgos. Y su tez aterciopelada, y la calidez de su alma.

Y sueña.

Sueña con que, aquellos que tuvieron el descaro de arrebatarle lo que más amaba, paguen. Que paguen, si es posible, con su vida misma. Porque no hay manera de reparar la enorme llaga que ocasionaron a su corazón, que hubiera seguido siendo de piedra, justamente, si no fuera por aquel divino tesoro que acababan de arrancarle de las manos.

Le quitaron todo, al quitársela a ella.

La ilusión, la dicha, la cordura.

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Le arrebataron también, la mitad de su vida misma…

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"¿Y qué más da?" —piensa él.

No está cien por ciento seguro de poder llegar a parar en el mismo lugar que ella, pero, ¿quién sabe? Quizás podría volver a verla. Quizás podría llegar a escuchar de nuevo su risa. Quizás podría llegar a decirle lo que tanto lo está atormentando desde que ella se fue.

Está a un paso. Así de simple.

Se arma de valor —irónico, ¿es la primera vez?—, y decide caminar hacia adelante. Abre los brazos, y siente la fresca brisa acariciarle el rostro pálido, mientras lleva hacia atrás la negrura de sus cabellos. Cierra los ojos. Está por avanzar.

A veces quiere que alguien llegue y lo salve de sí mismo.

(…No lo hagas…)

Ignora aquella benévola petición que, sabe que, ella le acaba de hacer. Porque ya no es capaz de soportar más sin ella. Ya no más. No vuelve a vacilar. Va directo a donde debe ir.

Después de todo, ella tampoco cumplió la promesa que le juró bajo la luz de aquella fría noche lunar, poco antes de marcharse.

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"Siempre estaremos juntos".

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La brisa cesa. Ya no oye el sonido de las olas inquietas al fondo del acantilado. Ya no percibe el aroma dulce de los robles que le rodearon a su vez, ya no saborea la naturaleza de ese prado desolado al que acudió, producto de su extrema soledad.

No está seguro de dónde se encuentra.

Pero, efectivamente, su alma se ha apaciguado.

—Te dije que no lo hicieras…

Sonríe. Porque sabe que la ha encontrado.

Siente las suaves manos de su amada recorrerle el rostro con sutileza. Sabe, inmediatamente, que no está en un sueño. Pues el contacto es tan cálido y único…, que tiene que ser real. No hay otra manera.

Y es así que decide al fin abrir los ojos, al tiempo que pronuncia:

—Perdóname.

La belleza infinita de su rostro marmóreo, los ojos verdes incluso más bellos que la propia esmeralda, sus risos perfectamente dorados cayendo como preciosas cascadas hacia sus hombros, su reluciente sonrisa de ensueño. Todo eso lo cautiva y lo hace ver la luz.

Sí. Justo lo que ella representa. Inmensa luz.

—No me pidas perdón, Zeref. Ya está…

—Pero, al fin y al cabo, termina siempre siendo mi culpa… —replica él, casi en un susurro—. Todo lo que he querido desde entonces, es pedirte perdón. No supe valorarte. Si… si tan sólo hubiera cuidado de ti, tú no estarías…

—Shh… —ella sonríe, nada ha cambiado (hasta su terquedad sigue ahí, con ella) y lo calla, colocando el dedo índice sobre los labios del hombre—. Todo está mejor ahora. Todo está bien. No es tu culpa, ¿sabes? Lo importante es que estamos juntos.

Los ojos de él (vacíos) recuperan su color ónix, recuperan un poco su vigor.

—Tenía tantas ganas de volver a verte… —pronuncia, en un murmullo apenas audible, cuando el dedo de la fémina todavía está rozándole los labios—. Mavis… Perdóname. Te extrañé tanto.

—Hagamos otra promesa, Zeref… —dice entonces ella sonriéndole como sólo ella sabe hacerlo, volviendo a presionarlo con el dedo—. Pero esta vez, sin lunas que estén controlándonos —lo ve a los ojos, ocasionando que las miradas de ambos se enciendan apenas se encuentren—. De ahora en más… estaremos juntos. Y esta vez es para siempre.

—Lo sé. Y lo acepto. Lo prometo —dice, con dificultad, sintiendo cómo el dedo contrario le cosquillea los labios al hablar, amagando una sonrisa.

—Yo también. ¿Sellamos la promesa?

La bella rubia no tarda en reemplazar su dedo por sus propios labios, para sumir a su amado en un mundo de inmensa paz, con el simple acto de besarlo con toda la dulzura que es capaz de brindar.

Porque ella, Mavis, es luz.

Y él, Zeref, es oscuridad. O al menos lo era.

Saben que, a pesar de todas las adversidades que pueden presentarse, ellos son el complemente perfecto, y están hechos el uno para el otro.

Y todo deja de existir en ese mismo instante. Las tristezas, los sueños perdidos, las promesas rotas, el temor a la muerte. Todo se esfuma. Porque sólo quedan ellos dos, ante un paraíso lleno de luz y calidez.

Caminarán juntos, adonde sea. Y su amor no podrá perecer. Ni hoy, ni mañana. Nunca se irá.

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Fin


¡Gracias por haber llegado hasta aquí!

Ya saben, un simple "Me gustó" o "Creo que fue muy cursi" me basta para seguir creciendo XD

Es la primera vez que escribo sobre fantasmas enamorados XD, teniendo en cuenta que él también murió al final :'( Es lo más emo que he escrito.

¡Nos leemos! Kisses.

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[Editado: 30/03/17]