Lo recuerdo perfectamente ese día, en el que te perdí y ya no fuiste mía ¿pero realmente me pertenecías?
—Te amo Sasuke_kun —Me decías con ternura, al mismo tiempo que tu cara se sonrojaba de un carmesí.
Tus palabras no significaban nada para mí, porque solo eras un juguete, eso eras, me proporcionabas diversión y si me aburría simplemente tomaba otro de mis tantos juguetes de mi colección y luego de un tiempo si quería, empezaba de nuevo a jugar con el mismo juguete que anteriormente había dejado tirado.
— ¿Me amas? —Me preguntabas mirándome a los ojos con ojos brillosos a punto de llorar, ya que no recibías respuesta.
Como siempre en cambio yo nunca te respondía esa pregunta, a nadie se lo hacía porque simplemente nunca lo sentía, pero algo significabas para mí ya que se podría decir que eras mi juguete favorito, eras con quien más jugaba y tú siempre satisfacías mis deseos, mis gustos y mis fantasías.
—Ven ahora a mi casa —Te ordenaba y tu venias a mi casa rápidamente con tu sonrisa inquebrantable o eso es lo que yo creía.
—Ahora vete —Te decía cuando me satisfacías, te levantabas sin ni siquiera protestar, te vestías y te ibas.
Siempre era lo mismo, siempre hacia lo mismo, siempre jugaba a lo mismo.
Pero un día no viniste a pesar de que te llame y te mande mensajes incontable veces, pasaron horas, días, semanas y ya nunca más te volví a ver, me había dado cuenta...te había perdido y ya no te podía encontrar sin importar cuanto te buscara.
No debería importarme, porque solo eras un juguete que usaba cuando quería divertirme, si llegaba el día de que ya no quería jugar más contigo, solo te dejaría tirada sin impórtame lo que te pasara, sin embargo al final no fui quien tomó esa decisión y eso me molestaba, no era porque me importabas.
Pero un día, el que recuerdo perfectamente y no puedo borrar de mi cabeza, te había visto, te había encontrado pero...ya no me pertenecías, ya no era tu dueño te había tomado otra persona.
Estabas reluciente como si fueras nueva...estabas preciosa, nunca te había visto así porque cuando estabas conmigo parecías rota, destrozada...yo te había provocado eso porque yo fui la causa que de a poco ya no brillaras más y esa luz que me cautivo se estaba apagando.
En ese momento me di cuenta que eras más que un simple juguete, eras más que eso... pero me di cuenta tarde de lo que significabas para mí.
Fue mi culpa, fue mi error creía que esas sonrisas, risas eran verdad y si, lo fueron pero dejaron de serlo a medida que el tiempo pasaba.
Te había perdido, lo sabía, te había roto y otro te había reparado, no se cuidar a mis juguetes y menos a los que más amaba.
Si solo te hubieras dado cuenta que todas las veces que te llamaba, todo el tiempo que pasaba contigo, solo lo hice porque verdaderamente te quería, sin embargo no me di cuenta de mis sentimientos que tenía por ti, porque no conozco el sentimiento de amor y jamás lo había sentido.
¿Qué podía hacer? ¿Luchar para recuperarte? ¿O resignarme de que te perdí?
Creo que la respuesta está bastante clara, un juguete favorito lo es porque realmente lo quieres…
Y yo te quiero.
