PREFACIO

Se dice que los ángeles son seres asexuales, hasta cierto punto esa afirmación es verdadera. Pero de hecho los únicos asexuados son los que están al servicio del "todo poderoso" haciéndonos creer que son los únicos de su especie, lo cual ahora les digo es una gran mentira, pues al igual que entre las especies, en esta hay razas. Normalmente viven en completa armonía, sin meterse los unos con los otros, así es como debe de ser, el balance perfecto del ciclo de la vida.

Existen los Drangster, ángeles perversos de la obscuridad, al servicio del gran señor de las tinieblas, encargados de hacer caer a la gente en alguno de los siete pecados capitales, otros tantos cobran alguna cuenta pendiente que tienen llevándose el alma de algún humano inocente. Y sus opositores, sus eternos enemigos, los Zhaigans, ángeles de luz, su función es fungir como guardián de algún protegido.

Aunque a estas dos especies de ángeles les fueron asignadas las partes sexuales que diferencian a un hombre de una mujer, les está eternamente prohibido usarlas para el placer, de llegar a violar esta regla, los implicados serían desterrados de su mundo, condenados a vivir en la más cruda de las miserias. Nunca se han juntado los Drangster con los Zhaigans, puesto que esta sería otra violación al código de su especie, pero hubo una vez en la que el destino, tan caprichoso y traicionero, decidió entrelazar sus caminos.