Hola. Si estás leyendo esto, es que has tenido la casualidad de encontrar mis archivos secretos personales. Lo que me resultaría muy raro, ya que yo escondo mis archivos de forma encriptada y no son fáciles de traducir, pero estoy divagando. En primer lugar tu no deberías leer esto por nada del mundo, pero seguramente te dará igual eso y lo leerás de todos modos.
Deja que me presente. Soy Alexandra Wong. Posiblemente habrás oído algo sobre mí, cuando fue todo el lío referente al Imperio Celeste.
Algunos me llegan a confundir con Ada Wong de esos video juegos conocidos como Resident Evil o algo así (aunque reconozco que tengo cierto parecido con la personaje). Mi aspecto es la de una yegua terrestre de pelaje blanco. Con crin corta negra tirando a violeta como la cola. Me gusta tener la crin corta a la altura del cuello, ya que una muy larga posiblemente me resultaría molesta para mi trabajo. Ojos color ámbar. Suelo llevar una cazadora roja como unos pantalones negros. Se que esto último es raro, ya que los ponis normalmente no llevan pantalones ¿Para qué uso yo pantalones? Bueno, eso no es asunto tuyo.
¿Sobre qué me dedico? Bueno. Posiblemente te sorprenda est,o pero en realidad soy mercenaria. Trabajo para quien me pague. Seguramente te preguntaras ¿Qué hacía una mercenaria como yo durante el conflicto conocido como la Guerra Celeste? Podría decirte que lo hice por dinero, pero yo no soy de los que simplemente hace las cosas por dinero. El "qué" entonces te preguntas. Bueno. Supongo que en parte me gusta las emociones y cosas así y el dinero es solo en cierto modo, una pequeña recompensas por mis trabajos je, je, je, je.
¿Sobre mi vida? Sinceramente eso no es asunto tuyo. De donde vengo, cual es mi origen, mi posible verdadero nombre, eso me lo guardo para mí. Ya ves. Así de mala soy yo ja, ja, ja.
Yo no le debo lealtad a nadie y la verdad es que no tengo muchos amigos, o al menos al principio. Aunque suene raro, llegue a entablar cierta amistad con un raro viajero del tiempo conocido como el doctor. Él me contrató para ayudar a proteger a un pony en concreto. A un pony llamado Mike Bluer. Nunca entendí el por qué, pero el doctor me aseguró que ese pony está destinado a salvar todo el multi universo de un mal gigantesto.
Sinceramente, aquello me sonó bastante extraño ¿Cómo podía un simple potro alicornio salvar todo el multi universo? La verdad es que en mi opinión, suena algo exagerado, pero bueno. Yo cobro por hacer mi trabajo y el doctor me paga muy generosamente je, je, je, je.
Al principio, solo ayudaba en ocasiones a ese alicornio y su grupo, porque era mi trabajo. Aunque pasaba el tiempo, llegue en cierto modo a apreciar a ese chico y su equipo. Cosa extraña, ya que yo no suelo entablar amistad con nadie.
Pero a lo que voy. Después de la Guerra Celeste, el doctor me dejó irme a mi aire, mientras él se preparaba para hacer no sé qué cosa. Así que yo me dediqué a lo mío, a trabajar como mercenaria.
Me estoy divagando. Mejor me centro en la historia principal. Digamos que ahora mismo estoy siendo perseguida por las autoridades. Me acusan de haber asesinado a miles de inocentes de una ciudad, hacer experimentos ilegales con seres vivos y posible complicidad con un peligroso rey malvado. Y todo por culpa de una persona en concreto que se encargó de meterme en este enorme problema. Mejor empiece desde el principio.
Comenzando historia de Alexandra.
En el espacio, cerca del planeta donde está el reino de Equestria como otros reinos como el reino grifo, minotauro, dragones, changelins...etc. Surcaba por el espacio un crucero de batalla. Su apariencia se asemejaba a los cruceros de batalla que usan la Guardia Celeste del Imperio Celeste. Solo que la nave era de material negro con detalles rojos y de aspecto intimidante. Aquella nave era nada menos que un crucero de batalla necron, una facción de ponis celestes ajenos al imperio. Conocidos por su salvaje y brutal forma de vida, donde los fuertes gobiernan a los débiles y que solo los más fuertes ascienden a lo más alto.
Hacia aquella nave, viajaba otra más pequeña. Tan pequeña y con capacidad de camuflaje, haciéndola indetectable. Dicha nave se acercó a un extremo del crucero de batalla sin ser detectada en absoluto, y se acopló a un lateral en la parte de más atrás de dicha nave. De la pequeña nave salió a través de un compartimento, un pony astronauta de traje blanco. Mediante unos reactores incorporados en sus botas, se se acercó hacia una compuerta. Puso sobre el panel de apertura numérica un aparato rectangular, pulsó un botón verde, y el aparato ponía sola la clave que tenía dicha compuerta.
La compuerta se abrió y el astronauta se metió a dentro hasta una sala pequeña que estaba vacía. La compuerta se cerró e inmediatamente dicha sala se llenó de aire respirable.
Finalmente, el astronauta se puso los cascos sobre el casco y se lo quitó, revelando ser nada menos que Alexandra Wong.
Unas semanas antes. Lugar desconocido.
En un lugar por la noche. Una puerta se abrió de golpe entrando rápidamente Alexandra por ella y cerrándola para acto seguido, quedarse a un lado de una pared junto a la puerta.
¿?: ¡Por aquí!
¿?: ¡No puede haber ido lejos!
¿?: ¡Buscad por todas partes! ¡Tiene que haber huido por aquí!
Se oían unas voces de algunos que estaban persiguiendo a Alexandra. Luego de que finalmente lograse librarse de sus perseguidores, la yegua centró su vista en la habitación donde estaba ellaa. Parecía un tipo de despachó. Luego se acercó a un especie de escritorio, donde en el centro de la mesa había una especie de cubo semi transparente azul.
La yegua miraba dicho cubo con interés y luego lo cogió con su casco. El cubo ahí se expandió, hasta adoptar forma rectangular y unos números a modo de teclado aparecieron en ella. La yegua pulsó los botones que había en cierto orden y en ese momento, en la parte superior del aparato, surgió una pantalla donde en ella aparecía un extraño pony.
¿?: Hola, señorita Wong. Me alegro de que viniera. Tal como yo esperaba.
Hablaba con una sonrisa enigmática un extraño pony anciano, pero bien conservado, de pelaje gris y crin blanca muy corta con bigote. Ojos grises. Llevaba un traje de científico que le cubría el cuerpo, impidiendo ver su cutie mark, como unas gafas rectangulares. Su voz sonaba con acento francés.
Alexandra: Profesor Damu ¿A qué se debe que me citara este lugar y me esos tipos me persiguieran dispuestos a matarme? ¿Esa es la bienvenida que les das a tus invitados?
Preguntaba de forma irónica la yegua. El llamado doctor Damu la respondió, a la vez que juntaba sus cascos.
Damu: Verás, Alexandra. Tengo un trabajito para ti, pero no te lo puedo decírtelo aquí.
Alexandra: ¿Por qué no?
Damu: Para ello tienes que ir a estas coordenadas. Y luego ir hacia donde se te indica, para así mostrarte tu misión y el mensaje.
Decía el doctor, mostrando un plano donde se veía un crucero de batalla necron. Aquello captó la atención de Alexandra donde ahí le comentó al doctor.
Alexandra: A ver si lo entiendo ¿Pretende que yo me meta en una nave necron, lleno de salvajes guerreros que no dudarán en separar mi cabeza de mi hermosos cuerpo en el momento que me vean?
Preguntaba de forma sarcástica la yegua.
Damu: Pues sí ¿Te interesa?
Preguntaba el doctor, esperando que Alexandra aceptara. La yegua sonriendo en cierto modo de forma burlona, le contestó.
Alexandra: Creo que no. Adiós, doctor.
Respondía de forma negativa la yegua con una sonrisa irónica, mientras apagaba el aparato y se lo guardó en su cazadora. Luego se marchó de allí por una ventana, tras usar su gancho y salir rápidamente de allí.
Tiempo actual.
Alexandra estaba en el interior de la nave necron. Ésta sacó el cubo comunicador y se puso en contacto con el doctor Damu, donde apareció el semental como si nada, como si de algún modo, supiera que la yegua iba a llamarlo.
Damu: Sabía yo que al final no resistirías la tentación de venir.
Comentaba el doctor con cierta sonrisa, como diciendo "sabía que al final vendrías". La yegua sin abandonar su sonrisa irónica, le contestó.
Alexandra: Bueno. Ya que te has tomado tantas molestias en que viniera. Mejor echar un vistazo.
Damu: Tú solo sigue este camino y llegarás a dicha sala.
Decía el doctor, mostrando un plano del camino que debería seguir Alexandra. La yegua sonrió y comenzó a seguir su camino por los pasillos.
Durante el camino, la yegua se paró por una esquina y por ahí vio lo que parecía un cruzado celeste del imperio, solo que tenía una armadura negra con detalles rojos. Sus alas de murciélago tenían cierto tono rojizo. La yegua se escondió en la esquina esperando que no la viera, mientras el necron pasaba de largo. La yegua aprovechó para pasar sin ser vista.
Durante el camino, la yegua llegó a una sala algo más grande. Iba a continuar, hasta que oyó un extraño sonido robótico.
Alexandra: Mmm...Compañía.
La yegua se escondió lo que parecían unas capsulas de éxtasis donde descansaban las tropas. En ese momento, la yegua vio el origen de dicho sonido. Era un especie de robot parecido a los robots guardianes de la Guardia Celeste. Solo que tenía un metal negro fuerte, con un núcleo anti gravedad rojo en vez de azul y ojo rojo. Su aspecto resultaba intimidante en cierto modo.
El robot no paraba de dar vueltas por la sala en busca de cualquier posible intrusos. Alexandra decidió coger su ballesta. Al principio pensó en destruir al robot, pero era arriesgado. Ya que podría alertar a toda la base si encontraban al robot destruido, así que hizo lo siguiente. La yegua apuntó con su ballesta a la compuerta abierta por donde pasó y disparó la flecha al otro lado, causando cierto ruido. Cosa que el robot guardián detecto.
Robot guardián: Posible intruso. Buscar y destruir. Buscar y destruir.
Decía el guardián con voz robótica y fue hacia la entrada pasando al otro lado y cerrando la compuerta tras de sí.
Alexandra: Toda tecnología avanzada que quieras, y al final no son más listos que una ameba.
Comentaba la yegua con una sonrisa burlona y aprovechó para pasar al otro lado. Alexandra siguió por los pasillos hasta que por una esquina, vio a dos cruzados necron vigilando una compuerta, justo donde tenía que pasar Alexandra.
Alexandra: Muy vigilada. Tendré que buscar otra ruta.
Comentaba la yegua escondida en la esquina para que no la vieran. Miró por todas partes y vio una rendija para el conducto de ventilación en el techo. La yegua lanzó su lanza ganchos en ella y tiró para sí, para sacar dicha rendija. La yegua saltó para subir y meterse adentro.
A través de los conductos de ventilación, la yegua pudo pasar entre los guardias sin ser vista. Dicho conducto pasaba a lo largo de una zona de desembarco. A lo largo del conducto que pasaba por el techo, la yegua podía ver la cantidad de cazas clase fénix que había en ella. También veía a los fieros guerreros necron. Algunos de guardia. Otros entrenando, incluso alguno que otro que iba montando alguna pelea.
Alexandra sabía de hace tiempo que los necron a diferencia de los ponis celestes del Imperio Celeste, donde Mike Bluer gobierna como justo emperador. Los necron eran extremadamente violentos y salvajes que actúan con un fanatismos e instinto asesino, por lo que no era conveniente enfrentarse cara a cara con ellos. También sabía que de forma inexplicable, los necron tenían unidades parecidas a la Guardia Imperial, Guardia Celeste y algunas de los Cazadores de Sombras. Con casi las mismas tecnologías que ellos como las más recientes. Para la yegua, aquello era muy extraño. Salvo por diferencias de materiales, los necron tenían casi las mismas unidades, pero de aspecto intimidante.
Pero no había tiempo de pensar en ello. Alexandra tenía un trabajo que cumplir.
Después de un larga caminata por los conductos de ventilación, la yegua finalmente llego al otro lado por otro pasillo y tras abrir otra rendija de ventilación, bajó al pasillo. Ahora solo era seguir el mapa.
Finalmente llegó a una compuerta, donde la llevó lo que parecía el despachó del capitán de la nave, donde no había nadie.
La sala estaba bien decorada. Con varios adornos en forma de estatuas pequeñas de guerreros necron, varios símbolos celestes, pero en rojos. Un estante de libros. En en el interior del estante, había un proyector holográfico. La yegua se acercó a dicho proyector y pulsando un botón, hizo que la máquina proyectara una imagen holográfica en medio de la habitación. En ella se veía una ciudad grifo, al mismo tiempo que una voz narraba unas instrucciones, donde dicha voz sonaba como la del doctor Damu.
"El objetivo que tengo para ti, Alexandra, es simple. En la ciudad grifo conocida como Fell, será el campo de pruebas para un experimento. Tu objetivo es activar una bomba de materia negra, donde liberará dicha sustancia en forma de gas. El objetivo es probar los efectos de la materia controlada sobre los habitantes".
Alexandra escuchaba dichas instrucciones que era para ella. Para la yegua, aquello la extraño. Quizás ella era un mercenaria, pero aquello mataría a mucha gente inocente. Quizás ella sería cualquier cosa, pero no una asesina de inocentes. Y eso era algo que el doctor Damu sabía de sobra. Ella sentía que algo no cuadraba en todo eso, mientras el mensaje seguía.
"Si todo va bien, los afectados por dicho gas se convertirán en las criaturas que habíamos predicho que se convertirían. Los que sobrevivan, claro je, je, je. Luego tendrás que abandonar la ciudad, no antes de destruir cualquier posible prueba de la investigación. No conviene que nadie sepa lo que planeamos, por supuesto".
Explicaba el doctor. Alexandra estaba cada vez más confundida. Era como si el doctor tuviera ya claro que ella iba a matar inocentes sin dudarlo.
"Una vez hecho el trabajo, se te transferirá el dinero a tu cuenta corriente. Y ahora, adiós, Alexandra Wong".
Finalmente la proyección terminó. Ahí la yegua miró la fecha en que se gravó el mensaje y comentó.
Alexandra: Este mensaje es de hace tres meses ¿Por qué todo este tiempo?
¿?: ¿En serio no lo sabes? Jo, jo, jo. Y yo que te tomaba por lista.
Se oyó una voz que puso en alerta a Alexandra y preparó su pistola para disparar a lo que fuera. Dicha voz se reía de forma burlona, donde Alexandra se percató de que venía de los altavoces. Lo más extraño de todo, es que dicha voz sonaba como la suya.
Alexandra: ¿Quién eres?
¿?: Poco importa si te digo quién soy o no. Lo único que importa, es que pronto el nombre de Alexandra Wong será odiado por muchos en la dimensión de donde estás ahora, eso si sobrevives a la caída de la nave, claro.
Decía esto último la misteriosa voz, justo cuando en diversas partes de la nave comenzaron a explotar de forma inexplicable. La nave necron iba a explotar en pocos minutos.
¿?: Esta nave se irá al infierno en poco tiempo, contigo dentro. Y ahora, adiós, Alexandra. Ja, ja, ja.
Se reía la extraña voz, antes de silenciarse por completo.
Alexandra: Vale. Mejor me largo de aquí cuanto antes, porque de lo contrario, seré yegua frita.
Comentaba la yegua, que estuvo a punto de marcharse, hasta que justo en ese momento, entró un cruzado necron por la sala del capitán.
Cruzado Necron: ¡Intrusa!
El necron sacó sus dos cuchillas de energía de su armadura y se lanzó a por Alexandra a gran velocidad. La yegua disparó con su pistola, pero las balas eran detenidas por el escudo que portaba el necron.
Alexandra: Claro, Alexandra. Los necron tienen tecnología de escudo al igual que la Guardia Celeste.
Comentaba la yegua de forma sarcástica, al ver como el necron avanzaba hacia ella. Justo en el último momento, la yegua se apartó hacia un lado, haciendo que las cuchillas del necron partieran en dos el estante. Rápidamente se giró para cargar de nuevo contra la yegua, donde ésta sacó su lanza ganchos y lo lanzó al techo para subir de golpe y esquivar otro ataque. La yegua dejó caer una granada flash a los pies del necron, donde en cuanto estalló bajo su vista, cegándolo temporalmente. La yegua volviendo al suelo, aprovechó que el necron estaba temporalmente ciego para escapar de allí.
Por toda la nave, se producían las explosiones. Las alarmas sonaban por todas partes. A estas alturas, todos los necron estarían al tanto de la presencia de Alexandra por lo que tenía que huir rápido. Iba a escapar por el conducto de ventilación de antes, pero un gran chorro de fuego surgió de ella, por lo que escapar por ella ya no era viable.
Alexandra fue corriendo hasta que vio por una ventana la zona de desembarco y veía varias naves y transportes salir de allí volando. Ahí vio su oportunidad.
Alexandra: Mmm...Como volver a mi nave ya no es una opción, quizás pueda tomar prestada alguna de las naves necron. No creo que les importe mucho.
Comentaba con una sonrisa burlona la yegua. Justo en ese momento por el pasillo, aparecieron varios soldados necron con fusiles de energía.
Soldado necron: ¡La intrusa! ¡Disparad!
Los soldados dispararon sus armas de energía contra la yegua. Alexandra esquivando los disparos, saltó por la ventaba, rompiéndola en pedazos y utilizando su lanza ganchos, se columpió hasta llegar al suelo.
Más soldados necron aparecieron y comenzaron a disparar contra la yegua, donde ésta rápidamente tenía que correr para evitar los disparos, al mismo tiempo que armada con su ballesta, disparaba flechas con carga explosiva hacia los necron y hacerlos volar.
Finalmente tras esquivar y esconderse para evitar el fuego enemigo, Alexandra vio un caza venon necron de color rojo con detalles negros, donde un piloto trataba de ponerla en marcha. Ahí la yegua vio su oportunidad y corrió hacia dicho caza y utilizando su gancho, se subió hasta la cabina para sorpresa del piloto.
Piloto necron: ¿Pero qué?
Alexandra: Lo siento, amigo, pero esta nave me la llevo yo.
Le decía de forma burlona la yegua, sacando al piloto de la nave y luego la yegua se subió a la cabina y tras cerrarla, ésta se puso a los mandos y comenzó a calentar motores.
Los soldados necron disparaban sus armas contra dicha nave, mientras Alexandra iba activando los sistemas de vuelo. Un soldado necron de lanza cohetes, apunto la nave con su arma y disparó un misil, pero en el último momento, Alexandra activo la nave y salió volando, esquivando así el misil.
Los soldados necron trataban inútilmente de parar la nave con sus armas, pero al final, la yegua logró escapar justo cuando las compuertas se cerraban.
Tras alejarse de la nave necron, finalmente la nave estalló en pedazos en una gran explosión. Para los habitantes del planeta, lo consideraron como una especie de lluvia de estrellas, donde ninguno sospechaban en absoluto, que eran los restos de la nave destruida.
Alexandra surcaba por la estratosfera del planeta en el caza venon, que ésta pilotaba, rumbo a un destino incierto.
Narrando Alexandra.
"Estaba claro que aquello era una especie de trampa y alguien ha querido asegurarse de que dos posibles cosas ocurrieran. Una, que yo muriera en la nave, u otra, que si salía con vida, no estaría tranquila. Ya que alguien haciéndose pasar por mí, mataría a cientos de personas inocentes y yo me llevaría la culpa de todo".
"Estaba claro que tenía que investigarlo y eso es algo que estoy dispuesto a hacer. Descubriré al culpable y pienso asegurarme de que pague.
Fin del archivo.
No olvidéis comentar.
