"The greatest thing you'll ever learn is just to love and be loved in return"

"Lo mejor que aprenderás es amar y ser amado a cambio"

"El Moulin Rouge, un club nocturno, salón de baile y burdel gobernado por Yakov Feltsman, un reino de placeres nocturnos donde los ricos y poderosos iban y jugaban con las jóvenes y hermosas criaturas del bajo mundo. El más hermoso de todos ellos era el hombre que yo amaba Victor Nikiforov, un cortesano que vendía su amor a los hombres lo llamaban "El Diamante Deslumbrante" y él era la estrella del Moulin Rouge…"

Yuuri Katsuki era un joven escritor de apenas 23 años cuando llegó a París en el verano de 1889 el "Verano del Amor", en ese momento él no sabía nada sobre el Moulin Rouge, Yakov Feltsman ni de Victor. El mundo estaba envuelto en una revolución bohemia y Yuuri había viajado desde una pequeña ciudad en Japón llamada Hasetsu para poder ser parte de esta.

Dejando todo atrás y con muy poco dinero en la bolsa se mudó a una colina muy cerca de París y con mucha suerte encontró un viejo, barato y muy pequeño departamento en renta en una villa llamada Montmartre, la cuál era el centro del mundo bohemio y no como su padre lo había descrito "un antro de pecado".

Las calles estaban llenas de músicos, pintores, escritores, un sinfín número de artistas que se hacían llamar "Los hijos de la revolución" y el joven japonés moría por ser parte de ellos, la más grande ilusión que tenía era escribir historias maravillosas inspiradas en sus más grandes creencias de la vida, la belleza, la libertad, la verdad y en la que más creía sobre todas las cosas: el amor.

Su padre había hecho hasta lo imposible para detenerlo, "Siempre con tu ridícula obsesión con el amor" fueron las últimas palabras que lo escucho decir antes de salir por la puerta de la casa a la cual no pensaba regresar.

Yuuri se sentía confiado en su aventura, cuando llegó y se instaló en el departamentito tenía miles de ideas y planes para comenzar a escribir y cambiar el mundo, se sentó frente a su máquina de escribir listo para comenzar cuando se dio cuenta que tenía solo un pequeño problema, nunca se había enamorado.

En medio de su divagación y preocupación, escuchó un gran estruendo sobre él, asustado por el ruido corrió hacia la esquina contraria para tratar de protegerse del repentino derrumbe de su techo, la habitación se llenó de polvo y cuando este se dispersó, se dio cuenta que había un hombre suizo inconsciente colgando de un gigantesco hoyo que se había hecho en el techo.

Ni dos minutos pasaron cuando la puerta del departamento se abrió de golpe y un joven de piel morena entró vestido de monja.

─ ¡Hola! ¿Cómo te va? ─ saludó alegremente ─ Mi nombre es Phichit Chulanont, disculpa todo este alboroto estábamos ensayando una obra ─ dijo con una gran sonrisa.

Yuuri estaba extremadamente confundido con la situación y lo único que pudo decir fue "¿Una obra?"

El joven emocionado comenzó a explicarle que se trataba de un show muy moderno llamado "Espectáculo Espectacular" que presentarían ante una persona muy importante.

─ ¡Se desarrolla en Suiza! ─ le dijo Phichit emocionado dedicándole una amplia sonrisa. Yuuri lo miró confundido sin saber muy bien que decir.

─ Oye, ¿Qué le pasa a tu amigo? ─ le preguntó Yuuri queriendo cambiar de tema, mientras se acercaba cautelosamente al hombre de cabellos teñidos de rubio que colgaba del techo.

─ ¡Ah! Él es Chris sufre de Narcolepsia*, se pondrá bien ─ dijo Phichit encogiéndose de hombros y restándole importancia a la situación.

─ ¿Narcolepsia? ─ preguntó Yuuri confundido, nunca había escuchado hablar de lo que sea de lo que el moreno le estaba hablando.

─ Un momento está bien y al siguiente… ─ Phichit hizo un sonido de ronquido mientras cerraba los ojos pretendiendo estar dormido ─ … se cae inconsciente─ termino con una risita, su risa fue interrumpida por tres hombres que repentinamente se asomaron a través del hoyo en el techo

─ ¿Cómo está? ─ Preguntó uno malhumorado que tenía un look bastante exótico. Yuuri no pudo evitar examinar curioso la sombra morada que usaba en los parpados, la cual contrastaba muchísimo con el azul eléctrico que usaba en los labios. El hombre usaba el cabello corto y negro, con un copete tan cuadrado que lucía como si lo recortara con una regla, sin embargo, todo el detalle en su rostro se perdía ante el extraño atuendo de lentejuelas moradas y azules que llevaba puesto.

Contestando a su pregunta, Phichit se encogió de hombros y se dispuso a picar si delicadeza una de las costillas de Chris, el suizo ni se inmutó ante el toque lo cual hizo que el excéntrico hombre soltara un bufido.

─ ¡Genial! Ahora que el suizo está inconsciente, no tendremos la obra lista para que la pueda evaluar el financiero mañana ─ dijo en un tono increíblemente molesto dirigiéndose a Phichit, como si el joven moreno tuviera la culpa de la condición de su amigo.

─ Phichit, yo tengo que terminar la música ─ interrumpió apenado un joven de cabellos dorados y barba cerrada del mismo color que se encontraba situado a la izquierda del tipo de labios pintados. A pesar de que el joven muchacho no iba con las mimas pintas que el otro Yuuri no pudo evitar notar el extraño traje azul eléctrico que usaba.

─ No se preocupen alguien más puede hacer el papel… ─ dijo Phichit confiado sonriéndole a sus amigos mirando de arriba abajo al confundido escritor.

─ ¿Dónde diablos encontraremos a alguien que haga el papel de un joven y sensible pastor suizo?….─ preguntó molesto el de labios morados.

Yuuri no supo ni como, pero 10 minutos después se encontraba en el departamento de arriba suplantando al suizo inconsciente, lo obligaron a ponerse un disfraz de pastor que lo hacía ver ridículo y lo hicieron subir a una vieja escalera de madera para aparentar que se encontraba en lo alto de una montaña.

El grupo de hombres tenían armado un pequeño escenario que representaba los Alpes suizos, junto a este había un pequeño piano totalmente desafinado en el que alegremente tocaba el hombre de barba cuyo nombre aprendió era Emil a su lado haciendo ruidos con copas de agua se encontraba, otro muchacho de largos cabellos castaños, el cual era mucho más joven que todos y se había presentado ante Yuuri como Leo.

Phichit por su parte estaba al pie de "los Alpes" vestido de monja cantando al son de los ruidos que producían Emil y Leo. Al otro extremo del "escenario" supervisando el escenario, el guion y sus movimientos se encontraba el hombre exótico cuyo nombre era Georgi, el cual se encontraba terriblemente molesto pues sus compañeros no podían darle vida a su visión.

─ "Las colinas reviven con las sinfonías eufónicas de contrapunto" ─ cantaba Phichit a todo pulmón totalmente desafinado mientras Emil y Leo aparte de producir la "música" hacían "efectos especiales" con unas ollas que tenían cerca de ellos.

─ ¡BASTA! ─ gritó enojado Georgi ─ ¡Paren con ese zumbido insufrible!, ¡Ahoga mis palabras! ─ se acercó amenazante a Emil quien lo miraba sorprendido y le dijo ─ Por favor limítate a producir solamente una melodía suave con el piano ─

A Yuuri le pareció que tenían diferencias artísticas entre ellos y no le pareció raro cuando comenzaron una discusión acalorada acerca del guion de Georgi.

Yuuri los observaba incomodo desde la escalera

─ No creo que una monja realmente se exprese así de una colina, ¿Qué tal si lo cambiamos? ─ dijo Leo tranquilo a lo que Georgie pareció ofendido.

─ ¡Si, muy buena idea! Qué tal algo como, "Las colinas reviven entonando el contra punto" ─ saltó Emil entusiasmado entonando de nuevo un insoportable ruido en el piano.

─ No, no ─ Dijo Phichit ─ "Las colinas se estremecen…" ─

No pudo terminar su idea, pues de repente Chris quien había estado inconsciente todo ese rato sobre un sucio colchón en una esquina del cuarto, saltó de este para gritar "Las colinas se humanizan con melodías sinfónicas" Todos lo miraron confundidos y este volvió a perder la conciencia y cayó de nuevo sobre el colchón.

Yuuri sabía exactamente que palabras quedarían perfectas y quería decirlas, pero los otros cuatro no le prestaban atención, cada vez decían cosas más absurdas y Georgi estaba cada vez más enojado, desesperado porque no le hacían caso a Yuuri no le quedó otra más que comenzar a cantar tan fuerte como pudo al tono de la melodía que habían estado tocando

─ "Las colinas cobran vida con el sonido de la música" ─ todos se callaron al instante en que lo escucharon, pues había sonado hermoso a diferencia del canto de Phichit.

Repentinamente Chris se levantó excitado ─ "Las colinas cobran vida con el sonido de la música" ¡ME ENCANTA! ─ dijo saltando de emoción por las palabras del japonés.

─ "Las colinas cobran vida con el sonido de la música" ─ repitieron Leo y Emil al mismo tiempo.

─ ¡Encaja perfecto! ─ dijo el de barba encantado, Yuuri al ver que ya tenía la atención de todos siguió cantando.

─ "Con canciones que han entonado durante miles de años" ─ Todos excepto Georgi, soltaron grititos emocionados viendo deleitados al joven japonés.

─ ¡Increíble! ¡Georgi, deberían de escribir la obra juntos! ─ Dijo Phichit señalando al nombrado, pero viendo a Yuuri con admiración.

─ ¡¿Cómo dices?! ─ dijo el de los labios pintados creyendo haber escuchado mal, ya que la sugerencia de Phichit era algo que definitivamente no quería escuchar

─Honestamente, tus ideas no son muy buenas─ se sinceró Leo encogiéndose de hombros.

Totalmente ofendido por el comentario del joven castaño, Georgi se dirigió hacia la puerta gritando un muy fuerte "Me largo de aquí, ¡HASTA NUNCA!" al tiempo que cerraba la puerta con un fuerte portazo tras de él.

Ninguno de los cuatro hombres pareció afectado por la salida de Georgi, por el contrario, se veían extremadamente emocionados.

─ Por tu primer trabajo en París ─ Dijo Phichit mientras sorbía un extraño líquido verde de una copa de cristal que Yuuri no sabía de donde había sacado.

─ Phichit espera, Yakov nunca lo aceptara ─ le dijo en un susurro preocupado Emil al moreno, Phichit le quitó importancia a su preocupación moviendo una mano.

─ ¿Alguna vez has escrito una obra de teatro? ─ preguntó el moreno dirigiéndose a Yuuri el cual seguía confundido y sobre el último peldaño de la escalera.

─ No ─ contesto sincero el japonés, sin embargo, eso no significaba que no pudiera.

─ ¡Ah, que importa! ¡El chico tiene talento! ─ gritó Chris entusiasmado mientras se dirigía hacia donde se encontraba Yuuri y se posicionaba junto a él─ ¡Me gusta! ─ Al decir esto estiro los brazos y toco la entrepierna de Yuuri el cual jadeo por el repentino contacto, el suizo al darse cuenta de lo que había hecho quito la mano inmediatamente, aunque no parecía apenado en lo más minimo, ─ No se rían, solo me gusta su talento ─ dijo y de inmediato se alejó del joven japonés.

Por su parte Phichit comenzó a agrupar a sus amigos y emocionado comenzó a hablarles en susurros.

─ "Las colinas cobran vida con el sonido de la música", con Yuuri podremos escribir el show bohemio revolucionario con el que siempre soñamos ─ Chris y Leo asintieron alegremente ante estas palabras mientras Yuuri comenzaba a bajar de la escalera para poder escuchar lo que los hombres decían.

─ Pero ¿Cómo vamos a convencer a Yakov? ─ preguntó Emil preocupado a sus amigos, para Phichit convencer al principal director del show le parecía un juego de niños pues tenía un gran plan.

─ Victor─ les dijo emocionado en un susurro, ─ Vestiremos a Yuuri elegantemente y lo presentaremos como un importante y famoso escritor japonés ─ comenzó a compartir su plan entusiasmado ─ Una vez que Victor escuche su hermosa poesía, quedara impactado e insistirá en que Yuuri escriba la obra ─ dijo con un tono triunfal.

Yuuri no entendía que estaba pasando así que, Phichit emocionado le dijo que la obra era para el Moulin Rouge, un famoso club nocturno que estaba lleno de hermosas criaturas que bailaban al ritmo del can-can, y que estas serían las principales estrellas del show.

Yuuri por su parte comenzaba a sentirse ansioso pues no se creía capaz de lograr aquella misión, repentinamente podía escuchar la voz de su padre retumbar en sus oídos mientras le decia "Vas a terminar desperdiciando tu vida con un bailarín de can-can del Moulin Rouge". Asustado intentó escapar y regresar a salvo a su casa a través del hoyo que se había hecho en el techo en el cual habían colocado una escalera para poder subir como si de un dúplex se tratara.

─ ¡No puedo escribir una obra para el Moulin Rouge! ─ gritó el japonés tratando de huir bajando por la escalera del hoyo.

─ ¿Por qué no? ─ preguntó Leo confundido, tomándolo del brazo para intentar detenerlo.

─ ¡No sé si soy un bohemio revolucionario! ─ contestó Yuuri como excusa, rogándole al cielo que lo dejaran huir.

─ ¡¿Qué?! ─ respondieron los otros cuatro mientras se amontonaban alrededor del agujero pera poder ver al japonés desde todos los ángulos.

─ ¿Crees en la belleza? ─ Le preguntó Phichit emocionado.

─ Si ─ contestó Yuuri sincero.

─ ¿En la libertad? ─ preguntó Chris exaltado.

─ Si, claro ─ contesto de nuevo el nervioso escritor.

─ ¿En la verdad? ─ pregunto esta vez Emil luciendo esperanzado.

─ Por supuesto ─ Yuuri cada vez se emocionaba más, ante las preguntas pues esas eran las cosas en las que más creía en la vida.

─ ¿Y qué hay del amor? ─ preguntó por último Leo, los ojos de Yuuri brillaron ante la pregunta.

─ ¿El amor?, por sobre todo creo en el amor, el amor es como oxígeno, el amor lo es todo… ─ los cuatro lo miraban maravillados, deleitados ante su emoción y sus palabras. ─… el amor nos eleva ¡Todo los que se necesita es amor! ─ todos soltaron de nuevo grititos emocionados después de esa respuesta.

─ ¿Ves? ¡No puedes engañarnos! ¡Eres la voz de los hijos de la revolución! ─ dijo Phichit entusiasmado levantando su copa de nuevo que en algún momento había vuelto a llenar con el líquido verde.

─ ¡No puedes engañarnos! ─ corearon los otros tres mientras ayudaban a Yuuri a subir de nuevo por la escalera.

─ ¡Brindemos por el escritor del primer show de los bohemios! ─ gritó Phichit mientras juntaba cinco copas y las llenaba con el líquido verde. Emil y Leo pusieron cuadros de azúcar sobre las copas y los fundieron, haciendo que el cuarto se llenara de un aroma dulzón. Chris por su parte, entusiasmado tomo a Yuuri del rostro y a pesar de que el japonés se resistió se acercó a darle dos besos en cada mejilla, todos estaban eufóricos pues todo había resultado perfecto, brindaron entusiasmados y le dieron a Yuuri su primera copa de Absenta.

Minutos después de que Yuuri y sus nuevos amigos bebieran por completo el licor verde comenzaron a sentir los efectos, se alistaron con sus mejores ropas y se dirigieron entusiasmados hacia el Moulin Rouge el cual se encontraba sumamente cerca de ahí, en el camino alegremente cantaban la canción que habían compuesto con Yuuri horas atrás.

El japonés se sentía extasiado, esa noche debía recitar su poesía al tal Victor y así lograr lo que tanto tiempo había deseado escribir acerca de sus creencias más valiosas, poco se imaginó que al cruzar el umbral del Moulin Rouge su vida cambiaria para siempre.