Sueños y pesadillas.

Los personajes de Crepúsculo le pertenecen a Stephenie Meyer.

Su cuello palpitaba frente a mí, podía escuchar el sonido calmado de su respiración, el aroma de su cabello, de su ser, y la sangre bombeando por todo su cuerpo. Olía justo como mi 'droga favorita'.
Era un drogadicto jugando con fuego, y más justo ahora que ella no ponía ninguna reserva en ser mía, en ser mi alimento. Aquél que calmara mi deseo y mi sed.

Acerqué mis labios a su cuello, acariciándolo con mi respiración y mi tacto. Se sobresaltó al sentir el frío que yo transmitía por medio de ellos. Saboreé su sabor en mi paladar.
Mi boca se llenó de ponzoña con sólo imaginar lo que seguiría, la idea me hacía estremecer. Escuché un suave suspiro que me incitó a continuar.
Abrí los labios y besé desde la curva de su hombro hasta su cuello, suave y caliente al tacto.
Cerré los ojos lleno de placer mientras mis colmillos entraban en su cuerpo, y la sangre comenzó a fluir por mi lengua, boca y garganta.
Succioné un poco más atrayendo su cuerpo hacia mí, envolviéndola en mis fríos brazos.

Un gemido salió de su boca, una lágrima recorrió mi mejilla.
No debía hacer esto pero ya no podía detenerme, no después de probar su sangre y registrar el sabor de su preciado líquido en mi mente. Había caído en el peor pecado que podría haber cometido.
Otro gemido más y susurros que no podía entender. Ella me hablaba e incitaba a seguir, no sabía si estaba despierta o no. Si era consciente de que yo la estaba devorando lentamente.
Me separé un poco y un fino hilo de sangre cayó por mi barbilla. Sonreí instintivamente al recordar que ella se marearía con facilidad si notara el color rojo en las sábanas.
Volteé su cuerpo con cuidado de manera que quedó boca arriba y vi su rostro contraído en un gesto… de felicidad. Nuevamente una gota cayó por mi barbilla, era transparente.
No pude evitar inclinarme nuevamente a su cuello y morderlo. Succioné. Una y otra vez hasta que su corazón dejo de bombear y su respiración se volvió nula.
Su calor dejaba de calentarme las entrañas y la abracé con fuerza intentando que se mantuviera con vida, pero sabía que yo se la había arrebatado.
Bella dormía plácidamente, me decía, ella solamente dormía y soñaba en conmigo. Imaginaba lo que yo no podía, lo que yo deseaba y ya nunca podría: seguir juntos toda la eternidad.
Debí alejarme cuando pude, antes de enamorarme de mi presa. Yo era el monstruo de sus sueños y ella la princesa de mis pesadillas.

Parpadeé. Mi mirada seguía fija en su cuello blanco como la nieve, la abracé con fuerza y escuché el bombeo de su sangre por el cuerpo, de su respiración, de gemidos y susurros. Escuché un "Edward".
Para soñar se necesita dormir, pero para tener pesadillas sólo necesitaba tenerla a mi lado..., aunque no fuera en realidad tan horrible.


¡Hola!

Es mi primer fic de la historia de Crepúsculo, así que no sé que tan bien les parezca a los que son fanáticos del libro (los libros xP) desde antes que yo. Ésto es antes de Luna Nueva.

La idea nació gracias a conversaciones extrañas que tengo con un amigo :)

Agradezco a Sandritah por betearlo.
Dedicado a Rigel.